Simon Garden trabaja en Blackpool como agente de libertad condicional. A pesar de sus buenas intenciones, es bastante inepto en su trabajo. Prueba de ello es que en toda su carrera profesional sólo ha conseguido reinsertar a tres delincuentes ... Sus superiores deciden trasladarle a la oficina de Manchester y es allí donde empiezan todos sus problemas.
En Manchester, Simon es víctima de una trampa por la que le acusan de un homicidio que no ha cometido. Y la única forma que se le ocurre para probar su inocencia es robar un banco, para recuperar así una prueba crucial. Pero como no puede hacerlo solo, decide reunir a aquellos que realmente saben de qué van estos asuntos sus antiguos amigos reinsertados, y les convence de que vuelvan al mundo del crimen para un último "trabajito".