Introducción
La reina Victoria se filmó en exteriores en Inglaterra y en los estudios Shepperton a lo largo de diez semanas a partir de agosto de 2007. La película está dirigida por el aclamado director franco-canadiense Jean-Marc Vallée (C.R.A.Z.Y.), a partir de un guión del ganador del Oscar® Julian Fellowes (Gosford Park).
La reina Victoria cuenta con un distinguido reparto de actores que incluye a la ganadora del Globo de oro Emily Blunt (El diablo viste de Prada), Rupert Friend (Orgullo y prejuicio), Paul Bettany (El código Da Vinci), Miranda Richardson (Harry Potter y el Cáliz de Fuego), Jim Broadbent (Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal), Mark Strong (Red de mentiras) y Thomas Kretschmann (King Kong).
Entre los actores secundarios figuran Jesper Christensen (Casino Royale), Michael Maloney (Babel), Julian Glover (Troya) y Harriet Walter (Expiación).
La reina Victoria cuenta con un equipo de producción estelar, que incluye al director de fotografía Hagen Bogdanski (La vida de los otros), el diseñador de producción Patrice Vermette (C.R.A.Z.Y.), la diseñadora de vestuario ganadora del Oscar® Sandy Powell (El aviador, Shakespeare in love), la diseñadora de peluquería y maquillaje ganadora del Oscar® Jenny Shircore (Amazing Grace, Elizabeth) y la montadora Jill Bilcock (Moulin Rouge, Elizabeth). La música está compuesta por Ilan Eshkeri, mientras que Maureen Crowe se ha encargado de la supervisión musical.
Vallée debutó en la dirección cinematográfica con Black List, un thriller de sorprendente estilo que fue candidato a nueve premios Genie (el equivalente canadiense del Oscar®). Su siguiente largometraje, C.R.A.Z.Y., una cautivadora historia de madurez, obtuvo 11 premios Genie, incluidos Mejor película y Mejor director, así como 15 premios Jutra, el premio a la Mejor película canadiense del Festival internacional de cine de Toronto de 2005, el premio Golden Reel a la película más taquillera de Canadá y pasó por unos 20 festivales internacionales de cine de todo el mundo.
Vallée dirigió La reina Victoria a partir de un guión escrito por el guionista ganador del Oscar® Julian Fellowes. El guión de Fellowes para Gosford Park le valió numerosos reconocimientos, incluido un Oscar® obtenido en 2002. Sus restantes créditos como guionista cinematográfico incluyen La feria de las vanidades, de Mira Nair, y su debut en la dirección, Laberinto de Mentiras, protagonizada por Tom Wilkinson.
La reina Victoria es un proyecto que partió de Sarah Ferguson, duquesa de York, para convertirse en una producción de GK Films, producida por Graham King, Martin Scorsese, Tim Headington y Sarah Ferguson, duquesa de York. King y Scorsese han obtenido premios Oscar® a la Mejor película y a la Mejor dirección, respectivamente por su reciente colaboración en el éxito de crítica y público, Infiltrados (The Departed). Colin Vaines, de GK Films, ejerce de productor ejecutivo, mientras que Denis OSullivan coproduce la película.
Historia de la producción
El productor británico ganador del Oscar® Graham King se encontraba en plena producción de Infiltrados (The Departed), cuando le presentaron la idea para La reina Victoria
"Un amigo mutuo organizó una reunión con Sarah Ferguson y me presentó varios proyectos. Tenía muchas ideas y una de ellas era sobre la reina Victoria. Dijo que quería mostrar a la reina de una forma distinta a la imagen normalmente asociada a ella, de luto permanente. Seguí dándole vueltas a la idea y hablé con Marty [Scorsese] sobre el tema y me señaló que era algo que no se había hecho nunca. Llevaba 15 años intentando hacer una película en el Reino Unido y nunca había encontrado el guión adecuado, ni siquiera el material adecuado. Hasta entonces nunca había sentido la emoción ni la pasión para hacer una película en Gran Bretaña. Pero esto parecía perfecto".
El guionista ganador del Oscar® Julian Fellowes se enteró pronto del proyecto y se puso en contacto con King para escribir el guión. Al llevar mucho tiempo interesado por la vida de la reina Victoria, se trataba de un proyecto de ensueño para él. "Estaba muy interesado. Siempre es una gran ventaja cuando te llega un tema que ya está presente en tu vida. Pensé, ¡si se encarga otro de escribir el guión de esta película, me mato!", comenta Fellowes. "Me reuní con Graham y Scorsese durante el rodaje de Infiltrados (The Departed), lo que ya supuso de por sí un día muy icónico".
A King y Scorsese les gustaron tanto las ideas de Fellowes que le encargaron inmediatamente que se pusiera a escribir el guión. Seis meses después, estaba terminado. King se sintió impresionado. "Su primer borrador ya era casi un guión de trabajo, supe en cuanto lo leí que teníamos una película. Muy rara vez recibes un primer borrador tan bueno como era éste pero, como decía él, nació para escribir esta historia".
Lo más fascinante para Fellowes fueron los primeros años de vida de la joven reina. "El 99% del público no sabe nada de la historia de sus primeros años y se sorprenderá". La película está ambientada en el período entre 1836, el año anterior a la ascensión al trono de Victoria, y 1840, el año en que se casó con el príncipe Alberto, y pretende cambiar la percepción tan extendida de la reina Victoria como una anciana viuda vestida de negro. "La reina Victoria que todos conocen es la anciana viuda de Windsor con el pañuelo sobre la cabeza, una mujer más bien gorda, vestida de negro y con aspecto deprimido. Muy poca gente conoce ese otro aspecto de ella, sus primeros años: que era joven, que le encantaba bailar, que le encantaba la música y que era muy romántica. A las chicas jóvenes les gusta divertirse y ella era sin duda una chica joven", explica Fellowes. "Pero la extraordinaria historia del principio de su reinado es cómo todos intentaban controlarla. Estaba convencido de que la película debía empezar antes de su sucesión y su matrimonio con Alberto. Así se la podía ver luchar con su madre, la duquesa de Kent, que trató de crear un papel para ella a fin de tener más control. La cuestión de la fama al instante también es interesante", prosigue Fellowes. "En un momento, Victoria pasa de vivir prácticamente bajo arresto domiciliario a ser la mujer más famosa del mundo".
La primera parte de la película presenta a Victoria viviendo en una especie de cárcel. Fellowes explica esos años de la vida de Victoria: "Antes de empezar sus 63 años de reinado, Victoria pasó una infancia horrible. Su padre murió antes de que cumpliera un año, dejando a su madre, la duquesa de Kent, para criar a la única heredera al trono. La duquesa no puede tener jamás otro hijo que aspire al trono porque su marido ha muerto. No tiene más que a ese pequeño y frágil renacuajo que se convertirá en reina si no muere antes. Eso provocó en ella una especie de proteccionismo neurótico, Victoria vivió una infancia asfixiante en la que no podía tener su propia habitación y tenía que dormir en una pequeña cama junto a la de su madre hasta que cumplió los 18 años. No podía subir o bajar escaleras sin ir cogida de la mano de un adulto. Apenas tenía amigos. Fue una infancia terriblemente solitaria".
La película recoge el trayecto que sigue Victoria hasta llegar al trono. No fue nada fácil, pues su propia madre, la duquesa de Kent, confabulada con Sir John Conroy, que controlaba su casa, intentó que la nombraran regente para ostentar poder sobre Victoria. Eso permitiría a la duquesa ser reina a todos los efectos hasta que Victoria fuera lo bastante mayor para reinar, si ascendía al trono antes de cumplir 18 años. Pero el rey Guillermo IV sobrevivió hasta que su sobrina cumplió los 18. "La muerte de Guillermo IV lo cambió todo", dice Fellowes. "Victoria ascendió al trono y salió de la sombra de su madre".
Pero el meollo de la película lo constituye la historia de amor entre Victoria y Alberto, con quien se casó en 1840. Es en este feliz capítulo de su vida en el que se centra fundamentalmente el filme. "El príncipe Alberto fue elegido ex profeso para Victoria, en lugar de su hermano mayor y menos atractivo, por su tío el rey Leopoldo de Bélgica", explica Fellowes. "Leopoldo estaba utilizando a Alberto para lograr más poder e influencia sobre la corona británica y lo consideró ideal para una mujer que estaba decidida a casarse por amor. Lo interesante es que Alberto se enamoró por completo de ella. Procedía de una corte alemana muy adusta y de repente se encontró con una chica que quería divertirse. Le encantaba bailar, la música, montar a caballo. Todos habían pasado por alto la posibilidad de que pudieran llegar a enamorarse de verdad".
Lo que atrajo a King de esta historia fue el romance. "Para mí, era una pura historia de amor. Es una historia humana, una historia con la que la gente se puede sentir identificada en lugar de ser una típica película de época o sobre la realeza. No quería que fuera un filme de época convencional, sino algo un poco más moderno y con algo más de garra".
Con el guión en marcha, los productores pasaron a centrar su atención en quién podía dirigir la película.
Graham King explica cómo el director Jean-Marc Vallée entró a formar parte del proyecto. "La película de Jean-Marc, C.R.A.Z.Y., cayó en mis manos y me la llevé a mi casa una noche para verla. Me dejó muy impresionado. Llamé inmediatamente a Marty y le dije que tenía que ver la película, ya que me parecía que Jean-Marc tenía verdadero talento; no sólo visualmente, también me resultó fascinante cómo se ocupaba de los personajes. La verdad es que me pareció muy del estilo de Scorsese. Marty la vio y también le encantó". King se reunió con Vallée y vio que tenían el mismo punto de vista sobre el material. "Ambos queríamos hacer algo que tuviera cierta garra, con imágenes asombrosas, pero con personajes con los que los espectadores se pudieran identificar. Jean-Marc estaba de moda en Hollywood tras C.R.A.Z.Y., y no paraban de llegarle guiones, pero éste fue el único que le apasionaba. Yo estaba entusiasmado con su visión de la película".
Denis O'Sullivan, coproductor del proyecto, agrega: "Graham y yo vimos C.R.A.Z.Y. a finales de 2006 y sobre la marcha nos dimos cuenta de que Jean-Marc simpatizaba con el joven protagonista que se veía atrapado en un conflicto consigo mismo y con su familia. Esa dinámica es muy similar a la de la joven princesa Victoria. Lo importante para todos nosotros era que La reina Victoria fuera ante todo cuestión de personajes. Nuestra meta siempre ha sido que, al cuarto de hora, la gente se olvide de que está viendo una película de época, y queden totalmente inmersos en la historia de Victoria y la familia tan humana que la rodea".
Al director Vallée lo conquistaron la fuerza de la historia, el estilo de Fellowes y la complejidad e integridad de los personajes, pero fue la chica en el centro de la historia quien realmente lo inspiró. "Es difícil encontrar un buen guión y éste me encantó. Su motor eran los personajes, no la trama, ofrecía unas maravillosas observaciones sobre la familia y las relaciones humanas, y lograba que quisiera comprender mejor a estos personajes. Me emocionan las bellas historias y ésta es una de ellas, sobre la joven que se convirtió en reina de Inglaterra a los 18 años. Me conmovió. Es también un drama familiar y me gusta explorar esas relaciones, mostrar qué pasa bajo la superficie. Temáticamente, es similar a C.R.A.Z.Y., aunque en una cultura, clase, período y ambientación completamente distintos, pero las relaciones familiares son algo universal".
El romance que culminó con el matrimonio de Victoria con Alberto también atrapó la imaginación de Vallée. "Victoria tuvo la suerte de encontrar a su alma gemela en Alberto. Su relación tenía un carácter místico. Nacieron con tres meses de diferencia y la misma comadrona asistió ambos partos. Escribieron las mismas cosas en su diarios y, aunque su matrimonio estaba arreglado, se enamoraron de verdad".
Vallée reconoció una vena rebelde en la joven Victoria que también le atrajo. "La verdad es que era toda una rebelde. Era una mujer en un mundo de hombres y, a pesar de ser muy diminuta, ¡los tenía bien puestos! Tenía una gran confianza en sí misma para alguien de su edad y quería demostrar a su madre y a todos aquellos hombres que la rodeaban que no era demasiado joven, que podía ser reina. Se había criado prácticamente prisionera en el palacio de Kensington, donde no podía hacer nada sola. Compartía dormitorio con su madre, y ni siquiera podía bajar unas escaleras sin agarrar a alguien de la mano. En cuanto tuvo oportunidad de saborear algo de libertad, cuando se convirtió en reina, quería demostrar a todos que podía hacerlo sola. No quería que le dijeran qué hacer".
Julian Fellowes se mostró encantado con la elección de director realizada por los productores. "Creo que Jean-Marc es un gran director, no tengo el más mínimo reparo en decirlo. Me entusiasmó su película, C.R.A.Z.Y., y me alegró mucho que lo eligieran para dirigir ésta. Jean-Marc concibe la narrativa de una forma muy visual, con lo que las escenas se ven mucho más claras. Lo extraordinario de él es que es muy tranquilo. Ésta era su primera película importante de habla inglesa y sin embargo parece que haya hecho ya treinta, lo que resulta impresionante, ya que hay muchas grandes escenas: óperas, bailes y la coronación. Fue una gran suerte que él consiguiera el trabajo. También sabe qué película quiere hacer, así que tienes una maravillosa sensación de seguridad: hay alguien al mando que sabe bien lo que hace y, creedme, no siempre es así".
Para interpretar el papel protagonista se optó por Emily Blunt. "Antes de tener siquiera tiempo de pararme a pensar quién podría hacer de Victoria, recibí una llamada del agente de Emily Blunt, que decía que quería reunirse conmigo", comenta Graham King. "[Blunt] Se presentó y dijo que había leído el guión y que se moría por interpretar este papel. Sentía una gran pasión por él. Después de eso, vi toda su filmografía y me di cuenta de que era perfecta. Es una actriz de verdad. Poco después de reunirme con ella, Marty y yo estábamos en los Globos de oro y la vimos aceptar su premio por Gideon's Daughter, Marty dijo: es nuestra reina Victoria".
Para Vallée fue cuestión de pura suerte. "Este guión y Emily coincidieron en el momento perfecto. Se estaba hablando bastante de ella en Hollywood y, tras verla en My Summer of Love (Mi verano de amor), se podía apreciar que era una maravillosa actriz con mucho futuro. En mi primera reunión con ella supe que entendía el personaje. La selección de actores es algo muy instintivo y tienes que confiar en la interpretación que vas a obtener. Después de ver las primeras escenas rodadas, superó con creces mis expectativas. Tiene tanto talento, aporta semejantes matices a su interpretación, que consigue que nos importe su personaje, y la cámara la adora".
Emily explica su pasión por el papel: "No pude evitar sentirme atraída por esta mujer excepcional, luchadora y llena de vida. El guión era apasionante, ya que la Victoria pública y privada son muy distintas y te das cuenta de que ser reina suponía toda una interpretación". Blunt se sentía identificada con Victoria. "Me siento muy identificada con ella. Todos sabemos lo que supone ser adolescente, creer tercamente que lo sabemos todo y tener un trabajo que te viene muy grande, por no hablar de estar locamente enamorada por primera vez. Tenía muchas ganas de vivir de joven y hablaba con gran pasión de la gente que amaba, la ópera e incluso la comida".
Blunt también agradeció la oportunidad de poner en entredicho la imagen que habitualmente se tiene de Victoria. "Me dejó anonadada lo extraordinaria que era y parecía tener un carácter muy moderno, una mujer muy propia del siglo XXI. Me atrajo la oportunidad de interpretar a alguien que resultaba una contradicción a las ideas preconcebidas que la gente tiene sobre cómo era. Todos la conocen como la reina de luto, siempre vestida de negro, con un pañuelo en la cabeza, una mujer un poco reprimida; pero de joven era todo lo contrario. Eso me resultó fascinante, poder cambiar la opinión de la gente sobre cómo era Victoria".
A Blunt también le entusiasmaba la visión que tenía su director franco-canadiense de la película. "Jamás había visto a un director con tanta pasión por un proyecto como Jean-Marc. Creo que fue la elección perfecta, porque tiene una forma preciosa de ver las cosas. No sé ni por dónde empezar a alabar su visión de la película. Es un acierto no contar con un director inglés o europeo, así ese período no le impone tanto. Creo que a todos nos pasa eso y entonces la historia se vuelve acartonada e inaccesible. Creo que Jean-Marc le aporta un enfoque muy moderno y la ve como una rebelde. Cuando me dijo eso en nuestra primera reunión, al principio me desconcertó por completo, pero luego me di cuenta de que tenía toda la razón. No podíamos haber contado con nadie más adecuado para esto".
El siguiente paso fue buscar un príncipe Alberto. Graham King explica cómo la elección de Rupert Friend fue sencilla: "Probamos a muchos jóvenes actores europeos para Alberto; lo más importante era que hubiera química entre el actor y Emily. Sin eso, no habría película. Conocíamos a Rupert de Orgullo y prejuicio y, en cuanto llegó y se sentó con Emily, fue evidente. Creo que es una estrella con mucho futuro. Tuvimos mucha suerte con la elección tanto de Emily como de Rupert".
Vallée agrega: "Tenía una imagen mental de Alberto, antes de elegir a Rupert, y de cómo el actor podía interpretarlo y, cuando llegó Rupert, era perfecto. Entendía muy bien al personaje y se documentó mucho para plasmarlo correctamente, con su acento y su porte. Lo ha clavado y ha quedado muy romántico".
Antes de interpretar a Alberto, Rupert Friend no sabía gran cosa de él. "Sabía quién era, en parte porque veía su estatua en Hyde Park a diario, pero, cuando empecé a leer sobre él, me di cuenta de lo importante que fue en el matrimonio y de la gran influencia que ejerció sobre Inglaterra y empecé a darme cuenta de que era uno de los grandes héroes ignorados de la historia británica. El amor de Victoria por él tras su muerte viene a ser casi el testamento más importante de la clase de hombre que era. Uno de los aspectos más conmovedores de su vida era que el corazón de Victoria se partió realmente en dos cuando él murió y, para que eso pasara, tenían que haber compartido un vínculo extraordinario. Esta película explora el principio de ese vínculo y lo que Julian ha logrado hacer estupendamente es humanizarlo. No es una historia de amor empalagosa, se peleaban mucho al principio y no fue un camino fácil, ni mucho menos".
A Friend también le gustó mucho el carácter de Victoria. "La imagen que se tiene de ella es la de la viuda de negro, pero no debemos olvidar que incluso la gente que conocemos como ancianas fueron en algún momento chicas de 16 años a las que les gustaba bailar, y Victoria fue sin duda una de ésas. Creo que al público le sorprenderá la fuerza de su pasión, su vivacidad y sus ansias de vivir, y su negativa a que le dijeran qué hacer, lo que le otorgaba un gran dinamismo".
El enfoque original de Vallée sobre este tema también atraía a Friend. "Creo que a Jean-Marc le interesa mucho destrozar clichés. Creo que vemos muchas cosas en el cine que se repiten una y otra vez sin que se cuestionen y creo que su enfoque es diferente. Quiere hacer una película moderna, que resulta que está ambientada en el siglo XIX. Siempre que puede intenta evitar la forma tradicional de hacer las cosas en el cine de época, ya sea la iluminación o el uso de la música. También nos hemos esforzado por marcar la diferencia en cuanto a conducta, cuando la gente está sola o cuando está en público. Creo que exige imaginación y agallas, porque puede no ser históricamente preciso al 100%, pero creo que es interesante explorar cómo imaginamos que podría haber sido".
El distinto énfasis entre lo público y lo privado se trasladó a la ropa y el maquillaje, como explica Friend: "Pasé mucho tiempo con Jenny Shircore, que ideó el maquillaje, y vimos cientos de fotos, pero éstas son siempre posados; sin embargo, tenemos escenas de Alberto con su camisa de dormir puesta. Así que reprodujimos algunos de sus looks más conocidos y luego tratamos de imaginar qué aspecto podría haber tenido Alberto 'con el pelo suelto'. Me resultó muy útil participar en cada detalle, hasta el bigote y el color de su corbata, ya que todo ayuda a crear al hombre".
Friend dio clases de baile, caligrafía y tiro con arco para ayudarle a construir un retrato lo más fiel posible, además de trabajar con un tutor de voz. "Trabajé con un tutor de voz y con un profesor de alemán. Pensamos en la colocación del acento y qué fuerza darle y queríamos meter todo el alemán posible, ya que Victoria y Alberto hablaban en alemán entre sí".
A Vallée no le pareció que traer un punto de vista extranjero a una cultura diferente fuera especialmente relevante. "No aporté conscientemente nada diferente al proyecto por no proceder de esa cultura. Seguramente me ayudó a contar la historia, ya que hay cierto distanciamiento. No quería hacer una película de época clásica británica. Buscaba mayor realismo, así que le di mucha importancia a los detalles. Traté de documentarme para comprender la historia, la cultura y los personajes. La diferencia puede estar en intentar contar la historia con un ritmo, lo que se consigue con el uso y la elección de la música".
Blunt y Friend estaban encantados de tener la oportunidad de trabajar juntos. Friend comenta: "Estaba realmente entusiasmado de trabajar con Emily, ya que hace mucho tiempo que soy fan de ella. Creo que es una de las actrices más fascinantes que tenemos. Su trabajo es por sistema emocionante, da que pensar y es siempre tan real que estaba como loco ante la perspectiva de trabajar con ella".
A continuación se pasó a reunir al resto del impresionante reparto. O'Sullivan explica las elecciones de los responsables: "Queríamos a Paul (Bettany) desde el primer momento, ya que es un actor excepcional, un auténtico camaleón, con verdadero encanto, algo muy importante para el personaje de Melbourne. Los espectadores tienen que caer bajo el influjo de Melbourne tal como lo hace Victoria. Paul sabe aportar increíblemente bien esa cualidad seductora".
Los responsables de la película tenían muchas ganas de contar con Miranda Richardson. "Esperábamos interesarla en la película. Es una actriz tan hábil que nos pareció que sería perfecta", explica O'Sullivan. "Leyó el guión y pareció conectar de verdad con la duquesa de Kent que, en muchos aspectos, es opuesta a Miranda. Miranda es encantadora y muy franca, mientras que la duquesa era más bien fría y reservada, sobre todo con Victoria. A todos nos sorprende la química entre Emily y Miranda, hay veces en que resulta verdaderamente incómodo verlas en alguna de sus escenas, por lo intensas y reales que resultan. Da gusto verlas".
Graham King estaba decidido a contar con Mark Strong para hacer de Conroy, al haber quedado impresionado con él en The Long Firm, para la BBC, y Syriana. Veía a Conroy como un alcohólico, no un villano, sino más bien un maltratador que se aferraba a las poderosas mujeres para las que trabajaba, la duquesa de Kent y la princesa Victoria. "Hay escenas en la película completamente distintas a cualquier cosa que haya visto en otras películas de época", comenta O'Sullivan. "Cuando Mark se pone físicamente violento con Emily, parece muy real, muy universal. Te olvidas de dónde está ambientado y de que estamos tratando con realeza y simplemente temes por su seguridad. Mark aportó esa asombrosa sensación de amenaza, pero también auténtico patetismo a Conroy. Creo que, más que ningún otro personaje, Conroy fue el que nos sorprendía sistemáticamente a medida que Mark le daba vida. Esperas que sea el tipo que dé patadas a los perros, algo que sí hace, naturalmente, pero también es el tipo que acaricia al perro y tiene momentos de introspección en los que se cuestiona lo que ha hecho con su vida. Hizo que resultara mucho más interesante que el típico villano que se retuerce el bigote".
Para el papel del rey Guillermo, se eligió a Jim Broadbent. OSullivan explica la participación de Broadbent: "En 2005, cuando Graham King estaba terminando de rodar Infiltrados (The Departed) y surgió la idea de hacer una película sobre la reina Victoria, una de las primeras cosas que Graham dijo fue: Será genial, conseguiremos a los mejores actores británicos para hacerla y haremos que alguien como Jim Broadbent interprete al rey. Dos veranos más tarde, allí estábamos, en el plató, con Jim clavando su escena en el papel del rey Guillermo. Su papel es corto, pero sabe sacarle el jugo a cada segundo. Te ríes con él porque es un personaje épico, pero también puede apreciarse el cariño que siente por Victoria y lo consciente que es de su propia mortalidad".
Harriet Walter se encarga de encarnar a la mujer del rey Guillermo, la reina Adelaida. O'Sullivan comenta: "Jean-Marc se reunió con Harriet, llamó justo después y dijo: ya tenemos reina Adelaida". Se quedó encantado con ella, porque era divertida, encantadora y cariñosa, todo lo que quería para Adelaida. "La interpretación de Harriet es toda una revelación, porque cogió un personaje que podría parecer menor sobre el papel y le confirió gran integridad y sentimiento. Adelaida es la mentora de Victoria y sabes que siempre desea lo mejor para ella, algo muy importante, ya que todos los demás intentan manipular a Victoria para su propios fines".
Como director de fotografía, se optó por Hagen Bogdanski. Vallée explica su elección. "Hagen hizo un gran trabajo en La vida de los otros, que resultó único y original. Había una serie de elementos alemanes en el proyecto, había sangre alemana en la monarquía y había una serie de actores alemanes trabajando en la película y me gustaba que fuera alemán, me parecía lo adecuado. También es muy tranquilo y resultó un cómplice creativo esencial. También podía ser puntilloso, a menudo bromeaba: No me siento nada cómodo haciendo esto, pero lo haré por ti, Jean-Marc. Confió en mi ojo y fue todo un detalle por su parte que fuera lo bastante modesto para permitirme preparar alguna escena".
O'Sullivan agrega: "Todos habíamos visto La vida de los otros y nos encantó el aspecto visual de la película. Nos reunimos con Hagen y sentía auténtica conexión con esta historia de una joven que trata de formar su propio criterio. También estaba muy interesado en el aspecto alemán de la película. La idea de que la familia real británica tuviera sus raíces en Alemania. Hagen es un artista y verlo colaborar cada día con Jean-Marc fue un placer".
Graham King pensó en un principio rodar en Europa del Este y Alemania, por lo caro que resulta rodar en Gran Bretaña, pero pronto decidió que era fundamental rodar en el Reino Unido para que la película fuera lo más auténtica posible.
El rodaje se desarrolló en 17 escenarios repartidos por Inglaterra, incluidos el palacio de Blenheim, el palacio de Hampton Court, el castillo de Arundel, la catedral de Lincoln, Ham House, Lancaster House, el castillo de Belvoir, Wilton House, Ditchley Park y Balls Park.
Graham King explica: "Rodar en estos maravillosos lugares aporta mucho a la película. Ves estos sitios y piensas cómo no vas a rodar aquí. No sólo hace que la película tenga un aspecto magnífico, sino que es importante para todos, sobre todo para los actores y el director, sentir esa autenticidad y ver cómo eso se refleja en la pantalla".
"Teníamos tantos lugares de filmación en esta película que parece increíble. Me parece que pasamos en exteriores algo así como 37 días de los 50 de rodaje", comenta O'Sullivan. "Tener acceso a todos esos maravillosos lugares fue muy importante, porque te transporta inmediatamente. He visto muchas películas de época en las que se puede apreciar que los productores se han gastado dinero en una o dos localizaciones bonitas y se acabó. Para que los espectadores puedan sentir que están teniendo una visión de lo que era pertenecer a la realeza, era importante que la película tuviera gran variedad visual".
Para llevar a cabo una fiel recreación de la época, Alastair Bruce ejerció de asesor histórico, a fin de asegurar que los detalles históricos y de etiqueta fueran exactos. Su experiencia y su labor en el Colegio de armas aseguraban a los creadores de la película que estaban en buenas manos. "Me fascinan los detalles", comenta Bruce. "Se gana mucho haciendo bien las cosas, porque afecta al subconsciente. Mi responsabilidad consiste en asegurarme de que se observen las formas correctas en la interacción entre los actores y en la manera de mirarse entre sí. Que su pronunciación sea correcta, que los detalles de producción y del vestuario sean correctos, que los ropajes reales estén en su sitio. Estoy ojo avizor para asegurar que todos los detalles sean correctos. Si lo hacemos bien, la historia del director marchará perfectamente".
Vallée afirma: "Alastair me resultó muy útil, ya que me permitió ver cómo funcionaba un mundo del que no sabía nada. Cómo vivía esta gente, cómo se comportaban, el protocolo real, cómo vestían... todos esos detalles eran importantes para que ese mundo cobrara vida y hacerlo bien ayuda a los actores a actuar de cierta manera. Era importante recrear el lujo y la belleza con la mayor precisión posible para hacer justicia a la historia".
O'Sullivan agrega: "Julian Fellowes nos presentó a Alastair y la película se benefició en gran medida de ello. Alastair estaba presente a menudo en el plató y no sólo fue una gran fuente de información, sino un auténtico animador de la película. Veía algunos de los trajes de Sandy Powell y quedaba encantado con el nivel de detalle. Creo que tiene una máquina del tiempo, por todo lo que sabe del período en que está ambientado la película. Que él se sienta impresionado con nuestro vestuario, peluquería, maquillaje y diseño de producción resulta emocionante. Fue una bendición".
El vestuario y el diseño de producción pudieron beneficiarse de la ayuda y el apoyo de Swarovski Crystals. Se incluyeron cristales de Swarovski en el cetro de la coronación y en el anillo de la coronación, además de usar varias joyas prestadas por Swarovski de su colección de archivo en la producción, incluida la espectacular tiara de Victoria.
La fidelidad histórica se trasladó de las localizaciones a la escena de la coronación.
"Las localizaciones son exquisitas porque no solamente reflejan la época, sino también en cierto modo el espíritu que Jean-Marc quiere recoger en la película", explica Bruce. "Por ejemplo, Ham House hizo las veces del palacio de Kensington y, al estar habitado, Ham House apenas ha cambiado ni se ha modernizado. Antes de convertirse en reina, Victoria vivía en una casa bastante frugal, ya que no tenían mucho dinero. Todo estaba un poco venido a menos, sin mucho color y eso se refleja aquí. La catedral de Lincoln hizo las veces de la abadía de Westminster, ya que se parece más al aspecto que debía de tener la abadía de Westminster por aquel entonces, puesto que la abadía se ha abarrotado de toda clase de cosas desde el reinado de Victoria".
Para el palacio de Buckingham, la producción eligió el palacio de Blenheim, con interiores rodados en el castillo de Belvoir, Ditchley y Lancaster House. La reina Victoria fue la primera monarca que vivió en el palacio de Buckingham. Para el castillo de Windsor, el castillo de Arundel quedaba perfecto, mientras que el castillo de Belvoir proporcionaba un terreno estupendo para las escenas en el Windsor Great Park.
Al haber hecho una réplica de las joyas de la corona en su juventud, Bruce se encontraba en una situación perfecta para determinar la fidelidad de las joyas replicadas para la película. "Estaba sumamente emocionado cuando llegó la corona para la escena de la coronación. Estaba perfecta hasta el mínimo detalle, todo estaba en su sitio y tenía un aspecto fantástico. El Rubí de la princesa negra delante, de las batallas de la Guerra de los 100 años, llevado por Enrique V en Agincourt, los pendientes de perlas de Isabel I colgando del centro y el pequeño zafiro arriba, que estuvo en el anillo de Eduardo el Confesor, todo ello alrededor del zafiro Estuardo en la parte delantera de la corona. Las piedras ponen de relieve la inmensa historia y la gran carga de responsabilidad que la joven reina había asumido".
La corona
Victoria fue coronada con la corona del Estado Imperial, que suele modificarse para cada monarca. Isabel II fue coronada con la corona de San Eduardo, creada originalmente para Carlos II en 1661.
Para Isabel II, se hizo un armazón que encajara dentro de la corona de San Eduardo pero, como estaba ideada para ponerse en la cabeza de un hombre con peluca, resultaba inevitable que quedara demasiado grande. Tras su coronación, Isabel decidió usar en adelante la corona del Estado Imperial. Incluye la mayoría de las piedras de la corona de Victoria, aunque cambiando de lugar algunas de ellas.
Para Bruce, la recreación del momento en que Victoria recibe la noticia de que va a ser reina fue especialmente emocionante. "La sensación de comprensión que manifiesta Emily al descubrir que va a ser reina resulta conmovedora. Está maravillosamente interpretado. El arzobispo de Canterbury y el Lord Chambelán llegan al palacio de Kensington para comunicarle la muerte de su tío y que se va a convertir en reina, él hinca la rodilla, le toma la mano y dice: Su Majestad. Es realmente conmovedor y emotivo y lleno del romance del momento e interpretado con tanta fuerza que me estremeció cuando lo rodamos".
Contar con Julian Fellowes en el plató durante el rodaje también resultó sumamente valioso. O'Sullivan explica: "Julian y Alastair nos obligaron a mantenernos muy fieles. No podíamos hacer apaños y decir: bueno, es una película, porque mirabas a la esquina y Julian o Alastair negaban con la cabeza y allí acababa la cosa. La presencia de Julian también reconfortaba a los actores, porque estaban interpretando a gente real, aunque nadie del público hubiera visto jamás a los personajes que interpretaban, los actores querían ser lo más fieles posible a la realidad. Julian supone tal fuente de información y detalles que todos, sobre todo Jean-Marc, se sentían siempre muy seguros de que estábamos siendo todo lo fieles que nos era posible".
S.A.R. la princesa Beatriz de York, hija de Sarah Ferguson y el príncipe Andrés, y descendiente de la reina Victoria, pasó un día en el plató de rodaje, para aparecer como dama de honor en la escena de la coronación de su tatara-tatara-tatarabuela. La princesa Beatriz, quinta en la línea de sucesión, es el primer miembro de la familia real que toma parte en una película. "Sarah Ferguson y yo discutimos la posibilidad de que apareciera en la película desde el primer momento", comenta King. "Me pareció un bonito detalle que apareciera en la película. Mi hija aparece junto a ella y me pareció que sería divertido".
Una de las grandes virtudes de C.R.A.Z.Y. era el uso de la música y Vallée no permitió que el hecho de dirigir una película de época interfiriera en su elección de música para el filme. "Solía pinchar música y me gusta crear una estructura para una película valiéndome de música con el ritmo y el equilibrio adecuados. Quería combinar piezas clásicas con un espíritu de rock". A tal fin, en el plató ponía a menudo música del grupo islandés Sigur Ros o incluso de The Rolling Stones para crear la atmósfera adecuada antes de una escena. También dio a cada actor una canción concreta para que escuchara como preparación para su papel, incluidos "The best is yet to come", de Frank Sinatra, para Paul Bettany y su Lord Melbourne, y el clásico de Cat Stevens "Trouble" para Emily Blunt y su Victoria.
Comenta OSullivan: "Jean-Marc tiene un gran oído para la música. Una de las cosas que nos atrajo de él fue su uso de la música en C.R.A.Z.Y. Hay secuencias en La reina Victoria que se conectan y mantienen a través de la música tan hábilmente que olvidas que estás viendo una película de época. Hay una parte al principio, que dura unos nueve minutos, todo con una sola pieza de música, que cubre numerosas escenas y elementos del argumento, y resulta increíble porque, cuando estábamos preparando la película, Jean-Marc ya había encontrado esta pieza de música clásica y estaba básicamente rodando con ella ya en mente. El resultado es perfecto. La combinación de la facilidad de Jean-Marc para la música y la experiencia de Jill Bilcock en películas como Moulin Rouge supusieron una química asombrosa que funciona estupendamente con la partitura de Ilan. Toda la película tiene un ritmo que resulta muy musical. Es una gran ayuda para narrar esta historia en la que buena parte de las emociones queda reprimidas".
El productor ejecutivo Colin Vaines ya conocía de antes a Ilan Eshkeri y estaba convencido de que encajaría perfectamente en la película. Al trabajar con Eshkeri, Vallée se encontró con un joven y brillante talento que respondió inmediatamente al mismo estilo de rock-and-roll inherente al modo en que se había rodado la película. "Una de las primera piezas que oímos de Ilan fue su interpretación de "El canto del cisne", de Schubert, que tiene un papel clave en la película. Ilan vio cómo Jean-Marc y Jill habían estructurado dos escenas intercaladas entre sí, una entre Victoria y un manipulador Melbourne, otra entre un Alberto perdidamente enamorado y su hermano, y unió estas escenas maravillosamente con esa pieza de música, fue toda una revelación", comenta OSullivan.
Vallée y Eshkeri querían que la música se mantuviera fluida, de modo que una pieza de música diegética pudiera cambiar sutilmente hasta pasar a la partitura, o viceversa, incluso antes de que los espectadores se den cuenta. Pensaron que esta forma tan poco habitual de usar la música en una película de época mantendría al espectador interesado y poco seguro de dónde venía la música. A menudo, se hace referencia a una pieza de música diegética más adelante en la partitura como referencia emocional para los espectadores, como el estribillo de "El canto del cisne" de Schubert, que puede encontrarse escondido en varios momentos de la película, cuando Alberto se siente solo o cuando Victoria piensa en él pero no pueden estar juntos.
Como puntos de referencia, Vallée habló con Eshkeri y su productor musical Steve McLaughlin largo y tendido sobre música, desde la más tradicional, como "Zadok the Priest", de Händel, a la más particular, como Sigur Ros y el cantante pop alemán Klaus Nomi. El director tenía una visión muy clara de una banda sonora que tuviera energía y corazón, sin caer en las trampas habituales de las películas de época, donde los laúdes y los violonchelos subrayan cada emoción.
La última pieza del rompecabezas musical vino en forma de canción interpretada por la ganadora del Grammy, Sinead OConnor. Titulada "Only You", el tema de amor de la película, es un sentido y etéreo examen de lo que supone encontrar a tu alma gemela tras pasar solo la mayor parte de tu vida. "Encajaba perfectamente con uno de los propósitos primordiales de la película", explica OSullivan, "que era no perder la esperanza y contarle a la gente que estas asombrosas historias de amor pueden pasar realmente, no son únicamente de cuento de hadas".