Las populares muñecas BRATZ cobran vida en esta película. Las Bratz de carne y hueso, basadas en las modernas y chic muñecas, nos van a contar su historia, y vamos a ver cómo las cuatro chicas representan la honestidad, la camaradería y, sobre todo, la amistad.
Hasta donde su memoria alcanza, Yasmin (Nathalia Ramos), Jade (Janel Parrish), Sasha (Logan Browning) y Cloe (Skyler Shaye) han sido siempre BFF (Best Friends Forever Mejores Amigas para Siempre). Inseparables desde que se conocieron, las chicas siempre han apoyado la personalidad independiente de cada una, sus cualidades, y sus fabulosos y fashion estilos. Pero ahora las cuatro jóvenes entran en el instituto y Yasmin, Jade, Sasha y Cloe tendrán que hacer frente a un nuevo mundo: una jungla de tizas y pizarras, donde por primera vez descubren que ser adolescente significa tratar con un sistema de clichés sociales, estrictamente implantados por Meredith Baxter, una alumna de un curso superior. Poco a poco, nuestras chicas se ven más y más aisladas y entonces toman una resolución: formar su propia pandilla y elevarse como las Bratz para luchar contra las presiones y aprender cómo la verdadera fuerza reside en defender y estar al lado de tus verdaderos amigos, siendo sincero con uno mismo y luchando por los propios sueños y aspiraciones.
La historia
Se suele decir que la amistad no se aprecia hasta que no se la pone a prueba. Desde luego ésta es una lección que aprenden bien las BRATZ en su travesía por las tribulaciones y los problemas de la vida en el instituto.
La primera vez que vemos a las BRATZ están preparándose para su primer día de instituto, sin dudar ni por un momento que seguirán siendo las mejores amigas para siempre. Sin embargo, las chicas nunca antes habían estado expuestas a un entorno regido por estructuras y grupos sociales estrictos en los que es necesario encajar de alguna forma.
Según las chicas expanden sus horizontes, hacen nuevos amigos y se dedican a sus intereses particulares Jade con su club de ciencias, Sasha con las animadoras, Cloe con su equipo de fútbol pronto empiezan a perder el contacto. Entre los deberes y el resto de actividades sociales, la amistad entre las BRATZ empieza a debilitarse.
A cargo de la escuela, como si de una prisión se tratara, está el Director Dimly (Jon Voight) cuya hija, Meredith, lleva un estricto control de los estudiantes organizándolos por grupos, y castigando con furia cualquier desviación de sus planes.
Chelsea nos da una imagen de cómo Meredith ve el mundo y ajusta su comportamiento en función de esta visión.
"Meredith es la presidenta de la asociación de estudiantes, gana el concurso de talentos todos los años y básicamente es la archi-némesis de las BRATZ. Es lo que se suele llamar una personalidad de tipo A, una perfeccionista, muy competitiva, insegura sobre su estatus y que quiere ganar a cualquier coste. Realmente todo está en su cabeza. La forma en la que controla a los estudiantes es mediante la vieja estrategia de divide y vencerás. Asigna a los estudiantes a ciertos grupos y se asegura de que no se separen y esto le funciona hasta que las BRATZ llegan al instituto Carry Nation".
Conforme se desarrolla la historia, saltamos dos años hacia delante, cuando las BRATZ han perdido gran parte del contacto entre ellas. Pero justo cuando parecía que sus destinos estaban sellados, los hados intervienen. Cloe, sin darse cuenta, da lugar a una batalla campal en el patio, lo que acaba con las cuatro chicas en el despacho del director. La primera vez en dos años que están juntas de nuevo. En principio el período de castigo empieza con los insultos que las amigas se dirigen entre sí, acusándose entre ellas y echándole la culpa a cualquiera, menos a ellas mismas, de la responsabilidad de su encierro. No si cierta ironía, es la propia Yasmin, que guarda silencio, la que les recuerda que hubo un tiempo en el que fueron inseparables, en el que fueron una familia, un sistema de apoyo. Es entonces cuando las BRATZ reflexionan sobre todo lo que les ha ocurrido desde entonces. Las chicas juraron que nunca permitirían que nada ni nadie las separara. En ese momento las cuatro amigas deciden embarcarse en una misión para unir al instituto Carry Nation bajo un único estandarte, el de dar la cara por uno mismo, por tus amigos y por la celebración y aceptación de la diversidad. Algo que en conjunto es más fácil de decir que de hacer, especialmente si consideramos la amenaza que supone una Meredith que siente que pierde el control de la situación, y que decide ir a por todas en su segunda fiesta Sweet 16, patrocinada nada más y nada menos que por la propia MTV. Es en esta fiesta en la que la amistad de las BRATZ es sometida a una prueba de fuego.
"Somos humanos, y tenemos la tendencia a traicionarnos como medio para prosperar, y esta película va contra todo eso", comenta Arad. "El elemento más importante en este tipo de películas es el de realización de los deseos, de convertir los sueños en realidad, y de darle una oportunidad a todas esas cosas".
"También se trata de la diversidad y la discriminación. La discriminación no tiene por qué ser demasiado ostensible, puede tratarse simplemente de que no se te conceda la oportunidad de hacer lo que realmente deseas. Tenemos a este grupo de chicas que aprende muy rápidamente que lo mejor que tienen es su amistad mutua y su confianza".
Tal y como explica McNamara, la historia toma elementos prestados de las experiencias personales de los propios creadores de la película, recordando pasajes de su paso por los institutos.
"Los productores, los guionistas y yo mismo, nos reunimos para hablar de cómo muchas amistades se pierden en el instituto, no porque quieras, sino porque también quieres conocer a otra gente con la que compartes intereses", comenta McNamara.
"Este tema de los grupos sociales cerrados es algo que no desaparece con el instituto, sino que también se traslada al mundo de los adultos, y al de los negocios. Eso es lo que intento decir con esta película, que no es necesario pertenecer a un círculo social exclusivamente, que puedes tener amigos en todas partes".
"En esta película se habla mucho de los círculos sociales cerrados", comenta Janel Parrish, que interpreta a Jade. "No necesariamente para señalar sólo sus peores aspectos, sino también para indicar que existen, que están ahí, y que no es necesario pertenecer a uno. Recuerdo que cuando estaba en el instituto no pertenecía a ninguna pandilla, pero tenía amigos que formaban parte de las animadoras, o del club de ciencias. En el instituto hay una gran presión sobre las chicas para que se integren en pandillas y grupos, para conseguir tener un lugar. Pero esta película demuestra que simplemente tienes que ser tú mismo, a pesar de todo. No siempre tienes que ser lo que la otra gente cree que quieres ser".
La propia Nathalia, que aún está en el instituto, señala cómo la historia es narrada con total autenticidad. "Esta película acierta de pleno al tratar determinados temas completamente reales. Recientemente entré en el instituto, y sé lo duro que es. A mi mejor amigo le pasó algo similar, éramos inseparables desde segundo, pero una vez que entramos en el instituto, empezamos a juntarnos con gente diferente y antes de que nos diéramos cuenta, ya no nos veíamos", comenta la joven actriz de quince años.
Arad subraya esta idea de celebrar las diferencias y de no limitarse únicamente a aquellos con los que se comparten intereses.
"Está bien juntarse con los chicos más populares y deportistas o las animadoras, tienes todo el derecho del mundo y deberías son gente con los que compartes algo en común. Pero no significa que haya barreras sociales, dale a alguien una oportunidad y verás que tenéis más cosas en común de las que creías".