Rompiendo las reglas está protagonizada por Sean Faris, Djimon Hounsou, Amber Heard, Cam Gigandet y Evan Peters. Este drama de acción está dirigido por Jeff Wadlow a partir de un guión de Chris Hauty. Los productores son Craig Baumgarten y David Zelon, junto a Bill Bannerman como co-productor. Lukas Ettlin es el director de fotografía. La nominada a los Premios de la Academia Ida Random es la diseñadora de producción. Judy Ruskin Howell es la diseñadora de vestuarios, y Victor Du Bois y Debra Weinfeld están a cargo del montaje.
El productor Craig Baumgarten supo inmediatamente, tras leer el guión, que "
era una gran idea para una película. Me puse a trabajar junto al guionista Chris Hauty y la clavamos. Entonces le pedí a David Zelon (productor) que se implicara en el proyecto ya que tenía mucha experiencia y conocimiento del mundo de las AMM".
Rompiendo las reglas es un ambicioso empeño para el joven director Jeff Wadlow. La película cuenta con espectaculares escenas de lucha con cientos de extras, entrelazadas con las íntimas escenas de una familia en crisis y la lucha de un joven por reconciliarse con su pasado. Muy importantes son las complicadas y vertiginosas escenas de combate junto a la relación entre el maestro y el aprendiz. La planificación del rodaje incluía largos días y noches, todo ello en el marco de la insoportable humedad de Florida.
De hecho, los aspectos emocionales y físicos de la película fueron lo que atrajo a Wadlow al proyecto e hizo que todos los otros retos valieran la pena.
"Inmediatamente me identifiqué con la parte emocional de la historia de Jake Tyler", comenda Wadlow. "Se trata de un chaval que ha perdido a su padre y que tiene que vérselas con ese trauma y con el resto del mundo. Obviamente, la ironía trágica es que nunca ha necesitado más la presencia de una figura paternal que le diga que él no es especial, que todo el mundo tiene que luchar en esta vida, y que sacar lo mejor de cada momento es su exclusiva responsabilidad. Es su instructor de artes marciales mixtas, Jean Roqua, quien le enseña esa lección, y a mí me dio la sensación de que ver a Jake crecer emocionalmente, a la vez que mejora su técnica en la lucha, era algo muy bonito".
"La segunda razón por la que me gustaba este proyecto fue por la oportunidad de rodar escenas de lucha de una forma que nunca antes se ha hecho", prosigue Wadlow. "El estilo usado en la película es el de las AMM, que son una combinación de muchas técnicas diferentes. Las AMM son el deporte cuya popularidad se extiende más rápidamente en este momento, dejando muy atrás al boxeo. Aunque no es la primera vez que las AMM salen en pantalla, nunca se ha hecho de una forma que te sitúa en el centro de la acción. Pensé que si era capaz de hacer eso, si realmente lograba enseñar los detalles, la estrategia, la fuerza y la capacidad atlética de estos deportistas, podría ser capaz de hacer sentir al público como si estuvieran en medio de una pelea".
Elegir a los actores masculinos iba a suponer un reto sin duda. "¿Vamos a elegir a tipos que sepan actuar o que sepan luchar? Al final decidimos tener ambas cosas, y no pudimos haber tenido más suerte. Sean Faris y Cam Gigandet destacaron con claridad en las pruebas por sus capacidades dramáticas, pero para estar seguros, los llevamos al gimnasio, para ver de qué eran capaces. Nos quedamos de piedra. No solamente son estupendos actores, sino que además tienen la capacidad física de luchar y de aprender muy rápidamente. Esto último era muy importante ya que tenían que ponerse a entrenar a tiempo completo inmediatamente. Pesas, coreografía de lucha, estiramientos, nutrición, ¡trabajamos tan duramente con estos chicos desde el principio que estaban contando los días para que la producción empezara de una vez y poder tomarse un descanso!"
Al igual que Wadlow, Faris comenta que se sintió identificado con el guión a varios niveles, y al interpretar al personaje de Jake, Faris descubrió que tenía que cambiar su perspectiva.
"Me encantó el guión y me gusto mucho la idea de entrenar AMM", comenta Faris. "Cuando conoces a Jake, él está furioso y se culpa por todo. Todos hemos tenido este tipo de emociones alguna vez, pero Jake no consigue salir de esa espiral. Para poder interpretar ese estado mental, me lo solía llevar a casa y estar de mal humor, pero realmente se trata de perseverar y ver el lado bueno de las cosas, porque no podemos tener el control sobre todo lo que ocurre. Tuve que tomar la decisión de pasarlo bien después del trabajo".
Para terminar de redondear el reparto de jóvenes actores, están Amber Heard y Evan Peters, que interpretan a Baja y Max. La prueba de lectura inicial de Heard convenció a Wadlow no solamente de que era la adecuada sino de que tenía que enfocar el personaje de una forma ligeramente distinta.
"Con Baja, buscaba encontrar a alguien que resultara creíble que se dejara llevar, alguien que no fuera realmente fiel a sí mismo y que, por tanto, acaba eligiendo al chico equivocado (Ryan)", comenta Wadlow. "Siempre había asumido que Baja realmente no sabía que Ryan era realmente un mal tipo hasta que le vio abusar del pobre Jake. Pero cuando Amber hizo su prueba, a pesar de lo bella que es, pude ver la tristeza en sus ojos, y me di cuenta de que sería mucho más interesante si Baja ya supiera de antemano que Ryan no era una buena persona, y que hasta que no conoce a Jake, no acumula el coraje de terminar la relación. Estoy seguro de que incluso nuestro talentoso guionista, Chris Hauty, estaría de acuerdo en que el personaje de Baja no había sido exprimido completamente hasta que no tuvimos a Amber".
Evan Peters, dice Wadlow, consiguió aportar tanto humor como pathos a su parte, lo que hizo que Max fuera algo más que un personaje secundario y plano.
"Para Max, sabía que necesitábamos a alguien divertido pero me asustaba que el personaje se convirtiera en un payaso, en ese tipo de personaje del que te ríes pero que te da totalmente igual. Evan es un tío muy divertido (muchas veces volvía a ver la grabación de su prueba para reírme), pero fue su sinceridad la que le consiguió el papel. Transmite perfectamente su auténtica preocupación por Jake y su interés por las AMM. Si bien la genuina pasión por la vida de Max hace de él un personaje entrañable, creo que es la amistad real y palpable en la pantalla la que hace que merezca la pena la pelea final con Ryan", asegura Wadlow.
Para el papel del instructor, Jean Roqua, Wadlow comenta, "
realmente sólo consideramos a un único actor: Djimon Hounsou".
"Era muy importante para mí que su personaje no tuviera nada de místico. No hay lecciones de artes marciales ancestrales, se trata del mundo físico y de cómo sobrevivir en él. Creo que por eso las AMM son tan populares, se trata de un deporte muy práctico. Si tu oponente sabe golpear, tienes que tirarle al suelo. Si trata de agarrarte, tienes que resistirte. Esa es la metodología práctica de lucha que Roqua personifica. Así que si quiere enseñarle algo a Jake, inspirarle, tiene que ser capaz de hacerlo él mismo. El único actor que conozco y que haya visto que posee esa clase de sabiduría combinada con una gran capacidad física es Djimon Hounsou, sin duda. Sin él, no podríamos haber hecho la película".
El dos veces nominado a los Premios de la Academia, Hounsou, que en un principio recelaba de Wadlow, no tiene más que elogios para el joven director.
"He tenido el privilegio de trabajar con grandes directores en todo tipo de películas", comenta Hounsou. "Siempre soy un poco escéptico con los directores nuevos, pero Jeff definitivamente tiene lo que hay que tener. Sabe lo que quiere. Tiene una visión específica que te invita a compartir y eso es lo realmente importante".
Hounsou deja muy claro por qué eligió hacer esta película. Le parecía que había un mensaje muy importante que hacer llegar al público, y en especial a los jóvenes.
"Algunos chavales están realmente perdidos", comenta. Les falta una tutela paterna. "Escuelas de artes marciales como la de Roqua hacen una gran labor en sacar a los chicos de la calle y darles una educación en el control de sus cuerpos y sus mentes. El personaje de Roqua subraya que las artes marciales además solamente deben usarse como deporte o como defensa propia, lo que creo que es muy importante".
"Esta historia no pretende en modo alguno hacer apología de la violencia", añade Faris. "Esa es una lección que aprende mi personaje, que parte de un punto en el que la ira le consume y quiere venganza, destruir todo aquello que le provoca inseguridad. Según mejora su confianza en sí mismo, quiere continuar su entrenamiento porque ello le proporciona no solamente una forma de dejar salir sus frustraciones, sino porque se trata también de un camino para ser una mejor persona, la mejor que pueda. No quiere que luchar sea una forma de ajustar cuentas. Esa es una lección muy importante para él".
Los actores fueron sometidos a un entrenamiento muy riguroso antes de comenzar la producción, a cargo de los coordinadores Damon Caro y Jonathan Eusebio, cuyos créditos incluyen 300, El mito de Bourne, El ultimatum de Bourne, La jungla cuatro, Mr. & Mrs. Smith, Spider-Man 3, El club de la lucha, y S.W.A.T. Hay peleas en toda la película, y Caro y Eusebio eran los encargados de que la acción fuera intensa sin que la historia perdiera credibilidad. Invirtieron varios meses en mantener a los actores con un buen tono físico. El entrenamiento comenzó unas ocho semanas antes de que las cámaras empezaran a rodar, y los actores fueran sometidos a los rigores de las AMM.
"Las Artes marciales mixtas son exactamente lo que parecen - una mezcla de kickboxing y golpes con las rodillas, codos, patadas y agarres. Toma técnicas de la lucha libre, el jiu jitsu, el karate, el sambo, el muay-thai y toda otra suerte de disciplinas", comenta Caro. "La mayoría de la gente que se mete en este deporte suelen tener experiencia en solamente una o dos de estas disciplinas, así que tienen que trabajar en mejorar las otras e incorporar las técnicas".
Caro subraya que existe una estrella en el cine a quien cabe atribuirle el mérito no solamente de popularizar las artes marciales, sino de romper las barreras entre las distintas disciplinas, abriendo el camino a las AMM.
"Las artes marciales empezaron a obtener una atención generalizada en los años 50, a través del karate, el judo o el kung-fu, si bien estas disciplinas permanecían separadas. Era casi como una religión aquellos que sabían karate no se pasaban al judo. Tu maestro te habría rechazado. Bruce Lee fue una pieza clave a la hora de desmontar estos prejuicios. En sus películas de la década de los 70, él mezclaba estas diferentes técnicas a pesar de que pudiera molestar a otros. Sus enemigos acababan derrotados o convencidos de la superioridad de la mezcla de disciplinas, y así fue como estas barreras acabaron cayendo", comenta Caro
Aunque Faris y Gigandet estaban en muy buena forma física, aún tenían que someterse a estrictas dietas y aprender la forma segura y eficiente de realizar los complicados movimientos de este popular deporte. Si bien Faris ya había interpretado a atletas en la pantalla con anterioridad, era un novato total en cuanto a las AMM.
"Todos los días hacíamos entrenamientos de AMM de tres horas y media", comenta. "Nunca antes había realizado artes marciales. Aprendí tae kwon do, jiu jitsu, muay-thai y lucha libre. Luego teníamos hora y media de pesas, por no mencionar la dieta necesaria para ganar masa muscular. Durante el rodaje, seguíamos entrenando durante 12 horas y perdí el peso ganado".
"El entrenamiento de artes marciales sin duda ha sido uno de los sufrimientos más duros pero también más gratificantes de mi vida", comenta. "Otros deportes que he hecho en diferentes películas eran los mismos que había practicado de más joven, pero esto era totalmente diferente. No tenía ninguna familiaridad con el tema ni me sentía a gusto en nada. En ocasiones pensaba que no lo iba a lograr, pero entonces superaba alguna meta y obtenía un verdadero sentimiento de crecimiento personal.
De pronto, era capaz de lanzar una patada por encima de la cabeza de alguien. Y a la vez me daba cuenta cada vez más de que no se trata únicamente de ser un tipo duro, sino de un mecanismo de autodefensa".
Gigandet, que interpreta al rival de Jake, coincide en que entrenar para las escenas de lucha repercutía en su propio personaje. Gigandet ya había estudiado algo de artes marciales, pero no al nivel requerido, el de un luchador experto pero con los motivos equivocados. Evidentemente, ayudaba el hecho de que Gigandet y Faris habían pasado mucho tiempo juntos, a la hora de coreografiar las escenas del combate definitivo entre Jake y Ryan.
"Normalmente, un día típico empezaba con entrenamientos básicos, patadas, puñetazos, combinaciones. Después vendría el trabajo en la planificación y las coreografías de lucha, primero con los especialistas y luego entre Sean y yo. Al poco tiempo estábamos muy sincronizados, y a pesar de las coreografías parecía muy real", comenta Gigandet.
Hounsou estudió artes marciales y boxeo en Francia, de joven, y a pesar de ello, encontró el entrenamiento para la película bastante exigente.
"Mientras crecía en Francia, hice varios años de kung fu y cinco de boxeo, lo cual me ha venido muy bien, pero no quita que haya tenido que entrenar para esta película", asegura Hounsou. "Estuve casi tres semanas con los coordinadores de los especialistas, antes de empezar a rodar. Francamente, me costó coger el ritmo, esto de las AMM requiere partes del cuerpo y músculos que no tenía muy entrenados, pero resultó muy divertido. Además siempre está la presión de interpretar un papel en el que parece que ya lo sabes todo".
Al igual que su personaje Roqua, Hounsou se da cuenta de lo poderosas y potencialmente letales que pueden ser las artes marciales, y, por tanto, la responsabilidad que conllevan.
"Ya sea kung fu, karate o AMM, los deportes de esta naturaleza requieren de una ética que impida las peleas fuera de la escuela", comenta. "Si haces daño a alguien, tú eres el responsable".
Los encargados de las coreografías de lucha no eran los únicos expertos en el plató. El productor David Zelon ya había entrenado durante dos años el Krav Maga, un método de defensa israelí. Era crucial para las escenas de lucha que parecieran auténticas a todos los niveles, especialmente para Zelon, que tiene muchos contactos dentro de la comunidad de las artes marciales.
"Dedicamos semanas a rodar escenas de lucha con todo tipo de cámaras y aparejos", comenta Zelon. Nuestra meta era capturar las peleas de cerca, sentir cada golpe y, claro, además teníamos que dejar un margen para la fatiga y las posibles lesiones - nunca se es demasiado prudente - pero el objetivo era que la película fuera real, visceral, establecer una nueva marca para el rodaje de las escenas de lucha. Aunque todo este trabajo empezó con los coordinadores y las coreografías, los actores tuvieron que poner mucho de su parte para que nada pareciera falso".
"Nunca olvidaré la primera mañana de su entrenamiento", Wadlow recuerda. "Me encontré con Sean y Cam en el aparcamiento del gimnasio. Les miré a los ojos a los dos y les dije que todavía les quedaban ocho semanas antes del rodaje, pero que aquel día era el día que realmente empezábamos a hacer la película. Estaban muy motivados y creo que se nota en la pantalla. Se aprendieron todas las coreografías y no hay un sólo movimiento en los combates que ellos no puedan hacer".
Si bien Wadlow no sabía gran cosa sobre las AMM antes de hacer la película, pronto se convirtió en un experto.
"Desde el primer momento, el guión, quise desesperadamente hacer esta película, e inmediatamente empecé a hacer mis deberes", comenta. "Visité gimnasios y dojos, y acudí a todos los combates públicos que pude, en directo o en DVD, y pasé muchas horas en gimnasio con nuestros especialistas, revisando las coreografías y haciendo preguntas, no solamente sobre lucha sino también sobre los diferentes tipos de entrenamiento, su experiencia en el campo de las artes marciales, y la historia de las diferentes disciplinas que componen las AMM. Cuando Lukas Ettlin ya estaba incorporado al proyecto, pasamos muchas tardes viendo películas de lucha en mi oficina, intentando ver cómo habían rodado los combates para tener tanto impacto en la pantalla o por qué algunas no parecían nada dramáticas".
La obsesión de Wadlow con este deporte y su amor por el detalle son la marca del rodaje de las escenas de lucha.
"La preparación para las escenas de lucha era un proceso exhaustivo", comenta. "Primero me sentaba con Damon Caro y Jonathan Eusebio para repasar todas las peleas que hay en el guión. Siempre les decía que era importante verlo todo desde el punto de vista de una historia: el punto de vista dramático. Para la siguiente fase, iba al gimnasio a ver el esbozo de la pelea con los especialistas hacienda el papel de Jake y Ryan. La primera pregunta que salía de mi boca siempre era, ¿Es esto lo suficientemente AMM? Normalmente la respuesta era sí- estos tíos son los mejores en su trabajo - pero si tenían alguna duda, redefiníamos la pelea aún más".
Todo el rodaje se hizo en Orlando, Florida. A pesar de que Orlando es conocida por sus parques temáticos, el equipo pudo encontrar localizaciones que ofrecían un aspecto menos tropical, necesarias para, por ejemplo, el primer hogar de Jake en Iowa.
Para dar al reparto el máximo tiempo posible para entrenar, Wadlow rodó la mayoría de las escenas hacia el final de la producción, coincidiendo con la celebración de "The Beatdown", un evento anual para luchadores amateur. Eso permitió tener a casi mil extras apasionados en las escenas, dejándose la garganta animando a los luchadores, durante los varios días de rodaje de las escenas de lucha.