Durante los cinco años que van desde su exilio de Rusia hasta su muerte en noviembre de 2006 en Londres (fue envenenado con una sustancia radiactiva, polonio 210) el antiguo agente del FSB (siglas del Servicio Federal de Seguridad, sucesor del KGB) Alexánder Litvinenko mantuvo distintos encuentros y conversaciones con su amigo, el director Andréi Nekrasov. En El caso Litvinenko analiza la llegada al poder del Estado policial en Rusia y desvela sus sombras secretas a lo largo de la última década.