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Passengers cartel reducidoPassengersDirigida por Rodrigo García
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La película de suspense Passengers, producida por Mandate Pictures, está protagonizada por Anne Hathaway (El diablo se viste de Prada, Brokeback Mountain: en terreno vedado) y dirigida por Rodrigo Garcia (Cosas que diría con sólo mirarla, Nueve vidas) a partir de un guión de Ronnie Christensen. Patrick Wilson (Juegos secretos, Angels in America para el canal HBO), David Morse (Cruzando la oscuridad, La milla verde), Andre Braugher (Homicidio, Poseidón), Clea DuVall (Identidad, 21 Gramos), y la ganadora de dos Oscar® Dianne Wiest (Hannah y sus hermanas, Balas sobre Broadway) completan el reparto.

Passengers ha sido producida por Keri Selig (Las mujeres perfectas, Tango para tres), Matthew Rhodes (Southland Tales, Walker Payne), Judd Payne (Southland Tales, Walker Payne), y Julie Lynn (10 Items or Less, Nueve vidas). Como productores ejecutivos se ha contado con Joe Drake y Nathan Kahane de Mandate Pictures y Kelli Konop y Mary Lee como coproductores.


Sobe la producción
"Cuando uno niega la realidad al final la verdad siempre sale a relucir", dice la escritora Ronnie Christensen. "Estés en la situación en la que estés en la vida, por muy mal que lo pases, la verdad siempre sale a relucir". Para Christensen la verdad que inspiró Passengers fue el miedo a la paternidad que sintió según se acercaba la fecha de nacimiento de su primer hijo. Ese miedo al momento que va a cambiar tu vida para siempre se tradujo en un accidente aéreo, la "situación que más puede asustar", a través de la cual emerge un amor que es testigo de la verdad. "Estaba muy asustado con la idea de tener a mi primer hijo", dice Christensen.

Cuando analiza la película Passengers, la productora Keri Selig, una amiga de toda la vida de Christensen, lleva la metáfora más allá. "Ronnie estaba aterrorizado con la idea de convertirse en padre porque sabía que la vida que había llevado hasta entonces se acabaría. Passengers representa la muerte y un nuevo comienzo de la vida, la vida después de la muerte. Cuando la leí pensé, guau, esto es increíble".

Christensen había estado trabajando con Selig y sus colegas, Matthew Rhodes y Judd Payne, desarrollando otros proyectos, y les dio Passengers de repente. Los tres productores la leyeron por su cuenta un domingo por la tarde y el lunes los tres estaban de acuerdo en que era un proyecto que merecía la pena llevar a cabo. Lo que les sorprendió a todos fue el final que, según comentan los tres, fue una suerte no saber cómo acababa. "Porque no nos había preparado", recuerda Rhodes, "no teníamos ni idea de la inmensa sorpresa que nos esperaba. Eso es lo que de verdad nos enganchó de la película".

Vendieron el proyecto a Mandate Pictures y los productores se pusieron a buscar un director. Selig acaba de ver la película Cosas que diría con sólo mirarla, de Rodrigo García y estaba convencida de que él era la persona adecuada para Passengers. "Les dije a todos los de Mandate: este es nuestro director". No era la elección más obvia, pero para mí García entiende a los personajes y trae algo fresco, su trabajo es exquisito. Llamé a su agente y le rogué a ella y a Rodrigo que leyeran el guión. Pasó un mes sin respuesta, así que empecé a llamarle a diario. Al final, según ella misma lo cuenta, le dio el guión a Rodrigo solo para quitarse de en medio mis llamadas. Al día siguiente de haberlo leído dijo que sí, así que el que la sigue la consigue".

"Rodrigo acababa de terminar Nueve vidas", añade Judd Payne. "Todavía no se había estrenado pero pudimos ver la película y las actuaciones eran simplemente increíbles. Sabíamos que era alguien capaz de atraer un reparto estupendo. Así que cogimos el teléfono y empezamos a negociar a Rodrigo con los agentes. Estaban entusiasmados; a Rodrigo se le considera un director de actores. Su respuesta nos animó a todos así que le enviamos el guión".

García dice que la historia le pareció atractiva, "pero sin duda, los acontecimientos de las últimas veinte páginas me cautivaron", dice el director. "La historia es muy fuerte, muy emocional, y prefiero las historias que tienen que ver con mujeres importantes, historias para mujeres. Es una historia con mucha fuerza, como historia de suspense, como complot, está muy bien equilibrada".

El guión llegó hasta las manos de Anne Hathaway, que lo firmó para interpretar a Claire. Hathaway, la hija de la actriz Kate McCauley, empezó a actuar a muy temprana edad, y asistió al Barrow Group en Nueva York cuando era una adolescente. A Hathaway "le encantaba la idea de interpretar a una chica que no estaba viviendo la vida al máximo, una chica gobernada por el miedo pero con oportunidades, con formas de salir de ahí. Claire sabe que tiene talento y que es muy lista, pero está intentando aparentar ser un adulto ante el mundo mientras que al mismo tiempo no se está enfrentando a su vida emocional de una forma adulta. Una yuxtaposición fantástica. Y la película lo tiene todo: acción, amor, crecimiento personal. Es grande y clásica y a pesar de todo, pequeña como un estudio de personajes. Pensé que reunía lo mejor de los dos mundos".

Hathaway estaba enamorada de la idea de trabajar con García después de que los dos se encontraran para hablar sobre el guión. "Estaba completamente enamorada de Rodrigo desde nuestro primer encuentro", dice Hathaway con cariño. "Tuvimos una larga conversación sobre grandes temas, la vida y la muerte y las relaciones amorosas, la integridad, cómo cada uno vive su vida. Puedo ser una persona bastante tímida cuando se me conoce por primera vez, así que ser capaz de hablar con alguien tan libremente fue muy emocionante porque pensé, bueno, si estamos aquí sentados en una mesa y puedo decirle todas estas cosas sobre mí, me sentiré muy cómoda cuando interprete a mi personaje yendo a todos esos sitios de los que estamos hablando. Es un hombre increíblemente encantador, divertido, cariñoso y adorable. Quiero hacer todas mis películas con él".

Cuando Hathaway aceptó el proyecto el equipo de producción estaba encantado. "Annie tiene un carisma increíble", dice la productora Julie Lynn entusiasmada. "Tiene una inteligencia mordaz que la cámara no puede evitar captar. Se deja ver a través del talento que aporta y en cómo ejerce su trabajo. Es una parte esencial de su forma de ser y funciona a la perfección para el papel de Claire".

Con García y Hathaway a bordo, el proyecto estalló. "Nos levantamos al día siguiente y las llamadas nos invadieron", exclama Matthew Rodees. "Empezamos tan rápido en la preproducción que durante las dos primeras semanas todavía estábamos trabajando en los horarios. Mientras tanto, teníamos veinte personas construyendo un avión."

Hathaway aceptó en noviembre de 2006 y en enero 2007 la película ya se estaba rodando. "El quid de la cuestión era que disponíamos de muy poco tiempo porque Anne tenía que rodar su próxima película", dice Rhodes. "Así que tuvimos que arrimar el hombro. Pero Rodrigo es un profesional consumado y había pasado tanto tiempo tratando de comprender a los personajes de la historia, que sabía claramente lo que quería. Eso hizo todo mucho más fácil".

Con tan poco tiempo antes de empezar a rodar, los productores hicieron una lista con sus preferencias para los actores que faltaban y empezaron a contratarles muy rápido, con un poco de ayuda del director. "Tuvimos mucha suerte de contar con Rodrigo", dice la productora Keri Selig, "Porque cogía el teléfono y decía, "Quiero hacer esto contigo". Fue tan fácil que conseguimos a todo el mundo que queríamos".

"Todos", incluido Patrick Wilson, Dianne Wiest, Clea DuVall, David Morse, y Andre Braugher. "Wilson", dice con entusiasmo la productora Julie Lynn, "es un actor increíblemente versátil, un aventurero que aporta un montón de diversión al personaje". Morse es "alucinante, una revelación cuya amplitud no se puede apreciar del todo hasta que le ves trabajar. Es como si absorbiera el carácter y el objetivo de cualquier personaje que interpreta para interpretarlo en su cuerpo, y entonces brota de él, hace un trabajo estupendo". Y Braugher, termina Lynn es "tan cariñoso e inteligente que lo único que quieres es pasar el día a su lado. Claro, ¡como Claire!"

Con DuVall y Wiest, García retomó la relación que tenía con ellos para atraerles a Passengers. DuVall y García habían trabajado juntos Mi padre y mi hijo y Carnivàle, y aunque el papel de Shannon ya existía en el guión original de Ronnie Christensen, García "rescribió algunas partes del personaje con Clea en la cabeza" dice. "Es muy buen actriz. Es tan natural que tienes la sensación de que no está trabajando en absoluto; simplemente fluye de ella. Pero trabaja muy duro, se prepara rigurosamente".

En relación a Wiest, García estaba trabajando con ella en In Treatment, una serie para el canal HBO, pero en este caso al director le daba un poco de vergüenza preguntarle a una actriz tan buena que aceptara un papel tan pequeño, admite la productora Julie Lynn. Dijo, "recoge Oscar como yo recojo perritos calientes. Pero todos nosotros, Keri y yo misma y los directores de reparto dijimos: no, contratémosla si podemos, que elija ella. Y Dianne aceptó".

García se alegró de aceptar su consejo. "Realmente, Diane llevó ese papel a un nivel completamente diferente", cuenta con entusiasmo. "No es un papel con muchas escenas pero realmente lo interpretó con entusiasmo y lo hizo muy divertido".

Mientras estábamos eligiendo el reparto, García y los productores se fueron a Vancouver, Canadá, para empezar la preproducción. Era invierno, hacía frío y llovía y, aunque el motivo de rodar en el norte era económico, dice la productora Keri Selig, "la verdad es que estoy muy contenta de que lo hiciéramos ahí. Nuestra película es muy gris y nublada así que el tiempo la realzó. Sí, a veces hacía frío, pero esa era la apariencia que buscábamos. Así que tuvimos mucha suerte rodando ahí".

El director de fotografía Igor Jadue-Lillo se ríe cuando oye al resto quejarse sobre el frío y la lluvia. "A todo el mundo le daba mucho miedo el frío pero a mí me parecía que el tiempo era una maravilla, una gran herramienta en esta película. Teníamos esos cielos increíbles, dramáticos, y una luz fantástica en exteriores. Cada vez que empezaba a llover me ponía contentísimo; ayudó muchísimo para conseguir este mundo".

Algo que diferencia esta producción de otras que se han rodado en Vancouver fue la decisión de no esconder la ciudad o hacer que pareciera otra. "Cuando llegué aquí por primera vez", dice García, "pregunté: ¿por qué nunca se ve la ciudad? Siempre hacen que Vancouver parezca otro sitio. Así que animé a David Brisbin, nuestro diseñador de producción a que mostrara la ciudad. No la llamamos Vancouver; simplemente es donde la película tiene lugar. David hizo un magnífico trabajo creando este mundo que él llamó "Vancouver etéreo" una combinación de azules marinos y verdes inspirada por los alrededores iluminada y diseñada al estilo de una película de suspense con una pequeña paleta de colores y una luz caprichosa".

"David Brisbin hizo un trabajo extraordinario", añade Lynn. "Se preocupa mucho. La mínima criatura en el apartamento de Eric, o el inmenso casco del avión accidentado, todo es igual de importante para él. Y a David le interesa cómo su diseño está al servicio de la película, no como la película está al servicio del diseño. Esta es una virtud excelente en un diseñador de producción. No tengo palabras para agradecérselo. Es un excelente colaborador, un verdadero artista, un caballero".

La iluminación, traerla a un primer plano en lugar de que se someta a la película, fue una de las cosas principales. "Algunos directores", dice David Morse, "son los capitanes de este inmenso barco y se sienten como que todo ocurre gracias a su fuerza de voluntad. A menudo, abusan de la gente para conseguir que las cosas se hagan. Consiguen un buen trabajo, y con muchos de ellos volvería a trabajar, pero no siempre es agradable trabajar en ese tipo de películas. Con Rodrigo no se tiene esa sensación para nada. Somos todos haciendo que esto salga adelante. No obliga a nadie a que haga nada; todo el mundo le adora así que quieren hacerlo por él. Es un ambiente creativo".

La productora Julie Lynn, que ha trabajado con Rodrigo en muchos proyectos, apunta que "lo que hace de Rodrigo un buen director es que está abierto a colaborar sin desestimar su propia opinión. Le pide a la gente que ponga su opinión encima de la mesa; no le asustan las nuevas ideas y a menudo se le oye decir ¡sorpréndeme! Al mismo tiempo se puede confiar en él; la gente se siente protegida y segura. Tener a alguien que está abierto a la colaboración y que al mismo tiempo está muy seguro de lo que quiere es una combinación excelente. Hace que sea un placer venir a trabajar".

Con un calendario de rodaje de cuarenta y dos días, esa colaboración y cooperación eran esenciales. "Fue un reto", admite el director de fotografía Igor Jadue-Lillo. "Rodé sin parar. Pero tengo que decir, que desde el punto de vista de la producción, cualquier cosa que necesitáramos la teníamos. Conseguimos las grúas, los barcos, los cabos del muelle y terminamos muy bien. Yo tenía dos operadores de cámara estupendos, Jim Van Dyke y Gary Viola, y un excelente técnico de iluminación, Drew Davidson (trabajaron realmente duro para tener todo listo). El departamento de cámaras mantuvo el listón muy alto, y lo mismo puedo decir de los maquinistas y de la parte eléctrica. No hubo retrasos. Fue absolutamente impresionante. No puedo estar más contento. Tuvimos mucha suerte de tener un equipo increíble".

Sin embargo, donde el equipo se superó, fue en la creación y el rodaje de las dos escenas de la película con efectos especiales, cuando cae el avión y cuando Eric se funde entre los trenes en marcha. Para estas escenas, García tenía toda su confianza en el trío formado por el diseñador de producción David Brisbin, el coordinador de efectos especiales Jak Osmond, y el supervisor Doug Oddy de Vancouver’s Technicolor Creative Services.

La secuencia del accidente, que sigue al avión desde la explosión a una altura elevada al momento del impacto en la playa fue una compleja mezcla de planos en vivo y animación con el ordenador. "Estábamos rodando con una cámara envolvente de 180 grados y varios escenarios para el interior del fuselaje cuando se abre hasta que se impacta contra la playa", explica Doug Oddy. Probablemente utilizamos un día entero de helicóptero para grabar los diferentes ángulos del avión, el costado, las vistas de la ventana, que los unimos con un ala digital y un motor digital en llamas, con la ruptura del avión que también es digital. El costado del avión se abre por completo y vemos como el horizonte se acerca cada vez más. Es una de las originalidades de este accidente de avión: todos los planos tienen lugar dentro del fuselaje, justo en el punto del impacto.

Para esta excepcional perspectiva del accidente Oddy le atribuye el mérito al director. "Cuando estábamos viendo que los efectos funcionaban, antes de que hubiéramos hablado con el director, veíamos los planos de una cierta manera", cuenta Oddy. "Y todos tendemos a tener un modelo genérico en nuestra cabeza que se construye en base a las experiencias que hemos tenido. La mayoría de nosotros no ha vivido la experiencia de sobrevivir al accidente de un 737, así que tendemos a imaginarlo con lo que sí hemos visto, que normalmente son otras películas. Esto cambió por completo cuando hablamos con Rodrigo; lo interpretó de forma rotundamente diferente. Lo cambió por completo dándole mucha energía. Su visión se centraba en la fría realidad de lo que debe de ser que un avión caiga hasta el suelo. En los dos minutos que realmente se tarda en perder altitud, ¿qué es lo que ocurre dentro de la gente?".

En este sentido los efectos especiales y visuales estaban diseñados para trabajar al servicio de los personajes y no como espectáculos en sí mismos. "Queríamos que la película pareciera realista, no sobre diseñada", dice el director García. "Lo que les ocurre a los pasajeros en el avión es horrible y traumático, pero mantuvimos la relación entre la gente pasando por esto, enfrentándose a lo que podrían ser sus últimos momentos, como el tema principal. La idea no era terminar con un estallido de efectos especiales porque, esa no era la historia; la historia va de la gente que está a bordo".

Sin embargo, el accidente resultó espectacular, especialmente para los que estaban en los alrededores y fueron testigos del accidente y de las inmensas explosiones y que frenéticamente llamaron al 911 hasta que corrió la voz de que era el escenario de una película en la zona de playas llamada Spanish Banks en Vancouver. "Teníamos todo el fuselaje del avión roto y repartido por toda la playa", se ríe la productora Keri Selig. "La gente que paseaba y pasaba en coche por ahí pensó que se trataba de un accidente de avión real y alucinaron. Avisamos a los medios, hablamos con todo el mundo, pusimos carteles por todos lados. Y se convirtió en un día extraordinario. Todo el mundo de los alrededores vino con sus niños y sus cámaras de fotos. Parecía que estábamos rodando la película con toda la ciudad. Todo el mundo nos recibió con los brazos abiertos".

El otro gran escenario para el equipo de producción fue cuando Eric desaparece entre las vías del tren, otra toma compleja que integra rodaje real y animación por ordenador. La escena, en la que Eric se encuentra entre dos trenes que viajan muy deprisa en sentidos opuestos era demasiado peligrosa para grabarla completamente en vivo y también, dice Doug Oddy, "demasiado difícil de controlar desde el punto de vista técnico. La escena necesitaba por lo menos cuatro o cinco vías; esa es una sección de cualquier vía de trenes muy concurrida. Controlar el rodaje es difícil porque hay muchos trenes con horarios fijos y la localización en si misma es un sitio difícil y peligroso para rodar porque, como es natural, es difícil parar a un tren -si tienes al equipo de una película con cables por todos lados, no somos los más rápidos en quitarnos del medio. Eso, y poner a un actor delante de un tren en marcha es algo que cualquiera intentaría evitar".

"Así que se tomó la decisión de que usaríamos trenes digitales. Se combinó un poco de trabajo con pantallas verdes, un montón de efectos de iluminación interactiva para la luz que simularía trenes en marcha, combinado con algunos efectos especiales que ayudaron -viento interactivo y restos de los trenes que pasan- y consiguieron una secuencia que funciona muy bien. Fundamentalmente, necesitamos dos trenes en marcha y uno estático y Eric en medio de las vías. Rodamos una serie de escenas de pases con Eric contra una pantalla verde con luces interactivas justo sobre él. Después dos pases de fondo con luz interactiva mientras una carretilla se deslizaba por las vías con luces en los mismos sitios que las tendría un tren".

"Después tomamos varios planos del ambiente para ser capazas de pintar la luz de fondo para cualquier cosa que nos faltara. Cortamos todas estas partes, construimos el tren digital, lo pusimos en el rodaje, añadimos un poco de movimiento de cámara y ya teníamos nuestra secuencia".

Oddy hace que lo que fue una escena terriblemente difícil parezca fácil, quizás porque no fueron las escenas con efectos especiales las que más le emocionaron, sino las escenas con matices sutiles que los equipos de efectos especiales y visuales consiguieron incluir en la historia. "Algunos de los efectos son más bien sutiles", dice Oddy, "el desarrollo del humor o ayudar a transmitir una emoción que de otra forma a uno le pasa desapercibida. Esta es una película que después de haberla visto una vez, uno se da cuenta de aspectos completamente diferentes la segunda vez que la ve. Y la historia contribuye a esto. Uno piensa que esta viendo una cosa pero en realidad lo que está viendo es un reflejo de otra realidad. Ser parte de ese toque sutil es lo que más nos gustó".