Txomin Garay (Carmelo Goméz), empresario y en su juventud un fino pelotari, vuelve a su pueblo después de 10 años en Argentina. El principal motivo del viaje de Txomin, en el que le acompañan su mujer Blanca (Emma Suárez) y su única hija, Sara (Verónica Echegui), es que su hermano Koldo, con el que hace años que no se habla, se está muriendo.
Koldo, muy demacrado por la enfermedad y apartada ya su larga enemistad con Txomin por las extremas diferencias entre ambos, le encarga a su hermano una delicada tarea: reencauzar a su hijo adolescente Gaizka (Juanjo Ballesta), un pelotari prometedor pero que no termina de centrarse en el juego. Txomin no le da una respuesta definitiva, pero la muerte de Koldo le obliga a aparcar sus dudas y asumir el encargo de su hermano. Para acercarse a Gaizka, Txomin utilizará lo que les une a los dos: la pelota a mano. Gaizka es un jugador de pegada brutal, sin técnica. Txomin de joven era todo lo contrario. El primer acercamiento a Gaizka en el frontón del pueblo no resulta muy fructífero pero Txomin no renuncia fácilmente y un día le propone una apuesta al chaval: si Txomin la gana le entrenará. Finalmente gana la apuesta y Gaizka acepta con una mezcla de rabia contenida y deportividad el que tenga que entrenarle su tío.
Mientras que con Txomin hay una evidente tensión, Gaizka se siente atraído por su prima Sara. Entre ambos se inicia una relación de amor adolescente, en la que queda patente que detrás de la fachada de dureza de Gaizka habitan todas las dudas y miedos de cualquier joven de su edad. Sara es acogida cálidamente por su tía Ane, la viuda de Koldo y madre de Gaizka. Ane es una mujer con un pasado oculto, con convicciones e ideologías muy marcadas.
Paralelamente, Txomin se va reencontrando con su entorno. La supuesta tranquilidad de este marco de relaciones se rompe definitivamente con la muerte de Germán (Alex Angulo), periodista amigo de Txomin. Estos acontecimientos empujan a Txomin a decidir la vuelta a Sudamérica. Sin embargo, Txomin sabe que no puede irse sin más, que le debe algo a su hermano Koldo, a su amigo Germán, incluso a sí mismo: tiene que intentar ayuda a Gaizka. Un partido de rivalidad de Gaizka con un pelotari de un pueblo cercano será la excusa ideal para aplazar el viaje. Sin embargo, esta decisión supondrá el inicio de un viaje definitivo para Txomin.
Gaizka, despojado finalmente de sus convicciones escapa rumbo a un lugar desconocido.
La casa de mi padreDirigida por Gorka Merchán