Dirigida por Steven Brill, con Owen Wilson, Leslie Mann, David Dorfman, Danny McBride y Josh Peck. Guión, Kristofor Brown y Seth Rogen, a partir de una historia de Edmond Dantes, Kristofor Brown y Seth Rogen. Productores, Judd Apatow, Susan Arnold y Donna Arkoff Roth. Productor ejecutivo, Richard Vane. Director de fotografía, Fred Murphy, ASC. Diseñador de producción, Jackson De Govia. Montador, Thomas J. Nordberg. Diseñadora de vestuario, Karen Patch. Música, Christophe Beck. Supervisión musical, Manish Raval y Tom Wolfe.
Notas de producción
El típico matón perverso de instituto. Hace ya muchos años que este personaje es un habitual de las comedias. Simboliza el obstáculo que se alza entre la inocencia de la niñez y el principio de la vida de adulto. El peor matón de todos atemoriza a un trío de inadaptados dispuestos a llegar a extremos hilarantes para salvarse y tener el derecho de no ser como los demás, sin por eso tener que aguantar golpes, bromas pesadas, torturas ni ser encerrados en las taquillas.
El primer año de instituto ya es duro para cualquier adolescente un poco raro, pero se convierte en un auténtico infierno cuando un torturador nato decide hacerles la vida imposible. Para colmo, nadie les hace caso cuando piden ayuda. Los padres suelen estar demasiado ocupados, los profesores pasan y los otros chicos no se atreven. Por eso, Ryan, Wade y Emmit se ven obligados a buscar otra solución. ¿Por qué no seguir el ejemplo de los mafiosos, políticos y famosos? Bastará con contratar a un gorila. Y así encuentran a un temible mercenario llamado Drillbit Taylor (Owen Wilson), que se presenta como un guardaespaldas carente de escrúpulos. Pero al final, quien necesita ayuda es Drillbit, cuyos problemas de adulto son mucho más graves que los de los chicos.
La hilarante historia de Drillbit Taylor, un hombre NO TAN DURO DE PELAR, y su inesperado cambio de indigente a salvador de adolescentes, nació a partir de un encontronazo entre varias imaginaciones cómicas. Empezó con una idea que tuvo el guionista Edmond Dantes hace más de veinte años, pero que nunca pasó de un tratamiento de 40 páginas. Acabó por caer en manos de uno de los productores de las mejores comedias del momento, Judd Apatow, que ha hecho películas como Supersalidos, Lío embarazoso y Virgen a los 40. El productor contrató a dos formidables talentos cómicos, Kristofor Brown, el guionista que convirtió a Beavis y a Butt-Head en dos iconos de la cultura pop, y la estrella cómica Seth Rogen, coguionista de Supersalidos y del próximo estreno Pineapple Express.
Las productoras Susan Arnold y Donna Arkoff Roth, que tienen en su haber comedias de la talla de Benny y June, el amor de los inocentes, con Johnny Depp, y Un asesino algo especial, con John Cusack, unieron sus fuerzas a Judd Apatow. Donna Arkoff Roth dice: "Empezamos a pensar en quién sería capaz de aportar ideas con un tono realmente contemporáneo, y el primer nombre que nos vino a la cabeza fue el de Judd Apatow. Le conocíamos y siempre habíamos querido trabajar con él. Era la persona idónea para este proyecto. Entiende y quiere a los adolescentes".
Desde luego, la historia parecía perfecta para el productor, cuyo don es saber mezclar la hilaridad escandalosa con las emociones.
"Las producciones de Judd Apatow captan nuestra época y atraen al público de cualquier edad", dice la productora Susan Arnold.
Hablando de los dos guionistas, su colaborador habitual, Seth Rogen, y Kristofor Brown, con el que también había trabajado, Judd Apatow dice: "Pensé que comprenderían el material y aportarían un toque diferente al mundo del instituto. Ya que Seth y yo habíamos trabajado en la serie "Freaks and Geeks", pisábamos un territorio conocido. También nos inspiró la idea de crear una versión estilo 2008 de las geniales películas que John Hughes hizo en los ochenta".
Los dos guionistas partieron de la idea original, pero optaron por seguir un camino propio. "Seth y yo nunca leímos el tratamiento original", recuerda Kristofor Brown. "La idea básica era que unos adolescentes lo pasan fatal en el instituto y contratan a un mercenario para protegerlos a través de un anuncio en una revista. A partir de ahí, se nos ocurrió que sería mucho más divertido si Drillbit Taylor no era todo lo que pretendía ser".
Seth Rogen reconoce que la historia le traía recuerdos dolorosos: "Tuve que aguantar a un acosador en el instituto y Kris, tres cuartos de lo mismo. O sea que teníamos experiencia de primera mano".
Para describir las aventuras de sus desafortunados y heroicos personajes, los dos guionistas se basaron en tristes recuerdos personales. Todo habría sido diferente si hubieran tenido un gorila para protegerles. "No medía más de un 1,60 metros cuando empecé en el instituto", recuerda Kristofor Brown. "Todos habían crecido excepto yo. Era más o menos como Emmit y, encima, llevaba gafas y hierros en la boca. No tardé en comprender que la mejor técnica de supervivencia era no llamar la atención".
Entre otras cosas, los guionistas leyeron varios documentos acerca de la creciente ola de bullying en las escuelas. El número estimado de alumnos estadounidenses que sufren acoso es de 5,7 millones cada año. "Tuvimos muy en cuenta que las experiencias de Ryan, Wade y Emmit son una realidad para muchos chicos", dice Kristofor Brown.
Se quedaron sorprendidos ante la ineficacia de la respuesta de los adultos al fenómeno. "Leímos folletos publicados por institutos acerca de qué se debía hacer ante el bullying. Gran parte de los consejos no sirven para nada", dice Kristofor Brown. "En algunos casos dejan claro que a veces es mejor aprender a defenderse".
También se documentaron acerca de los mercenarios para crear los personajes a los que entrevistan los tres chicos y para el idioma que usa Drillbit Taylor: "Nos basamos en libros publicados por el ejército para el vocabulario", dice Seth Rogen.
Pero el personaje de Drillbit no responde a ningún patrón, es una creación original. "El guionista que tuvo la idea inventó el nombre, pero nosotros creamos a Drillbit", dice Seth Rogen. "Lo primero que se nos ocurrió fue su voz, y desarrollamos el resto a partir de ahí".
Era importante que los tres chicos fueran creíbles. "Tienen características físicas muy marcadas", explica Seth Rogen, "pero son el típico trío. Queríamos que hablaran como hablan los chicos de hoy en día".
"La huella de Judd está por toda la película", dice Kristofor Brown. "Por ejemplo, tuvo la idea de empezar la película con una conversación telefónica para que el público vea la relación entre Ryan y Wade antes de que el bullying les haga perder la cabeza".
Una vez terminado el guión, los productores empezaron a buscar al director. No tardaron en llegar a la conclusión de que Steven Brill, que había coescrito con Judd Apatow la comedia Pesos pesados, protagonizada por Ben Stiller, y con la que había debutado como director, era el hombre perfecto. "Steve había demostrado de sobra que era capaz de obtener muy buenas interpretaciones de chicos sin muchas tablas", dice Susan Arnold.
El director no iba a dejar pasar la oportunidad de volver a trabajar con Judd Apatow y de dirigir a su amigo Owen Wilson. Steven Brill animó a los actores a improvisar para dar más vida a los personajes y agudizar el humor. Con la ayuda del coguionista Kristofor Brown, subrayaron ciertos pasajes de la historia, aprovechándose de momentos inefables y de la química que había entre los actores. "La historia era como un organismo vivo. Todo el mundo tenía sugerencias para mejorarla", recuerda Susan Arnold. "Me parece que Kris Brown no durmió mucho durante el rodaje. Cada mañana aparecía con páginas reescritas".
Steven Brill piensa que el caos controlado es el ambiente idóneo para conseguir un humor espontáneo: "Para mí, lo mejor es trabajar cada día con un grupo de gente imprevisible y con talento. La historia que escribieron Kris y Seth no cambió, pero añadimos chistes, frases, detalles que dieron forma a los personajes".
Encontrar a Drillbit: Owen Wilson da vida a un fraude
Con el guión terminado, los dos guionistas y el productor pensaron inmediatamente en Owen Wilson para el papel protagonista por su talento en papeles cómicos y vulnerables. Era el actor perfecto para interpretar al sin techo que decide engañar a los tres chicos hasta que empieza a disfrutar haciendo de hermano mayor.
"Nos entusiasmó la idea de ver a Owen en una comedia como esta, trabajando con chicos, somos fans suyos", dice Judd Apatow.
El director Steven Brill añade: "Owen aportó mucho a la película, no sólo como actor, también mejoró los diálogos. Había una fantástica colaboración entre Owen, Kris, Seth, Judd y yo. Consigue interpretar a Drillbit de tal forma que siempre nos preguntamos si es una buena persona o un ser repugnante; envuelve al personaje en misterio, ambigüedad y contradicciones, pero lo hace con una sonrisa y un toque cómico. Ha creado un Drillbit en parte filósofo, poeta y loco".
Seth Rogen había pasado el guión a Owen Wilson cuando los dos estaban rodando Tú, yo y ahora... Dupree, y se alegró mucho de que le gustara. "Mientras rodábamos Tú, yo y ahora... Dupree, descubrí que Owen es genial trabajando con chicos. Puede parecer peligroso sin perder su barniz infantil", dice el guionista.
Pero el actor no limitó a su personaje a la vertiente cómica. También añadió una dosis de patetismo. "Me sorprendió la profundidad que aportó a Drillbit", dice el director Steven Brill. "Supo sacar dramatismo de un indigente, fue muy interesante".
Hace años, Judd Apatow le dio a Owen Wilson su primer papel de importancia en Hollywood en Un loco a domicilio, donde interpretaba al desafortunado chico con el que se mete Jim Carrey. "Judd, bendito sea, debió ver algo así como un diamante en bruto", dice el actor, riendo.
Trabajar con estos adolescentes también fue una revelación para Owen Wilson. "Sinceramente, llegaron a intimidarme. Siempre tenían ocurrencias geniales", recuerda el actor, riendo. "Al principio pensé que estarían nerviosísimos, pero al contrario, estaban muy cómodos durante el rodaje".
Algunos de los peores momentos para Owen Wilson fueron con la actriz Leslie Mann, la mujer de Judd Apatow, que interpreta a la profesora que se enamora de Drillbit, convencida de que es el primer hombre honrado que ha conocido. "Me daba la impresión de que Judd aparecía siempre que tenía una escena apasionada con Leslie, era muy incómodo", dice.
El actor también se lo pasó muy bien con las técnicas especiales de Drillbit para defender a sus tres protegidos, pero reconoce que la estrategia más eficaz es la más básica: "Su mejor técnica es la de vive hoy para luchar mañana. En otras palabras, corre y evita a los acosadores. Me parece una técnica muy válida para muchas cosas en esta vida".
Los débiles se defienden
Fue necesario encontrar a tres jóvenes capaces de interpretar con humor al desafortunado trío compuesto por Ryan, Wade y Emmit. "Mientras escribíamos el guión, no nos quitábamos de la cabeza que no saldría nada de aquello si no se encontraba a tres chicos muy divertidos para los papeles", recuerda Seth Rogen. Los productores realizaron una búsqueda de costa a costa para encontrarlos, haciendo pruebas a cientos de jóvenes en Miami, Atlanta, Nueva York, Toronto, Chicago y Vancouver.
"Buscábamos unos chicos originales, pero que fueran muy reales", dice la productora Donna Arkoff Roth.
Y el productor Judd Apatow añade: "No teníamos a un tipo de chico en mente, sólo debían ser divertidos, interesantes y que funcionasen juntos".
Acabaron por encontrar lo que buscaban en Los Ángeles, donde Troy Gentile, Nate Hartley y David Dorfman empezaban sus carreras en el cine. Parecía imposible que los tres encajaran tan bien con los personajes descritos por Kristofor Brown y Seth Rogen. "Cuando los reunimos para una prueba, les miramos y empezamos a reírnos. Eran absolutamente geniales", recuerda la productora Susan Arnold.
Troy Gentile, que ha hecho dos veces de joven Jack Black en Super Nacho y en Dando la nota, tuvo problemas para hacer la prueba porque era demasiado joven para estar en el instituto. "Pero leía el guión y estaba convencido de que era yo. Incluso soy rapero. Conseguí hacer una prueba y volvieron a llamarme".
Todos están de acuerdo en que Troy Gentile es muy gracioso. "Troy es fantástico, muy ágil mentalmente. A pesar de su edad, es capaz de seguir a Owen", dice Susan Arnold.
El director Steven Brill añade: "Troy es un extrovertido realmente magnético. Es muy inteligente. Seguro que acaba quitándome el puesto, pero da igual porque trabajaré en su película y me meteré con él como él se metió conmigo".
En cuanto el joven actor empezó a trabajar con Nate Hartley y David Dorfman, todo encajó. "Enseguida nos acoplamos", dice. También agradeció la oportunidad de trabajar con Owen Wilson: "No se trabaja todos los días con un gran actor cómico como Owen, aprendí mucho".
El opuesto físico de Troy es el frágil y delgaducho recién llegado Nate Hartley, que interpreta al esquelético Wade, un chico apasionado por la magia. "Nate es el ancla de la película", dice Susan Arnold. "Es fácil identificarse con él. No tiene demasiada experiencia, pero creció mucho durante el rodaje, como actor y también en centímetros".
Steven Brill conectó inmediatamente con el joven actor durante la prueba: "Recuerdo que tenía una baraja de naipes. De joven me interesaba la magia, y eso nos unió. Entonces decidimos que el personaje también sería un mago".
Pero hubo otro elemento que convenció a los productores. "Se parece tanto a mí cuando era niño que casi me asusté", dice Judd Apatow.
El tercero en discordia es Emmit, un renacuajo empollón con mucho coraje, al que interpreta David Dorfman, conocido por su papel en The Ring/La señal.
Su vena cómica sorprendió a todo el equipo durante el rodaje. "David es brillante con la comedia física", dice Susan Arnold. "Se mueve, baila de un modo hilarante y cuando se estampa contra un árbol y se cae, está genial. Encima, se lo pasaba bien, estaba dispuesto a repetir la toma".
El joven actor se quedó prendado con el guión: "Me reí mucho porque es muy exagerado, pero también muy realista. Hubiera preferido que no lo fuera tanto". Añade que le gustó su personaje desde el principio: "Emmit nunca ha tenido un amigo de verdad, y la soledad puede ser muy dura. Por suerte, encuentra a dos amigos y, como dice Drillbit, está bajo un ala protectora".
El joven actor, al que encierran en una taquilla y que salta de un coche en marcha en la película, dice que se lo pasó muy bien porque siempre se sintió protegido como actor, lo que le permitió llegar al límite de la interpretación cómica. Según él, Steven Brill creó un ambiente liberador durante el rodaje: "Si tuviera que escoger a una persona para ir a Marte, sería a Steve", dice, "porque es de esos hombres capaces de llevar una nave adonde sea".
Los tres chicos tuvieron que entrenarse para ponerse en forma para el rodaje. "Aprendimos a lanzar puñetazos falsos, a bajar por una pared con una cuerda. Hay mucha acción, incluso espadas de samurái. Es una auténtica locura", dice Nate Hartley.
Fue duro, pero los productores se esforzaron en ponérselo más fácil. "Si hay una cosa que odio en este mundo, es correr", dice Troy Gentile. "Pero contrataron a una entrenadora sueca guapísima. Estaba en el quinto cielo".