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El libro de Eli cartel reducidoEl libro de Eli(The book of Eli)
Dirigida por Allen Hughes, Albert Hughes
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Una película de los hermanos Hughes. La película está protagonizada por el dos veces ganador del Oscar® Denzel Washington (Training Day (Día de entrenamiento) [Training Day], Tiempos de gloria [Glory]), Gary Oldman (El caballero oscuro [The Dark Knight], y las películas de Harry Potter), Mila Kunis (Paso de ti [Forgetting Sarah Marshall]), Ray Stevenson (Punisher 2: Zona de guerra [Punisher: War Zone]), Jennifer Beals (L [The L Word] de la cadena Showtime), Frances de la Tour y Michael Gambon (ambos en Harry Potter y el cáliz de fuego [Harry Potter and the Goblet of Fire]).

El libro de Eli ha sido dirigido por los hermanos Hughes (Infierno en Los Angeles [Menace II Society], Dinero para quemar [Dead Presidents]) sobre un guión de Gary Whitta. Está producida por Joel Silver, Denzel Washington, Broderick Johnson, Andrew A. Kosove y David Valdes. Steve Richards, Susan Downey y Erik Olsen han sido los productores ejecutivos, y Steven P. Wegner, Yolanda T. Cochran y John David Washington los coproductores.

El equipo creativo ha estado formado por el director de fotografía Don Burgess, la directora artística Gae Buckley, la montadora Cindy Mollo y la diseñadora de vestuario Sharen Davis. El supervisor de efectos visuales ha sido Jon Farhat. La música ha sido compuesta por Atticus Ross y la supervisión musical ha estado a cargo de Deva Anderson.

"Un día escuché una voz que parecía surgir desde dentro de mí.
Me guió hasta un lugar… Allí encontré
este libro enterrado entre los escombros…
Y la voz me dijo que lo llevara hacia el oeste"
.

"Lo que nos gustó de esta historia es que además de ser una aventura de acción también habla sobre el compromiso, el sacrificio, la supervivencia y la naturaleza humana", cuenta Allen Hughes, quien, junto con su hermano gemelo, Albert, ha dirigido El libro de Eli. Es la quinta película hecha por la pareja de hermanos, quienes hicieron su prometedor debut a los 20 años con el poderoso y aclamado drama urbano Infierno en Los Angeles (Menace II Society).

Albert Hughes afirma: "El libro de Eli nos lleva hasta un futuro diezmado, ya sea por la guerra, por desastres nucleares o naturales, o alguna combinación de factores, el porqué no tiene importancia. La devastación es total y esto nos ha dado la posibilidad de especular acerca de cómo sería el mundo y cómo se las arreglaría la gente si todos los suministros hubieran sido borrados de la faz de la tierra y hubieran sido obligados a vivir de forma primitiva. Habría mucho de ‘sin ley’. Pero con el tiempo, aparecerían algunos valientes que recuperarían el sentido del propósito y asumirían el liderazgo".

Eli es uno de esos pocos. En un tiempo en donde la gente es o cazador o presa, él se atreve a ser un hombre libre, un hombre comprometido con lo que cree y con lo que hace, y determinado a llevarlo a cabo. Pero el precio que paga por seguir su conciencia es brutal. Sin respiro, sin hogar… casi todos los días implican un nuevo peligro y más peleas en contra de las fuerzas que le arrastran a él y a todo aquello que queda de la sociedad a un abismo aún más profundo.

Cuando se le propuso inicialmente el papel de protagonista a Denzel Washington le atrapó tanto la historia que firmó también como productor. "Es un viaje interesante", reconoce el actor. "Eli es un hombre en una misión muy importante que ha perseguido durante largo tiempo. Cuando lo encontramos, se encuentra casi al final de su misión pero las pruebas más difíciles aún están por llegar".

Quién es exactamente Eli -de dónde viene y hacia dónde va- permanece durante largo tiempo e intencionadamente como un misterio. Allen Hughes explica: "Un personaje como Eli, el enigmático guerrero solitario, es casi mítico. Sabes que hay una gran historia detrás, pero no debería ser enteramente revelada, y Denzel estuvo muy alerta para hacer pequeñas cosas que arrojaran un poco de luz hacia su pasado pero sin verbalizarlo. Una de sus ideas para Eli fue tener una cicatriz de quemadura en la espalda como marca de la catástrofe a la que ha sobrevivido. Él fue muy bueno dando pinceladas acerca de ese tipo de detalles que le agregaran un aire místico a Eli".

"Denzel se metió dentro del alma de la película, llevándola más allá de la acción y la descarga de adrenalina", afirma el productor Broderick Johnson. "Su interpretación hace que quieras andar junto a él, que te identifiques con la odisea de Eli y con los obstáculos con los que se encuentra".

Andrew A. Kosove, productor socio desde hace largo tiempo de Johnson, agrega: "Uno de los temas de la película es creer que uno puede hacer algo que hay que hacer y llevarlo a cabo. Eli tiene por delante un duro camino que recorrer, literalmente, pero él cree que puede hacerlo. Tiene una gran fe en lo que está haciendo y eso es lo que le mueve".

Y si bien es esta convicción la que mantiene a Eli centrado, son sus rápidos puños los que le mantienen con vida.

El productor Joel Silver, la fuerza motora detrás de algunos de los filmes de acción más memorables de Hollywood, puntualiza la dualidad del personaje. "Tiene una misión que cumplir. Si alguien trata de interponerse o de detenerlo por cualquier razón, entonces él hará simplemente lo que sea necesario para pasar sobre ellos. Creo que te inclinas por perdonar sus acciones porque, en el fondo, es un hombre honesto y pacífico, y su misión para él es lo más importante del mundo".

"Parte de lo que hace a Eli heroico es su enfoque hacia el futuro. Constantemente va hacia adelante", apunta el productor David Valdes. "Soy un amante del cine. Y me apasiona la clásica pelea del bien contra el mal, y especialmente me encantan los héroes que creen en el futuro con tanta intensidad como Eli. Porque habla de la esperanza".

"No es como los demás. No podrás hacer que haga lo que tú quieras".

El obstáculo más formidable de Eli es un hombre llamado Carnegie. Tal como Eli, es una de las pocas reliquias vivientes del "tiempo anterior" y carga con el recuerdo de saber cómo eran las cosas antes. "En un momento de la película Eli lo explica en una frase: ‘La gente se mata la una a la otra por cosas que solíamos tirar a la basura’, y se refiere a elementos básicos como jabón o cerillas, que ahora son escasas y tienen un gran valor", revela Albert Hughes.

A diferencia de Eli, Carnegie ha dedicado los últimos 30 años a amasar un brutal imperio a partir de las ruinas de un pueblo abandonado y su ambición de poder ha crecido. Se ha acostumbrado a obtener todo lo que desea, y lo que ahora quiere es el libro que Eli lleva en su mochila, una Biblia, que se cree es la última que existe en la Tierra.

"Entre esos dos hombres completamente opuestos existe una gran dinámica ‘mano a mano’ . Los dos quieren lo mismo por razones muy diferentes, y están igualmente decididos a salirse con la suya", explica Silver.

En su papel como realizador, Washington contribuyó de forma significativa en el desarrollo del enemigo de Eli. "Denzel comenzó a darle carne al papel de Carnegie, primero en preproducción, diciendo: ‘El tipo bueno es solo tan bueno como el malo es malo’", recuerda Allen Hughes. "Hablamos mucho acerca de si Carnegie era un verdadero villano o simplemente un hombre atrapado en un tiempo descarnado que se comporta de esa manera como medio para un fin. Con Carnegie, las cosas no son blancas y negras, sino grises. El remanente que tiene de humanidad es lo que lo hace aún más impredecible".

Washington y los hermanos Hughes estuvieron de acuerdo en que el actor que diera vida a Carnegie debía representar un gran desafío para Eli y eso les llevó hasta Gary Oldman. Washington asegura: "Gary es un campeón de actores y como adversario, quería tener al mejor".

Albert Hughes también menciona el "travieso sentido del humor" de Oldman. "Él y Denzel inyectaron cierta levedad en momentos de mucha tensión en la pantalla. Es una historia seria, pero no es aburrida, especialmente cuando tienes a estos dos, uno frente al otro".

"Siempre ha valorado una batalla clásica", asegura Johnson. "Cuando Denzel Washington confronta a un enemigo en la pantalla, sé que es una película con la que voy a disfrutar".

"Carnegie es esencialmente un dictador", opina Oldman. "Ha construido esta ciudad a través de la violencia, y del control de un elemento vital, el agua, porque recuerda cómo encontrarla. Pero también es listo. Tiene una filosofía. Carnegie conoce el libro que Eli lleva y es consciente de lo que puede lograr porque es parte de su propia niñez. Él mismo ha estado en su busca durante años. Estos dos hombres tienen la misma obsesión por este libro, aunque una proviene de un buen lugar y la otra de un sitio más oscuro".

Una cuestión esencial que plantea la historia es, ¿qué es lo que contribuye a construir una civilización? En tanto que Eli cree que la Biblia servirá como la base para crear una nueva sociedad, justa e igualitaria, una oportunidad para empezar de nuevo y evitar los errores del pasado; Carnegie ve en ese mismo texto el poder para controlar a la gente y expandir su dominio. Los dos están de acuerdo en el poder inherente de las palabras que yacen entre las tapas del libro, pero tienen una visión diametralmente opuesta de cómo debería de ser utilizado ese poder.

Carnegie no tiene ningún reparo en eliminar a Eli, pero al mismo tiempo, no puede evitar sentirse intrigado por ese extraordinario hombre que se atreve a oponérsele, a diferencia de los analfabetos esbirros que son sus empleados o las desahuciadas almas que deambulan por el páramo. Es como si por fin hubiera encontrado un adversario de su altura y debiera de saborear el momento. "Eli tiene una presencia poderosa. Es firme, decidido y sereno", agrega Oldman. "Carnegie jamás ha visto a nadie como él".

Washington asegura: "Eli no capitulará y Carnegie no acepta un no por respuesta. Carnegie lo reta a todos los niveles. Esto se convierte en una gran batalla de voluntades".

También se convierte en una lucha de artillería pesada cuando Carnegie lanza un ataque a gran escala sobre el hombre al que con sorna llama "el caminante".

El conflicto de estos dos hombres juega un papel fundamental en la pugna básica por la supervivencia que afecta a todos los que los rodean, y ese es otro de los temas que explora la película. El guionista Gary Whitta en una ocasión asistió a un curso práctico de supervivencia de dos días en el que aprendió algunas escuetas verdades que le sirvieron como inspiración a la acción de la pantalla. "Lo primero que aprendes es que no hay placer. Puede ser que tengas algo para beber o comer que normalmente jamás tomarías en consideración, pero finalmente todo se reduce a que harás lo que sea necesario para mantenerte con vida y eso es algo que proviene de lo más básico de la naturaleza humana".

"Cuando la gente vuelve al nivel primitivo, el verdadero carácter emerge y cada conflicto es aún más dramático", observa Allen Hughes. "Los simples intercambios pueden ser potencialmente cosa de vida o muerte".

"No tengo pensado quedarme. Hay un sitio al que debo llegar".

A pesar del singular objetivo de Eli, Washington cree que parte de su viaje tiene que ver con lecciones que él no sabe que necesita aprender. "Cuando Eli cruza el pueblo de Carnegie, se convierte de forma no deseada, en el centro de atención, no solo por parte de Carnegie, quien quiere destruirlo, sino también de la hija adoptiva de Carnegie, Solara, un ser inocente que le recuerda que ser humano implica tratar con otros seres humanos. En su deseo por proteger el libro, no piensa en nada más, pero parte de su responsabilidad puede ser también la de abrirse a los demás y dar más. Él ha sido el elegido para llevar el libro pero además debe recordar que debe llevar su mensaje. Esta podría ser la prueba final de su particular misión y es muy reacio a enfrentarse a ella".

La familia de Carnegie se compone de su pareja de hecho Claudia, que es ciega, y su hija Solara, ambas rescatadas por él de las malas tierras y a las que continúa protegiendo, aunque frecuentemente esa benevolencia está teñida de su propio interés.

Mila Kunis, que interpreta a Solara, destaca: "Carnegie las mantiene a salvo, pero prácticamente son sus esclavas. Solara es una chica inteligente, un espíritu joven y fuerte. Ella cree que existe algo más en la vida que este pueblo, pero hasta que conoce a Eli no siente la inspiración necesaria para escapar. Solara está fascinada y atraída por él. Quiere aprender de él, seguirlo a donde quiera que vaya y explorar el resto del mundo".

Los realizadores reconocieron en Kunis la habilidad de transmitir vulnerabilidad mezclada con audacia y optimismo, todo lo que define a Solara a medida que se aventura dentro del reino que se le ha negado durante tanto tiempo. "Mila es explosiva", afirma Albert Hughes. "Interpreta a Solara de tal manera que la ves crecer, y lo hace con rapidez una vez que se libera del control de Carnegie".

Solara tiene un fuerte vínculo con su madre, Claudia, interpretada por Jennifer Beals. Juntas, las dos mujeres aguantan los malos tratos y el mal carácter de Carnegie para salvarse la una a la otra. Beals explica: "Claudia vive por su hija. A través de su relación con Carnegie puede garantizar la comida, la ropa y ciertas necesidades básicas para Solara que para otra gente son inimaginables. Si Carnegie es el rey del lugar que ha creado, Claudia es su impotente reina".

Albert Hughes elogia a Beals: "Interpreta toda su torturada historia a través del rostro. No hay muchos diálogos así que ella comunica mucho a través del lenguaje corporal y de sus expresiones".

Tal como le ocurre a Solara, Claudia también reacciona de manera especial ante la llegada de Eli. "Él es la primera persona, además de Solara, que le muestra profunda amabilidad y le recuerda lo que la civilización era cuando la gente era capaz de comportarse", continúa Beals. "Es una luz de esperanza y le da fortaleza. El hecho de que Eli le haga frente a Carnegie es emocionante para ella porque es algo que ella desearía hacer pero que no es capaz".

Otra persona a la que le hubiera encantado hacerle frente a Carnegie es su mano derecha, Redridge, interpretado por Ray Stevenson, que describe su papel como: "El que hace el trabajo sucio de Carnegie y su guardaespaldas personal, entre otras cosas. Hace lo que se le dice pero te das cuenta de que está a la espera de su momento. Tiene sus propias intenciones".

Cuando se descubre que Eli y Solara han dejado el pueblo, Carnegie ordena a Redridge su búsqueda y destrucción. Este puede ser el momento que Redridge ha esperado durante largo tiempo.

Al mismo tiempo, en el páramo más allá de las fronteras de Carnegie hay dos personas que han concebido su propia y única manera para superar las dificultades diarias de su existencia: George y Martha. Michael Gambon y Frances de la Tour interpretan al matrimonio feliz que tiene una gran habilidad para la supervivencia.Excéntricos, incluso para esos extraños tiempos, la pareja vive en una pintoresca cabaña meticulosamente decorada, con un sofá, cojines bordados y cuadros con fotos en las paredes, una chocante anomalía en esa desolada tierra donde no existe ninguna estructura en pie en muchos kilómetros a la redonda. "Ellos han tratado de retener parte de la antigua vida a través de un viejo gramófono y tazas de té de loza china", cuenta de la Tour. Pero como muchas otras cosas en El libro de Eli, puede ser que no sean lo que parecen. "Cuando alguien se presenta a su puerta, son tratados como una amenaza. George y Martha piensan que todos son una amenaza. Porque ellos lo son".

"Si me pones otra vez la mano encima, despídete de ella".

El muy experimentado coordinador de escenas de acción, Jeff Imada (El ultimátum de Bourne [The Bourne Ultimatum], El club de la lucha [Fight Club]), fue quien orquestó las explosivas confrontaciones que revelan la amplitud de las habilidades de supervivencia adquiridas por Eli con gran esfuerzo. "En El libro de Eli veremos algunas peleas de calle. Mucha artillería, algo de pelea con cuchillo, espada y palos; se verá a Eli utilizando lo que lo rodea para defenderse, enfrentándose a múltiples oponentes que van hacia él como una jauría de lobos en algunos momentos, y en otros uno a uno. Todo vale", afirma el coordinador de especialistas.

La preparación para estas brutales secuencias certifican la dedicación de Denzel Washington quien invirtió varios meses de duro trabajo con algunos de los mejores entrenadores de la industria para lograr la credibilidad y la fluidez de la acción que los realizadores querían, que implicaba realizar las escenas en una sola toma sin el apoyo de un doble.

"Denzel realmente asumió la responsabilidad", afirma Allen Hughes. "Hay una gran cantidad de escenas con una gran exigencia física y no cortábamos para hacer que él se viera bien. Tuvo que hacerlo todo seguido y lo logró por completo. Fue increíble".

Trabajar con el muy conocido maestro y practicante de artes marciales Dan Inosanto, protegido de Bruce Lee, implicó someter a Washington a lo que Imada llama "inmersión total". Esta disciplina no era extraña al actor, quien se entrenó durante un año con el boxeador Terry Claybon para su interpretación de su papel nominado al Oscar® como campeón de los pesos medianos, Rubin "Hurricane" Carter en Huracán Carter (The Hurricane), y continuó utilizando este deporte para mantenerse en forma. "Pusimos a Denzel en cursos intensivos en todas los diferentes aspectos y técnicas de lucha para luego unirlos y obtener el resultado final, que es una combinación de una amplia gama de estilos de artes marciales y combate cuerpo a cuerpo", afirma Imada.

Desde la perspectiva de Washington esto representó una oportunidad. "Fui afortunado de poder trabajar con expertos como Jeff y Danny, uno de los grandes maestros de artes marciales. Fue un desafío y una gran diversión entrenar con estos tíos en la academia y tengo el respeto más profundo por lo que hacen. Juntos, trabajamos en el estilo de lucha de Eli que es una amalgama de destrezas que ha desarrollado por el camino más difícil, en la calle".

"Denzel también aprendió como manejar la espada como un experto, como si fuera una extensión de su brazo", afirma Albert Hughes. La elección del arma de Eli fue originalmente concebida como una espada estilo samurai, pero Washington y los hermanos Hughes optaron por algo más corto, un híbrido de machete, con un diseño menos formal que se ajustaba mejor a las circunstancias de un viajero solitario, algo que pudiera ocultar con facilidad en su mochila y a lo que pudiera recurrir con rapidez cuando lo necesitara.

Tanto la apariencia como la funcionalidad del ecléctico arsenal y de estilo de lucha de Eli son parte de su personaje. Obligado a viajar ligero, debe utilizar todo aquello que ha aprendido y todo lo que ha ido juntando a lo largo del camino con el efecto máximo, ya sea para sobrevivir un días más o para servir a su gran propósito. Este acercamiento pragmático se extendió desde la interpretación a la dirección artística, pasando por el vestuario y los objetos de utilería. En manos de Eli, un cuchillo no solo es un arma defensiva sino que además sirve para cazar y limpiar.La respuesta de Eli a los hombres de la autovía, a los esbirros de Carnegie y a todos aquellos que lo atacan es a la vez instintiva y visceral y es donde entra en juego todo el conocimiento que tiene acumulado. "Tiene que ser capaz de superar a sus adversarios con eficiencia pero dar la impresión de no haber sido entrenado en ningún sistema específico", explica Imada, quien se esfuerza por organizar cada escena como si no estuviera coreografia
da, "donde la gente lo agarra y tira de él, lo golpea y patea, todo al mismo tiempo".

El guionista Whitta afirma, "Es esencial que Eli no fuera un veterano de combate o un súper soldado que tuviera habilidades extraordinarias. Queríamos que fuera cualquiera, un hombre común. A través de él y de lo que es capaz de hacer, se puede ver cómo la gente ha tenido que adaptarse para mantenerse con vida. Denzel entendió que el público tenía que creerse las escenas de lucha dentro del marco del personaje y la historia".

- Quiero ver cómo es el resto del mundo.
- No. No quieres.

Las primeras escenas de la película presentan al espectador una realidad perturbadora a medida que Eli pasa junto a cuerpos en distintas fases de descomposición dentro de vehículos saqueados y quemados que cubren la carretera. Solitarios kilómetros se extienden hacia adelante y hacia atrás, en lo que los realizadores denominan como la Autovía de la Muerte. Es un mundo al que Joel Silver describe como "futurista y completamente devastado, un lugar surreal y extraño con una funcionalidad minimalista".

"Supimos que los hermanos Hughes le aportarían un estilo visual muy distintivo que es parte fundamental de la acción y de los temas de la película", asegura Broderick Johnson.

David Valdes explica: "El reto fue crear esta primitiva existencia dentro de 30 años. Habitualmente, en un filme futurista piensas en un coche y tratas de imaginar como será, o cómo se verá una batidora en unas décadas. En Eli, la idea fue que el futuro tiene las cosas mecánicas más rudimentarias, reliquias del pasado que aún funcionan".

Los realizadores imaginaron un paisaje descarnado y decadente que resultara dramático pero también realista en la descripción de cómo se vería la tierra después de una calamidad de esas proporciones. "Investigamos sobre el material que tendría este tipo de impacto en el medio ambiente, ya sea nuclear o biológico, o incluso cenizas de un súper volcán", explica Allen Hughes. "¿Qué pasaría a una planta o a un animal, qué pasaría con el comportamiento climático, la formación de las nubes? ¿Qué grado de descomposición habría? ¿Cómo sería un futuro así?"

"En algunas cosas estuvo inspirado en el imaginario de la novela gráfica, aunque la historia no tiene esos orígenes", agrega Albert. "Utilizamos artistas del cómic como Tommy Lee Edwards, Chris Weston y Rodolfo Dimaggio para que nos ayudasen a darle la ambientación general a la película: el color, los personajes, los decorados y las localizaciones… una especie de guión visual". Los exhaustivos dibujos evolucionaron hacia un conjunto de libros de referencia que establecieron el tono para cada uno de los departamentos, desde preproducción y música hasta las variaciones del color. "El reparto y el equipo podía mirarlos e instantáneamente captar la sensación de la película".

Utilizando la estrategia de dividir la carga del trabajo, tal como lo hacen con frecuencia, Allen pasó mucho de tiempo de la fase de preproducción supervisando el casting y el guión en Los Ángeles mientras Albert se centraba en temas específicos como el diseño artístico y la dirección de fotografía junto con Valdes en las localizaciones, siempre manteniendo una comunicación constante.

"Allen y Albert tienen una sociedad sin fisuras. Se complementan el uno al otro tan bien, y cada uno tiene tanto que aportar, que el resultado es exponencial", afirma Andrew A. Kosove.

La producción rodó en varias localidades de Nuevo México, principalmente cerca de Alburquerque, así como en las carreteras de Cochiti Pueblo. También utilizaron el Monumento Nacional White Sands y el Rancho White Sands en la parte sur del estado por sus características: cielos abiertos y sus grandes extensiones.

Pero toda esa perfección topográfica también tiene sus inconvenientes, como las tormentas de polvo cegadoras de más de 100km/h. "Condiciones meteorológicas extremas pueden surgir de la nada. Puede ser un día sereno y soleado y un minuto después se desata una escena de El mago de Oz (The Wizard of Oz) donde la casa levanta vuelo", recuerda con buen humor Allen Hughes.

A pesar de su austeridad natural, el material de exteriores necesitaba de un ajuste digital, tarea que fue confiada al supervisor de efectos visuales Jon Farhat (La máscara [The Mask]), quien cuenta: "Incluso en las tomas de las partes más desiertas de Nuevo México, siempre hay salvia y plantas rodadoras. Los directores querían un entorno completamente desnudo. Esencialmente, cada plano exterior de la película fue modificado, desde el horizonte hacia arriba y detrás de todo lo que había en el suelo".

Los efectos visuales también realzaron la sensación de movimiento y urgencia que los hermanos Hughes querían. Farhat afirma: "En esta atmósfera frágil, el cielo tenía que moverse a mayor velocidad de lo que lo hace normalmente. Las nubes eran un elemento significativo del diseño. Durante gran parte de la película se mueven en sentido contrario al avance de Eli, indicando que se dirige al oeste".

Después de experimentar un poco, los directores y el director de fotografía Don Burgess, eligieron rodar El libro de Eli con una RED Digital Camera, que graba directamente en una memoria flash o en un disco duro. "Con los ordenadores instalados en el trailer, tuvimos la posibilidad de ajustar el color después de cada escena y proyectarla inmediatamente en una pantalla. Nos mantuvo en sintonía con los cambios de color y de textura que haríamos en postproducción", explica Burgess.

Color y textura también fue donde se centró la diseñadora artística Gae Buckley, que volvía a trabajar con los productores Johnson y Kosove después de The Sisterhood of the Traveling Pants 2. "Gae trabajó con nosotros en un tipo de película completamente diferente", cuenta Kosove y agrega: "Pero sabía que era capaz de crear el mundo de Eli. El trabajo que ha hecho es magnífico. Los decorados eran espectaculares; a cualquier sitio que miraras lo que veías era un universo post-apocalíptico".

Buckley diseñó los decorados en los platós de Alburquerque Studios, y también una carretera abandonada con algunos elementos para que funcionaran con pantallas verdes en la parte trasera del estudio. También supervisó la construcción de la casa ocupada por George y Martha en una desolada estribación del desierto a poca distancia del estudio. Pero su diseño más exhaustivo fue el pueblo de Carnegie.

"Buscamos una pequeña comunidad en el área a la que les faltaran algunos edificios para poder construir algunas estructuras en ruinas", explica Buckley, que encontró lo que necesitaba en el pueblo de Nuevo México, Carrizozo, con una población de 1.036 habitantes. Allí creó una calle que se extiende entre dos avenidas e instaló, a ambos lados de la calle, falsas fachadas sobre edificios ya existentes o nuevas estructuras donde había solares, basados en fotografías históricas de lugares arrasados por la guerra. La joya de la corona fue el Orpheum Theatre, que funciona como hogar de Carnegie y su base de operaciones, y se encontraba relativamente bien conservado gracias a su construcción en ladrillos. Es allí donde Eli y Carnegie se tantean por primera vez.

En cuanto al tema artístico de la decadencia en la pantalla, Buckley admite: "Me encanta trabajar con paredes que se desmoronan y sus siluetas, crear las diferentes texturas con capas de pintura y escombros. Nuestros pintores eran extraordinarios. Cada una de las superficies tenía entre cuatro y cinco colores: la base, luego la que se descascara y encima la envejecida. Supuso una cantidad enorme de trabajo".

El interior del teatro fue construido en un plató, un elaborado edificio de dos plantas con un balcón circular y un bar que es donde se produce una de las grandes escenas de pelea. Otro decorado poco habitual fue un inhóspito bosque sin hojas que Buckley construyó bajo techo, con árboles muertos obtenidos de un reciente incendio en el bosque Manzano de Nuevo México, con la cooperación del servicio forestal .

Tal como lo hace la primera escena de la película, el bosque también muestra inmediatamente la brutalidad y crudeza de lo que rodea a Eli, y ayuda a definir al hombre en sí mismo: listo, con recursos, capaz de utilizar todo lo que encuentra para poder sobrevivir. Sugiere los sacrificios y los riesgos que entraña ese tipo de existencia.

"Creo que hay elementos instintivos de la naturaleza humana con la que cualquiera se puede identificar. Nuestra esperanza es que el público sienta una conexión emocional con esos personajes y conserven ese sentimiento con ellos", expresa Albert Hughes.

Allen concluye: "Lo que nos gustaría que le quedara a la gente de El libro de Eli es la apreciación de la vida y de lo preciosa que es. Es una historia con temas universales como la fe, el compromiso, el sacrificio y finalmente la esperanza. Esos son los elementos que originalmente nos atrajeron y hemos tratado de hacerles justicia".