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Dance Movie - Despatarre en la pista cartel reducidoDance Movie - Despatarre en la pista(Dance flick)
Dirigida por Damien Dante Wayans
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La idea para "Dance Movie- Despatarre en la pista" surgió de una combinación de sugerencias del joven Damien Dante y Craig Wayans y del tío de ambos, Shawn, al último de los cuales se le atribuye ser el iniciador de los nuevos conceptos de los Wayans. "Shawn es como un motor de arranque automático", dice su hermano Marlon. "Cuando se trata de aportar ideas, es como un sabio idiota. Mayormente idiota", dice con una risita burlona.

Las ideas para los proyectos de los Wayans surgen en los lugares y momentos más inesperados, dice Marlon. "Shawn me llamaba a cualquier hora de la madrugada para contarme una idea, y yo le decía: 'Vaya, eso es gracioso', y empezábamos a trabajar a partir de ahí".

Así pues, ¿por qué hacer una parodia de las películas de baile? "Acababan de estrenarse un montón de películas de baile realmente buenas, como 'You Got Served', 'Step up' y 'Ritmo salvaje'", dice el productor Rick Alvarez, socio de los hermanos Wayans desde hace mucho tiempo. "Pero todas estaban empezando a contar las mismas historias. Todas hacían la misma clase de bailes, y empezaban a parecer todas lo mismo. Sencillamente, nos dimos cuenta de que era el momento".

"Las películas de baile son increíbles", dice el actor cómico Affion Crockett, que interpreta en la película a A-Con, un aspirante convicto. "Pero la interpretación por lo general es pésima, y no hay una línea argumental. Es como que uno se encuentra con un par de chavales que están tirados y desorientados, y de repente bailar les resuelve la vida".

No fue sólo la preponderancia de las películas de baile en los cines, sino también en programas de televisión como "Dancing with the Stars" y "So You Think You Can Dance" lo que impulsó a los Wayans a pasar a la acción. "'Dancing with the Stars' tiene un montón de estrellas y cantantes de película de serie B", observa Damon Jr. "No hay más que ver a Heather Mills: todo el mundo quería ver volar a esa pierna. Yo lo veía y pensaba: 'Vamos, sólo una vez, simplemente déjala resbalar sobre el suelo y conviértelo en un paso de baile'". Y añade simplemente: "Últimamente ha habido tanto baile presente en nuestra cultura que alguien tenía que hacer alguna broma al respecto".

La parodia es, al parecer, un modo de vida para los Wayans. "Detectan tendencias y cosas que ya no están en su momento álgido, sino que están en un momento en el que casi se han convertido en parodias de sí mismas", dice Álvarez. Damon concuerda: "Simplemente observan una tendencia y actúan en consecuencia: 'Alguien debería bromear sobre esto'".

Crockett añade: "Los Wayans tienen una forma especial de tomarse las películas que uno ha visto en el cine, ésas en las que uno ve una escena y piensa: 'Vaya, eso ha sido una cursilada, pero, ¿qué sucedería si pasara esto otro? Habría sido más gracioso'. Conocen la forma de explotar eso y de transmitirlo a la pantalla y hacer los chistes".

Una vez que un proyecto está en marcha, el equipo de los Wayans se pone a trabajar, empezando por seleccionar las películas que van a parodiar, clásicos como "Flashdance" y "Fama", así como la mayor parte de las más recientes, como "Espera al último baile" y "High School Musical".

"Buscamos la mejor historia que encajara en el género", explica Craig. "Muchas de las otras parodias toman lo que sea de las grandes películas, y punto, y lo mezclan todo y dicen que es de género, cuando no lo es. Nosotros en cambio nos empapamos bastante del género y nos lanzamos a por ello y a divertirnos".

Como podría esperarse, una reunión de los Wayans, con todos ellos viendo películas y buscando momentos para inspirarse, es algo que nadie querría perderse. "Es como ir al cine con una panda de adolescentes", describe Craig, "y un puñado de bebidas energéticas y golosinas, y uno escucha a la gente hablando alrededor y haciendo bromas de lo que sale en la pantalla".

El entorno dista mucho de la habitación normal de un escritor. "He visto las habitaciones de otros escritores y son aburridas", añade. "Con nosotros, en realidad no parece un trabajo. Estoy con mi familia, con mis mejores amigos, y lo único que hacemos es reírnos, hacer chistes y apuntarlo todo en un papel".

El grupo se reunía en casa de Keenen o de Shawn, o donde fuera oportuno, para revisar las parodias potenciales. "Si alguien tenía un gag en forma de monólogo, seguíamos por ese camino y, tarde o temprano, simplemente lo escribíamos", continúa Craig. "Salíamos juntos todo el tiempo, así que, incluso cuando íbamos a algún sitio a divertirnos, podíamos trabajar hasta que fuera hora de divertirse y luego seguir trabajando. De esta manera, se obtiene el mejor material de cada uno".

El horario para sugerir chistes no se limitaba necesariamente a las horas diurnas. "Nos llamaban muchas veces a las tres de la madrugada", dice Craig. "Podían ser las 3 de la madrugada y llamaba Shawn, diciendo: 'Oye, tío, estaba haciendo esto y aquello y sucedió tal cosa. ¿No quedaría gracioso en la película?'. Y yo le contestaba: 'Oye, ¿no podrías esperar hasta mañana? ¿No has oído hablar de los cuadernos y los bolígrafos?'". Pero esa puerta funcionaba en las dos direcciones, confiesa Craig. "A veces, llamaba a alguien a las cuatro de la mañana y le decía algo gracioso, y me contestaban: 'Oye, tío, eso no es tan gracioso. Vuélvete a dormir. No llames para estas tonterías'".

Compilar grandes gags no es nada nuevo para los Wayans, cuyo trabajo tiene sus raíces en la comedia de sketches donde los gags se suceden. "Para ellos (la familia Wayans)", observa el coreógrafo Dave Scott, "hacer una parodia les ofrece la oportunidad de llegar a más destinos en un proyecto, sin necesidad de ceñirse a un género concreto. Pueden añadir una parodia de 'Crash' o de 'Black Snake Moan'. Eso les da la oportunidad de ser más alocados en un proyecto, porque no están constreñidos a hacer bromas solamente sobre una cosa".

"Un cine con el público riendo es todo lo que queremos", continúa Marlon. "Si conseguimos que se ría la gente sobre la que hacemos chistes, sabremos que hemos hecho un buen trabajo. No queremos ver a nadie llorando. Sólo queremos ver a la gente llorando de risa".


Añadiéndole comedia al baile
Al hacer el casting, los productores buscaban gente graciosa que supiera bailar, aunque no todos estaban preparados para el tipo de baile que iba a aparecer en la película. "La mitad de esa gente nunca había hecho algo así", dice Ricky Álvarez. "De hecho, ninguno había hecho algo así en una película".

El destacado coreógrafo Dave Scott fue reclutado para poner en forma al reparto y para diseñar los números de baile, una opción interesante dado que algunas de las películas que se parodian en "Dance Movie- Despatarre en la pista", tales como "Step Up 2," "Ritmo salvaje" y "You Got Served", son películas coreografiadas por Scott.

"Era como un doble reto para un coreógrafo, porque no sólo se están coreografiando escenas, sino que tienen que hacer referencia a lo que uno ha hecho, así como al trabajo de otros coreógrafos", explica Scott.

"En realidad es un gran cumplido para Scott", observa Shoshana Bush, "porque hizo un trabajo buenísimo en sus películas, y nosotros hacemos comentarios sobre su buen trabajo. Y ahora tiene la oportunidad de parodiar los números de baile que creó".

Hacer una parodia de una película de baile no es algo tan sencillo como pudiera parecer. "Cuando me metí en el proyecto", dice Scott, "pensé que iba a consistir en algo así como hacer el payaso bailando, en burlarse de ello, ya sabes, un baile horroroso, pero es buen baile, con comedia añadida".

"Era sumamente importante para la película contar con buenos bailes y estupendos pasos de baile", dice Marlon Wayans. "El baile de la mayoría de las películas que parodiamos es realmente bueno". Ricky Álvarez añade: "Esa es la diferencia que hace que no sea sólo una comedia, sino que sea una parodia de las películas de baile".

El truco era cómo hacer gracioso el buen baile. Scott revisó todas las películas originales, incluidas las suyas, buscando momentos en donde inyectar el humor marca de la casa de los Wayans. "Dave nos dio mucha información perspicaz sobre esas películas, y nos ayudó a encontrar los remates de las frases", dice Álvarez. "Marcó de verdad el tono para esas escenas".

"Lo más estupendo de Dave es que es muy colaborador", dice Damien. "Y consigue el chiste. Consigue la gracia. No es uno de esos tipos que hace su propia película individual. Entiende el chiste. Ya es mucho hacer unos movimientos de baile realmente geniales, pero es que además fue capaz de insuflarle comedia a los pasos de baile".

Scott le atribuye también al director el mérito de tener un conocimiento del baile superior a la media. "Damien no es bailarín, pero es muy aficionado al baile, así que tiene muchas cosas para aportar que uno, en principio, no esperaría", observa. "Solía decir: 'Quiero que esto sea así, quiero el sentimiento de esta película. Quiero el sentimiento de aquella otra película'. Se notaba que sus conocimientos no procedían únicamente de la investigación que había hecho. Era sólo que ya tenía aquellas diversas películas en su memoria porque las ve. Es un ferviente espectador de 'So You Think You Can Dance", así que le gustan de verdad distintos tipos de baile. Mi trabajo, entonces, consiste en interpretar lo que quiere de los bailarines".

Los Wayans y Scott trabajaron juntos para crear humor en la coreografía. "Me dieron todas las parodias de las diferentes películas en las que íbamos a trabajar. Yo sólo hice mi investigación y ellos le pusieron los toques cómicos", explica. "Fue algo muy educativo para mí porque yo sé coreografía, pero ellos me enseñaron a poner toques cómicos en el baile. Es interesante, porque lo que uno cree que puede ser gracioso, es gracioso durante un período mayor de tiempo dependiendo de dónde esté el toque cómico en los movimientos del baile. Y eso es lo que mejor se les da".

El siguiente reto era enseñar a los actores a hacer esos movimientos graciosos, sobre todo porque la mayoría no tenían una formación profesional como bailarines. "En el proceso del casting, muchos actores dijeron que tenían experiencia en bailar", dice riendo. "Mintieron".

Brennan Hillard sí que tenía una formación y había recibido una clase magistral de Scott. Essence Atkins tenía cierta experiencia de trabajos anteriores, pero en su mayor parte, el nivel de experiencia del reparto era mínimo.

"En mi prueba, Damien me preguntó: '¿Sabes bailar?'", recuerda Chelsea Makela. "Me acuerdo que pensé: 'No voy a perder este papel por haber dicho que no sabía bailar'. Así que le respondí: '¡Por supuesto que sé bailar!'"

Ross Thomas se encontró inesperadamente sorprendido a su llegada a su prueba. "Vi a todos aquellos tipos con cadenas en la sala de espera para las pruebas en Paramount, diciendo: '¡Sí, sí, soy Sinner 5, soy D Boy 6!', todos tenían esos nombres de bailarines. Y yo pensaba: 'Bien, soy Ross Thomas, y tengo que entrar ahí y hacer el ridículo delante de los Wayans ahora mismo'".

"No fue el mejor bailarín de los que probamos, pero fue el actor más gracioso", dice Rick Álvarez. "Así que le contratamos, y se esforzó al 120% en las secuencias de baile, y eso se nota en la película".

"Ross es un tipo que probablemente tiene como 20 amigos y todos le habían dicho que es torpe. Y entonces salió", dice Scott. "Pero lo que a Ross le falta en destreza al bailar, lo compensa de sobra con su energía".

"Damon sí que sabía bailar un poquito", dice Scott, "pero a él le parecía que no, así que hacía una especie de ruiditos cuando hacía un movimiento, para adaptar lo que pensaba que no estaba haciendo bien".

Como todos los Wayans, demostró ser un aprendiz rápido y un improvisador igualmente rápido. "Si le dejaba hacer y le decía: 'Sígueme', lo hacía a su manera. Y lo que él pensaba que era horrible en realidad era bueno, y funcionaba para él porque es gracioso. Era diferente, pero gracioso. Podía burlarse de mí, seguirme y hacer lo que creía que yo parecía, y ahí era donde entraba la comedia".

Para acelerarle el ritmo a los actores, Scott y su ayudante, Kristi Crader, les hicieron pasar una semana o dos en un campo de entrenamiento intensivo de primera clase. "Teníamos dos semanas de pre-producción, y nos quitamos los pañales bailando", recuerda Shoshana Bush. "Nos hacía entrenar duro. En realidad, a veces teníamos que cambiarlo casi todo en el último momento, y él seguía tan tranquilo. Simplemente llegaba y desplegaba su magia".

"Empezamos a llamarle 'el Cristo bailarín' porque hacía milagros", dice Damon Jr. de su maestro. "Consiguió que gente que era una mierda bailando pareciera que bailaban de verdad".