Una mujer norteamericana de unos 25 años, Katie Armstrong, vive en Alemania y estudia sicología criminal. Habiendo fracasado todas sus relaciones sentimentales, Katie se siente insegura respecto a su capacidad para hallar el amor. Ha escogido un tema curioso para su tesis: Oliver Hartwin, un asesino caníbal y homosexual quien anunció por Internet su deseo de hallar a un amante dispuesto a ser asesinado y devorado como acto definitivo de amor y autosacrificio.
Mientras investiga acerca de Oliver, Katie va obsesionándose con la perversa vida del asesino, y comienza a ahondar cada vez más profundamente en su pasado. Explora su infancia, y la infancia de la víctima buscando claves que expliquen en qué se ha convertido. Katie resigue sistemáticamente los pasos de ambos. Sus hogares, trabajos, relaciones sociales... Desde la infancia hasta la madurez, Katie comienza a diluirse en la historia de ambos. Con cada nuevo descubrimiento, las emociones le absorben más y más. Katie se deja llevar; se pierde compulsivamente en un estilo de vida alienado. Esta espiral hacia abajo culmina con el descubrimiento de la cinta de video que Oliver registró con los momentos finales de la vida de su víctima. Siendo testigo del cortejo entre los dos hombres, y de la atrocidad subsiguiente del asesinato, Katie toca fondo.