Gérrad Lanvin es Nicky Guazzini
P: ¿Qué fue lo que te atrajo cuando leíste el guión de "Secretos Cantados"?
R: Lo mismo que siempre, la forma de escribir. Cuando se trata de seres humanos, siempre es interesante introducirte. Aquí tenemos una historia familiar, una historia sobre una herencia que se va a repartir y, por supuesto, esto va hacer que los personajes se revelen cómo son en realidad. El primer desafío fue crear una familia de la nada, antes de que Thierry le diera vida con unos actores increíbles. El segundo desafío, para mí, fue ser el mago, ser la persona que intenta poner su talento y su habilidad cuando en realidad soy muy torpe. Fue completamente fascinante, buscamos en nuestros papeles hasta el final cosas que aún no habíamos trabajado. Al final, lo que me atrapó, no en el guión, sino en esta aventura, fue la determinación y el deseo de Thierry. Sé hasta que punto es cercano a los actores y cómo les quiere. En el rodaje fue muy importante devolverle esa energía y motivarle haciendo las cosas lo más parecido posible a lo que él había imaginado.
P: ¿Cómo describirías tu personaje?
R: Nicky es sobretodo un seductor. Un hombre que conoce el poder que ejerce sobre la gente, y que se siente muy atraído por las mujeres. En el momento de su llegada a Algeria, en el momento de la independencia, cuando era sólo un adolescente, fue acogido por un hombre, Gabriel (Claude Brasseur), que le modela, le convierte en la persona que es, pero que al mismo tiempo, por protegerle demasiado, le hace frágil. La muerte de este hombre le va a hacer darse cuenta de hasta qué punto fue traicionado o poco respetado por las mujeres que le amaron. Es inocente. Un hombre de mi edad pero ingenuo, y aún con un deseo absoluto de seducir. Conocerá a una cantante, Léa, interpretada por Enmanuelle Béart, de la que piensa que puede ser uno de sus últimos romances. Por último, pero no menos importante, es un hombre del negocio del espectáculo que tuvo su pequeño momento de gloria, pero que en la actualidad se refugia en el Loro Azul, que significa toda su vida y del que va a ser despojado, puesto que él no va a recibir esta herencia. Pero como dice Gabriel, era necesario para hacerle reaccionar, para que creciera.
P: ¿Cómo definirías la relación entre Nicky y Gabriel?
R: Es más o menos una relación de padre e hijo. Gabriel es un maestro. Y lo será hasta el final. Incluso tras su muerte. Es como debemos ser cuando tenemos responsabilidad con un niño o una familia. Hasta el último momento, va a provocar tanto a Nicky que se va a sentir abandonado, no querido, engañado, mientras que precisamente por lo mucho que le quiere Gabriel, es por lo que hace todas estas cosas. Para hacerle reaccionar, para que se mueva, para darle el deseo de existir en alguna otra parte, para que encuentre otra energía, otra identidad. Mientras que su vida parecía haber parado, le ofrece el más hermoso de los principios. Pero no es fácil aprender estas cosas a los 55 años.
P: ¿Y qué dirías sobre tu relación con Claude Brasseur?
R: Es un actor inmenso y un hombre que me encanta. No se puede explicar. Es algo totalmente obvio. Observé a Claude en todas sus películas, desde que hizo Vidocq en televisión. Es un actor que adoro. Y cuando finalmente le conocí no me decepcionó. Desde que trabajamos juntos hemos desarrollado una complicidad hermosa. Algo excepcional. A pesar de nuestra diferencia de edad, se convertido en un gran amigo para mí. Además es como un crío, tiene mucha locura dentro y le encanta reír. Además me gusta mucho hacerle reír.
P: "Secretos Cantados" es una película coral que te da la oportunidad de trabajar con actrices con las que aún no habías coincidido, como Catherine Deneuve, Enmanuelle Béart, Valeria Lemercier, Géraldine Pailhas...
R: La mayoría de ellas, de hecho. Son escasas las películas que te permiten coincidir con tantas grandes compañeras.
P: ¿Recuerdas cuándo conociste a Catherine Deneuve?
R: Por supuesto. Fue en el café-teatro Veuve Pichard. Catherine iba a menudo a ver shows allí y cuando actué por primera vez allí, mis ojos se encontraron justo con los suyos. ¡Y ella lo recuerda! Más tarde, trabajé con ella en "Choice of Arms". Sólo estuve un día con ella. Sólo hicimos una escena en la que yo la mataba. Ahora, en esta película nos enamoramos. Es maravilloso trabajar con ella. Incluso venía al rodaje aunque no tuviera ninguna escena. Sólo para darnos ánimos, por el placer de estar allí con nosotros.
P: ¿Y Enmanuelle Béart?
R: Jean Claude Brialy nos presentó hace mucho tiempo, en una proyección en un pequeño cine. Después de eso no volvimos a cruzar nuestros caminos, pero es una persona que me gusta mucho porque es sincera. Como todas las mujeres bellas, tiene un una incómoda sensación de que por ese motivo no la creemos, pero es alguien que pone mucho en todo lo que hace, se involucra profundamente. Cuando actúa es toda una presencia. Y pone todo de su parte con mucha sinceridad. Todo esto la hace frágil y equilibrada a la vez, también interesante, guapa, divertida, alguien que ama la vida. Una bella compañera.
P: Esta película para ti, además, es la ocasión de reencontrarte 25 años después con Miou-Miou con la que rodaste "Is It Very Reasonable?" de Georges Lautner...
R: Además también fue en Niza. Miou, después de todo, es mi hermana pequeña. Tenemos la misma edad. Cuando nos conocimos, ella ya era conocida, mientras que yo era un recién llegado. Ella me ayudó y me dio la bienvenida. Conseguí estar satisfecho con "Is It Very Reasonable?", cuando yo no era nada e interpretaba frente a ella uno de los papeles principales de la película, ella sabía cómo hacerme sentir cómodo. Y ahora hemos vuelto a formar equipo, la primera vez desde entonces, como gente que ha hecho un viaje singular, con la misma simplicidad, el mismo placer...
P: ¿Cómo definirías la relación de tu personaje, Nicky, con todas estas mujeres?
R: Él es un tipo que ama a las mujeres, por tanto se ve muy atraído por las diferencias que nos pueden aportar. Delicadeza, y todas esas cosas que nuestro género no posee necesariamente. Cada mujer es fascinante. Siempre hay algo excepcional que descubrir en todas y cada una de las mujeres. Entiendo muy bien a Nicky, la manera en que quiere seducir y amar de forma absoluta. Todas estas mujeres poseen verdadera sensualidad. Tienen un poder real de seducción y, al mismo tiempo, son fuertes. Más fuertes que él. Es interesante retratar a un hombre frágil como Nicky.
P: ¿Cuál fue tu reacción cuando Thierry Klifa te dijo que tus dos hijos serían interpretados por Géraldine Pailhas y Michaël Cohen?
R: Son muy grandes. En la vida real tengo un hijo de 30 años. Tener hijos en una película es signo de longevidad. Es mejor que un César, un papel con hijos tan mayores. Es señal de que has recorrido una buena parte del camino. "Les Enfants", de Christian Vincent, ya me permitió poner en práctica mis sentimientos paternales, aunque esta vez fue diferente, con dos actores como estos, que te otorgan un extra de credibilidad. Es un desafío maravilloso ver a este chico y a esta chica convertirse en tus hijos "realmente" en la película. Eso es lo más difícil. Más incluso cuando la relación que tiene Nicky con sus hijos no tiene nada que ver con la que yo tengo con mis hijos. Yo, a diferencia de Nicky, disfruto con mis hijos verdaderos momentos como padre. En la película, Nicky está enfadado con su hija. Y con su hijo, que es homosexual, hay tensión emocional. Cuando está bien escrito, y está ahí, no hay problema en dar vida a esos lazos familiares. El análisis del texto es fácil de hacer, la relación parece obvia.
P: ¿Temías alguna escena en particular?
R: Un montón. Tememos todas. Exceptuando las escenas en las que nos caemos por alguna escalera, y como siempre nos decimos: "Mientras no me mate". No, en serio, fue todo muy limpio. Fue un trabajo muy interesante, delicado y preciso. Todo tuvo su dificultad, antes de ser sencillo. Estaba el texto, un texto que tenías que respetar hasta la última coma, en situaciones no obvias. Imagina, conocí a Claude Brasseur en "Camping", donde nos hicimos amigos, en pantalones cortos y zapatillas de estar por casa, y ahora tenía que bailar con él vestido de mujer, sin que pareciera cómico, al contrario, transmite una hermosa emoción de amor. No es obvio al principio pero al final es algo muy simple porque estás metido en la situación. Pero cuando lo lees... Especialmente con el transcurso de las páginas, todo se amontona: tienes que ser muy tierno con Enmanuelle Béart bajo las sábanas, tienes que besar a Catherine Deneuve en un balcón, frente a los fuegos artificiales... no es tan sencillo. Y de repente, todo cae en su sitio y funciona. Lo que es fantástico es que una vez que se dice "¡acción!", nos metemos sin el menor problema. Al día siguiente, en tu bañera, cuando piensas sobre el asunto, te dices que no era necesario hacer una montaña de un grano de arena. Cómo lo conseguimos, no lo sé. Pero eso es lo mágico, por eso nos encanta hacer películas.
P: ¿Qué escena te gustó más rodar?
R: Hay muchas. Es difícil elegir. En esta película estaba virtualmente cada día, con todos estos actores, con algunos o con todos. Tuve muchas buenas emociones, cada vez que actuaba con ellos. Valérie Lemercier, Michaël Cohen, Geraldine Pailhas... Nos reímos mucho juntos y formamos una familia. Aún más, Thierry es un gran director de actores. No es porque se le ocurran soluciones para nosotros, es más que las busca con nosotros. Los grandes directores son gente que no están satisfechos con lo mínimo y que van a buscar contigo para encontrar la solución más exacta para sacar adelante lo que soñaron a la hora de escribir con la mayor exactitud. En Thierry hay una rara mezcla de humanidad, amabilidad y rigor. No, no tengo una escena favorita, tengo la película entera en mi cabeza y toda ella me hizo feliz.
P: Si pudieras retener una sola imagen de toda esta aventura, ¿cuál sería?
R: La foto al final de la película. Porque la verdad es que hubo muchos actores en esta película, y todas estas actrices con las que nunca había coincidido antes. Trabajé con gente que he visto a menudo en las películas y a la que adoro. Eso es, un particular souvenir de esta película, esa foto de familia.
Catherine Deneuve es Alice Mirmont
P: ¿Qué te atrajo de "Secretos Cantados"?
R: Al principio, lo que me atrajo fue hacer una película con tantos actores. Con algunos ya había trabajado y con otros era la primera vez y estuve feliz de poder hacerlo. Después, al leer el guión, me gustó la idea de esta familia recompuesta. La muerte de uno de los personajes es de hecho el pretexto de todos para reunirse, tanto los hombres como las mujeres que le conocieron y le amaron. Hay en esta historia un montón de secretos y giros, todo un aspecto novelístico, y esto me llamó la atención. Por último, pero no por ello menos importante, he disfrutado siendo parte de esta aventura.
P: ¿Cómo definirías tu personaje?
R: Una plaga, una verdadera plaga. Bueno, tiene razones para serlo, aunque todos las tenemos para serlo en algún punto de nuestras vidas. Todo el mundo tiene un pasado, todos hemos experimentado dificultades o cosas dolorosas, pero eso no es excusa. Ella es una plaga graciosa, no obstante, y al final, algo sentimental. Más aún, todos los personajes de la película tienen un lado agradable y otro con horribles defectos. A pesar de lo que nos acercamos a la comedia romántica, no son personajes idealizados.
P: Tenemos la sensación de que al confiarte el papel de Alice, Thierry Klifa quería divertirse con tu imagen tradicional, triunfando al magnificarla y distorsionarla al mismo tiempo...
R: Es cierto, pero he intentado no pensar mucho sobre eso durante el rodaje. Sobretodo cuando la mayoría de mis escenas están en el registro de la comedia. Al leer el guión, vi claramente a Alice como un personaje más popular, con el pelo negro y corto. Pero Thierry tenía las ideas claras: me quería rubia, un tanto distante, algo chic. Le seguí, por supuesto, porque es su película. Y al final, fue divertido jugar con eso. Ella intenta hacerse pasar por una figura indispensable, que enseña sus espinas, y siempre tiene alguna observación irónica que hacer. No es muy generosa. Es muy divertido.
P: Aun así, ella tiene algunas grietas en su vida...
R: Sí, ella ha experimentado rupturas en su juventud o en su primera madurez. Eso me parece bastante normal, pero en fin, ella consiguió caer de pie. Quizá experimentó momentos difíciles pero no se dejó desanimar. Es una mujer con recursos.
P: Has vuelto a formar equipo con Gérard Lanvin...
R: Sí, ¡Gérard me mató! En cuanto nos conocimos quise trabajar con él. He esperado mucho para hacerlo. En un momento dado, tuvimos un proyecto para hacer juntos que al final no salió adelante. Mi deseo de encontrarme con él fue reavivado por la película de Nicole Garcia, "The Favourite Son", que me gustó mucho y en la que él tenía un papel magnífico, además de la película de Agnés Jaoui, "The Taste of Others".
P: ¿Qué es lo que más te llega de él?
R: Esa mezcla de modestia y sex appeal... Recuerdo haberle visto hace mucho tiempo en el café teatro donde interpretaba al caballero enmascarado. Y recuerdo haber sido sorprendida por ese chico tan guapo y que jugaba con el cinismo. Era divertido e inquietante al mismo tiempo. Con el tiempo, su apariencia física ya no se basa en las mismas cosas pero no ha perdido nada de su encanto. Desprende algo muy viril, muy cálido, muy real. Tiene una gran presencia.
P: ¿Cómo definirías la relación entre vuestros respectivos personajes?
R: Bastante intensa. Nos encontramos de nuevo tras una separación violenta hace mucho tiempo. Así que discutimos, pero nos aferramos... Tenemos un par de escenas, de repente, muy cercanas, en la que redescubrimos una verdadera intimidad.
P: La relación de Alice con Nino, su hijo, tampoco es sencilla...
R: Es cierto. Ella dice que no tiene fibra maternal. Es muy honesto de su parte. Ella admite que es Nicky, el padre de Nino, el que la tiene. Ella se confiesa con él, como si fuera algo de lo que ha acabado dándose cuenta con el tiempo y que ha acabado admitiendo. Es una mujer a la que le gusta estar sola, que ama su independencia. Cuando todo está dicho y hecho, ella es un poco egoísta, pero no tiene miedo de experimentarlo o decirlo. La madre y el hijo, que es interpretado por Michaël Cohen, al que encontré excelente en "I've Been Waiting So Long" de Thierry, no sólo intercambian palabras, hay una ternura real entre ellos. La escena que tenemos en el cementerio, por ejemplo.
P: ¿Es la primera vez que tienes a Miou-Miou como compañera?
R: Sí. Nos conocemos en la vida real, pero fui feliz por poder trabajar con ella. Es otra de las razones que me hizo querer hacer esta película. Tenemos escenas juntas, escenas cómicas que nos encantó hacer.
P: Escenas de antiguas rivales...
R: Digamos, escenas de antiguas compañeras de trabajo. Por supuesto, las dos amaban al mismo hombre, pero el tiempo ha pasado y hoy en día hay en esta rivalidad entre el disgusto y la ternura. Miou-Miou es muy real. Ella es muy sutil en su manera de hacer las cosas. Nunca la he visto sobreactuar en ninguna película, es muy honesta. No hablo sobre la realidad, sino sobre ser honesta con las escenas y los personajes.
P: Conociste a Thierry Klifa como periodista. ¿Cuál es, a tu juicio, su mejor cualidad como director?
R: La regularidad de su humor, el hecho de que dice lo que piensa con ternura y delicadeza y, al mismo tiempo, no se rinde con nada, con ninguna de sus demandas. No era algo necesariamente obvio: es una gran película, con muchos actores, muchas escenas con varios actores. Siempre está del mismo humor, es alegre, pero imagino que se guarda para sí mismo las cosas más oscuras, los problemas más importantes. Es una forma de elegancia, de cortesía hacia los actores y sus colaboradores. Cuando tiene algo que decirte, a menudo viene y te lo dice al oído. No habla en frente de otros actores, todos somos iguales en el grupo, viene y te susurra sus observaciones. Eso me gustó mucho. A menudo le observaba entre los ensayos, entre tomas, me fijaba en sus ojos y siempre me daba la misma impresión: era el primer espectador de la escena. Había en sus ojos verdadero placer, atención real, todavía le puedo ver con los cascos puestos, con una gran sonrisa en su cara, con ese cara de asombro de alguien que parece estar descubriendo su escena, siempre muy cálido.
P: En el rodaje, en Niza, nos pareciste muy feliz...
R: Sí. Disfruté mucho en el rodaje. Especialmente cuando estuvimos las últimas semanas en Niza. La idea de rodar con muchos actores, al haber tantos personajes, me encantaba y fue allí, en las localizaciones, cuando pudimos aprovecharnos de eso. Es más, me quedé allí todo el tiempo porque no quería irme a París sólo para dos días y volver de nuevo. Podíamos cenar juntos con Thierry, con los actores, y salir como un grupo de amigos. Fue la ocasión para estar con aquellos de los que me hice amiga en el rodaje: Géraldine y Enmauelle, con las que tuve sólo unas pocas escenas. Hubo una cercanía que fue muy agradable. Un continuo y amigable ir y venir.
P: ¿Cuál fue tu reacción cuando él te sugirió, tras el rodaje, grabar una canción para la película?
R: Todo empezó con una broma que yo hice una noche cenando con Thierry: "Al final soy la única que no canta en esta película". Más tarde él me dijo, "¿Por qué no? Después de todo tu personaje fue un día estrella de este cabaret, podría haber cantado. Al caminar hacia atrás tras los pasos de su juventud, la podíamos oír cantar fuera del escenario...". Hablamos bastante sobre el tema. Era como un juego entre nosotros. Un día, le dije: "¿Y si cantara en italiano? Después de todo Niza no está lejos de Italia..." Entonces, meses después del fin del rodaje, me dijo que había encontrado una canción italiana que quería que yo cantara. Era "Ho Capito Che Ti Amo", en la versión de Milva. Me encanta cantar, así que acepté. David Moreau se encargó de los arreglos y de la orquestación, y yo ensayé con David Levi. Lo que me ayudó un montón fue que el mismo día de la grabación, un amigo italiano me puso una versión de Luigi Tenco. Era menos enfática que la de Milva y como resultado, eso me dio una nueva dirección. En el estudio de David Moreau, la escuché muchas veces, y entonces hice la mía.
Emmanuelle Béart es Léa O'Connor
P: ¿Cómo definirías tu personaje?
R: Su nombre, supuestamente es Léa, pero sospecho que se lo cambió. Es una chica profundamente simple y humilde. Ha sido golpeada en la cara, es obvio. Pero todo esto le da una apariencia de tolerancia hacia la gente que se encuentra, hacia sus defectos, su vanidad, su rabia. Eso es lo que me gusta de ella. Es como si hubiera pasado por esta historia sonriendo a todo el mundo, sin importar lo que ella recibe a cambio, aunque sea algo duro de aceptar. Como si, cuando todo está dicho y hecho, ella estuviera en otro lugar... De hecho, lo está. Porque ella es la única que no está conectada con toda esta historia familiar. Ella está acostumbrada a ir pasando.
P: También es cantante.
R: Eso parece.
P: ¿Fue eso parte de lo que te hizo aceptar el papel?
R: No, al contrario. Por esa razón casi digo que no. Porque me parecía un personaje hermoso, pero no quería que tuviese mi voz. Además, pensé que Thierry me dejaría elegir: yo intentaría cantar y si funcionaba, adelante, pero si no, mi voz sería doblada. Pero no, él quería mi voz. Sin embargo, él no tenía ni idea de como cantaba yo. Lo hice una vez en "Ocho Mujeres" y otra en "Restos du Coeur". Fue un verdadero desafío. Él insistió y al final me convenció, así que me lancé y trabajé duro. Eso me recordó la película de Claude, "A Heart in Winter" en la que sólo tenía una obsesión, mi violín, y todo lo demás se convierte en algo anecdótico. Para mí, el corazón de lo que tenía que hacer era tocar el violín. Quiero decir que en parte acabó siendo lo mismo.
P: ¿Tomaste clases de canto?
R: Por supuesto. Trabajé con un americano, David Levi, que es una persona extrovertida y tuvo una manera muy agradable de convencerme de que cantaba bien. Eso me dio el valor. Siempre es lo mismo: cuando alguien te mira con benevolencia, recordándote que tienes talento, terminas creyéndolo y no tienes miedo de hacer nada. Trabajé con David Moreau que compuso la música de la película, los arreglos de las canciones y supervisó las grabaciones. Y un buen día, o más bien una noche, me encontré en el estudio para grabar seis canciones que tengo que admitir, no fueron muy fáciles.
P: ¿Has descubierto un nuevo placer cantando durante la película?
R: Si, bueno, aunque puedo apreciar los límites de mi voz. El escenario, cantar, es la realización de un sueño que he tenido durante mucho tiempo. Pero sé que mi técnica ahora mismo no me permite hacer lo que tengo en mente.
P: ¿Qué te atrajo de la historia de "Secretos Cantados"?
R: La construcción. La manera en que todos estos personajes se encuentran, se separan, se miran, se aman, se encuentran a sí mismos. Soy sensible a las historias familiares, a todo lo que hemos escondido, todo lo que no dijimos, todo lo que es revelado cuando es casi demasiado tarde. De pequeños, aceptamos las cosas según vienen. Cuando somos adultos, no es difícil descubrir ciertos secretos, ciertos lazos, descubrir que nos hemos construido sobre mentiras, las de otros. Tienes que comenzar de nuevo de otra forma nueva.
P: Tú, que conoces a Thierry Klifa muy bien, ¿crees que el guión es un reflejo de él?
R: Sí. Más que "I've been waiting so long". Aunque ese título también se podría aplicar a esta película. Una vida esperándote, una vida esperando a alguien que diga la verdad sobre los demás y sobre sí misma. Hay una mezcla de fantasía, humor, ligereza, gravedad, cosas oscuras y emoción que creo sentir en él.
P: ¿En qué modo te sorprendió en el rodaje?
R: Sólo conocía a la persona amable, amistosa y dulce y me encantó verle rebelándose cuando algo no le gustaba. Y sabía que no se iba a echar atrás, me gusta la gente exigente. Espero que un director me haga moverme, que me haga desear estar en el rodaje, el deseo de vestirme por la mañana, de maquillarme y de arreglarme el pelo. La baza de Thierry es saber exactamente lo que quiere decir y cómo lo quiere decir. Lo que me gustó también es que nunca me hizo creer que tenía que hacer más de lo que debía. Nunca me mintió, me dio el personaje con sus cinco escenas y sus seis canciones. Me gustó su franqueza y su determinación para convencerme de hacer este papel. Lo bueno es que me he sentido involucrada en la naturaleza global de este proyecto. Aquí, ni siquiera soy parte de la familia, en un sentido es un alivio ser sólo una parte del puzzle.
P: Tu compañero principal es Gérard Lanvin...
R: Con él estuve bajo las sábanas y eso crea lazos. Es estúpido, pero cuando nos vemos en esa situación en una película, se produce una forma obvia de intimidad, obligatoria, aunque no nos digamos nada. Con Gérard hay algo sincero. Es un actor que me encanta y con el que me gusta mucho actuar. Es alguien a quien no temo mirar a los ojos, y esto no es común en absoluto. Es muy instintivo y desconcertante en su manera de decir las cosas. Ocurrió que olvidé que él estaba actuando y olvidé mis frases también. Recuerdo una escena en la que le estaba escuchando contar su historia, su infancia, su encuentro con Gabriel, el Loro Azul, y ya no sabía que se suponía que debía responder. Como si no le viera como un actor actuando, sino como una persona que me estuviera contando algo.
P: ¿Cómo definirías la relación entre Léa y Nicky?
R: Lo que es hermoso en esta historia es que ella le conoció íntimamente diez años antes y guarda un recuerdo muy fuerte de aquello. Cuando se ven de nuevo, él no la reconoce, y la considera una eventualidad, una posibilidad. Pero a ella no le preocupa. Él le agrada, simplemente. Ella no corre detrás de él, ella sólo se dice que si pudiera tener al menos una última oportunidad para un romance, eso no estaría mal, como regalo...
P: ¿Qué escena prefieres?
R: La escena en que Léa está bajo las sábanas con Nicky. Los dos hablan sobre ellos. Ella le habla sobre los pequeños trabajos que ha hecho, hay algo infantil, y nos reímos hasta que ella le recuerda que de hecho estuvieron juntos una noche en un coche, y la escena degenera hacía otra cosa, algo más serio, más conmovedor. Fue hermoso.
P: ¿Una imagen que te marcara?
R: Es extraño lo que voy a decir, pero es el día del funeral de Gabriel, cuando estábamos todos allí. Pasé el día mirando las caras. La impresión de que esa escena despertó en nosotros un recuerdo, una anticipación, un miedo. Es un poco extraño, y quizás estoy fantaseando, pero no olvidaré las caras de ese día.