Infectada por el virus de La Lupe, Yolanda quiere ser cantante como sea. Se dejará la piel si fuese necesario, nada ni nadie se interpondrá en su camino. Si para lograrlo tiene que llevarle la contraria a su padre, mejor todavía, lo prefiere a quedarse en su pueblo siendo una mujer más, de esas que se casan, engordan y paren muchos hijos.
Sentada con unos amigos en el Malecón Habanero, en mi isla de Cuba, conocí de la existencia de La Lupe. Una mujer que para unos, era tremenda cantante y para otros, una excéntrica. Yo me quedé con las dos cosas, me quedé perdidamente enamorada de La Lupe. Me quedé con el rostro, el temperamento, la irreverencia, el desenfado, la magia latina. Al crear a Yolanda le dije, si tú quieres ser cantante tienes que hacer lo que sea para conseguirlo, tú y yo tenemos que aprender de La Lupe. Le contagié a Pedro Pérez Rosado el virus de La Lupe, lo convencí para recorrer juntos el mismo camino, aunque ello implicara quitar piedras para poder pasar. En los días difíciles de rodaje hablamos con ella
Lupe, coño, no nos lleves tan recio.
La Mala, es una declaración de amor.
La malaDirigida por Pedro Pérez Rosado, Lilian Rosado