Del concepto a la pantalla
"La idea de Street Dance 3D surgió en cierto modo como reacción", explica el productor James Richardson, cofundador de Vertigo Films. "Los medios estaban llenos de historias de jóvenes que se apuñalaban unos a otros y todas las películas trataban sobre drogas y bandas, así que pensé: 'ya es hora de hacer algo positivo'. Siempre me han encantado las grandes películas de baile norteamericanas de los años 80, Flashdance, Dirty Dancing, Footloose, y me pareció que sería una gran idea hacer una película de baile con el mismo aire y ambiente inspirador de una película norteamericana, pero en un entorno completamente británico. Empecé a investigar el ambiente del baile callejero en el Reino Unido y no tardé en darme cuenta de que, no sólo teníamos a algunos de los mejores bailarines y coreógrafos del mundo, sino que también gozaba de una increíble riqueza visual. Pero quería plantear un desafío al mundo del street dance. El baile está dividido en muchas especialidades: clásico, moderno, callejero, etc. Así que pensé, '¿qué pasaría si dos de esos mundos chocaran? ¿Cómo se arreglarían? ¿Cómo bailarían? ¿Y en qué clase de baile se convertiría?'. Así que se me ocurrió la historia de dos mundos, el mundo británico tradicional, representado por los bailarines clásicos y el Royal Ballet, y la Gran Bretaña moderna, representada por los bailarines de street dance. Me pareció que sería interesante ver lo que pudiera surgir de ese choque de culturas".
Durante su labor de documentación, Richardson se encontró metido hasta el cuello en el mundo del baile callejero. "Acudí al UK Street Dance Weekend y me convirtieron en juez", comenta riendo. "Tuvo mucha gracia, porque yo no tenía ni idea del tema. Pero me quedé sorprendido con el talento que vi. Y así fue como conocí a Diversity y Flawless, un año antes de que cualquiera de ellos se presentara al concurso de televisión Britain's Got Talent".
Naturalmente, ambos grupos de baile acabaron dominando la tercera edición del concurso de talentos de la BBC en 2009 y Diversity acabó, incluso, ganándola. "Todo el mundo empezó a interesarse mucho por el baile", recuerda Richardson entusiasmado. "Ha sido estupendo y, evidentemente, para mí fue fantástico que ya los hubiera fichado para la película. No podría haber salido mejor ni planeándolo. Tuve mucha, muchísima suerte de que pasara todo eso".
El siguiente paso era contratar a un guionista que pudiera escribir la historia. Richardson decidió arriesgarse con Jane English, una guionista con la que no había trabajado nunca, porque sabía que era capaz de conectar con un público más joven. "Jane había escrito parte de la serie de televisión Sugar Rush, de la que yo era un gran fan", explica. "Así que colaboramos muy estrechamente en el guión y en la creación de los personajes a lo largo de unos ocho meses. Durante ese tiempo, creamos un papel para George Sampson, que había ganado la segunda edición de Britain's Got Talent. Teníamos mucho interés en que formara parte de esto, y ha sido fantástico".
Richardson estaba muy interesado desde un primer momento en hacer la película en 3D, aunque fuera algo que no se hubiera hecho antes en el Reino Unido. "Mi socio en la producción, Allan Niblo, y yo llevábamos ya cierto tiempo hablando del 3D", comenta. "Esta película nos pareció una opción evidente con la que empezar, ya que el baile tiene mucha profundidad, sobre todo el baile callejero. Así que nos pusimos en contacto con la gente de Paradise FX, que había hecho San Valentín Sangriento 3D. En cuanto les contamos lo que estábamos planeando, les faltó tiempo para implicarse en el proyecto".
Trabajar enteramente en 3D suponía un gran desafío, y Richardson y el resto del equipo descubrieron que tenían un duro proceso de aprendizaje por delante. "Somos la primera película de acción real fuera de Norteamérica que se rueda en 3D, así que tenemos mucho que aprender", reconoce. "Tienes que pensar en el diseño y en la posición de todos los elementos del decorado, porque ciertas cosas no funcionan muy bien en 3D. Y, naturalmente, tienes que tener presentes trucos 3D, como cuando ciertas cosas se salen de la pantalla directas al espectador. El coste es la mayor diferencia, es más caro, pero merece la pena".
Una vez terminado el guión y ya con la participación de Paradise FX asegurada, Richardson se puso a buscar al director adecuado, una tarea que le resultó más difícil de lo que esperaba. "Nos llevó mucho tiempo tratar de elegir al director, porque queríamos a alguien que entendiera realmente el baile y cómo hacer que resulte espectacular en pantalla", explica Richardson. "Así que decidimos buscar un director de vídeos, y Max y Dania se convirtieron rápidamente en claros favoritos. Son una pareja de directores increíblemente emocionante y entendían muy bien cómo crear una bella atmósfera en la pantalla. Nunca había trabajado antes con una pareja de directores, pero sabía que eran perfectos para esta película. Lo entendían, sintonizaban perfectamente con el proyecto. Querían que fuera bonito, brillante e inspirador. Esta es su primera película, así que era una decisión importante para todos nosotros. Pero, para mí, tenían todo lo necesario".
Max Giwa y Dania Pasquini han trabajado juntos en muchos vídeos musicales en los últimos 15 años, con artistas tan diversos como Girls Aloud, Oasis y Sophie Ellis Bextor. Y se sentían sumamente emocionados, aunque algo inquietos, por trabajar en su primera película.
"Estábamos un poco nerviosos", admite Dania, "pero siempre habíamos querido hacer películas, así que es algo por lo que hemos estado trabajando". Max concuerda con ella. "Recibimos la llamada de James para decir que había visto nuestro trabajo y que estaba interesado en nosotros", recuerda. "Nos envió el guión, luego nos reunimos con él y, poco después, me llamó para decirnos que el trabajo era nuestro. Me quedé tan desconcertado que al principio no me lo creí y le pedí que llamara también a Dania, sólo para confirmar. Luego, junto con Jane, nos implicamos todos mucho en los borradores posteriores del guión. Hacer películas supone todo un nuevo proceso de aprendizaje para nosotros. Evidentemente, tenemos mucha experiencia en vídeos musicales, así que había ciertas cosas de las que estábamos muy seguros, pero también hay muchas cosas nuevas".
Pero los directores noveles se aclimataron al cine como peces en el agua, y dejaron al reparto y al equipo entusiasmados con su contagiosa energía. "Me encanta la energía de Max", asegura Jennifer Leung, que interpreta a la bailarina de ballet 'Bex'. "Siempre aparece con una sonrisa en el rostro. Así que, incluso si estás muy cansada, quieres ponerte a trabajar en cuanto lo ves. Y Dania se encarga de mantenerlo controlado. La relación entre ambos es genial, se puede ver que se conocen desde hace tiempo y se llevan estupendamente".
Charlotte Rampling, que interpreta a la profesora de ballet Helena, concuerda con ella: "Me gusta trabajar con dos directores, porque así tienes dos centros de atención", explica. "Están en perfecta sintonía entre sí". Y ambos directores estaban en la misma onda que Richardson desde el primer momento. "Una de las cosas con las que estuvieron de acuerdo conmigo, desde el principio, era que no queríamos que la película tuviera nada que ver con la lucha de los chicos de barrios bajos con las drogas y las bandas", afirma Richardson, contundente. "Era muy importante porque la mayoría de los bailarines callejeros que conocí mientras me documentaba no tenían nada que ver con ese mundo. Hay demasiadas películas británicas que se centran en el aspecto duro y oscuro de la juventud británica y no sé por qué, porque también hay muchas historias positivas. Ashley Banjo, de Diversity, estaba haciendo un máster en Física además de bailar. Es un gran cliché suponer que los chicos de ambientes urbanos están metidos en bandas, y es más emocionante centrarse en el aspecto positivo, que, en este caso, es el baile".
Encontrar el reparto
Como directores con experiencia en el mundo de los vídeos musicales, Max y Dania habían trabajado con algunos de los mejores bailarines de street dance del Reino Unido en proyectos anteriores y aportaron ese conocimiento a Street Dance 3D. "Ya habíamos trabajado antes con parte de los bailarines y con la mayoría de los extras", explica Dania.
"Eso permitió tener un ambiente excelente en el plató", agrega Max. "Tiene un aire familiar. Pero nadie fue elegido simplemente porque lo conociéramos. Pasamos por semanas de pruebas de selección muy rigurosas". De hecho, el proceso de selección para la película fue único, en el sentido de que se celebraron pruebas abiertas por todo el país para encontrar a los mejores talentos de street dance del Reino Unido. "Montamos un sitio web para anunciar las pruebas de selección y, casi de inmediato, se colgó porque había demasiada gente intentando presentarse", recuerda Richardson, moviendo la cabeza incrédulo. "Al final acabamos probando a más de mil personas en ciudades de todo el Reino Unido, incluidas Manchester, Birmingham y Glasgow. Luego, los preseleccionados fueron a Londres y empezamos a reducir la lista en serio. Es una prueba muy dura porque, no sólo tienes que ser un bailarín increíble, sino que también tienes que ser capaz de actuar".
"Todo el proceso duró semanas", comenta Dania. "Pero hubo ciertas personas a las que llamamos para una prueba cerrada porque estábamos muy interesados en ellos, como Steph Nguyen, que interpreta a 'Steph' en la película. En realidad es una campeona de 'breaking'. Ganó uno de los mayores campeonatos del mundo de street dance, Juste Debout, en París. Para haber ganado esa competición contra todos esos chicos, hay que ser fenomenal".
Pero Richardson admite que el mayor reto en cuanto a la selección del reparto era encontrar a alguien que pudiera interpretar el papel protagonista de 'Carly'. "Vi a Nichola Burley en su primer filme, Amor + Odio, en 2005", explica. "Y recuerdo pensar que robaba completamente la película, así que tenía ganas de encontrar algo en lo que poder trabajar con ella. Entonces, por absoluta casualidad, el director de casting, Gary Davy, la sugirió para Street Dance 3D. Por supuesto, sabía que podía actuar, pero no sabía que pudiera bailar, así que la sometimos a una serie de agotadoras pruebas para asegurarnos de que era capaz de hacerlo. Kenrick Sandy, nuestro coreógrafo de baile callejero, la obligó a esforzarse para demostrar de lo que era capaz".
Burley reconoce que el proceso de selección fue aterrador. "Tuve varias pruebas y, cuando vi el nivel de los bailarines, me quedé impresionada", recuerda. "Daba miedo verlos, porque sabía que me estaba midiendo a ellos en la parte de baile de las pruebas. Llevo bailando desde que era muy pequeña, y asistí a clases en la Northern School of Contemporary Dance, así que tengo formación como bailarina, pero sobre todo en ballet, contemporáneo y jazz. No tardé en darme cuenta de que todo es cuestión de porte. El movimiento en el baile contemporáneo es muy fluido y continuo, mientras que en el street dance es bastante rígido, así que tienes que volver a acostumbrar a tu cuerpo".
Richardson dice que uno de los mejores aspectos del particular proceso de selección de la película fue que permitió descubrir a muchos jóvenes e interesantes talentos, y alguna que otra sorpresa divertida. "Durante el proceso de selección, no dejamos de añadir papeles al guión porque había gente que teníamos muchas ganas de incluir en la película, pero no teníamos un papel para ellos", comenta riendo. "George Sampson es el más evidente, pero también creamos el papel de 'Isabella' para Rachel McDowall y el papel de 'Steph' para Steph Nguyen".
Y, naturalmente, siempre hubo un papel clave para el grupo de baile Flawless, que interpretan a 'The Surge', enemigos a muerte del grupo de Carly en la película. "James acudió a nosotros al principio porque quería saber más sobre el mundillo del baile en el Reino Unido", explica Marlon "Swoosh" Wallen, coreógrafo responsable de Flawless. "Tenía desde hace bastante tiempo una idea, pero quería saber qué se cocía realmente: cómo funciona todo en lo referente a las competiciones y todo por lo que pasamos. Luego nos pidió que nos apuntáramos para hacer del grupo 'The Surge', y nos quedamos encantados e ilusionados de poder hacerlo".
Entonces, tras un proceso de selección tan arduo, cualquiera pensaría que Richardson debería haberse convertido ya en todo un experto en street dance, ¿no? "¡No, no!", exclama riendo. "De hecho, he llegado a salir de marcha con algunos de estos bailarines y es la cosa más humillante del mundo. No es como salir con tus amigos, estos chicos son los mejores bailarines de Europa. Yo hago el ridículo".
Los bailarines callejeros
Nichola Burley interpreta a Carly, nuestra heroína y líder de un grupo de street dance, que debe colaborar con unos bailarines de ballet si quieren tener alguna posibilidad de ganar el Campeonato Británico de Street Dance. "Carly es una chica muy dulce, pero está muy motivada por su ambición como bailarina", explica Burley. "No ha tenido mucha suerte que digamos en su educación pero, no obstante, siempre ha seguido adelante, lo que ha servido siempre para motivarla. Tiene que afrontar muchos desafíos a lo largo de la película y lo emocionante e inspirador de ello es cómo supera esos desafíos. Personalmente, me daría pánico pensar en tener que enseñar street dance a estudiantes de ballet. Pero es más fuerte de lo que ella misma cree. Tan sólo necesita algo de ánimo para demostrarlo. Y, cuando lo hace, acaba superándose a sí misma. Es todo cuestión de descubrir su fuerza interior, de descubrir quién es en realidad".
La mejor amiga de Carly, que le brinda buena parte del apoyo que necesita a lo largo de la película, es Shawna, interpretada por Teneisha Bonner. "Shawna es muy escandalosa", explica Bonner entre risas. "Trabaja como peluquera y es una chica sexy, fresca y sin pelos en la lengua. Te dice las cosas como son". Una de las partes más divertidas del personaje es el aspecto tan extravagante de Shawna. "Es muy llamativa, le encantan los pendientes enormes y las pelucas disparatadas", comenta Bonner con una gran sonrisa. "Tiene una peluca para cada día de la semana, así que acabé llevando entre ocho y diez pelucas a lo largo de la película. Es muy divertido interpretar a alguien como ella".
Mack y Boogie son los bromistas del grupo de street dance, que se encargan de aportar algo de alivio cómico a los problemas del grupo. "Es muy agradable trabajar con un montón de gente que te entiende perfectamente", asegura Lex Milczarek, que interpreta a Boogie. "Todos están muy entregados y trabajan duro pero, al mismo tiempo, a todos les encanta echarse unas risas, así que nos lo pasamos muy bien juntos. En este plató no hay grandes egos. Siempre te preocupa que, si te pones a hacer películas, te encuentres con los típicos creídos, que van de actores serios o lo que sea. Pero todo el mundo es muy tranquilo y nos llevamos muy bien. Lo que es genial, porque interpretamos a un grupo y se supone que somos como una familia".
Bradley Charles, que interpreta a Frankie, se incorporó originalmente al proyecto como ayudante de Kenrick Sandy, el coreógrafo de street dance de la película. "Ken y yo nos estábamos encargando de las pruebas de selección, cuando me vieron bailar y me pidieron que probara yo también para un papel en la película", explica Charles. "Así que hice una prueba de baile y otra de lectura ante la cámara y me acabaron ofreciendo el papel. Todo pasó por casualidad".
Frankie es uno de los papeles más serios de la película. No está nada contento por el hecho de que Jay abandone el grupo y no apoya lo más mínimo los intentos de Carly de asumir el papel de jefa. "Considera que él habría sido mejor opción para dirigir al grupo", desvela Charles. "Se enfada por ello, carga contra Carly y abandona el grupo. Pero es ambicioso, así que acaba por volver, porque quiere ganar la competición".
La novia de Frankie es Steph, un papel creado expresamente para la bailarina de 'breaking' de fama internacional Steph Nguyen. "El personaje es básicamente como yo", explica Steph. "¡Aunque su ropa es algo más sexy de lo que yo llevaría normalmente! Quería formar parte de esta película porque el baile es mi pasión, es mi vida".
Los miembros que completan el grupo de bailarines callejeros son Aimee (Sacha Chang) y Justine (Rhimes). "Justine canta en el coro de la iglesia y su madre cree que es un angelito", explica Rhimes. "Poco sospecha que su querida Justine puede ser muy mandona, con una gran personalidad". En cuanto a Aimee: "Es básicamente un poco arpía", comenta Chang riendo. "Pasa buena parte del tiempo despotricando con Justine".
El papel de Eddie se creó expresamente para George Sampson, ganador del concurso Britain's Got Talent. "Eddie se parece mucho a mí", admite. "Es bastante descarado y tiene muchas ganas de formar parte del grupo de Carly. Y además está algo colado por ella. Aunque, por mucho que intente meterse, ella se niega". Pero, no temáis, Eddie consigue su oportunidad de demostrar de lo que es capaz en la pista de baile, a pesar de los esfuerzos de Carly por impedírselo. "Más que esperar a que surja una oportunidad, se la busca él mismo", explica Sampson. "No es por ser partidista, pero es el mejor personaje".
Sampson ya había trabajado con los directores, así que se sintió como en casa en el plató. "Max y Dania dirigieron mi vídeo musical Headz Up, el año pasado", explica. "Así que me pidieron que hiciera una prueba de cámara para ver si podía actuar y, por suerte, pensaron que sí podía. Esta es mi primera película y me encantaría hacer más. Estoy entusiasmado por formar parte de ella porque es la primera película británica de baile".
Sampson cita como fuente de inspiración no sólo a los habituales Usher y Justin Timberlake, sino también a su profesor de baile de la infancia. "Se llamaba Swanny y fue mi mayor inspiración", recuerda Sampson. "Ya ha fallecido, pero fue él quien hizo que quisiera dedicarme a esto. Formó parte de uno de los primeros grupos de 'break-dance' que bailaron en el famoso club Hacienda de Manchester en la década de 1980. Es por él que mi estilo es bastante de la vieja escuela".
Rhimes está encantada con la creciente popularidad del street dance. "El baile goza ahora de mayor popularidad porque ha evolucionado, se ha vuelto más joven. Y resulta entretenido a la gente. Para mí, es una pasión. Enseño a mucha gente joven y siempre les digo: 'si vais a hacer esto, tiene que ser de corazón'. Y, a medida que crece la pasión, las personas se inspiran unas a otras. Muchas películas sobre la juventud británica no tratan más que del gueto, pistolas y navajas. Pero hemos llegado a esta industria con intención de inspirar a los jóvenes para que muestren ambición por algo".
Los bailarines de ballet
Como Helena, la profesora de ballet, Charlotte Rampling tiene un papel fundamental en la película. "Si mi personaje no hubiera tenido la idea de atreverse a juntar el ballet con el baile callejero, no habría historia", explica. "Helena ve algo de sí misma en Carly, la fuerza de espíritu de querer disfrutar de la vida".
Aunque habrá quien pueda sorprenderse por ver el nombre de Rampling en una película sobre street dance, ella cree que encaja a la perfección. "Me ha encantado tomar parte en esta película porque siempre me ha entusiasmado el baile", asegura. "Aunque nunca he bailado profesionalmente, ¡sólo en clubes! Resulta enriquecedor descubrir que la gente pueda pensar en ti para un papel que nunca se te hubiera ocurrido hacer. Fue un placer conocer a todos los jóvenes bailarines; de otro modo, jamás habría tenido ocasión de conocerlos. Y me encanta que la película muestre a jóvenes que se esfuerzan de verdad por lograr algo. Demuestra que, si te esfuerzas y trabajas duro, con pasión, puedes lograr cosas extraordinarias. Es realmente maravilloso poder transmitir ese mensaje".
El apuesto y atlético Tomas es uno de los mejores estudiantes de la academia de ballet. "Es el donjuán popular", explica Richard Winsor, que se encarga de interpretarlo. "Bueno, popular en términos de ballet, así que no estoy muy seguro de lo popular que eso lo hace realmente. Pero, cuando llegan los bailarines de la calle, lo derriban de su pedestal. Al principio, no quiere formar parte de ello pero, al final, acaba por ver que hay tanto talento y belleza en el street dance como lo hay en el ballet".
Y, por supuesto, forma parte de la historia de amor de la película. "Sí, se enamora de Carly", comenta sonriendo. "Es una parte fundamental del filme".
Como el resto del reparto, Winsor tuvo que pasar por un riguroso proceso de selección. "En esos momentos estaba bailando en El retrato de Dorian Gray, de Matthew Bourne", recuerda, "así que estábamos de gira por toda Gran Bretaña y por otros países, como Italia y Rusia. Pero, en cuanto me llamaban para una prueba en Londres, acudía como una bala. Era un proyecto estupendo en el que poder participar".
Rachel McDowall, natural de Liverpool, acompaña a Winsor como parte del grupo de los estudiantes de ballet. "Isabella es una arpía del ballet", explica McDowall riendo. "Y tiene a dos compañeras inseparables: Chloe (interpretada por la actriz galesa Sianad Gregory), que también es bastante mala con los bailarines callejeros, y Bex, que es más ingenua".
Pero a Isabella le bajan los humos cuando recibe ciertas noticias que dan al traste con sus sueños de presentarse a las pruebas de acceso al Royal Ballet. "Mido algo más de 1,80", explica McDowall. "Así que, en la historia, Isabella descubre que no puede presentarse a las pruebas del Royal Ballet con todas las demás porque es demasiado alta. En cierto modo, sabe qué es lo que va a pasar, porque nunca ha tenido realmente un compañero que fuera lo bastante alto o que pudiera levantarla. Pero el ballet es todo lo que conoce, porque lleva toda la vida practicándolo. Cuando aparecen los bailarines de street dance, al principio se muestra reticente, pero acaba cambiando de forma de pensar y se da cuenta de que el ballet no es lo único que hay en el mundo".
Curiosamente, esta parte de la historia es un caso de ficción que imita a la realidad en cuanto a McDowall. "A mí me pasó exactamente lo mismo cuando era más joven", recuerda. "Practicaba ballet desde muy niña y llegué al punto de presentarme a las pruebas para el Royal Ballet cuando tenía 11 años. Pero sabían que iba a crecer hasta esta altura, así que ahí acabó todo. Me sentí fatal. Por aquel entonces, me parecía que era todo mi mundo. Pero, en cosa de un mes, lo superé".
La actriz escocesa Jennifer Leung interpreta a la dulce Bex, que choca con la actitud desafiante de Isabella y Chloe y se muestra más cordial con los bailarines de street dance. "Bex vive y respira ballet", explica Leung. "Es todo lo que conoce, pero eso no quiere decir que esté totalmente en contra del street dance. Es más simpática que las otras dos bailarinas de ballet, y entiende lo que pretende Helena al pedirles que trabajen juntos. La verdad es que cambia su vida, porque es muy inocente. Nunca ha estado en un club nocturno y es muy 'Angelina bailarina'. De modo que, cuando los bailarines de street dance irrumpen en su vida, le abren los ojos a nuevas experiencias y empieza a conocer mejor el mundo".
El otro bailarín de ballet del grupo es Gabe, interpretado por el brasileño Hugo Cortes. "Gabe procede de un entorno muy pobre en Cuba y ha trabajado muy duro para dejar atrás todo eso y meterse en el mundo del ballet clásico", explica Cortes. "Ha resultado muy duro para él, pero lo ha logrado. Ha conseguido una beca para asistir a una escuela de ballet en Londres, de modo que se ha vuelto bastante gallito, muy orgulloso de sí mismo. Al principio, el hip-hop le recuerda a sus orígenes, que tanto se ha esforzado por dejar atrás. Con todo el trabajo que le ha costado convertirse en un bailarín clásico de ballet, no quiere volver a lo que solía ser familiar para él. Pero le gustan los desafíos así que, al final, acaba por aceptar el street dance. Cuando ve los movimientos, siente moverse algo en su interior que no puede negar".
Una vez más, la historia personal de Cortes no dista gran cosa de la que interpreta en la película. "Mi padrastro es un bailarín contemporáneo, al igual que mi tío y mi padrino", explica. "Pero ninguno de ellos, incluida mi madre, quería que me dedicara a la danza. Fue duro, porque me encantaba bailar. Pero no dejaban de repetirme lo difícil que es triunfar en este mundillo y que nunca lograría hacer carrera como profesional. Tuve que demostrar lo que valía y enseñarles que tenía la aptitud necesaria como bailarín para triunfar. Así que me esforcé mucho y terminé el instituto un año antes. Entonces le dije a mi madre que quería aprovechar ese año extra para concentrarme en la danza y, en ese año, conseguí un trabajo con una importante compañía de danza de Brasil. Después de eso, mi familia empezó a pensar: 'Vale, quizá sea capaz de hacerlo, después de todo'. Ahora he tenido la suerte de haber actuado en el Royal Opera House (Teatro Real de la Ópera), y por todo el mundo. El ballet contemporáneo es lo que mejor se me da, así que ha sido todo un desafío aprender ballet clásico para este papel".
Cortes está encantado de tomar parte en la primera película de baile en 3D. "He hecho muchos musicales y ópera, pero éste es mi primer papel cinematográfico, así que estoy verdaderamente entusiasmado", comenta con una gran sonrisa. "Mi familia y mis amigos en Brasil están como locos. Mi madre ya se cree que estoy en Hollywood".
Coreografiar la película
"Conocí a Kate Prince poco después de su espectáculo Into The Hoods", explica Richardson. "Me encantó el espectáculo y quería contar con su participación y la de Kenrick Sandy (coreógrafo ganador del premio Olivier, antiguo campeón británico de street dance y cocreador de la compañía de baile de hip-hop Boy Blue) desde el primer momento. La idea era que Kenrick se encargara de las escenas clave de street dance, mientras que las de ballet estuvieran supervisadas por Will Tuckett, coreógrafo y bailarín de ballet de fama internacional que nos presentó Kate Prince, más conocido por su trabajo con el Royal Ballet y en la alabada serie de Channel 4 Ballet Hoo, mientras que Kate sería responsable de las demás escenas: toda la narrativa de baile y el final, cuando se fusionan ambos estilos de baile".
Kate Prince es la fundadora de la compañía británica de baile ZooNation y ha coreografiado recientemente el programa concurso So You Think You Can Dance para la BBC, sabía que trabajar en su primera película supondría nuevos y emocionantes desafíos. "El mayor reto fue trabajar con gente que no eran bailarines", comenta. "Y el elemento 3D también era algo nuevo para mí. Tenía que pensar en los encuadres y en qué movimientos quedarían mejor en cámara".
Kenrick Sandy fundó Boy Blue Entertainment en 2001, junto con su amigo Mikey Asante, cuando se dieron cuenta de que había ansias de baile en East London. "Nunca fue mi ambición crear una compañía", explica. "Se trataba más bien de dar apoyo a nuestra pasión por el baile y la pasión de otros por el baile". Desde entonces, Sandy ha visto cómo el baile callejero ha transformado la vida de los jóvenes con los que ha trabajado. "El baile permite a la gente formar su carácter", asegura. "Tanto si bailan como carrera o por afición, gracias al baile obtienen un sentido de la disciplina y una mayor autoestima, que pueden emplear en otros aspectos de sus vidas. Enseñamos a la gente a expresarse y a dejarse llevar".
Sandy se sintió entusiasmado con el proyecto desde el momento en que James Richardson le propuso la idea. "Es la primera película británica de street dance", comenta sonriente. "Los norteamericanos ya han hecho muchas, así que me parecía importante participar en ésta. Me alegra que se haya podido hacer, más aún porque el mercado para el baile ha crecido de una forma ridícula. Se estrena en el año adecuado, en el momento adecuado, cuando los bailarines están recibiendo más atención. Además, es una oportunidad de mostrar cómo los distintos estilos de baile son en realidad muy similares entre sí. Cuando piensas en el street dance, piensas en chicos de clase trabajadora, en las calles y en centros juveniles; con el ballet, piensas en las clases altas. Y lo que esta película muestras es que, en última instancia, el baile es el baile. Todos somos iguales. Todo es cuestión de derribar esas barreras".
Sandy admite que, al principio, le preocupaba trabajar con Nichola Burley, que no tenía ninguna preparación previa en street dance. "Me pareció que Nichola era un riesgo muy grande", reconoce. "Como personaje principal, tenía que ser una bailarina de primera. Así que le dije que asistiera a todas mis sesiones y clases antes de empezar con los ensayos de la película. Estaba siempre allí, en el fondo, practicando con los bailarines de Boy Blue. Incluso llegó a actuar con nosotros en Hackney Empire, porque quería que entendiera lo que es estar delante de un público. Sintió la presión porque es la protagonista principal, así que le preocupaba decepcionar a todo el mundo. Hubo unas cuantas veces en las que tuvo ganas de dejarlo y llegó a llorar. Pero yo iba totalmente en serio. Le dije: 'Deja de llorar. Eres la estrella. Por mal que te sientas, tu equipo no puede verte así'. Tuve que hablar con ella numerosas veces durante el rodaje. Pero, al final, la gente se sorprenderá de saber que no era bailarina antes de esto. Me siento muy orgulloso de ella".
Para Tuckett, el mayor reto era trabajar con bailarines que apenas habían recibido formación clásica. "Son todos muy buenos bailarines, pero en baile contemporáneo", explica. "Todos han recibido cierta formación clásica, pero ninguno de ellos lo había hecho en mucho tiempo, así que se quedaron todos pálidos cuando los hice ponerse a bailar en pointe. Fue muy duro para ellos. Pero no quería que nadie que entendiera de ballet viera la película y pudiera notar que no eran realmente bailarines de ballet. Es muy fácil hacer la típica imitación del bailarín de ballet, el cliché de ser estirados y mojigatos, pero es mucho más difícil hacerlo de manera convincente, como si esto fuera algo que hacen a diario. El período de ensayo resultó crucial. Entonces fue cuando trabajamos como locos. Les resultó muy duro porque estaban aprendiendo a la vez la parte "callejera". Evidentemente, en la película hay mucho más baile street dance que ballet, ¡no hay más que fijarse en el título!, pero teníamos muy claro que queríamos que quedaran bien las escenas clásicas. Al final, me sentí sumamente orgulloso de ellos porque todos se esforzaron al máximo y, cuando ves la película, me parece que resulta creíble que son bailarines de ballet".
Tuckett ha trabajado con algunos de los mejores bailarines de ballet del mundo, pero quedó impresionado de todos modos cuando vio en acción a los bailarines de street dance. "Llevo mucho tiempo en el baile, como carrera, y resulta raro estar sentado y que se dibuje una gran sonrisa en la cara porque no te puedes creer lo que está haciendo alguien delante de ti", comenta, admirado. "Fueron sencillamente extraordinarios".
¿Se sintió tentado entonces Tuckett de probar unos cuantos movimientos de street dance? "Lo intenté", comenta riendo, "pero hice completamente el ridículo. Ya tengo más de 40 años y, a esa edad, no debería intentar hacer ese tipo de baile".
Como reflejo del argumento de la película, se formó un vínculo difícil de creer entre los dos expertos de dos estilos de baile tan contrapuestos. "Kenrick es un tipo total", afirma Tuckett entre risas. "Es irritantemente atractivo, moderno y básicamente todo lo que a mí me gustaría ser pero nunca seré. Yo visto de 'tweed' y generalmente tengo más bien pinta de pringado. Entonces llega él, todo tranquilo y relajado y hablando suavemente. Luego empieza a bailar y nos deja a todos anonadados. Además, es increíblemente positivo y nunca pierde la calma".
Pero no será la última vez que los dos coreógrafos se vean. "Kenrick y yo hemos hablado de volver a trabajar juntos, lo que es totalmente inesperado", comenta Tuckett. "Sería estupendo hacer algo más con él. Y, si no hubiera trabajado en esta película, con todo ese elemento híbrido de baile, nuestros caminos nunca se habrían cruzado. Ha sido una experiencia fantástica".
Richard Winsor, que interpreta a la popular estrella de ballet Tomas, se sintió entusiasmado ante el desafío de aprender dos estilos de baile muy diferentes. "Estudié tres años de ballet hace unos siete años, pero nunca había interpretado ballet clásico profesionalmente, de modo que volver a meterse de lleno ha exigido tiempo y esfuerzo", explica. "Ha sido fantástico trabajar con Will Tuckett. También ha supuesto trabajar muy duro, pero así puedo reflejar esa experiencia en la película. El ballet requiere una disciplina. Ha sido un reto tremendo recuperar el estilo y el porte del ballet clásico y luego dejarlo a un lado para aprender street dance".
"Hay una escena en la que hago un poco de 'breaking', que es algo que no había hecho en mi vida", comenta riendo. "Me ha despertado pasión por ello. La música resulta muy emocionante. Cuando sientes ese ritmo a todo volumen, es imposible quedarse quieto. Evidentemente, no soy un gran bailarín de street dance, pero entiendo por qué despierta verdadera pasión en la gente. Trabajar en esta película ha cambiado por completo mi perspectiva del baile callejero. Es decir, siempre me ha gustado ver ese tipo de baile, y a grupos como Diversity o Flawless, pero formar realmente parte de ello y aprender la historia y los orígenes del mismo ha sido un completo placer".
Rachel McDowall, que interpreta a Isabella, se sentía aterrada ante la perspectiva de volver a enfundarse las mallas y revivir sus días de ballet. "Me entró verdadero pánico, porque no había practicado ballet desde hacía seis años, cuando terminé los estudios", recuerda. "Me costó mucho volver a meterme en ello. Sianad y Jennifer, que interpretan a las otras dos chicas, son muy menudas y, bueno, yo tengo la figura que corresponde a mi cuerpo de algo más de 1,80. Ellas sí que parecen bailarinas de ballet. Me daba mucha vergüenza ir a los ensayos. Pensaba: '¿En qué me he metido? ¡Y tendré que llevar mallas y leotardos!'".
Pero, para McDowall, volver a ponerse las mallas resultó ser la menor de sus preocupaciones. "Los ensayos me resultan duros, he de reconocerlo", afirma. "Nos hacían practicar en la barra de ballet cada mañana desde las 9, y eso es más duro todavía que bailar, porque es muy preciso. Al día siguiente de empezar a ensayar, me dolían músculos que no había sentido nunca. A veces no quería más que llorar".
Jennifer Leung, que interpreta a la bailarina Bex, concuerda con ella: "Hubo un momento en que se me saltaron un poco las lágrimas", admite. "Will Tuckett está acostumbrado a trabajar con gente del Royal Ballet, así que nos machacaba mucho. Era como un campamento de instrucción militar, aunque con ballet. Pero hizo bien en ser duro con nosotros, porque así es la formación de ballet. Nos sentimos muy aliviados al final de los ensayos cuando les dijo a Max y a Dania que 'empezábamos a parecer bailarines de ballet'".
Pero, pese a todo el esfuerzo de los bailarines de ballet, Leung reconoce que quedó impresionada por la dedicación de los bailarines de street dance. "El street dance es muy técnico", observa. "La verdad es que se parece más al ballet de lo que cabría pensar, porque ambos estilos son cuestión de fuerza y disciplina. Los bailarines callejeros no dejaban de ejercitarse y practicar entre tomas, mientras Sianad, Rachel y yo nos sentábamos tranquilamente a tomarnos un té con pastas".
Otra dimensión: El baile callejero cobra vida en 3D
Esta película no sólo es la primera cinta de baile 3D del mundo, sino también el primer filme europeo 3D de acción real. El estereógrafo y gurú absoluto del 3D Max Penner está más acostumbrado a dar vida a escenas de sangre y tripas, al haber trabajado en San Valentín Sangriento 3D y The Hole 3D. Cabe suponer que estará encantado de estar en la vanguardia de la revolución 3D que se está produciendo en estos momentos en el cine. "No veo el 3D como una revolución, sino como una evolución", explica. "Ha habido que esperar a la actualidad para que sea económicamente viable, porque es más fácil proyectar y captar el 3D gracias a la imagen digital. Tenemos pantallas digitales, reproductores digitales y cámaras digitales, así que podemos manipular pares estéreo mucho más fácilmente en un mundo digital".
Si eso suena complicado, habrá que concentrarse más para entender lo siguiente. "El 3D de acción real implica el uso de una cámara compuesta por dos lentes y dos sensores montados de tal manera que podamos escalar una imagen izquierda y otra derecha para que se proyecten en una pantalla de 12 metros. Eso proporciona una imagen 3D en una superficie plana sin provocar náuseas ni jaquecas", prosigue. "Empecé a trabajar con el 3D con película fotográfica, y, personalmente, puedo asegurar que es un proceso mucho más complicado y caro rodar con película fotográfica. Queda estupendo, pero ya no es algo viable. El proceso que utilizamos ahora mismo, para el que usamos cámaras digitales RED y cámaras Silicon Imaging, junto con tecnologías 3D para controlar esas cámaras, lo hace mucho más barato y sencillo".
Entonces, ¿el futuro es el 3D? "Sí, si películas de presupuesto modesto se pueden rodar en 3D, porque así son la mayoría de las películas que pasan por las salas de cine. Y si logramos rodar suficientes películas de esta forma, los dueños de los cines van a ver que a ellos también les beneficia hacer el cambio y habrá más cines que puedan proyectar filmes en 3D".
Los directores Max y Dania no habían trabajado nunca con la tecnología 3D. "Nos vimos metidos hasta el fondo", comenta Max riendo. "Pero estábamos entusiasmados con ello", agrega Dania. "Es un medio muy nuevo y en el futuro será algo grande, así que es genial estar en la vanguardia de una nueva generación de películas. Sabíamos que iba a ser 3D desde el primer momento en que James nos trajo el guión y era una de las razones por las que queríamos hacerlo. Es fenomenal, porque parece que estés en el escenario con los bailarines. Te ves completamente inmerso, estás allí metido".
Para el coreógrafo de ballet Will Tuckett, el elemento 3D hizo que tuviera que replantearse toda su forma de trabajar. "No me había hecho para nada a la idea, pero los retos que planteaba se hicieron pronto evidentes", explica. "Hay una escena en la que Carly va al Teatro Real de la Ópera a ver una representación de ballet de Romeo y Julieta. Tiene una gran escena en una sala de baile, que rodamos en Hackney Empire, en Londres. Normalmente, rodaría una escena así muy cerca de los bailarines, que atravesarían el encuadre. Eso quedaría genial en 2D pero, en 3D, quedaba de pena. Si tienes a alguien bailando y alza los brazos y se salen del encuadre, se estropea el efecto. Así que la mejor manera de rodar una escena así en 3D es con un plano largo común y corriente, que creía que quedaría soso pero, en 3D, queda increíble. Fue de lo más extraño, y una forma de trabajar muy distinta para mí. Por suerte, teníamos allí mismo los monitores 3D, así que podía ver en todo momento qué funcionaba bien. Max fue fantástico, y tuvo mucha paciencia con lo espeso que me mostraba yo. Ha sido una experiencia de aprendizaje increíble".
La veterana actriz Charlotte Rampling quedó impresionada la primera vez que vio cómo quedaría la película en 3D. "Jamás habría imaginado que trabajaría en una película 3D", asegura entre risas. "Pero está maravillosamente hecho. Es una experiencia visual mucho más profunda y casi parece que formes parte de sus cuerpos mientras bailan".
El bailarín callejero Lex Milczarek se muestra igualmente entusiasmado por dejarse filmar en 3D. "Antes de conseguir el papel, la productora eligió a unos cuantos bailarines para hacer un tráiler de prueba en 3D a modo de muestra de cómo sería la película", explica. "Yo fui uno de ellos y tuvimos oportunidad de ir a ver el tráiler en 3D en los cines Odeon Covent Garden. Fue asombroso; nos salíamos de la pantalla. Estoy encantado de formar parte de la primera película británica en 3D". Hugo Cortes concuerda: "¡Estamos haciendo historia!", exclama con una gran sonrisa. "He visto algunas escenas en 3D y el resultado es increíble. Va a ser alucinante ver el resultado final".
Dentro del vestuario
"Me encanta el vestuario de Carly", comenta entusiasmada Nichola Burley sobre el uniforme de ropa deportiva holgada y zapatillas deportivas enormes. "Aunque no se parece ni de lejos a lo que yo llevaría normalmente. En los ensayos, llevaba mi propia ropa y, el primer día, Kenrick, el coreógrafo, me dijo: 'venga, vamos de compras'. Entonces me hizo gastar cantidades ridículas de dinero en pantalones de chándal y deportivas de moda. Yo no tenía ni idea, porque no se mucho de moda callejera pero, en cuanto me puse la ropa nueva, me sentí como otra persona, como Carly. La ropa es muy cómoda, pero sigue siendo sexy".
Andrew Cox, diseñador de vestuario, describe el estilo del baile callejero como "ecléctico, divertido, sexy, guay y, como dicen los jóvenes, '¡un pasote!'". Tras haber trabajado en duros 'thrillers' británicos como The Firm, The Heavy y Fuera de control (Outlaw), Cox utilizó diversas fuentes como inspiración. "Fue una combinación de material de referencia que recabé sobre grupos británicos de baile callejero y visitas a la escuela del Royal Ballet, además de observar a la gente por las calles de Londres", comenta. "Además, aproveché las propias personalidades del reparto, la pasión de Max y Dania por el último grito en moda británica y el deseo de hacer algo diferente".
El diseño de vestuario tenía que representar la evolución que sufren todos los personajes a lo largo de la película. "Desde el punto de vista de la historia, nuestro grupo de baile callejero se hace más fuerte y atrevido", explica Cox. "Sobre todo Carly. A medida que se hace con el control de la situación y su confianza aumenta, su 'look' se hace más característico y vivo. Por otro lado, nuestros bailarines de ballet dejan atrás la rigidez del uniforme para pasar a un estilo más ecléctico, informal y a la moda, a medida que entran a formar parte del mundo del baile callejero".
Trabajar con los bailarines callejeros, muchos de los cuales no habían actuado nunca, supuso una serie de desafíos para Cox. "Buena parte del reparto estaba acostumbrado a hacer de sí mismos, no de otros personajes, así que el reto era conseguir que llevaran algo con lo que ellos mismos pudieran no sentirse cómodos, pero que aun así quedara bien para su papel, algo que fuera más propio de su personaje que de ellos mismos", explica. "A lo largo de la preproducción, e incluso durante las primeras semanas de rodaje, el 'look' del reparto fue evolucionando y cogiendo fuerza, a medida que todos se fueron haciendo con sus papeles y confiando en la visión que intentábamos plasmar, de modo que pudieran sentirse seguros y trabajar con el 'look' ideado para cada uno. La otra cara de la moneda fue Nichola que, al ser una actriz, y no tener formación de bailarina callejera, tuvo que pasar por el proceso inverso. Pasamos por varias etapas hasta lograr un 'look' que la dotara de la actitud que necesitaba sentir para ser una bailarina callejera".
En cuanto a cuál es el 'look' favorito de Cox de toda la película. "Es una elección difícil", comenta suspirando, "pero supongo que es el conjunto inicial de Shawna: su 'look' militar rojo y negro".
De hecho, el vestuario de Shawna se convirtió en uno de los más comentados durante el rodaje. "Shawna es muy extravagante", comenta entre risas Teneisha Bonner, que se encarga de interpretarla. "Normalmente, tiendo a vestir con un estilo más clásico y llevar mucho negro y gris. No me aparto mucho de lo que podría considerarse normal en cuanto a mi ropa. Pero el estilo de Shawna es alocado y me ha inspirado. Decididamente voy a adoptar parte de su estilo en mi vida real".
Sacha Chang se muestra igualmente entusiasta con el 'look' de su personaje. "A Aimee le importa mucho su aspecto", explica. "Es muy llamativa, lleva lo último en ropa de diseño y ropa de baile. El vestuario es increíble. Quiero quedármelo todo. Me encanta todo".
Los bailarines de ballet, naturalmente, tienen un vestuario muy diferente, sobre todo Charlotte Rampling, en su papel de la profesora de baile, Helena. En la escena en la que da un ultimátum a los bailarines de street dance en cuanto al uso de su estudio, está majestuosa, con un vestido negro estructurado que no desentonaría en la pasarela de Balenciaga. Pero, al tratarse de un plató de cine y no de un desfile parisino de alta costura, había un presupuesto bastante más ajustado, así que Andrew Cox improvisó con toda una serie de excelentes gangas de tiendas minoristas. "El departamento de vestuario ha hecho un trabajo increíble en esta película".
Contrariamente a la imagen de los bailarines de ballet que proceden todos de ambientes muy privilegiados, Richard Winsor explica que Tomas en realidad apenas tiene dinero para gastar en ropa. "Tiene básicamente los típicos vaqueros y un par de deportivas", explica Winsor. "Así que su vestuario no tiene nada llamativo, pero siempre tiene un aspecto genial y sexy".
En una escena, los bailarines de street dance se llevan a los bailarines de ballet a un club, para que tengan ocasión de probar el estilo de baile callejero. Naturalmente, el grupo de ballet viste de manera nada apropiada para el estilo de ropa amplia y suelta del club. "Desentonamos muchísimo", comenta Winsor riendo, entre tomas. "La verdad es que creo que esta chaqueta es genial, pero no pega nada en este club mugriento, donde todos llevan vaqueros anchos, grandes gorras y enormes pendientes. Me siento bastante fuera de lugar, pero de eso se trata".
No obstante, a Winsor le gusta en general la imagen de Tomas. "Yo describiría su estilo como 'independiente elegante', que no se diferencia gran cosa de lo que llevo en realidad", admite. "Aunque a Tomas le va mucho la ropa que resalte su físico de bailarín de ballet. Yo seguramente nunca llevaría un chaleco, como él. Pero, claro, él todavía está en la universidad: es joven y viril".
La música
La música, naturalmente, siempre iba a ser parte integral de la película y Richardson quiso contar con Lol Hammond, su supervisor musical desde hace mucho tiempo, para encargarse de esta faceta de la producción. "Me encontré con gran entusiasmo implicado en este vibrante y original proyecto cinematográfico", asegura Hammond sonriendo. "Es completamente original en el sentido de que es la primera película de street dance rodada en un maravilloso 3D, lo que es la guinda del pastel".
Casualmente, Hammond vio cómo los artistas de música urbana que había elegido para figurar en la banda sonora se iban haciendo más populares a medida que avanzaba la producción de la película. "Incluimos temas de Ndubz, Tinchy Stryder, Wylie y Chipmunk en la película", explica, "y luego vimos sorprendidos cómo sus carreras despegaban. Este sonido dejaba de ser dominio del 'underground' británico, para darse a conocer entre el gran público, y lo hacía con un estilo y una actitud que no se había visto en años. No sólo eso, sino que Diversity y Flawless se convirtieron en fenómenos del street dance y en auténticas estrellas populares, gracias a Simon Cowell y Britain's Got Talent. Vivimos tiempos ciertamente emocionantes".
Max y Dania trajeron a los productores Terri y Si para que compusieran Sugabitch, el tema que suena la primera vez que se ven los dos grupos de bailarines. Luego Hammond trajo al dúo londinense de productores LP & JC (Lloyd Perrin y Jordan Crisp) para que compusiera la mayor parte de la música original. "LP & JC básicamente representan el sonido de un Londres joven, fresco y en la onda", explica Hammond.
Michael "Mickey J" Asante (que fundó Boy Blue Entertainment con Kenrick Sandy), también contribuyó a la increíble banda sonora de la película, al componer el final y algunos de los demás temas.
Antes de trabajar en la película, Max y Dania habían realizado el vídeo pop de Ironik Tiny Dancer, para Elton John y Chipmunk. "El tema resumía la película para mí", explica James Richardson. "El gran maestro del pop británico, Elton John, con dos de los recién llegados al R&B británico. Desde que vi ese video, quería ese tema en la película".
En cuanto al tema final, We Dance On, Richardson dice que era algo evidente. "Fue a parar a manos de Lol", explica Richardson. "Y, en cuanto nos lo pasó a Max, Dania y a mí, dijimos todos: 'ese es nuestro tema de los créditos finales'". Hammond concuerda: "Musicalmente, es la bomba", explica. "Y estoy convencido de que será un complemento fabuloso para este proyecto único y valiente".
Historia del Street dance
El street dance es una fusión de 'hip-hop', 'breaking', 'popping' y 'locking' enormemente compleja, precisa y físicamente exigente. El término "street dance" cubre todos los estilos de baile que surgieron de forma natural en las calles y en los clubes, en lugar de enseñarse en un entorno controlado.
Los orígenes del street dance se remontan a principios de la década de 1970. DJ Kool Herc está reconocido como el inventor del 'breakbeat' en 1972, al aislar la batería y mezclar distintas velocidades juntas. Al mismo tiempo, en los distritos de Nueva York de South Bronx y Harlem, los chicos se juntaban para organizar competiciones de 'breaking', convirtiéndose en los primeros 'b-boys' del mundo. Mientras tanto, en la costa oeste de Estados Unidos, se popularizaron estilos 'funk' como el 'popping' y el 'locking' en las calles de Fresno, en California.
Ya existían elementos de estos estilos desde muchos años antes, Earl 'Snakehips' Tucker fue uno de los primeros pioneros de 'waving' y 'sliding' en la década de 1920, pero no fue hasta los años 1970 que el 'breaking', el 'popping' y el 'locking' cobraron una enorme popularidad y el baile 'hip-hop' alcanzó el éxito comercial. Desde entonces, han surgido otros estilos, como el 'krumping' y el 'crip walking', que se engloban dentro de la categoría de street dance.
La improvisación y la evolución son claves para el street dance, que es por lo que los bailarines actuales tienen un aspecto muy distinto al de los pioneros de la década de 1980. "Cuando ves vídeos de bailarines de street dance de los años 1980, piensas: ¿cómo se les ocurriría eso?", comenta George Sampson, incrédulo. "Pero el baile callejero evoluciona muy rápido. Ahora lo que se lleva son las dobles volteretas y es mucho más gimnástico. A algunos de los 'b-boys' originales en Estados Unidos no les hace gracia que haya cambiado, porque ellos lo pusieron en marcha y crearon esos movimientos, pero yo creo que es genial que haya evolucionado. Todo tiene que hacerlo".
Breve historia del Street dance
Años 1920: Earl 'Snakehips' Tucker da a conocer en Harlem una primitiva versión de 'waving' y 'sliding'. El rápido movimiento de sus caderas se consideró muy subido de tono.
Años 1960: Un estilo de baile llamado 'the jerk' se hace cada vez más popular en los clubes nocturnos de Estados Unidos. Hoy día está considerado un precursor del 'popping' y el 'locking'.
1972: DJ Kool Herc crea el 'breakbeat' en un club nocturno del Bronx como respuesta al entusiasmo surgido en la pista de baile.
1973: Se forma el grupo de baile callejero The Lockers. Son los pioneros del street dance en Estados Unidos, sobre todo del 'locking'.
1977: Se forman los Electric Boogaloos. Aparecen en el programa de la televisión estadounidense Soul Train, y realizan 'bodypopping' a ritmo de 'breakbeats'.
1979: Se forma el Rock Steady Crew original en el Bronx. El nombre no tardará en convertirse en una franquicia para grupos de baile de hip-hop por todo el mundo.
1981: Rock Steady Crew y los New York City Breakers convierten el 'breaking' en un fenómeno de la cultura popular cuando se enfrentan en público en el Lincoln Center.
Años 1990: Las calles de Los Ángeles ven las primeras versiones del krumping.
1996: La compañía organizadora de eventos G Force monta la primera competición mundial de street dance en el auditorio de un colegio del sur de Londres, a la que se presentan ocho participantes y sólo 75 espectadores. La competición se llamó Street Dance Weekend y ahora es un evento anual muy importante.
2009: El grupo de street dance Diversity es votado ganador de Britain's Got Talent.
2010: Street Dance 3D se estrena en cines.
Cómo ser un bailarín callejero: Todo cuanto hace falta saber
1.Búscate un apodo
Tu nombre real ya no basta. El nombre callejero de Kenrick Sandy es H2o, y los chicos de Flawless se conocen con distintos nombres, como Swoosh, FX y Neo.
2.Consigue ropa más grande
En el baile callejero no hay nada pequeño. Necesitas la sudadera con capucha más grande y holgada y los vaqueros de cintura más baja que puedas conseguir. Combínalos con una enorme gorra de béisbol que te tape media cara.
3.Aprende la jerga
No uses nunca la palabra "breakdance", los auténticos bailarines callejeros lo llaman "breaking" o "b-boy". Mete unos cuantos "flipe" y "pasote" en la conversación y ya habrás avanzado bastante.
4.Sé tú mismo
El diseñador de vestuario Andrew Cox insiste que cualquiera puede parecer un bailarín de street dance. Es cuestión de conseguir su actitud. Explica: "Esta imagen trata de ser tú mismo y lucir tu personalidad. Que no te asuste probar algo distinto".
5.Trabaja duro
"Si quieres ser el mejor, nunca puedes pensar que, simplemente, 'has llegado'", explica Kenrick Sandy, con firmeza. "No creas nunca que basta con lo que haces. Jamás alcanzarás el destino de la perfección pero, si luchas por llegar, de eso trata convertirse en el mejor. No dejes en ningún momento de practicar, adquirir sabiduría, adquirir conocimientos y no te contengas. Tienes que disfrutarlo".
6.Métete de lleno
"Sumérgete en el baile", dice la coreógrafa Kate Prince. "¡Y ve a clase! Recibe tantas clases distintas como puedas de tatos profesores distintos como puedas porque, si no aprendes más que de un único profesor, sólo podrás ser tan bueno como él. Ve a clases fuera del street dance para reforzarte y diversificarte, como ballet y pilates. Ahorra y viaja a Los Ángeles, Nueva York, Japón, Corea, Suecia, Francia... descubre qué se cuece en su mundo del street dance y aprende de los mejores. Haz del baile callejero tu vida".
7.Aprende los estilos
'POPPING' es una técnica consistente en contraer y relajar rápidamente los músculos para provocar una sacudida en el cuerpo del bailarín, conocida como 'jerk' o 'pop', que produce una sensación de deslizamiento. El famoso 'moonwalk' de Michael Jackson forma parte de este estilo.
'LOCKING' consiste en pasar de un movimiento rápido a quedarse inmóvil, mantener la posición un momento y luego continuar a la misma velocidad. Es cuestión de realizar rápidos movimientos de cintura para arriba mientras se mantienen unas caderas y piernas más relajadas.
'BREAKING' es el estilo más conocido de street dance. Consiste en hacer girar el cuerpo por una de sus partes, por ejemplo, la mano, la rodilla o la cabeza.
'CRIP WALKING' se originó en el seno de la famosa banda callejera de los 'Crips' de Compton, en Los Ángeles, cuando la animosidad entre las bandas de los 'Crips' y los 'Bloods' acabó extendiéndose a canciones de rap y vídeos musicales. Los movimientos clave incluyen el 'shuffle', la 'V' y el 'heel-toe'. Los tutoriales que enseñan los fundamentos de esta técnica son sumamente populares en YouTube.
'KRUMPING' trata menos de pasos coreografiados y más de dejarte llevar por la música. Se originó en el distrito de South Central de Los Ángeles, es muy agresivo, con muchos giros de brazos, pisotones y sacando pecho. Si te preocupa el estilo libre y la improvisación, el 'krumping' no es para ti.
'HOUSE' incorpora movimientos de muchas otras fuentes, como capoeira, claqué, jazz, bebop y salsa. Buena parte de este estilo gira en torno al 'waving' o 'jacking' (ver a continuación).
8.Aprende los movimientos
'WAVING': También conocido como 'jacking'. La idea es hacer que parezca que una ola atraviesa tu cuerpo. Empieza por la ola de brazos. Estira ambos brazos a los lados y, empezando por los dedos de una mano, haz que cada parte de tu brazo suba y baje. El movimiento debería continuar por tu pecho y transmitirse hasta el otro brazo. Es muy importante que el resto de tu cuerpo se mantenga completamente inmóvil para dar la impresión de que te recorre una ola. Cuando la tengas dominada, pasa a la ola del cuerpo, con la que tienes que conseguir que parezca que una ola recorre tu cuerpo de la cabeza a los pies.
'WINDMILL': Es el movimiento en que piensa más gente cuando se habla de 'breaking'. El bailarín hace rodar la parte superior del cuerpo por el suelo, mientras sus piernas giran en forma de V por el aire.
'TUTTING': Se cree que toma su nombre del faraón egipcio Tutankamon, el movimiento consiste en mantener los brazos rígidos en ángulos rectos. Sí, las Bangles se inspiraron en el 'tutting' cuando animaron a ponerse a "caminar como un egipcio" (Walk Like An Egyptian) en su famosa canción.
'SLIDE': Con el talón derecho levantado y el pie izquierdo apoyado, desliza el pie izquierdo por el suelo. Luego, levanta el talón izquierdo, apoya el pie derecho y muévelo de modo que ambos pies queden juntos. Repite la acción de modo que logres un movimiento de deslizamiento. Suena fácil, pero se requiere mucha práctica para realizarlo suavemente.
'TOPROCK': Es cualquier serie de pasos que un bailarín o bailarina realice de pie, generalmente como precursor a lanzarse al suelo para realizar más movimientos espectaculares.
'SUICIDE': Suele usarse para rematar un número de street dance con un movimiento llamativo, consiste en actuar como si hubieras perdido el control y cayeras de forma muy teatral al suelo de espaldas o de cara. Por regla general, cuanto más doloroso parezca ese 'suicidio', mejor se considerará.