DreamWorks Pictures y Spyglass Entertainment presentan una producción de Red Hour, Las ruinas, con Jonathan Tucker, Jena Malone, Shawn Ashmore, Laura Ramsey y Joe Anderson. La película está dirigida por Carter Smith, a partir de un guión de Scott B. Smith, basado en la novela de Scott Smith. Los productores son Stuart Cornfeld, Jeremy Kramer y Chris Bender. Productores ejecutivos, Ben Stiller, Trish Hofmann, Gary Barber y Roger Birnbaum. Director de fotografía, Darius Khondji, ASC, AFC. Diseñador de producción, Grant Major. Montador, Jeff Betancourt. Diseñadora de vestuario, Lizzy Gardiner. Supervisor de efectos visuales, Gregory L. McMurry, ASC. Música, Graeme Revell.
Acerca del rodaje
"Las ruinas llega a la gran pantalla de la mano de Stuart Cornfeld y de Ben Stiller", explica el productor Chris Bender. "Les gustó mucho la primera novela de Scott Smith, Un plan sencillo, que también fue llevada al cine, y consiguieron leer unos cuantos capítulos de Las ruinas antes de su publicación. Hablaron con DreamWorks, compraron los derechos y empezaron a desarrollar el proyecto".
Resumiendo, podría decirse que la historia trata de cinco personas que, durante sus vacaciones, descubren unas ruinas mayas escondidas tras unas maléficas plantas trepadoras devoradoras de hombres, pero es mucho más que eso. Es una historia de supervivencia. Los productores estaban convencidos de que el autor sería capaz de trasladar el terror que emana de la novela a un guión, pero quedaba encontrar al director. "Había dos posibilidades, dependiendo del director", dice Chris Bender. "Podía acabar siendo la típica película de terror con plantas trepadoras asesinas o podía ser una película que jugara con la psique del espectador de un modo mucho más siniestro, plasmando en la pantalla lo que está en la página escrita".
Para conseguir este difícil objetivo, DreamWorks escogió al director novel Carter Smith. A pesar de que nunca había dirigido una película y de ser conocido, sobre todo, como un brillante fotógrafo de moda, les bastó con ver el corto "Bugcrush" para saber que era la persona idónea.
"Recuerdo que me quedé sentada sin moverme como diez minutos delante del televisor después de verlo", dice la actriz Jena Malone. "Da miedo porque no es un thriller o una película de terror al uso. Me dio la impresión de que podía olerlo, saborearlo, sentirlo, era muy desagradable. Después de ver Bugcrush e imaginar en lo que podía transformarse Las ruinas a través de la peculiar visión de Carter, supe que iría más allá de los límites del género. Las trepadoras no serían las malas de verdad, sino la naturaleza humana y nuestras reacciones. Estaba convencida de que la película sería espectacular".
Carter Smith no dudó en aceptar dirigir Las ruinas en gran parte por su autor y guionista. "Soy un verdadero fan de Un plan sencillo, la primera novela de Scott Smith. De hecho, estaba leyendo Las ruinas cuando me llamaron de DreamWorks para que echara un vistazo al guión. Fue un auténtico placer. La mejor base para un realizador es un guión bien escrito, y este era fantástico. También es un auténtico plus que el autor de la novela y del guión sea la misma persona. Lleva tanto tiempo con los personajes que los conoce a la perfección y puede transmitirlo. Reconozcámoslo, los personajes de las películas de terror no suelen ser profundos ni muy construidos. Además, también soy fan del género".
"Lo interesante de esos chicos", sigue diciendo el realizador, "es que no son los típicos personajes del género. Amy y Stacy son amigas, pero sus novios respectivos no se conocían antes del viaje. También están Mathias y su amigo Dimitri. Las dos parejas acaban de conocer a Mathias, un turista alemán que quiere ir a una ruina maya en busca de su hermano desaparecido. La mayoría de ellos no se conocen bien, no encajan, no encuentran su lugar en el grupo. Nada de eso se ha solucionado cuando todo empieza a ir mal, lo que nos da la posibilidad de mostrar a personajes multifacéticos envueltos en una situación compleja ante la que reaccionan de forma muy diferente".
"Scott Smith sabe escribir una historia", dice la productora ejecutiva Trish Hofmann. "Maneja a la perfección el aspecto psicológico del terror y las reacciones de la gente sumida en situaciones inverosímiles. Por otra parte, Carter es muy sutil construyendo una secuencia hasta hacerla culminar en un susto. Scott y él encajaron de maravilla para desarrollar la historia y decidir qué partes de la novela debían llevar a la gran pantalla".
En opinión del productor Chris Bender, Tiburón es el ejemplo perfecto de cómo un buen thriller debe basarse en la expectación más que en el hecho en sí. "De eso se trata en esta película, de que el espectador tenga la información justa para que dé miedo, para que entienda las intenciones de las plantas trepadoras, pero que sigan rodeadas de misterio".
Chris Bender y Trish Hofmann creen que la experiencia de Carter Smith como fotógrafo ha aportado mucho a la hora de incrementar la tensión. "Los encuadres de Carter son increíbles, comunican una sensación única", dice la productora ejecutiva. "La mayoría de películas de error son oscuras para que el espectador se pregunte qué hay entre las sombras. En este caso, los personajes están en lo alto de una colina a pleno sol, pero es aterrador. Por ejemplo, antes de saber que son trepadoras asesinas, coloca la cámara en un ángulo extraño para dar a entender que puede ser el punto de vista del malo. Usa recursos visuales para maximizar el suspense, es tremendo".
Como reconocido fan del género de terror, el director tenía muchas ganas de crear algo nuevo: "Normalmente, en una película de terror, los personajes corren y el asesino los elimina uno a uno. Está bien, pero quería crear algo diferente, que me diese escalofríos como espectador. Una de las cosas más desagradables que puedo imaginar es una invasión corporal, da igual que sea una garrapata, un gusano o una planta asesina que rodea una ruina maya. La idea de perder el control del cuerpo da mucho miedo".
Pero eso sólo es parte del horror de Las ruinas. "No se trata únicamente de que algo exterior ataque a esos chicos. El auténtico terror viene de dentro. Surge de los personajes y de su comportamiento ante una situación de peligro, pero nunca hay nada definido. En esta película hay muchas zonas grises, y es lo que más me gusta", añade Carter Smith.
Trish Hofmann añade: "Las ruinas no es la típica película de terror. Es una película de terror psicológico que se mete debajo de la piel".
Los decorados
Las ruinas transcurre en Cancún, México, con sus fantásticas playas arenosas y sus exuberantes selvas. Encontrar una playa con un plató cercano no era muy difícil, pero el realizador Carter Smith tenía otra idea; rodar la película en decorados naturales. "Quería que fuera lo más realista posible", explica. "Me parece lo mejor para los actores y la historia. En una historia tan exagerada como esta, es necesario mantener el resto de los componentes dentro del mayor realismo. Además, la luz natural es la más espectacular, bella y realista. Estaba convencido de que funcionaría perfectamente con lo que queríamos hacer. Era imposible rodar en un plató".
La productora ejecutiva Trish Hofmann se lanzó a la búsqueda de un decorado natural que incorporase costa y jungla, y que permitiese trabajar con un equipo técnico experimentado sin salirse del presupuesto. "No cabía duda de que el mejor lugar era Queensland, Australia", dice. "Dado el número de películas que se ruedan allí, sabíamos que dispondríamos de un equipo de primera. Los platós de Warner Roadshow Movie World estaban muy cerca de los decorados naturales que habíamos escogido, lo que nos venía muy bien ya que para algunas escenas sería necesario el uso de platós. No fue difícil decidir que nos iríamos a Australia".
El productor Chris Bender habla de las localizaciones: "Cuando salen del hotel y localizan las ruinas, se enfrentan a unos indios mayas. Al no conocer el idioma, no saben qué han hecho para enojarlos. Dimitri, el amigo de Mathias, muere de un disparo, y piensan que lo más prudente es quedarse en la parte más alta del yacimiento". Los tres decorados principales son un claro en la jungla, lo bastante amplio como para edificar la base de la pirámide y para que se movieran unos jinetes; la parte superior de las ruinas, desde donde se divisa la jungla que las rodea, y la oscura cámara ceremonial en el interior de la ruina. "La cámara ceremonial se construyó en un plató", dice Chris Bender. "No fue fácil localizar los decorados naturales, pero ambos son increíbles. El diseñador de producción Grant Major se superó con las rocas y las plantas trepadoras. Cuando las localizaciones se unieron digitalmente, quedaron perfectas, es imposible darse cuenta de que son lugares diferentes".
La mayor parte se rodó en el monte Tamborine y en una propiedad privada cerca del Parque Nacional Springbook, en la Costa Dorada. A pesar de los inconvenientes de trabajar en exteriores, los actores están de acuerdo en que fue de gran ayuda. "Es mucho mejor trabajar en un decorado real que en un plató delante de una pantalla verde", dice Shawn Ashmore, que sabe de lo que habla después de su experiencia en las películas X-Men. "En exteriores, se ve el cielo, se siente el viento, el sol, el calor, se pasa sed. Esas sensaciones ayudan mucho para que uno se meta en la escena".
Pero, por desgracia, no se rodó en verano. "Era fantástico trabajar en la naturaleza, disfrutar de unas increíbles puestas de sol, pero hacía un frío horrible", recuerda, riendo, Laura Ramsey. "Se supone que es un verano caluroso. Llevábamos camisetas de tirantes y nos rociaban con aceite de oliva para simular el sudor, lo que a veces era un poco incómodo. Pero prefiero trabajar en un sitio bonito, helarme y que me rocíen con aceite a observar una pantalla verde intentando imaginar que estoy en la selva".
Los decorados naturales ayudaron a generar la ambientación que Carter Smith necesitaba. "Viendo la película, se es muy consciente de que el sol baja lentamente, que va a ponerse y que cuando eso ocurra, algo muy desagradable va a pasar", dice el director. "Pero al trabajar con luz natural, sentíamos cierta urgencia, había que tomar decisiones rápidas. A veces pienso que si no hubiéramos estado sometidos a esa presión, no habríamos conseguido tomas tan tensas".
El reparto y los personajes
"Algo que me pareció interesante es que los personajes empiezan siendo unos jóvenes atractivos, normales y reales. Pero al final, acaban destrozados, totalmente cambiados, son auténticos monstruos", dice el director Carter Smith. Para conseguir esta transformación, fue muy específico en cuanto al reparto.
"Buscaba dos elementos principales. No quería actores que se parecieran a los habituales de una película de terror con jóvenes. Como fotógrafo de moda, he descubierto que me atraen más las personas con un físico interesante, y no las que poseen una belleza convencional. Por eso, aunque nuestros actores son muy atractivos, no son típicamente Hollywood. Creo que aportan un mayor realismo a la historia, se parecen a los típicos estudiantes estadounidenses de vacaciones".
Su segunda condición era encontrar actores capaces de hacer justicia a las sutiles capas oscuras de la novela y el guión de Scott Smith. El productor Chris Bender dice: "A veces es difícil encontrar el reparto de una película de terror, sobre todo si ha habido muchas últimamente, porque los actores tienen miedo de que les encasillen. Por eso, cuando nos pusimos en contacto con los actores, no sólo les mandamos el guión, sino el corto "Bugcrush", de Carter Smith, y nos aseguramos de que sabían que la novela y el guión estaban escritos por la misma persona".
"Los personajes de Las ruinas están muy trabajados", dice Shawn Ashmore. "En realidad, los personajes y el espectador se conocen casi a la vez, a excepción de Amy y Stacy. De pronto, se encuentran en una situación terrorífica. Todo es muy rápido, muy ágil, y plantea la pregunta del cambio en las relaciones, de la reacción de la gente en situaciones de vida o muerte".
El líder natural del grupo es Jeff, interpretado por Jonathan Tucker. "Jeff es estudiante de medicina, conoce el cuerpo humano, la sangre no le asusta, pero no está preparado para esto", explica el joven actor. "En una situación como esta, hace falta creer en el líder, y todos los personajes quieren creer que será capaz de sacarles del horror. Es un chico sensato, no le van las fiestas. Pero el problema es que ha basado su vida en la ciencia, y lo que ocurre a su alrededor no tiene nada que ver con la lógica. Al principio no lo reconoce, se hace el valiente, toma decisiones lógicas que acaban teniendo consecuencias nefastas, sobre todo para Mathias".
Si Jeff es el líder, Eric es el simpático del grupo. "No es un tío complicado", dice Shawn Ashmore. "Es un chico de vacaciones decidido a pasarlo bien. Creo que el público puede identificarse con Jeff porque no cree tener todas las respuestas. Cuando las cosas empiezan a ir mal, intenta proteger a Stacy. Pero ella entra en la pirámide, resulta herida y cambia. A pesar del cambio de carácter de su novia, sigue intentando acercarse a ella y ayudar a los demás. Sin embargo, el personaje adopta una actitud radicalmente diferente en un punto de la historia. Disfruté mucho interpretando ese cambio".
También Amy cambia de carácter. "Amy ha venido de vacaciones por las playas, para pasárselo en grande con su novio y su mejor amiga, Stacy", explica Jena Malone. "Pero al quedarse atrapados, se descubre que es una persona mucho más compleja, algo irresistible para una actriz. Lo genial del guión es su simplicidad. No hay muchos diálogos. Sobre todo gira alrededor de lo que ocurre en el interior de los personajes".
La actriz Laura Ramsey dice: "Interpreto a Stacy, la novia de Eric. Cuando penetra en la pirámide para ayudar a Mathias, se obsesiona con una planta. En la novela, Eric se queda literalmente prendado de una trepadora. Cuando leí el libro, me serví de algunos rasgos del personaje de Stacy, pero también de Eric".
Cuando los cuatro jóvenes actores llegaron a Australia, descubrieron que el director estaba muy dispuesto a escuchar sus comentarios. "Decidimos calibrar su relación", dice Laura Ramsey. "Durante los ensayos improvisamos, hablamos de nuestros personajes y de cómo reaccionarían en ciertas situaciones, lo que le llevo a realizar algunos cambios en el guión. Carter siempre estuba dispuesto a escuchar nuestra opinión; fue un proceso muy gratificante".
Jonathan Tucker añade: "Todo el trabajo que hicimos durante los ensayos sale a relucir en la pantalla. Tomamos decisiones que pueden parecer ridículas, como meternos en orificios oscuros sin saber lo que hay dentro, sacar de golpe plantas que se han metido en el cuerpo de alguien. Incluso intentamos realizar una operación sin anestesia, con una piedra, una navaja y una sartén caliente. Pero hay que entender a los personajes y simpatizar con ellos para querer que salgan vivos de esta aventura".