La película se rodó en Melbourne, Australia, lugar de nacimiento del director Michael Rymer. "Sabía que había una sólida base teatral en Melbourne y que podríamos contar con una gran reserva de talento al elegir a los actores para los papeles de reparto, y resultó ser cierto".
La arquitectura de Melbourne significaba que podía representar fácilmente a la Inglaterra victoriana, pero también se encontraron exteriores que funcionaban para Nueva York, Los Angeles, Nueva Orleáns, el Caribe y una isla cerca de Italia. "Cuando vimos que podíamos encontrar todas esas localizaciones en Melbourne", afirma Rymer, "no nos planteamos ir a ninguna otra parte".