La Última Estación es una tragicomedia sobre el amor y el matrimonio durante el último año de vida del gran escritor ruso, León Tolstói. Escrita y dirigida por Michael Hoffman (Sueño de una Noche de Verano, Un Día Inolvidable, Escándalo en el Plató, Restauración), es una historia real que se adentra dentro de temas tan universales como el amor, la familia, los celos, las traiciones, los idealismos y sobre cómo conocerse a uno mismo.
Producida por Chris Curling (Zephyr Films), Jens Meurer (Egoli Tossell Film) y Bonnie Arnold, junto a Andrei Konchalovsky, la película se centra en dos diferentes historias de amor, la extraordinaria relación entre Tolstói y su esposa tras 48 años, la sumamente apasionada Sofía y el floreciente amor entre el joven idealista secretario de Tolstói, Valentin, y la libre Masha, una profesora comprometida por igual con los valores del escritor.
Rodada en las pintorescas regiones alemanas de Sajonia-Anhalt, Sajonia, Turingia y Brandenburgo, la película cuenta con un extraordinario conjunto de estrellas. El reparto está liderado por Christopher Plummer (El Dilema), como Tolstói; la ganadora de un Premio de la Academia Helen Mirren (The Queen - La Reina), como Sofía; James McAvoy (Expiación: Mas Allá de la Pasión), como el secretario privado de Tolstói, Valentín; el nominado a un Premio de la Academia, Paul Giamatti (Entre Copas), como el comprometido Tolstóiano Chertkov; Anne-Marie Duff (Las Hermanas de la Magdalena), como la leal hija del escritor, Sasha y Kerry Condon (Roma), como la enamorada de Valentin, Masha.
Michael Hoffman comienza diciendo que "La Última Estación nos dio la inusual oportunidad de ir más allá de una cinta biográfica estándar, creando una intensa y emotiva película sobre la dificultad de vivir con el amor y la imposibilidad de vivir sin él. No es una película sobre Tolstói. Es una película sobre los retos del amor".
Chris Curling explica que "trata sobre el amor de parejas adultas visto desde la perspectiva de una persona joven que se está enamorando por primera vez. Todos pasamos por un momento así y es por lo que creo que La Última Estación tendrá una repercusión mundial. Todos estamos representados en ella".
Del director y guionista Michael Hoffman
Leí por primera vez la novela de Jay Parini cuando se publicó y me la leí del tirón. Volví a leer Anna Karenina y algunas biografías de Tolstói, pero no encontré mimbres para hacer una película en la novela de La Última Estación. No fue hasta que volví a retomarla en 2004 cuando comprendí su potencial para una película. Creo que fue porque durante ese tiempo había estado casado durante diez años. La primera vez que lo leí, vi un libro; la segunda vez, vi una película sobre el amor y el matrimonio. Tenía claro que no quería hacer una biografía gráfica sobre su vida y lo que atisbé en la novela de Jay fue una oportunidad para explorar la tragicomedia del amor y del matrimonio. Quería contar la historia acerca de la dificultad de vivir con el amor y la imposibilidad de vivir sin él, acerca del amor perdido y del amor hallado, sobre la sensación de un nuevo amor y del desgaste del amor con el paso del tiempo.
Truffaut una vez dijo que "los libros de segunda hacen películas de primera". El problema con La Última Estación de Jay Parini es que el libro es de primera. El reto fue encontrar la forma de poder adaptar la compleja estructura de Jay, que está basada en seis puntos de vista diferentes: los diarios que cada uno de los personajes principales mantienen acerca de estos acontecimientos. El guión tenía que encontrar una ventana dentro de estos acontecimientos para el público. La educación sentimental de Valentín nos dio el vehículo perfecto para explorar este conflicto. La cinta trata acerca de los reclamos del ideal del amor y sobre cómo el amor existe en el mundo. Pude ver claramente el contraste de la relación de la gente joven, como Valentin y Marsha, con la difícil y complicada relación de parejas más mayores. Me encantó la manera en la que estas relaciones convivían unas con otras. Otro factor a tener en cuenta fue el tono, ya que pretendía hacer una tragicomedia sobre el amor y el matrimonio. Mi mujer lo describe como "el arte imita a la esposa". El escritor ruso Anton Chekhov fue un buen amigo de Tolstói y demostró convertirse en un buen amigo de este proyecto. Fue releyendo sus obras donde encontré un tipo de comedia donde lo absurdo y lo sublime, lo grande y lo ridículo, conviven juntos.
Hay una extraordinaria gran cantidad de material de primera mano. Cada uno de los personajes tenían un sin fin de detalles sobre cada uno de los sucesos gracias a los diarios. Tolstói tenía tres diarios. El primero lo dejaba al alcance de todo el mundo para hacerles saber lo que pensaba de ellos y sobre cómo debían de comportarse; el segundo supuestamente era secreto, pero en realidad permitía que unos pocos lo leyeran para ponerles tras la pista de su tercer diario, supersecreto y que guardaba en una de sus botas. Resulta intrigante enfrentarte a tantas verdades contradictorias, pero esto es muy enriquecedor cuando se crea un drama, ya que éstas son su esencia.
Lo más emocionante fue cuando estuve en la casa en la que vivió Tolstói en Rusia, Yasnaya Polyana, y en la estación de tren donde murió, Astapova. Fue excepcional estar en las habitaciones donde esta gente vivió; poder sentir sus espíritus, su dolor y su amor. La familia Tolstói, particularmente Maxime Mardoukhaev, Vladimir Tolstói y su hija Anastasia, me contaron muchas historias sobre sus abuelos, las historias que una familia cuenta sobre la gente a la que ama. También me dieron una visión del conflicto entre Leo y Sofía más equilibrada de lo que la mayoría de los biógrafos de Tolstói habían mostrado.
El gran descubrimiento fue un tesoro oculto de material de archivo que había sido rodado en la misma época en la que transcurre la película y que encontramos en Yasnaya Polyana. No sólo nos sirvió como una gran fuente visual de cómo era la gente, de cómo se movía, de cómo vestía y gesticulaba, sino que también nos dio información cinemática de como esa gente interactuaba. Fui a los archivos de la Universidad de Toronto y por medio de las imágenes y fotos de archivo pude comprender la intensidad de la guerra que hubo entre Sofía y Leo.
Fue clave intentar hacer su mundo algo tosco y poco refinado, no muy perfecto y preciso. Por ejemplo, recrear la antigüedad de la casa, el olor del barniz y sentir que fue el hogar de una familia. Nos comprometimos a buscar una expresión visual de la distancia que separa a Sofía y Leo, posicionándola a ella arriba y a él abajo. A ella la envolvimos con símbolos de una vida aristocrática y a Leo, en su celda conventual del sótano, muy lejos de cualquier connotación de riqueza.
Fue a la hora de hacer la película más que en el guión, cuando me di cuenta de los ricos paralelismos que había entre estas dos historias de amor. Intentamos que se repitieran imágenes entre las dos historias. Por ejemplo, en el símil que vemos en las escenas de Valentin intentando alcanzar, agarrar y aferrarse a otra persona; y en la desesperación de Sofía por resolver la situación.
Realmente no creo en la típica película biográfica. Decides contar una historia porque es maravillosa, no porque se trate de una persona conocida. Quería hacer una película que se introdujera en la esencia del dilema al que todos tenemos que enfrentarnos, el amor que nos crea, nos destruye y nos vuelve a crear. Quería explorarlo en todo su dolor, en su locura y anhelando una conexión que quizás nunca podremos tener en este mundo, pero que nunca dejaremos de desear.
La adaptacion
Es extraño que los autores estén encantados con las adaptaciones de sus novelas, pero Jay Parini lo estaba con el guión de Michael. "Mike ha capturado el drama inherente de la historia. Este drama se centra en el conflicto, y el último año de Tolstói fue un conflicto tras otro. Nadie podría ganar la batalla que hay entre Sofía y Chertkov. Son como la noche y el día, y su enfrentamiento es un espejo de la doble personalidad que tiene Tolstói a nivel psicológico. Es genial que el guión de Mike comprenda profundamente que en La Última Estación es todo una continua lucha psicológica sin fin entre lo espiritual y lo material".
La actriz Helen Mirren se quedó prendada por la gran pasión que desprendía el guión. "Michael ha escrito un guión soberbio y está haciendo una película maravillosa. No es fácil dar con guiones así de maravillosos, pero éste realmente lo es".
El productor Chris Curling dice que "lo más importante que hizo Mike fue hacer que Valentin fuera el centro de la película. Esto le liberó como guionista para crear un convincente drama humano más que una película biográfica. El film tiene que enganchar al 99 por ciento del público que no haya leído Anna Karenina o Guerra y Paz y que no sepa quién es Tolstói. A pesar de ello, se sentirán cautivados por las emociones que Mike saca de la nada en La Última Estación".
Michael añade que al escribir La Última Estación, sintió que era crucial mezclar los tonos y entrelazar comedia y tragedia. "Antes de escribir el guión, volví a leer las mejores obras de Chekhov. Es uno de mis escritores favoritos y le estoy muy agradecido porque me ayudó a comprender el tono. Quise escribir un tragicomedia acerca del matrimonio, en la que la tragedia y la comedia convivieran realmente cerca una de otra".
Chris Curling añade, "una de las mejores cosas del guión es que se asemeja a una de las novelas de Tolstói. Hace la pregunta esencial: ¿qué verdad es la que vale?: ¿la de Sofía o la de Chertkov?"
Amor y matrimonio
"Se trata de una historia fantástica sobre las relaciones y sobre la yuxtaposición de un amor maduro a un primer amor", continua Michael. "La esencia de esta película está en la guerra entre el idealismo y la realidad. Todos nosotros nacemos con una idea de cómo debería de ser el amor, que dista mucho de lo que en realidad es. Tolstói era considerado como un santo viviente y se le tiene por una autoridad en el amor, pero era incapaz de lidiar con ello en su propia casa. Es un problema fascinante".
"La Última Estación es una historia sobre dos relaciones amorosas", comenta el productor Chris Curling. "Tolstói y Sofía son una pareja madura que han tenido una vida increíble juntos. Han trabajado codo con codo y han tenido trece hijos. Pero a pesar de todo esto, llegan a un momento en el que sus maneras de pensar son tan diferentes, hasta tal punto, que a pesar de la atracción magnética que sienten el uno por el otro, la convivencia se hace imposible".
"Sofía dio su vida por el trabajo de Tolstói", explica Helen Mirren. "¡Reescribió Guerra y Paz seis veces, piensa en el esfuerzo! Se involucró mucho en toda su obra, así que sus novelas también le pertenecen. Hoy en día algo similar ocurre cuando un matrimonio se divorcia y la mujer ha estado siempre ahí cuando se la ha necesitado. Por ley, el marido tiene que darle la mitad de sus pertenencias porque ella le ha ayudado a conseguir todo lo que tiene. Es justo lo mismo con Sofía y Tolstói. Simplemente lucha por lo que le pertenece".
"Valentin entra en su historia obsesionado con un ideal de amor espiritual, no carnal. Gradualmente se da cuenta de que a lo único que podemos aspirar es al desastre que es lo que en realidad es el amor en el mundo real", revela Michael. "Resulta muy conmovedor ver el amor de Tolstói a través de los ojos de Valentin, que se está enamorando por primera vez y se está dando cuenta de que existen otros mundos más allá de los idealismos y de la política", apunta Chris. "Llega a pensar que la única manera de que el amor funcione es entregarse sin reservas. Está siendo testigo de los riesgos de las relaciones a través de Tolstói y Sofía, y a través de él, podemos sentir su dolor".
"Se da cuenta de que en la vida de su mentor existe mucha confusión y un enorme disonancia con su mujer. Aún así, toda la obra de Tolstói trata sobre la supremacía del amor", explica James McAvoy. "Valentin cree que es muy difícil que los dos se reconcilien y estas inconsistencias son las que hacen que a Valentín le resulte complicado seguir esa idealizada imagen que se ha construido en su cabeza".
Otro de los hilos argumentales de la historia de Valentin es la tortuosa relación amorosa con Masha. "En muchos aspectos la película trata sobre la imposibilidad del amor", comenta James. "Desde el principio se siente atraído hacia Masha, por la misma razón por la que se siente atraído hacia Tolstói por su capacidad de eliminar todo lo que carece de sentido en la vida. Valentin y Masha comparten esa gran pasión por los ideales de Tolstói, además de la mutua pasión que se profesan. No obstante, todo tipo de obstáculos se interponen en su camino al amor".
La película es categórica respecto al tema de la conducta sexual. "Es uno de los aspectos que hace que La Última Estación sea tan moderna", comenta el productor Bonnie Arnold. "A Tolstói, el público le adoraba. Realmente él fue el primero en hacerse famoso en los medios de comunicación, a pesar de que si comparamos a Tolstói y a Sofía, eran absolutamente iguales. Ella le dijo que no sólo era un escritor, sino que además era marido y padre también. Resulta muy valiente por su parte".
"La película gira en torno al amor, joven y maduro", cuenta Helen. "Muestra los aspectos más prácticos y los desastres a los que el amor puede arrastrarte. De Sofía tengo algunas frases favoritas, como por ejemplo, en un momento dado, Tosltoy le dice ¿por qué tienes que hacerlo tan difícil?" A lo que ella contesta: ¿por qué debería de ser tan fácil? Yo soy la obra de tu vida y tú eres la mía. Eso es lo que es el amor. Es una frase fantástica."
Buscando el reparto
"Tuve un extraordinario elenco de actores con los que trabajar", nos dice Michael entusiasmado. "Christopher Plummer aporta al papel de Tolstói, cordialidad, inteligencia y sofisticación. Tiene un tremendo sentido poético y una inagotable curiosidad. Un montón de actores de su edad creen que ya lo han hecho todo, pero Christopher está todavía ávido de crear".
"Encontrar al actor adecuado para Tolstói, daba un poco de miedo", admite el productor Jens Meuer. "Pero Christopher es perfecto para el papel, combina una tremenda seriedad junto a una maravillosa delicadeza. Él no lo admite, pero es un gran actor dramático interpretando a un gran escritor. Lo hace muy real. No es una imitación o una parodia".
"Tiene una gran presencia en la pantalla, lo que es ideal porque Tolstói dominaba la habitación", nos cuenta Chris. "Pero lo más increíble es que cuando estás viendo La Última Estación, te olvidas de que es Christopher Plummer. Como actor, no busca que se centre la atención en él, simplemente se envuelve en el personaje. Es un actor de verdad, lo hace todo con una sutil mirada. Está todo en su cara. Te atrapa".
"Helen Mirren aporta un gran magnetismo a este papel. No se encierra en Sofía", dice Michael. "Como actriz es muy sutil y el público inmediatamente se siente atraído por su integridad. Es emotiva y divertida, pero a la vez muy seria. No se encoje ante nada y eso nos da fuerza. Si ella no retrocede, entonces el resto tampoco. Es una gran cualidad. No es zalamera, ni se auto compadece y siempre mantiene su dignidad, al igual que Sofía".
"James McAvoy nos ofrece extraordinarias cualidades como Valentin", nos apunta Michael. "Tiene una gran pureza que hace que el público se entregue a él de buena gana sin más ya que se trata de un hombre como los demás. En El Último Rey de Escocia, quedaron encantados por su liderazgo y aquí sucede lo mismo. El público confía plenamente en él. No muchos actores tienen esta característica, y además también sabe escuchar, está siempre absolutamente presente y en el momento adecuado".
"Había trabajado anteriormente con James en Penelope y sabía que era ideal para este papel", añade Chris Curling. "Es un consumado profesional, muy centrado y disciplinado. Vemos la acción a través de los ojos de Valentin, lo que aporta el punto emocional de la película".
Michael continúa diciendo, "Paul Giamatti es muy carismático. Puede interpretar a un villano y aún así consigue que lo ames. Es capaz de encontrar el humor en mitad de las situaciones más serias".
"Paul es más que un actor natural", dice Chris Curling. "Chertkov es comprometido, idealista y a la vez una devoto narcisista. Todas esas cualidades se pueden ver en la interpretación de Paul".
Sobre el director
Chris Curling quiere también alabar las virtudes de Michael como director. "Solía mostrarse tal como es y su mayor cualidad es que se apoya en el trabajo con los actores. Prioriza eso por encima de todo lo demás y consigue grandes actuaciones por parte de sus actores. Por esto voy al cine, para ver actuaciones como éstas".
Jens piensa que, "Mike es el director americano más europeo con el que jamás me he encontrado. Muestra gran comprensión, pasión y respecto por lo que tenemos en Europa. Ha unido a un reparto y un equipo internacional para rodar una película que rompe todos los cánones".
"Para mostrar en una película todo esta genialidad, se necesitaría una mini-serie de seis capítulos", dice Christoher Plummer. "Así que, Mike inteligentemente se concentró en un sólo aspecto del escritor. Nos da a conocer una muestra de la vida de Tolstói, centrándose en su matrimonio, lo que nos revela mucho de cómo era el escritor como hombre".
"La primera vez que Mike y yo hablamos de esta película fue hace varios años, incluso antes de que fuera a Uganda para rodar El Último Rey de Escocia", recuerda James McAvoy. "He estado enganchado a La Última Estación durante todos estos años porque era una gran oportunidad de actuar en un guión bien hecho". El actor y el director encontraron inmediatamente un vínculo de unión gracias al fútbol. "Mike es un gran seguidor del Manchester United. ¡Una noche jugaron contra el Celtic e inmediatamente conectamos!"
Anne-Marie dice que se identificó con el proyecto gracias al guión de Michael. "El guión es muy atractivo para los actores porque es como una obra de teatro. Podría ser de Chekhov o Gorky. Cuenta con un conjunto de personajes bien desarrollados y creíbles. Todos los personajes revolotean como polillas alrededor de la llama de Tolstói y de su mujer. Es maravilloso poder representarlo".
Rodando en Alemania
Los productores estaban encantados de tener la experiencia de poder rodar en Alemania. El paisaje alemán poseía exactamente esa autenticidad de la Europa Central que se quería reflejar.
Helen Mirren como Sofía Tolstói
Helen sintió inmediatamente una afinidad con su personaje. "Lo llevo en mi sangre", se ríe. "Mi bisabuela fue una condesa rusa. Esta parte de mi familia pertenecía a la aristocracia rusa y la otra pertenecía a la clase obrera inglesa. ¡Así que soy una gran contradicción! A día de hoy, la familia de Tolstói está muy agradecida a Sofía, ya que luchó duramente para mantener las propiedades de la familia que perduran hasta hoy en día".
La actriz se identificó con Sofía porque, "desde el momento que lo leí, pensé que era uno de los grandes papeles de la película. A veces los papeles de mujeres podríamos describirlos como sufridos, pero Sofía es todo lo contrario. No aguanta a nadie durante mucho tiempo. Es una persona magistralmente temperamental y apasionada, además de muy divertida. Es un papel fabuloso. Domina cualquier escena en la que aparece y eso es un lujo. Cuando entra en una escena, se apodera de la situación y la resuelve con encanto y pasión".
Esta pasión se muestra en el tira y afloja que mantiene con Chertkov por el legado de Tolstói. Helen nos explica que "Tolstói y Sofía están en el final de sus vidas y de su matrimonio de 48 años. Pugnan por la herencia, sus derechos, sus propiedades y su dinero. A día de hoy, la familia de Tolstói está muy agradecida a Sofía por la dura lucha que tuvo para mantener el legado familiar".
Christopher Plummer como León Tolstói
Christopher estaba encantado de poder enfrentarse a algo tan complejo. "Pegué un salto de alegría por tener esta oportunidad. Tengo experiencia al haber interpretado a personajes reales como Rudyard Kipling y el Duque de Wellington, y siempre me encantan ese tipo de retos. Me gusta la parte de inmersión en el personaje y si encima te ponen una buena capa de maquillaje, ¡el trabajo casi se hace solo!"
Lo que a Christopher le encanta es la naturaleza contradictoria de Tolstói. "Es un hipócrita de tomo y lomo", se ríe el actor. "¡Dice que liberará a los campesinos mientras vive como un aristócrata! ¡Dice que ayudará para que el Zar libere a los siervos, mientras que él se sienta a la mesa y es servido por sus sirvientes!".
"Es un personaje muy contemporáneo. Por ejemplo, entendió el matrimonio de una manera muy moderna. Nunca utilizó las tradiciones de los aristócratas en las que se hacía de menos a las mujeres. Reverenciaba a las mujeres y siempre se guió por la pasión".
"Sofía es muy moderna también. Ayudó sin límites a Tolstói en su trabajo. Corregía y pasaba a limpio sus novelas. Le ayudó con un montón de cosas. Así que al final de la película, piensa que él está siendo cruel con ella cuando le dice que no quiere dejarle nada y dárselo todo al pueblo. Parece que ella recibe un trato injusto y te dan ganas de decirle, 'espera un minuto, ella ha trabajado muy duro para ayudarte'".
James McAvoy como Valentin Bulgakov
A James su personaje de Valentin le atrapó casi instantáneamente. "Es observador, inocente, virgen y un académico idealista, enamorado del pensamiento de Tolstói".
"Trata sobre el peligro de defender a los líderes. Por supuesto, esto tuvo una inmensa resonancia cuando surgió la Revolución Rusa siete años después de la muerte del escritor. Tolstói no hubiera tolerado la Revolución, pero su trabajo allanó el camino. Valentin y Chertkov demuestran las dos diferentes formas en las que el trabajo de Tolstói influyó en la gente".
"Tolstói apreciaba la franqueza", continúa diciendo James. "Le fascinaba la eterna búsqueda de la verdad. Cuando transcribió la Biblia, simplificó los Evangelios con la esperanza de llegar al corazón de una manera más rápida. Ve el verdadero amor por la verdad que se refleja en Valentin y esto es lo que hace que se unan. Pero empieza a dejar de creer en las ideas del escritor porque se da cuenta de que la vida de Tolstói se contradice con sus enseñanzas".
Paul Giamatti como Vladimir Chertkov
Paul comienza dejando claro que incluso antes de haber aceptado el papel, ya era un admirador de las novelas de Jay Parini y que estaba totalmente encantado de poder interpretar a Cherkov. "Es un poco fanático y está totalmente comprometido con la causa de Tolstói", hace constar el actor. "Es uno de esos tipos dedicados en cuerpo y alma a su trabajo pero que no tiene demasiada imaginación. Es un alumno disciplinado que se vuelve más doctrinario incluso que su líder. Hará lo que sea para salvar a la humanidad".
Además Paul añade, "hay un escuela de pensamiento de la que Chertkov será una pieza clave para siempre. Hizo algunas cosas increíbles, creó una editorial que consiguió que la literatura religiosa estuviera disponible al público por primera vez en Rusia. También tenía unos interesantes antecedentes que podría explicar ese comportamiento. Se enteró de que era hijo ilegítimo del Zar y que venía de una buena familia aristócrata muy adinerada".
"La conversión de Chertkov llegó porque pensaba que era un error que la gente pudiera conseguir las cosas sin esfuerzo. Estaba comido por el odio, un sentimiento que le hacía sentir indigno de vivir una vida privilegiada. Cuando conoció a Tolstói, su vida pasó por un momento decisivo, como si de una aparición se tratara". Inmediatamente se identificó con Tolstói y su pensamiento. "Pensó que esa era la manera en la que debía de vivir su vida".
Pero también había algo de manipulador en él. "¡La manera en la que Chertkov trata a Valentin es morbosa y retorcida!", exclama Paul. "Utiliza a Valentin porque cree que es inocente, maleable, que no cuestiona nada y que será una buena herramienta. Pero está completamente equivocado. El problema es que Chertkov es un completo narcisista que sólo ve el mundo a través su prisma".
Anne-Marie Duff como Sasha Tolstói
Anne-Marie ha sido siempre una seguidora de las novelas de Tolstói. "Me había leído todas y sencillamente son brillantes. Si lees a otro novelista después, crees que te están privando de algo. Es como un dios en Rusia y este es uno de los interesantes aspectos en los que el film se adentra. Tengo muy claro el por qué Sasha era tan devota de su padre".
A Anne-Marie le fascinó el personaje de Sasha. "Está totalmente enamorada de su padre y pasó su vida entera adorándole. Ama su filosofía y está absorta por su trabajo. Más tarde, creó una comunidad Tolstóiana en el norte del estado de Nueva York. Está tan cerca de él, que no existe para ella nadie más en su vida. Es su héroe. El único inconveniente es que no tiene ninguna relación con su madre".
Kerry Condon como Masha
"Masha es luchadora, fuerte e independiente", afirma la actriz. "No es la típica interesada en el amor y eso es lo que realmente me atrajo".
"Está muy segura de sí misma, confiada y no es nada fácil de moldear. Proviene de una familia muy acomodada pero ha renunciado a todo para seguir a Tolstói. La gente que viene de orígenes acomodados tiende a tener esa confianza innata. Es bohemia y cercana al idealismo de Tolstói. No cree que la Iglesia tenga que imponer las cosas a la gente. Va mas allá, cree que la filosofía de Tolstói es una justa y buena manera de hacer las cosas".
La actriz puede ver el por qué de la fuerte atracción que hay entre Valentin y Masha. "Al igual que ella, él también tiene sus razones para estar ahí. Aún no ha sido corrompido. Es muy tímido y a ella le gusta porque a pesar de ser muy segura, ella también es muy tímida. Reconoce que esa timidez es una parte de ella dentro de él".