Con intervenciones de
Javier Jurdao
Francisco Jurdao Arrones
Mónica Pedreira
José Antonio Montano
Sandra Gómez
Luz Pérez
Eva Moline Ramspott
Borja Sumozas
Sandra Marchena
Cristina Zapata
Marisa Zapata
Carlos Lorido
Jaime Losa Romay
Janet Prado
Manuel Tallafé
Jorge Segura
Mayca Lomban
Alex de la Nuez


Biofilmografía Fernando Merinero
Nacido en Madrid. Autodidacta del super 8, luego titulado en cine, arte dramático y master en escritura de guiones por la universidad autónoma de Madrid. Ha trabajado como director, actor, productor, guionista, fotógrafo y montador. Ha dirigido seis largometrajes. "Los hijos del viento" donde aparte de escribir y dirigir el filme interpretó el personaje principal, película que inauguró la Semana Internacional de la Crítica del Festival de Cannes, "Agujetas en el alma", premiada en la Eninci de Burgos, "Casting", premiada en el Festival de Alcalá de Henares, "La novia de Lázaro", premiada en el Festival de Cine Español de Málaga, mejor interpretación femenina protagonista, y en el Festival Internacional de Cine Pobre de Gibara, Cuba, con el premio del público a la mejor película, "Las huellas de Dylan" (2006), película documental en torno a Bob Dylan y “Un millón de amigos” su segunda “película viva” tras “La novia de Lázaro”.

Filmografía (títulos – año)
UNA BUENA RAZÓN PARA VIVIR O MORIR 1988 (CORTOMETRAJE)
RAÍLES DE SANGRE 1990 (CORTOMETRAJE)
EL DOCTOR MÁS MAJETE DEL PLANETA 1993 (CORTOMETRAJE)

LOS HIJOS DEL VIENTO 1995 (LARGOMETRAJE)
AGUJETAS EN EL ALMA 1997 (LARGOMETRAJE)
CASTING 1998 (LARGOMETRAJE)
LA NOVIA DE LÁZARO 2002 (LARGOMETRAJE)

HÁBLAME BAJITO 2005 (CORTOMETRAJE)

LAS HUELLAS DE DYLAN 2006 (LARGOMETRAJE)
UN MILLÓN DE AMIGOS 2007 (LARGOMETRAJE)


Tema de la película
Un millón de amigos es una "película viva", al estilo de "La novia de Lázaro" con un componente importante de improvisación en la plasmación de los diálogos en las escenas, sólo que con una temática muy diferente.

A medio camino entre la ficción y el documental, y de difícil adscripción a cualquier género, "Un millón de amigos" pretende reflexionar sobre nuestro agitado mundo consumista pero con una carcajada en la boca. Es una película desinhibida, gamberra y transgresora, que se mofa y hace parodia de la sociedad de consumo a través de los ojos del personaje principal, un hombre de mediana edad para quien la riqueza tiene más que ver, como decía Aristóteles, con el disfrute que con la posesión, y tales pensamientos trata de insuflarlos en una sociedad donde se valora a la gente más por lo que tiene o lo que vende, que por cualquier otra consideración.

"Un millón de amigos" es un eslabón lógico en mi evolución como cineasta, pues bebe de las fuentes de mis dos anteriores películas "La novia de Lázaro" película viva de ficción, rodada cámara al hombro, con diálogos y alguna situación improvisada; y de "Las huellas de Dylan" película viva documental, rodada cámara al hombro y con entrevistas improvisadas, a veces a salto de mata, y con implicación activa en la narración del personaje director-entrevistador al igual que sucede en "Un millón de amigos".