Cinemanía > Películas > Airbender El último guerrero > Comentario
Destacado: Paul Mescal es Lucio en 'Gladiator II' de Ridley Scott
Airbender El último guerrero cartel reducidoAirbender El último guerrero(The last airbender)
Dirigida por M. Night Shyamalan
¿Qué te parece la película?

Maestro de la narración, el director/productor/escritor nominado al Óscar M. NIGHT SHYAMALAN ("El sexto sentido", "Señales", "El protegido") lleva a la gran pantalla la célebre serie animada "Avatar: The Last Airbender", creando un mundo épico y desmesurado que explota con espectaculares efectos especiales, una acción fenomenal y emocionantes aventuras.

La película cuenta con un reparto joven y con talento, que incluye (junto a Noah Ringer, Nicola Peltz y Jackson Rathbone) a DEV PATEL ("Slumdog Millionaire") como el vengativo príncipe Zuko de la Nación del Fuego, SHAUN TOUB ("Iron Man") como Iroh, el fiel tío de Zuko que ayuda al príncipe en su misión, AASIF MANDVI ("Spiderman 2") como el comandante Zhao de la Nación del Fuego, un militar sin conciencia, y CLIFF CURTIS ("La jungla 4.0") como el Señor del Fuego Ozai, quien rechazará a quienquiera que sea (incluso de su propia sangre) que se interponga en su camino.

Airbender: El último guerrero está basada en la serie Avatar: The Last Airbender, creada por MICHAEL DANTE DiMARTINO y BRYAN KONIETZKO, quienes también ejercen de productores ejecutivos. Produciendo junto con Shyamalan están SAM MERCER ("El sexto sentido," "El protegido," "El bosque") y FRANK MARSHALL (la saga de "Bourne", la de "Indiana Jones"), con los productores ejecutivos KATHLEEN KENNEDY ("Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal" "La guerra de los mundos") y SCOTT AVERSANO ("Killers", "Escuela de rock").

Uniéndose al equipo creativo de Shyamalan están el oscarizado director de fotografía ANDREW LESNIE, ACS, ASC (la trilogía de "El Señor de los Anillos"), el director artístico PHILIP MESSINA (la saga de George Clooney "Ocean's"), el oscarizado editor CONRAD BUFF, A.C.E. ("Titanic") y la diseñadora de vestuario JUDIANNA MAKOVSKY ("Harry Potter y la Piedra Filosofal"). Ejerciendo de coproductor está JOSE L. RODRIGUEZ ("El incidente"). Completando la producción están el compositor varias veces nominado al Óscar JAMES NEWTON HOWARD ("El caballero oscuro"), junto con los magos de los efectos visuales y la animación de INDUSTRIAL LIGHT & MAGIC ("Avatar").

En 2005, Nickelodeon empezó a emitir una serie animada original llamada Avatar: The Last Airbender, cuyos coautores son Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko. La serie tuvo un gran eco en un amplio sector de la audiencia. Pronto, la fiebre de "Avatar" se había extendido hasta convertirse en un fenómeno internacional (la serie se emite en más de 120 países). Pronto llamó la atención de uno de los mejores narradores de Hollywood: M. Night Shyamalan. El realizador, dos veces nominado al Óscar, comenta: "'Avatar: The Last Airbender' me cayó del cielo. Me impactó como una epifanía".

A las hijas de Shyamalan les encantaba la serie, sobre todo el personaje de la joven maestra del Agua Katara. Intrigado por su inusitada pasión de fans, Shyamalan decidió ponerse con ellas a ver la serie de televisión, y entonces él también se enganchó.

Estaba claro que había potencial cinematográfico en la serie. No obstante, adaptar las alrededor de 30 horas de la serie en un largometraje no iba a ser tarea fácil, e incluía la incursión del cineasta en un género que aún no había explorado en sus trabajos anteriores. "Desde el momento en que escribí las primeras palabras del guión, supe que, para hacer una película con esta complejidad, hay que trabajar mucho en ello. Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko, que crearon la serie de 'Avatar', pasaron seis años elaborando su mitología".

"Ha sido muy revelador y muy instructivo para mí hacer algo con esta escala, intentando mantener a la vez un nivel de perfección", continúa Shyamalan. "Todos los días del rodaje estaba muerto de miedo, pues podía llegar a ser muy abrumador, y había muchas incógnitas. Esta película es dos veces y media mayor que cualquier cosa que haya hecho antes".

Dado que los realizadores de Airbender: El último guerrero son fans incondicionales de la serie original, tienen un objetivo final que esperan alcanzar. "Queríamos crear una película que no solamente cumpliera las expectativas de los fans, sino que también llegara hasta un público mundial en la forma en la que sólo un largometraje de acción real puede hacerlo", dice Shyamalan.

DiMartino y Konietzko, los creadores de "Airbender", fueron sumamente útiles en el desarrollo del guión para Shyamalan, ayudando a reducir las múltiples historias al tamaño de un largometraje. "No te puedes imaginar lo reconfortante que era tenerlos al otro lado del teléfono o del correo electrónico cada vez que me atascaba. Su mitología de "Avatar" está tan bien elaborada que tenían una respuesta y una historia de fondo para todas mis preguntas".

Shyamalan había especulado durante muchos años con la idea de hacer una película tipo saga, pero nunca encontró el material para ello. Pero Airbender: El último guerrero parecía tener todos los elementos que habían fascinado al cineasta desde que era niño, cuando vio por primera vez "La Guerra de las Galaxias": una fantasía épica, imbuida de una espiritualidad inherente, y con el protagonismo de las artes marciales en su núcleo.

Dice el productor Frank Marshall, quien colaboró con Shyamalan en "El sexto sentido" y "Señales": "Night tiene un estilo fílmico característico y una manera única de contar una historia. Tiene la capacidad de conmover al público en un sentido muy amplio. En esta película, amplía aún más su talento y su gama, lo cual es una perspectiva increíblemente emocionante".

Añade el productor Sam Mercer: "Night se había interesado por otras sagas cinematográficas y se las habían ofrecido a lo largo de su carrera, pero hasta Airbender: El último guerrero no había encontrado ninguna que pudiera hacer suya de una forma orgánica, desde las primeras palabras que escribiera".

Shyamalan explica que el estilo donde se encuentra cómodo es dentro del género del thriller, y admite: "Es bueno cambiar completamente y enseñarme algo nuevo a mí mismo, y hacer algo totalmente diferente".

Airbender: El último guerrero se basa en el Libro Uno de la serie de "Avatar", que se centra alrededor del elemento del agua. La película sigue a Aang, el Avatar, quien emprende una misión para dominar los cuatro elementos y salvar al mundo. Al igual que en la serie de televisión, Airbender: El último guerrero viaja del Polo Sur al Polo Norte.

Para comenzar a elaborar una historia así, Shyamalan contó con un colaborador de siempre, el dibujante de guiones gráficos Brick Mason, y los dos juntos realizaron la película en viñetas durante todo un año antes de comenzar con la fotografía principal. Una vez que se les hubo unido el director de fotografía Andrew Lesnie (quien se incorporó a tiempo para darle un último repaso al guión gráfico), la película pasó a la fase de pre-visualización, trabajando con Pablo Helman, supervisor de efectos visuales de Industrial Light & Magic. En ese punto, se renderizaron escena por escena unos animatics en tiempo real, creando una guía que permitía a los realizadores ver versiones animadas y montadas de las secuencias (más de un tercio de la película se bosquejó en pre-visualización antes de comenzar el rodaje). Más tarde, poder ver pre-visualizaciones en el plató resultó ser una valiosísima guía, y verlas en iPhones era mucho más fácil que apiñarse frente a un monitor.


Convocando a todos los guerreros
Shyamalan fue igual de previsor a la hora de hacer el casting para la película. Comenta: "Para el reparto, busqué una gama de actores con toda clase de dotes interpretativas diferentes. No se puede elegir solamente un tipo de actores". Los realizadores también poblaron conscientemente a las cuatro naciones con diferentes etnias.

El epicentro de ese mundo es Aang, el Avatar, y la búsqueda del joven intérprete adecuado duró seis meses y abarcó un amplio territorio. Cuando los realizadores recibieron un DVD de un joven campeón de artes marciales de Dallas, Texas, la buena fortuna y el destino coincidieron.

Noah Ringer había empezado a practicar taekwondo, el arte marcial y deporte nacional de Corea del Sur, a la edad de 10 años, y sus técnicas posteriormente le hicieron ganar diversos honores, entre ellos el título de Campeón Estatal de Texas de la Asociación Norteamericana de Taekwondo. Desde el principio, Noah empezó a afeitarse la cabeza para mantenerse fresco mientras entrenaba. Cuando sus amigos y su instructor, todos fans de la serie animada, observaron lo mucho que se parecía al héroe de la televisión, empezaron a llamar a Noah con el apodo de "Avatar". Intrigado, empezó a ver la serie en DVD, y se sintió muy identificado con las trepidantes secuencias de acción de artes marciales.

Cuando se anunció que Paramount estaba llevando a cabo un casting internacional para el reparto de Airbender: El último guerrero, Noah (animado por su instructor de taekwondo) grabó una prueba en un DVD, pintándose incluso la característica flecha azul de su personaje en su cabeza ya afeitada.

"Noah es Aang. No hay que darle más vueltas. Desde el momento en que vimos su prueba en video, pudimos ver la sinceridad en sus grandes ojos castaños", dice Shyamalan. "Está entregado a su oficio y se preocupa mucho y quiere trabajar más cada día. Su disciplina es insólita en un hombre tan joven".

Añade el productor Frank Marshall: "Desde el principio, Noah tenía una cualidad como muy zen, y eso es exactamente lo que buscábamos para este personaje".

Al tener que combinar la interpretación y su dominio de las artes marciales, Noah dice: "Night me ayudó mucho a sentir el foco y a trasladar ese poder y esa energía a mi interpretación, algo me ayudará siempre el resto de mi vida".

En toda historia emocionante del 'bien contra el mal', todo el mundo sabe que hay que contar con un gran villano. Así que era clave encontrar a alguien a la altura de Ringer para el papel del príncipe Zuko…

Recién salido del aparentemente inesperado éxito de la oscarizada "Slumdog millionaire", su protagonista, Dev Patel, estaba buscando un papel lo más diferente posible de Jamal, su personaje en "Slumdog". Mientras publicitaba esa película independiente, Patel envió un video para el papel del príncipe, y más tarde recibió 'la llamada' de Shyamalan, ofreciéndole el papel.

Dice Shyamalan: "En realidad, la vulnerabilidad es la armadura de Zuko. Lo más encantador de Dev Patel es su vulnerabilidad. Dev era un hombre-niño cuando le dimos el papel, la combinación perfecta de ira y compasión".

Interviene Patel (quien vio "Airbender" en los ratos libres durante el rodaje de "Slumdog"): "El príncipe Zuko se debate entre su pasión y su lucha por recuperar su honor ante los ojos de su padre. Siempre me encantó la historia, porque tiene mucha lecciones que enseñar, y siempre he sido un gran fan de Bruce Lee, así que por supuesto me encantó todo el tema de las artes marciales de la serie de animación".

Cuando Ringer y Patel se conocieron el primer día de rodaje, se forjó un respeto mutuo al instante. Según Patel: "Vi a ese chico de 12 años llegar a aquel inmenso plató, y quedé sorprendido al ver que era sencillamente inquebrantable. Su formación en artes de marciales le había dado realmente la firmeza y determinación suficientes para acometerlo, sin importarle el desafío".

Al igual de que Ringer, la joven actriz Nicola Peltz también había decidido presentarse al casting para un papel en la próxima película de Shyamalan, y la llamaron para que leyera el papel de la guerrera del Agua Katara, y más tarde le ofrecieron el papel. Peltz se había familiarizado mucho con el personaje, habiendo visto asiduamente la serie con sus dos hermanos gemelos más pequeños.

Igual que las hijas de Shyamalan, las chicas de todo el mundo admiran a Katara y su fuerza como mujer joven. Dice Peltz: "Es un estupendo modelo de referencia para las chicas. Cualquier cosa que se proponga, la hará, es muy fuerte física y mentalmente".

Con sus padres ausentes, Sokka, el hermano mayor de Katara, acepta gustosamente el papel de protector. Aunque Sokka no tiene poderes de control sobre los elementos, aún así posee el espíritu de un verdadero guerrero. Siempre que Katara se vea amenazada, se pondrá instantáneamente en acción con su bumerang o con una lanza. Para el papel fue elegido Jackson Rathbone, famoso por "Crepúsculo", quien le aporta una corporeidad meditabunda al papel.

Dice Shyamalan: "En la película hice a Sokka con más fundamento, así que, aunque hay humor, él no es el alivio cómico. Eso le dio a Jackson una gama mayor con la que interpretar, y durante el transcurso de la película, realmente se puede ver crecer a Sokka".

Además del viaje que emprenden él y su hermana, el personaje de Sokka experimenta también un viaje emocional al conocer a la princesa Yue, interpretada por Seychelle Gabriel, y enamorarse de ella. Dice Rathbone: "En cierto modo, Sokka es un aldeano de la Tribu del Agua del Sur, y va a la gran ciudad de la Tribu del Agua del Norte, en donde conoce a esa bella y sofisticada princesa. Su relación le enseña muchas cosas, y él crece mucho".

El viaje del príncipe Zuko está motivado por los deberes de su familia. Después de ser avergonzado en combate, Zuko ha sido condenado al ostracismo por su padre, el Señor del Fuego Ozai (interpretado por Cliff Curtis). Zuko está decidido a recuperar la estima y el amor de su padre. Zuko es ayudado por su tío Iroh (interpretado por Shaun Toub), un ex-general veterano de muchas guerras, que ejerce de mentor y confidente del joven príncipe.

La Nación del Fuego manda y está dirigida por la fuerza militar, así que no es de extrañar que, a nivel personal, rija la misma filosofía de "quien tiene el poder tiene la razón". El deber de los fuertes es apartar a los débiles y tomar el control. Considerándose a sí mismo mejor jefe que Zuko, el comandante Zhao (interpretado por Aasif Mandvi) está decidido a ocupar el puesto del príncipe caído en desgracia, y hará cualquier cosa con tal de ganarse el favor del Señor del Fuego.

Para completar el reparto con los miembros de las cuatro naciones, se hicieron convocatorias de castings por toda la Costa Este de EEUU buscando actores a los que se requería que dominasen una serie de técnicas de diversas disciplinas: artes marciales, formación militar, baile, gimnasia. Se hicieron convocatorias para actores de todos los grupos de edad, incluidos niños (desde los seis hasta los quince años).

Los hombres que parecían de Oriente Medio, hindúes, mediterráneos e italianos, fueron fichados como soldados de la Nación del Fuego. Una mezcla de hombres, mujeres y niños con rasgos coreanos, mongoles, japoneses y africanos fueron contratados como los ciudadanos del Reino de la Tierra que viven bajo el dominio de la Nación del Fuego. De igual modo, cientos de hombres, mujeres y niños con rasgos anglosajones fueron contratados como los aldeanos de las Tribus del Agua del Norte y del Sur.

En total, se emplearon más de 6.000 actores para construir el mundo de Airbender: El último guerrero.


Dominando el arte del control
Una vez que a Noah Ringer le dieron el papel de Aang, sólo tenía alrededor de un mes para entrenarse, es decir, como actor. Se quedó sorprendido al ver cuánto tienen en común la disciplina de la interpretación y la práctica de las artes marciales. Observa Ringer: "En taekwondo, escuchas a tu instructor y luego respondes. Lo mismo haces en la interpretación con tu director".

Ringer se entrenó con el departamento de especialistas durante un par de meses antes de comenzar el rodaje, incorporando sus movimientos de artes marciales en complicadas y coreografiadas secuencias de lucha. Dice Shyamalan: "Noah tiene una forma de añadirle poesía a sus movimientos sin perder, al mismo tiempo, su 'sensibilidad Aang'. En el plató, teníamos que pellizcarnos para creer que no sólo era su primera película, sino la primera vez que actuaba. Yo le desafiaba cada día para ver la integridad de su interpretación, y él me venía con ideas e interpretaciones de su propia cosecha. Tiene un instinto competitivo que le hace querer ser el mejor en cualquier cosa que haga".

Nicola Peltz había jugado al hockey sobre hielo durante muchos años, y estaba pensando dedicarse profesionalmente a ello antes de tomar la decisión de dedicarse a actuar. Sus dotes atléticas le vinieron muy bien a la hora de entrenarse para el papel de Katara, lo cual incluía un régimen de entrenamiento en artes marciales que comenzó cinco meses antes de que empezara el rodaje.

Dice esta oriunda de Nueva York: "Empecé a entrenar por mi cuenta en Brooklyn y aprendí kung-fu, que es un estilo de arte marcial que consiste en utilizar la fuerza contra la fuerza. Luego, un par de meses antes de que empezáramos el rodaje, fui a Filadelfia y empecé a practicar taichi, y luego a elaborar la coreografía de las escenas de lucha junto a Noah y Jackson".

Nicola centró la mayor parte de su entrenamiento en el taichi chuan, un arte marcial con un estilo más suave y lento y unos movimientos fluidos. El taichi utiliza la energía interna para proporcionar calma y claridad mental, y es el estilo elegido por la Tribu del Agua para controlar su elemento.


Cuatro 'naciones' cinematográficas unen sus fuerzas: artes marciales, escenas con dobles, efectos visuales y efectos especiales
Shyamalan ha sido siempre un gran fan de las artes marciales y de las películas de artes marciales. "Soy un fanático de las artes marciales. Soy uno de esos que tienen una estatua de Bruce Lee en el despacho y que han visto 'Operación dragón' decenas y decenas de veces".

Aunque los protagonistas Noah Ringer y Dev Patel tienen sendos cinturones negros de taekwondo, el estilo de arte marcial de Corea, iban a tener que trabajar para transformar sus movimientos, para que coincidiesen con los que se necesitaban para la película. El mundo de Airbender: El último guerrero utiliza el arte marcial chino conocido como wushu, que incorpora varios estilos de lucha.

En la serie original de animación, se utilizaban cuatro estilos de wushu para diferenciar los cuatro tipos de control de los elementos: baguazhang para el control del aire, taichi para el control del agua, hung ga para el control de la tierra, y kung-fu shaolin del norte para el control del fuego. La película utiliza los mismos estilos, y los actores y sus dobles pasaron meses entrenándose antes de empezar el rodaje. El director incluso le hizo ver a Aang la película de Bruce Lee "Operación dragón" como referencia.

Hay miles de clases de wushu diferentes, y es la forma en la que se ejecutan los movimientos la que determina el estilo. Se podría establecer un paralelismo con cantar. Hay muchos estilos (rock, pop, jazz) que se consideran como cantar, pero es la forma en la que se canta la canción la que determina de qué estilo es.

Patel recuerda: "Cuando yo era pequeño, tenía una increíble cantidad de energía en el colegio, y siempre me estaba metiendo en líos. Así que mis padres me apuntaron a clases de arte dramático, y también a algunas clases en una academia de taekwondo. Practiqué artes marciales durante ocho años, y al final me convertí en cinturón negro de kárate. ¿Quién iba a decir que algún día iba a poner en práctica mis habilidades?" El joven actor recuerda un cartel en la pared de la academia de artes marciales donde entrenaba: Las artes marciales no son sólo lucha, son una manera de vivir.

Si es que ya no lo eran, ciertamente se convirtieron en una manera de vivir para muchos de los miembros del reparto y el equipo de Airbender: El último guerrero… al menos durante unos cuantos meses.

Y con independencia de lo expertos en artes marciales que fueran los miembros del reparto, aún así tenían que recurrir al equipo de dobles. Cuando la acción resultaba ser demasiado fuerte para los actores principales, acudían en su ayuda los 61 miembros del equipo de especialistas, así como un amplio equipo de dobles, actores, y un entrenador de wushu. Además, más de 90 de los extras contratados ya tenían experiencia en artes marciales, y fueron posteriormente entrenados por el equipo de especialistas.

Habberstad y su equipo ensayaron las secuencias de lucha durante cuatro meses antes del rodaje. Las luchas escenificadas eran más bien como bailes: coreografiadas hasta el menor movimiento, tendrían que ser interpretadas con un ritmo y una precisión exactos. Dice Jeff Habberstad: "Estuvimos en el escenario haciendo trabajo de base, y luego pasamos a utilizar cables. Nunca antes habíamos hecho algo así, y reunimos a los mejores dobles del sector. No podíamos hacer concesiones en cuanto a la calidad o la estética. Todo tenía que ser perfecto, y perfectamente seguro".

Incluso con todos los actores clave realizando un entrenamiento en artes marciales, las escenas más peliagudas y complicadas requerían utilizar dobles. Cada actor tenía un doble, excepto Noah Ringer… que tenía dos.

Las expertas especialistas Karine Mauffrey y Jade Quon trabajaron incansablemente para crear las secuencias de lucha con control del aire y del agua aparentemente sin esfuerzo por parte de Aang. Karine, acróbata durante cuatro años en el Cirque du Soleil, le aportó estilo y gracia a los movimientos de Aang. Jade, experta en artes marciales y gimnasia, se encargó con fuerza de los grandes movimientos de Aang y del trabajo con el cable (un arnés especial permitía a Jade dar vueltas y girar simultáneamente en el cable).

El equipo de especialistas utilizó un programa informático llamado Navigator, que pre-programaba el trabajo con el cable midiendo los detalles en una cuadrícula, y mostraba la velocidad del desplazamiento en una gráfica. Manejado por dos técnicos, esta precisa exactitud se activaba pulsando una tecla, ofreciéndoles la posibilidad de replicar perfectamente la escena infinidad de veces. Si hacía falta algún ajuste, el ordenador también lo podía hacer. Esta increíble combinación de tecnologías dio a los especialistas la capacidad de 'volar' suspendidos de un cable de acero de poco más de medio centímetro de ancho.

Dice Shyamalan: "Hay varios momentos álgidos en la película en los que Aang sorprende a sus enemigos y combate contra ellos sin ningún esfuerzo. Incluso aunque sabemos que su lucha interior es fuerte, sigue siendo capaz de mantener a raya a sus atacantes utilizando su visión periférica, y queda casi como un movimiento de ballet. Hay momentos clave en la película en los que espero que cada niño y cada adulto de entre el público se digan a sí mismos: '¡Ojalá yo pudiera hacer eso!'".

Realmente fue cosa de uno para todos y todos para uno el llevar a cabo las complejas escenas de lucha: cada director de departamento tenía que trabajar en equipo con los otros para realizar algunas de las labores más complejas. "Fue un descubrimiento afortunado durante el rodaje de la acción más potente", dice Shyamalan. "Todo el mundo se nutría de los demás hasta que conseguíamos el resultado que nos dejaba satisfechos".

Otro departamento igualmente importante para la magia en pantalla era la sección de efectos visuales, dirigida por el supervisor de efectos visuales Pablo Helman. Su equipo de Industrial Light & Magic resultaría ser clave a la hora de crear el mundo de fantasía de Airbender: El último guerrero, comenzando por la pre-visualización animada creada meses antes del rodaje.

Y meses después, cuando las cámaras dejaron de grabar, comenzó de nuevo el trabajo de ILM. La agenda de posproducción incluía seis meses para introducir todos los planos con efectos visuales, y otros cinco meses para perfeccionar todos los detalles del inmenso lienzo de Shyamalan.

Explica Helman: "Tuvimos un período bastante largo de investigación y desarrollo para determinar exactamente lo que sería en 'control de los elementos', y qué aspecto tendría. Lo que sabíamos era que, para que funcionara, tenía que ser orgánico. Tenía que parecer creíble, pero también tenía que tener la capacidad de meterte en un mundo de fantasía en donde podía suceder cualquier cosa, tenía que tener emoción".

Añade Shyamalan: "Queremos que todo el mundo crea que el control de los elementos es real. Ese control debe ser una extensión de las cualidades humanas, una capacidad que se controla con el chi, y el chi puede manipular el elemento".

Pero harían falta los efectos visuales para hacer muchas más cosas que 'controlar': se necesitarían para hacer un 'maquillado en profundidad' en la creación, embellecimiento y ampliación de los entornos. Shyamalan admite: "Las imágenes generadas por ordenador eran para mí un fastidio, y ahora, tras utilizarlas en esta película, comprendo que son una herramienta narrativa emocional".

Airbender: El último guerrero marcó también la diferencia con el proceso de rodaje habitual de Shyamalan. En sus películas anteriores, no entró en la sala de montaje a editar hasta que la película estuvo terminada. Pero en Airbender: El último guerrero, comenzó a montar durante la producción. Entonces, podía enviar las escenas montadas a ILM para que comenzaran su trabajo por ordenador.

Siempre que fue posible, se construyeron platós para el rodaje en lugar de basarse en el uso de la pantalla verde. Dice Helman: "En efectos visuales siempre preferimos poner algo para que el actor actúe y reaccione ante ello. Entonces partimos desde ahí".

ILM hizo mucho más que crear y ampliar los entornos. También se les pidió que crearan unas criaturas asombrosas que sólo podían existir en un universo en el que un puñado de personas pueden controlar los elementos. Entre esos seres están Appa, un bisonte con seis patas, que mide 5 metros de alto y 4 de ancho, y que vuela por los aires con un movimiento inspirado en los manatíes y los ornitorrincos; Kimo, el rinoceronte de la Nación del Fuego, un animal de combate, con una longitud de más de 10 metros (contando la cola) y de casi 6 metros de alto; el lémur murciélago Momo, al que le encanta la fruta, y el Espíritu del Dragón, que se aparece para guiar a Aang en su peligroso viaje. Todas esas criaturas, sin excepción, cobraron vida en el plató. A veces no eran más que un punto en el que los actores se podían centrar, estableciendo un sitio donde mirar, o una simple silla donde se podían sentar y simular que 'cabalgaban' sobre el animal.

Para el trabajo de crear efectos durante el rodaje real, Shyamalan recurrió al equipo de efectos especiales, dirigido por Steve Cremin, quien ha colaborado con Shyamalan en todas sus películas anteriores.

Una de las principales tareas de Cremin era crear fuego, lo cual parece bastante fácil pero, al ser el arma predominante de la Nación del Fuego, el fuego en el guión de Shyamalan tiene que hacer muchas cosas. Cremin utilizó principalmente tubos de gas (cuyo aparejamiento es muy complejo), pero además creó escombros ardientes, llameantes bolas de fuego, antorchas y, por supuesto, humo. Casi todos los tipos de fuego aparecen en la secuencia en la que Aang y Zuko se encuentran cara a cara. Dentro de un plató circular, los actores y los especialistas iban atados a cables para subirse por las paredes entre las explosiones (que se producían gracias a unos botes llenos de petardos, unidos con cables a un detonador fuera de la vista de la cámara).

De hecho, siempre que Zuko mantiene un combate cuerpo a cuerpo, está rodeado por un círculo de fuego. Para conseguir el principio del control del fuego, se montó un cable a través del plató y se le prendió fuego. Dice Patel: "Es un subidón de adrenalina, esa bola de fuego pasando justo junto a mi cara. En la lucha con Aang, yo hacía una patada con giro, y tan pronto como extendía la pierna, uno de los tipos de los efectos especiales pulsaba una tecla, haciendo que pareciera que una llama salía de mi pierna. Luego lo enfocaba sobre uno de los botes y lo hacía estallar en pedazos. Destrucción y fuego, todo en uno".

Pero, al igual que a Aang, a Cremin le pidieron que controlase algo más que el fuego: utilizando de todo, desde sistemas hidráulicos hasta mangueras de aire, pasando por el agua en todas sus formas, ¡por no decir las rocas en movimiento!, el equipo de efectos especiales podía además proporcionar un control instantáneo del aire, la tierra y el agua, ¡ofreciéndoles a los actores y los dobles bastantes cosas ante las cuales reaccionar!


El diseño de Airbender: El último guerrero
La transformación del diseño de la serie de Airbender: El último guerrero en un largometraje comenzó en noviembre de 2007, cuando los productores ejecutivos (y coautores de la serie) DiMartino y Konietzko entregaron todas sus viñetas y dibujos de la serie al director artístico Philip Messina. Buscando expandir ese mundo desde la pequeña hasta la gran pantalla, Messina y su departamento artístico comenzaron a buscar referencias. Buscando en toda clase de cosas, desde revistas de viajes e historia hasta revistas de sociología, pasando por libros dedicados a lenguas muertas, empezaron a compilar lentamente un manual de sus propias ilustraciones originales. Desde China al norte de África pasando por la India, e incluso por la época medieval, Messina no descartó nada que pudiera inspirarle durante el proceso de diseño. Más tarde, el trabajo conceptual original de Messina para cada escenario ejerció como referencia principal durante toda la producción.

Messina, que trabajó como director artístico con Shyamalan en "El sexto sentido", dice: "Tenía que pensar cómo eran los integrantes de cada nación. Desde los extintos Nómadas del Aire pasando por la grandiosidad de la Tribu del Agua del Norte, en contraste con los Aldeanos de la Tierra, que eran más orgánicos, hasta la industrializada Nación del Fuego. El diseño de las naciones fue como el de las cuatro piezas de un rompecabezas. Cada vez que cambiaba una de ellas, otra se veía afectada. Quería hacerlas conjuntadas entre ellas, y hacer que parecieran coherentes, y a la vez sumamente distintas".

Un año antes del rodaje, Messina estaba listo para trabajar con un departamento entero, artístico y de construcción, de más de 250 artesanos. El director artístico colaboró estrechamente con la diseñadora de vestuario Judianna Makovsky, la encargada de peluquería y maquillaje Ivana Primorac y el director de fotografía Andrew Lesnie. Juntos, decidieron coordinar todas las decisiones del diseño, desde un botón hasta una peluca, pasando por determinados planos, para que ningún detalle fuera pasado por alto.


Cuatro naciones, muchos mundos
Probablemente el mayor reto de diseño estribaba en la fortaleza de la Tribu del Agua del Norte (T.A.N.). La impresionante estructura (que tenía que parecer como si estuviera hecha enteramente de hielo) es el escenario del último tercio de la película, en donde tiene lugar el sitio de la fortaleza por parte de los soldados de la Nación del Fuego (utilizando a más de 400 figurantes en las secuencias de combate). Dice Messina: "El plató de la T.A.N. fue el más difícil de diseñar. Básicamente, es un entorno que se encuentra en uno de los casquetes polares. Uno tiene que empezar por preguntarse: '¿Cómo vive esa gente?' Asumimos la idea de que eran uno con su entorno, y de que vivían en ese clima extremo por decisión propia".

Messina diseñó el plató de la T.A.N. con muchas influencias islámicas, hindúes y turcas en mente. Utilizando más de 200 trabajadores, la construcción del enorme plató tardó casi cuatro meses en completarse, y se fue elevando lentamente desde el suelo de un hangar para aviones del tamaño de dos campos de fútbol juntos. Para reforzar la sensación de estar labrado en hielo, el plató fue cubierto con miles de litros de un polímero teñido de gris y azul, recubierto todo con nieve hecha de sulfato de magnesio.

Para los escenarios crudos y naturales de la aldea de la Tierra, una cantera de rocas proporcionó el entorno perfecto para construir los platós de exteriores. Los diseñadores adaptaron los colores del suelo, las rocas y los alrededores a su paleta. Se construyeron unas tiendas primitivas con los troncos de un bosque cercano, y el pueblo adquirió el aspecto de un campamento nómada beduino.

Mientras inspeccionaban la cantera en busca del escenario para la prisión de la aldea de la Tierra, a Messina le sorprendió agradablemente encontrar un equipamiento industrial preexistente justo en el medio de ese espacio. "En lugar de luchar contra ello, pensamos que podríamos incorporarlo a nuestro plató. La enorme torre y la maquinaria de la cinta transportadora parecían pertenecer al mundo arcaico e industrializado de la Nación del Fuego". Un par de puertas empotradas de acero y una pasarela después, la dificultad para el diseño se transformó en un recurso.

El diseño de la ambiciosa Nación del Fuego (envueltos en furiosos rojos y ominosos negros) es único y diferente a la estética de las otras naciones… y por una razón muy concreta. Dice Messina: "Mike y Bryan, los coautores de "Airbender", me recordaron que la Nación del Fuego empezó como un pueblo tribal, al igual que los otros. Resultaba demasiado fácil encasillarles como los tipos malos. Pero, a medida que el imperio fue creciendo gracias a la industrialización, también creció su poder". El diseño resultante de Messina recuerda a la Norteamérica del principio de la industrialización, mezclado con elementos de la cultura japonesa antigua.

Probablemente el mejor ejemplo de ello sea el Comedor de la Nación del Fuego, en donde el príncipe Zuko es humillado delante de sus compañeros de armas de la tribu. El salón se construyó en el interior de una antigua planta eléctrica. Cerrada desde hace más de 25 años, la planta le ofrecía a Messina un sinfín de cañerías a la vista y de paredes desconchadas. El director artístico vio imágenes de Japón en la época de los shoguns y de China bajo el dominio comunista, y las incorporó al diseño del comedor.

Cuando empieza la película, los Nómadas del Aire ya han sucumbido ante la campaña militar de la Nación del Fuego, así que Messina ya sabía que los escenarios de esa antaño poderosa nación estarían en su mayor parte en ruinas. Recurrió a los antiguos templos de Camboya para muchas de las referencias que inspiraron el diseño del Templo del Aire del Norte. El Templo es escenario de un enfrentamiento entre Aang, el Espíritu Azul y un escuadrón de soldados de la Nación del Fuego. El Templo se construyó en unos estudios de sonido del norte de Filadelfia, y aunque parece estar hecho totalmente de piedra, se añadió caucho a la estructura para proporcionar a los especialistas un sitio más blando sobre el que caer.

Estaba claro que cuatro naciones, que habitaban en climas diferentes, no podían llevar la misma ropa, así que la diseñadora de vestuario Judianna Makovsky y su equipo crearon una estética distinta para cada nación. En total, para Airbender: El último guerrero se diseñaron y elaboraron más de 1.800 trajes y armaduras y unos 50 pares de botas y zapatos. Makovsky extrajo de la serie de "Avatar" las gamas de colores, las formas y los diseños, y los trasladó al mundo real.

Las cuatro civilizaciones resultantes quedaron finalmente como una mezcla de diversas etnias y culturas, evitando la especificación cultural. Cada una tenía una gama diferencial de diseño y colores. Los aldeanos de la Tribu del Agua del Sur iban vestidos con apagados tonos azules, marrones y grises, con toscos rebordes de piel de imitación. La más sofisticada Tribu del Agua del Norte aparece envuelta en vibrantes azules, púrpuras y grises, utilizando tejidos más ricos con rebordes de piel de aspecto lujoso. Los presos de la Nación de la Tierra llevan amplios ropajes con toques de color y diseño de los antiguos vestidos coreanos y chinos. Y los soldados de la Nación del Fuego van vestidos de rojos, negros y dorados, con sus arneses y escudos que recuerdan a los guerreros de las culturas de Japón, Rusia y Mongolia.

Además de los cientos de maquillajes y pelucas creados y elaborados por la producción, dos "estéticas" características requirieron una colaboración especial entre Shyamalan, Makovsky y la diseñadora de peluquería y maquillaje Ivana Primorac. Para la cicatriz facial del príncipe Zuko, el equipo empleó un maquillaje protésico para crear una quemadura cicatrizada, que parece como si las llamas hubieran lamido el rostro del príncipe. El diseño básico fue posteriormente estilizado hasta que casi parecía, según Makovsky, "las llamas del lateral de un coche tuneado". La característica flecha azul que adorna la frente de Aang fue creada por un artista del tatuaje de Nueva York y está hecha de puntos, casi como un encaje. Teniendo presente que la marca no distrajera ni resultara apabullante (y para evitar cualquier símbolo o grafía reconocibles), Primorac y el artista del tatuaje desarrollaron un alfabeto entero creado a partir de una amalgama de muchas cosas, desde la caligrafía de los indios americanos, la tailandesa y la japonesa, hasta los símbolos de la alquimia y del Mandala tibetano. El equipo obtuvo al final la flecha definitiva, que fue dibujada con una plantilla utilizando maquillaje verde azulado. Ese color se parece al de la tinta de un tatuaje que hubiera experimentado el paso del tiempo.

Independientemente de cuántos maestros del Fuego pudieran tener en primera línea, los soldados de la Nación del Fuego iban a seguir necesitando armamento. Para ello, Messina trabajó con el encargado de utilería. Idearon diseños para diversas espadas, lanzas y alabardas (antiguas hachas de combate) basadas en armamentos y armaduras de la época antigua y medieval.


En exteriores: partida hacia Groenlandia
A pesar de su bucólico nombre, la mayor parte de Groenlandia es un paisaje congelado. Con el inicio de la fotografía principal, la producción partió hacia la diminuta y ya inspeccionada población de Ilulissat, en Groenlandia (literalmente, el nombre del pueblo significa "iceberg"). Allí se filmarían todas las escenas de Katara, Sokka y la aldea de la Tribu del Agua del Sur.

Llegar hasta el punto de ir a filmar a Groenlandia demuestra definitivamente el compromiso de los realizadores con la autenticidad. Al lugar sólo se puede acceder en avioneta, y las temperaturas durante el rodaje a menudo caían bastante por debajo de cero. Aún así, al poder captar las impresionantes vistas de las colinas cubiertas de nieve recortándose sobre radiantes cielos azules y un mar cuajado de icebergs, todos los esfuerzos merecieron la pena.

Dice el productor Sam Mercer: "Nos parecía muy importante que el principio de la película pareciese el comienzo muy real de un viaje. Vinimos a Groenlandia porque no hay ningún otro lugar así en el mundo. Es un paisaje único con icebergs, agua y glaciares, todo en el mismo lugar".

El productor Frank Marshall (quien ya había filmado anteriormente aquí) dice: "Una de las mejores cosas de esta localización para los actores es que se encuentran entre los elementos de verdad, así que sus interpretaciones son auténticas. Son capaces de reaccionar de una forma natural y normal ante el hecho de estar en temperaturas bajísimas. Cuando necesitamos una localización que exigía hielo, icebergs y ningún árbol, supimos exactamente adónde ir".

Puesto que nada podía dejarse al azar, se repasaron detenidamente todos los detalles. Continúa Mercer: "Después de las dificultades para transportar nuestro equipo por barco en enormes contenedores desde EEUU, elaboramos una larga lista de comprobaciones para todos los departamentos que lo cubría todo, desde cómo mantener caliente a la gente mientras trabajaba, hasta cómo evitar que las cámaras se congelaran".

Así que los realizadores, los actores y el equipo (a quienes se pidió que "llevaran un poco de paciencia" en la maleta) se aventuraron hasta Ilulissat para los nueve primeros días de rodaje de Airbender: El último guerrero. Todo el elenco, el equipo técnico y la maquinaria fueron transportados en helicóptero hasta remotas localizaciones en los alrededores de Ilulissat. Para aprovechar al máximo la localización, se rodaron escenas en múltiples lugares, desde la superficie de un lago helado hasta tambaleándose sobre un casquete de hielo.

La localización principal mientras estuvieron rodando en Groenlandia fue la Aldea de la Tribu del Agua del Sur, construida sobre el agreste fondo de icebergs que flotan en la Bahía Disco. La construcción comenzó dos meses antes de la fotografía principal, y el director artístico Messina recuerda: "Ninguno de nosotros había construido nunca algo así en un entorno extremo. Las brochas se congelaban antes de aplicar el primer brochazo". En total, el equipo sumaba unas 150 personas, y estaba compuesto por trabajadores de EEUU, Groenlandia y Dinamarca.

La aldea estaba formada por 11 estructuras tipo iglú de tamaño natural, que habían sido modeladas en fibra de vidrio en Filadelfia, transportadas por piezas y ensambladas sobre el terreno. El plató se decoró con pieles de animales, cacharros, tambores hechos a mano, pescado y redes facilitadas por los lugareños. Se incorporaron unas antiguas canoas de madera, cortesía del museo local de Ilulissat. Irónicamente, en los descansos entre las tomas, los iglús cubiertos de nieve servían para calentar a los actores, gracias a la presencia de radiadores portátiles en su interior.

El plató se construyó en una finca estatal protegida por el Patrimonio Mundial de la UNESCO, lo cual implicaba ciertas normas y obligaciones que había que acatar. Por ejemplo, al departamento artístico no se le permitía tocar el suelo con ninguno de sus materiales de construcción, así que todas las estructuras estaban ancladas a la gruesa capa helada que había sobre el suelo.

Además de la aldea donde viven Katara y Sokka, el rodaje se realizó también frente al extraño globo helado donde la pareja descubre a Aang. Ese plató se construyó mayormente con nieve reforzada con poliestileno.

Se podría esperar alguna carencia tecnológica en un lugar tan remoto, pero no fue ese el caso. Justo antes de la llegada del equipo de filmación a Ilulissat, Tele-Post de Groenlandia instaló un cable de Internet de alta velocidad que recorría miles de kilómetros bajo el mar. Esa tecnología era capaz de transmitir escenas ya rodadas (que entonces eran procesadas en Copenhague), y enviarlas de vuelta por el cable de Internet hasta los ordenadores de los realizadores. Entonces se podían ver diariamente las escenas en las confortables oficinas de la producción en el Hotel Ártico.

La necesidad es la madre del ingenio, y todos los departamentos tuvieron que adaptar sus costumbres habituales para que encajasen en aquel clima extremo. Ivana Primorac adoptó la costumbre local de secarse en el exterior, pese a las temperaturas bastante por debajo de cero, pues las pelucas mojadas se helaban enseguida, y cuando se les quitaba el hielo, debajo aparecía la peluca seca. Había que tomar precauciones adicionales al aplicar piezas de pelo (que a menudo se humedecen a causa del contacto con la piel): había que secarlas todas completamente antes de ponerlas, para evitar que la pieza se helara y se pegara a la cabeza del actor. Se hicieron moldes de las manos de los actores, y se les pusieron las fundas de látex como guantes para aumentar la calidez. Se fabricó y se pintó una gorra color piel para Noah Ringer, para proteger su cabeza afeitada durante los planos largos. A los actores les pusieron capas extra de ropa interior de seda, y los trajes se reforzaron con materiales polares de alto rendimiento. Los zapatos se fabricaron con suelas acolchadas y plataformas, para evitar que los pies de los actores entraran en contacto directo con el hielo.

Pese a las dificultades de rodar en un sitio tan exigente, el equipo de efectos visuales de Pablo Helman también descubrió ocasiones para la aventura. El valeroso equipo pasó varios días a bordo de una gran embarcación de pesca, filmando planos de fondo de enormes icebergs. Según Helman: "Los icebergs pueden volverse del revés sin previo aviso. Al departamento de efectos visuales le encantó cada minuto de la aventura". También había una unidad aérea que filmaba los interminables paisajes desde el elevado punto de vista de un helicóptero.

Concluye Shyamalan: "El paisaje de Groenlandia nunca es el mismo. Está constantemente moviéndose y cambiando. Espero que hayamos captado algo de esa singularidad".

Precisamente es ese paisaje (junto con las incontables horas de trabajo empleadas en construir el mundo de Airbender: El último guerrero) lo que resultará mágico para el público. Explica Dev Patel: "La película tiene la auténtica estética de la evasión, de esa en la que puedes simplemente ir al cine y que te lleven a un mundo diferente durante un par de horas. Hemos creado esa tierra de cuento de hadas con todas esas naciones diferentes, con todas esas criaturas fantásticas, y con gente manipulando todos esos elementos. Para mí, eso es una experiencia muy emocionante".


Al crear el viaje de Aang, Shyamalan no sólo le ofrecía una odisea al eventual espectador, sino también un viaje de una naturaleza más personal. Dice el realizador: "'Airbender: El último guerrero' está hecha con la intención de ser una película de verano entretenida y repleta de acción, pero en el fondo, trata de ciertos temas serios, como la dominación de una raza sobre otra, y el equilibrio, y la conexión con el planeta, y todas esas cosas que me interesan y que ya se han visto en mis otras películas. Todo este proceso ha sido una experiencia que me ha hecho crecer mucho, no sólo como director sino como ser humano, porque soy un obseso total del control, y cuando se tienen tantos matices en una película como los que tenemos en ésta, tienes que admitir que no puedes controlar cada aspecto de una escena. Hacer eso me hizo retroceder un poco y convertirme de nuevo en un estudiante. Y siempre que te puedas convertir de nuevo en un estudiante, ésa es la forma de hacerlo".

Concluye Shyamalan: "Esta película es sólo el principio, pues se trata en realidad de una historia uniforme y larga. Aang tiene que dominar los cuatro elementos y, finalmente, alcanzar la serenidad. Nació ya con uno de ellos, el Aire, pero aún tiene que controlar el Agua, la Tierra y finalmente el Fuego, y eso cerrará nuestra trilogía. Con todo, sentí claramente que era importante hacer esta película".