Cinemanía > Películas > Bienvenidos a Zombieland > Comentario
Destacado: Un grupo de inadaptados busca su destino en 'Mufasa: El Rey León'
Bienvenidos a Zombieland cartel reducidoBienvenidos a Zombieland(Zombieland)
Dirigida por Ruben Fleischer
¿Qué te parece la película?

El filme está protagonizado por Woody Harrelson, Jesse Eisenberg, Emma Stone y Abigail Breslin. Dirigida por Ruben Fleischer. Producida por Gavin Polone. Con guión de Rhett Reese y Paul Wernick. Los productores ejecutivos son Ezra Swerdlow, Paul Wernick, Rhett Reese y Ryan Kavanaugh. El director de fotografía es Michael Bonvillain, ASC. El diseño artístico de Maher Ahmad. La película está montada por Peter Amundson y Alan Baumgarten, ACE. El diseño de vestuario está realizado por Magali Guidasci. La música ha sido compuesta por David Sardy.

Woody Harrelson recientemente ha elegido ser parte del premiado reparto de No es país para viejos (No Country for Old Men) que ganó el Oscar® a mejor película. ¿A esa decisión le sigue la de participar en una película llamada Bienvenidos a Zombieland? El actor afirma que le impresionó el guión. "El tono está trazado entre la comedia y el hecho de impedir el dominio de los zombis. No es fácil, tienes que mantener un tono de realidad o todo se convierte en una farsa, y eso en sí mismo tiene sus propios desafíos". Como plus, el tipo tiene la oportunidad de arrasar zombis. ¿Qué más puede pedir un actor?

"Siempre he visto a Bienvenidos a Zombieland como Huida a medianoche (Midnight Run) pero con zombis", asegura Ruben Fleischer, el director de la película. "Tal como ocurre en ese filme, se mezclan muchos géneros en uno. Lo primero y más importante, es una comedia, una road movie. Obviamente tiene elementos de terror, y también hay romance. Me entusiasmaron todos esos diferentes aspectos de la película, y mi objetivo era darle la mayor dosis de realismo para obtener el tono adecuado".

Bienvenidos a Zombieland comenzó con el guión original de Paul Wernick y Rhett Reese. "Lo que atrajo a todo el mundo al proyecto fue el guión", continúa Fleischer. "Es muy poderoso. Rhett y Paul no podrían haber sido más colaboradores en cuanto –y los respeto por ello- a mantenerse fieles a su visión original".

"Me recuerda un poco a lo que hacía en Cheers", reflexiona Harrelson. "Si un chiste no funcionaba, había que encontrar otro, ahí mismo, y al tiempo que rodábamos a ellos se les ocurría alguna frase nueva y graciosa".

"Ahí fuera nos pusimos muchos sombreros", cuenta Reese. "Uno fue el sombrero de productor, y observábamos la película en su totalidad para asegurarnos de que estuviera cobrando vida en la forma en que la habíamos visualizado".

"Pero hubo muchos momentos en que tuvimos que cambiar frases y nos convertimos otra vez en guionistas", afirma Wernick siguiendo el hilo de la conversación. "La arena se mueve bajo tus pies y tienes que adaptarte. Ver como todo encajaba fue una gran experiencia, para nosotros, en algunos aspectos, fue como un filme de escuela".

Harrelson interpreta a Tallahassee, un hombre duro de matar y un cazador más duro aún, un tío preparado para dar muerte a cualquier zombi que se interponga entre él y los últimos Twinkies que quedan en el planeta. "Cuando leí el guión, el primer actor que se me vino a la cabeza fue Woody Harrelson", asegura Fleischer. "Vi en Tallahassee elementos que me recordaban al personaje de Woody en Asesinos natos (Natural Born Killers), pero con humor entrelazado".

"Cuando leí el guión, lo que me encantó de Tallahassee es que era un tipo que, esencialmente, lo había perdido todo, así que no tenía nada que perder y como resultado, no tiene ningún miedo a pelear contra los zombis", explica Harrelson. "Después de una estupenda reunión con Ruben, estuve dispuesto a tomar parte en el proyecto".

"Para el momento en que empezó el proceso de casting todos habíamos visto No es país para viejos (No Country for Old Men)", recuerda Gavin Polone, "y Woody sencillamente se materializó desde la pantalla. Él siempre fue nuestra primera opción".

"Tallahassee es infantil, impulsivo", explica el guionista y productor ejecutivo Rhett Reese. "Para nosotros tenía sentido que su mayor deseo fuera un Twinkie: es una metáfora de su pasado, una pieza de su vida anterior, algo a lo que se aferra; todos nos aferramos a cosas de nuestra infancia; pero él se aferra a algo de antes de los días apocalípticos. Además, se mantienen frescos en las estanterías durante bastante tiempo".

Para el papel de Columbus, Fleischer también tenía a un actor específico en mente. "Consideramos a muchos jóvenes de talento para el papel, pero Jesse Eisenberg siempre fue el primero de la lista", asegura el director. "Me encantó en Roger Dodger y en una reunión que tuvimos, él mostró un sentido del humor y una sensibilidad innata. Él es intrínsecamente gracioso, y su lenguaje corporal te transmite que es el mayor cobarde del mundo. Él era Columbus".

"Me encantó el personaje en cuanto lo leí", cuenta Eisenberg. "Ciertamente me podía apoyar en el punto obsesivo-compulsivo de Columbus; él es el tipo de tío que jamás se permite disfrutar de nada. Fue escrito de forma muy honesta, y esperaba poder ser capaz de encontrar el balance entre el humor y la sinceridad que hay en él".

"Me encantó el guión, su sentido del humor", agrega Eisenberg. "Cuando conocí a los guionistas, Rhett me dijo que habían basado a Columbus en él. Y eso fue evidente desde el momento en que nos dimos la mano".

"Es una lástima", admite el guionista y productor ejecutivo Rhett Reese, "pero sí, soy Columbus. Me he pasado toda la vida, en un momento u otro, con miedo a todo. Fue divertido ver a Jesse trabajar con eso".

Uniéndose a Columbus y Tallahassee en su odisea para sobrevivir están Wichita, interpretada por Emma Stone, y Little Rock, a quien da vida Abigail Breslin. "Hay muy pocas actrices guapas y jóvenes que tengan la vena cómica y la diversidad como para ser capaces de mostrar todas las sutilezas de carácter que Emma ha creado en esta película", afirma el director Fleischer. "Ella ya había demostrados su destreza cómica en filmes como Supersalidos (Superbad) y Una conejita en el campus (The House Bunny), sin embargo el personajes de Wichita no es necesariamente un papel de comedia. Ella es una mujer fatal, la clásica tía buena dura. Lo que es increíble acerca de Emma es que es capaz de reflejar todo ello y también respaldarlo con la comedia".

"El guión no se parecía a nada que hubiera leído antes", asegura Stone. "Han existido comedias de zombis anteriormente, pero esto no es para nada una sátira. Los zombis dan mucho miedo y suponen una amenaza muy seria para los personajes. No son de broma, sin embargo los cuatro personajes principales son muy graciosos a su manera. La honestidad y el humor me hicieron ver que podía entender la manera en que alguien puede sentir y reaccionar en un mundo apocalíptico plagado de zombis. Esta fue razón suficiente para querer ser parte de la película".

"Me encantó que esta película fuera graciosa, pero no llena de bufonadas; y de miedo, pero no de esas que te producen pesadillas. Se las arregla para encontrar un equilibrio entre ambas cosas, pero tiene su propio sello. Es una película de zombis multifacética. ¿Quién diría que eso se podía hacer?"

Para Little Rock, la compañera de Wichita, el director tenía una idea muy clara. "Cuando leí el guión me dije, ‘Abigail Breslin sería una parte genial para Little Rock, pero no hay manera de que ella lo haga, así que hay que encontrar a alguien como ella’", recuerda Fleischer. "Y fue así durante mucho tiempo. Entonces, increíblemente, quizo hacer la película, y de un momento a otro tenía a dos nominados al Oscar® en nuestra película de zombis".

"Realmente quise hacer esta película porque era diferente a todo lo que había hecho", explica la actriz. "Little Rock es un personaje con mucha determinación, y me encantó hacer toda esa acción. Tuve que aprender a disparar armas, cosa que jamás había hecho y cuando rodamos en el parque de diversiones, pude montar en todas las atracciones cuando no estábamos rodando. Me divertí mucho".

Breslin le dio al papel todo lo que el director esperaba. Ella se defendió más que bien entre sus compañeros quienes no pudieron dejar de admirar su talento. "Abby tiene trece años", se admira Woody Harrelson. "Y yo jamás tendré la habilidad para actuar que ella tiene. Hizo una escena en la que tenía que llorar en una sola toma. Gimiendo. Incluso cuando no estaba frente a la cámara, dando la réplica a otro, lo seguía dando todo y lloraba de la misma manera para los otros actores. Es fenomenal, y muy divertida como compañera".

"Lo que fue increíble fu la química entre Emma y Abigail", cuenta Wernick. "Lentamente se fundieron en una criatura: Emmagail", agrega Reese. "Pero lo que fue impactante fue que dos personas de 13 y 20 años de las que se podía esperar que fueran inmaduras o inocentes, resultaran ser las astutas veteranas".

A la cabeza del proyecto está Ruben Fleischer, quien hace su debut en la dirección. "Nunca sentí ningún tipo de ansiedad en referencia a Ruben", afirma el productor Gavin Polone. "He trabajado con muchos directores debutantes y no tuve ninguna duda de que Ruben tenía la visión y el compromiso que la película necesitaba".

"Ruben tiene un ojo extraordinario y un gran sentido de la comedia", asegura Reese. "Es un persona dulce, generosa y sin ego. Cuando las cosas van bien jamás se lleva las palmas, rápidamente elogia el buen trabajo de los que colaboran con él".

Fleischer afirma que le entusiasmaba el desafío de dirigir Bienvenidos a Zombieland, después de todo, "como director primerizo, cada escena era algo que jamás había hecho antes. En mi primer día, estuvimos matando zombis, y poco después, estuvimos rodando en una mansión gigantesca. Todos los días era una experiencia nueva. Pero en el fondo es lo mismo: empiezas con un guión y piensas en cómo lo visualizas, pero en realidad cobra vida cuando tienes a los actores, al diseñador artístico, el director de fotografía, son ellos los que lo hacen espectacular".


Acerca de la producción
Muy temprano en la etapa de preproducción, Fleischer también empezó a darle forma a la imagen de la película y a la de todos los zombis importantes. "Antes de trabajar en esta película, la única película de zombis que había visto era 28 días después (28 Days Later)", admite el director. "En ese momento, no era realmente un devoto de las películas de zombis, pero una vez que empecé a trabajar, investigué como un loco y me familiaricé con todos las filmes del género para asegurarme de que les iba a hacer justicia. Tengo un gran respeto por el público del género, y quería estar seguro de que estuvieran contentos con la película que hiciéramos".

En la escritura del guión ya se había decidido que no iba a existir ninguna explicación de por qué los humanos habían sido arrasados por una plaga de zombis. "Este es un mundo post-apocalíptico", explica Fleischer. "No se trata de gente en el medio de un ataque zombi. Nuestra historia es de gente que está en un mundo donde hay muchísimos más zombis que personas, y queríamos contar la historia de algunos de esos pocos sobrevivientes peleando por abrirse camino a través de ellos".

Con esta imagen en mente, el diseñador artístico Maher Ahmad comenzó a darle forma al mundo físico donde habitaban los personajes. "Ruben y los guionistas tenían claro que querían que la historia transcurriera un par de meses después de que se hubiera dado la transformación de los humanos en zombis, así que nuestro entorno es más de abandono que de una destrucción rotunda. No son edificios caídos y vegetación que lo invade todo. Es lo espeluznante del abandono y el miedo que se siente al no saber qué es lo que hay a la vuelta de la esquina".

En cuanto a la apariencia de los zombis, una de las decisiones claves era que no fueran graciosos; al contrario, los personajes se tendrían que enfrentar a algo bastante parecido al hombre. Para lograr esto decidieron deshacerse de la tradición popular en cuanto a los zombis y decantarse por algo más moderno. "Los zombis clásicos y tradicionales viene de los no-muertos", explica el director. "Quería que está historia tuviera sus raíces, dentro de lo posible, en la reaIidad, por lo que nos inclinamos por una enfermedad que evolucionó y se esparció como un virus".

Fleischer, el diseñador de efectos especiales de maquillaje Tony Gardner y su equipo, investigaron en las enfermedades infecciosas y en sus manifestaciones físicas en los últimos estadios. El artista de maquillaje especial, Stephen Prouty, explica, "lo que queríamos mostrar era que esa gente estaba infectada. Continúan con vida pero están poseídos por la fiebre así que siempre están sudorosos y chorreando, sufren de hemorragias por todos sus orificios y lanzan borbotones de una sustancia negruzca".

A pesar de su condición, Fleischer quería que sus zombis retuvieran su sentido de individualidad. "En lugar de vestirlos a todos como hombres de negocios, o en vaqueros y camisetas, traté de que tuvieran algo en su vestuario que reflejara quiénes eran antes de que llegara la plaga. Algunos están vestidos como empleados de restaurantes de comida rápida, granjeros, etcétera, dependiendo de su lugar geográfico en la historia. En una de las localizaciones de Los Ángeles, en un parque de diversiones, nos lo pasamos muy bien con nuestros personajes zombis, pero en líneas generales quería asegurarme de que la persona no se perdiera dentro del zombi, y que siempre se pudiera percibir quién era la persona antes de que se transformara".

Esta transformación afectó a cientos de zombis extras, más que en ninguna otra, en la secuencia del parque de diversiones. Más de un centenar de zombis (quienes habían hecho las pruebas en castings locales) se sometieron al proceso de maquillaje. Su tiempo en la silla dependía de la acción y la ubicación que tuvieran en la escena. Prouty explica, "aquellos maquillajes más complicados, que incluían prótesis, tomaban cerca de una hora y media. Luego estaban aquellos de rango medio que no necesitaban prótesis, esos llevaban una media hora. Este era más un trabajo de pintura y aplicación de una sustancia chorreante y pegajosa, manchas para los dientes y lentes de contacto. Aquellos que se encontraban en el fondo, iban un poco húmedos, con algo de sangre y flema que salía de sus bocas. Eso llevaba aproximadamente unos 15 minutos".

La producción comenzó en Georgia, donde los realizadores encontraron un parque temático perfecto para el cierre de la película. "Ya había rodado en un par de ocasiones en Georgia y siempre tuve una buena experiencia con los equipos, a pesar de que tienen una escala mucho más pequeña", cuenta Fleischer. "Lo mejor de no rodar en Los Ángeles es la emoción que le provoca a la gente se parte de una película. No habría habido forma de que alguien con una mansión de Los Ángeles, como la que tenemos en la película, nos hubiera permitido rodar allí. Filmar en ese sitio fue un valor agregado a la producción".

El rodaje comenzó con la secuencia del Pacific Playland que es el punto culminante de la película. De hecho, fue Fleischer quien sugirió la idea de que la batalla final fuese en el parque. "Una vez que Ruben hiciera la propuesta, eso se convirtió súbitamente en el ancla de la película", cuenta Reese. "Se convirtió en el cajón de arena donde jugar en términos de escribir acción y eso es algo que Paul y yo disfrutamos mucho".

¿Por qué un parque de diversiones? "Es una especie de deseo cumplido", explica Fleischer. "Ese es el lugar que Little Rock amaba de niña, y en un mundo post-apocalíptico donde puedes hacer lo que quieras e ir dónde quieras, Wichita solo quiere ayudar a que su hermana reviva un atesorado recuerdo de infancia".

Una vez que los realizadores se instalaron en la localización que sería la doble del Pacific Playland, los guionistas empezaron a adaptar el guión al parque. "Junto con Michael Bonvillain, nuestro director de fotografía, Maher Ahmad, el diseñador artístico y George Aguilar, el director de segunda unidad y coordinador de escenas de especialistas, caminamos a lo largo del parque. Nos pareció un paseo genial y pensamos, ‘¿no sería estupendo si Woody o Jesse hicieran esto o aquello?"

A pesar de que pudiera parecer que rodar el final de la película al principio fuese una desventaja para los actores, Harrelson apunta que fue justo al contrario. "Me ayudó a racionalizar mi interpretación", cuenta. "Porque estábamos rodando acción por lo que no ‘explorábamos la escena’, así que teníamos solo unos segundos para reaccionar en personaje antes de cortar. Y eso me ayudó mucho a entrar en el estado mental de mi personaje y también a cuajar como equipo mientras estábamos allí".

"La gente del parque era increíblemente colaboradora, realmente se esforzaban porque tuviéramos todo lo que necesitábamos", cuenta Fleischer. "Había operadores en cada una de las atracciones que aparecían en la película, debajo, detrás, trabajando con nosotros durante la noche para que pudiéramos rodar todas las tomas necesarias".

Fleischer cuenta que trabajar con un equipo de tanto talento fue una experiencia inestimable para un director primerizo. "No quiero sonar pretencioso –sé que esto es una comedia- pero esta gente ha hecho una película más cinemática que una comedia promedio. Cada toma hecha por Michael me impresionó, él sube el listón. Y los diseños de Maher son increíbles, él diseñó la tienda de ultramarinos desde cero, fue asombroso, pero lo que realmente me pareció alucinante fue la escena en la que Columbus y Tallahassee se conocen en la autopista. Tenemos 75 coches, 30 restos y un barco… la escala de destrucción y devastación es un valor de producción muy serio. Me considero muy afortunado de haber trabajado con gente así".

En el último día de rodaje, el equipo estuvo en Los Ángeles, reunido frente al icónico Teatro Chino Grauman de Hollywood, donde los cuatro sobrevivientes se encuentran con un contingente de zombis de la costa oeste.

Hollywood Boulevard se cerró al tráfico a las 3 de la mañana para que el departamento de arte pudiera transformar la multitudinaria atracción turística para una escena post-apocalíptica de devastación y abandono. A medida que la mañana avanzaba, las multitudes comenzaron a agruparse para ver cómo los actores se enfrentaban a la amenaza y escapaban en un todoterreno amarillo. Desde luego nada mal para terminar.