Es verano y Antoine debe dejar la ciudad para ayudar a su madre en la tienda de ultramarinos que tiene en un pueblo del Sur de Francia. Su padre, enfermo, no puede continuar conduciendo el camión que abastece las aldeas aisladas. Antoine descubre, entonces, el encanto de estos últimos habitantes: testarudos, divertidos, vividores, a veces tiñosos Antoine va a reencontrarse con el país de su infancia, con la alegría de vivir y puede ser que con el amor.