Harry es un niño como cualquier otro. Tiene 10 años, va a la escuela, le gustan los juegos de mesa y mirar la televisión. Su padre es abogado, su madre trabaja en la universidad y su hermano menor, el Enano, es socio obligado de sus tropelías.
Lo que no es normal es el mundo en el que vive. En 1976, la Argentina ha caído en manos de una dictadura militar. Miles de ciudadanos son perseguidos y secuestrados. En la mayoría de los casos, el único crimen del que podía acusárseles es el de oponerse vocalmente a un régimen semejante.
Ese es el caso de los padres de Harry. Sabiéndose buscados, deciden esconderse. Sacan a los niños de la escuela, abandonan su casa y se ocultan en una finca de las afueras de la ciudad. Imaginan que el tiempo hará su parte, suavizando la situación.
Harry y el Enano no están muy felices con su nueva circunstancia. Les duele haber sido apartados de sus amigos, de sus escuelas, de sus juguetes, de su vida cotidiana.
Poco a poco comenzarán a apreciar las ventajas de su peculiar situación. El tiempo libre para explorar los confines de la finca. La oportunidad de conocer gente excitante y misteriosa, como Lucas, el adolescente a quien sus padres dan temporalmente asilo (Lucas también está en fuga), y de quien recelarán primero para, después convertirlo en su mejor aliado. Y la necesidad de adoptar nuevas personalidades, como los héroes de sus historietas favoritas; Harry, que no se llama Harry, elige ese nombre en homenaje a su ídolo, Houdini, el Rey de los escapistas.
Pero el tiempo no obrará a favor. La persecución llegará hasta ellos, mordiendo sus talones. Acorralados, sus padres decidirán dejarlos con los abuelos para apartarlos de la línea de fuego.
Y a la hora de despedirse, antes de subirse al destartalado automóvil en que emprenderán la fuga final, papá y mamá dejarán en manos de Harry su juego de mesa favorito, el T.E.G., sabiendo al hacerlo que le dejan mucho más que un pasatiempo.
Entre las reglas del T.E.G hay escondido un secreto que sólo Harry sabrá, y que le ayudará a resistir hasta que finalmente salga el sol sobre ese país de invierno.
KamchatkaDirigida por Marcelo Piñeyro