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Dos miradas cartel reducidoDos miradasDirigida por Sergio Candel
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El valenciano Sergio Candel operador de vídeo para televisión, guionista y realizador formado en el madrileño Taller de Artes Imaginarias, tiene a los treinta y tantos años cuatro películas en su haber (la cuarta recién filmada y en postproducción), que en total le han costado menos de 25.000 euros. Rueda cuando puede y como puede, con amigos actores y técnicos que no cobran, cámaras prestadas y sin un guión encuadernado.

Su segundo largometraje, "Dos miradas", llega a las pantallas comerciales después de un exitoso paso por festivales internacionales, que incluye premios en Nueva York (Estados Unidos), Isla Margarita (Venezuela), y Valencia, Albacete, Tenerife, Córdoba, y La Palma (España). Este drama casi sin diálogos ha sido igualmente presentado en los festivales de San Sebastián, Los Angeles (Outfest), Sydney, Gibara, Guatemala, Ourense y Reykiavik.

Dos miradas se rodó durante dos semanas en el Desierto de Atacama, en Chile, después de que viera fotos del lugar que hizo un amigo y le gustara la inmensidad del lugar. En broma dice su director que se trata de una "superproducción" porque el viajar con su escaso equipo (el cámara, el sonidista y dos actrices), el coche y la casa alquilada le salieron por 12.000 euros.


Entrevista con Sergio Candel

P: ¿Cómo surgió la idea de "Dos miradas"?

R: Un amigo del director de fotografía de todas mis películas, Xabi Iriondo, nos enseñó fotos de un viaje que había hecho a través de Chile, y el desierto de Atacama me fascinó. En aquel momento les dije: “Algún día iremos allí a rodar”. Era agosto… Y en octubre llegábamos a Chile. El punto de partida fue el deseo de hacer una película precisamente allí, de manera que la historia se forjó en función del presupuesto, que era muy escaso. Inicialmente pensé en hacer una “road movie” que iba a desarrollarse durante el viaje entre Santiago y San Pedro de Atacama, pero una vez sobre el terreno nos enfrentamos a un problema: la ropa que habían llevado las actrices era muy parecida, y yo quería que hubiera un contraste. Así que cambié el planteamiento y centré la acción en la casa que habíamos alquilado y sus alrededores, para que todo sucediera en un solo día.


P: Defíname la película en pocas palabras.

R: Silencio, amor y odio… Es una película sencilla, minimalista, con muy pocos elementos y dos únicos personajes. En este caso son dos mujeres pero podían haber sido dos hombres o un hombre y una mujer. Quizás me parecía que al ser dos personas del mismo sexo el resultado sería más radical, pero no había una voluntad clara de hacer un cine digamos "gay", sólo de contar una historia válida para cualquier orientación sexual. En este caso son dos personas, dos mujeres, que nunca habían expresado deseos homosexuales. Simplemente son amigas desde hace mucho tiempo y esa pulsión que surge inesperadamente es lo que mantiene a la vez el rechazo y la atracción.


P: ¿Realmente la hizo con 12.000 euros?

R: Sí. El rodaje en sí fueron 10.000 euros, lo que costó el viaje de Madrid a Santiago de Chile de las dos actrices, el sonidista, el cámara y yo, además del alquiler del equipo, un coche y de la casa donde rodamos, así como la manutención de todos durante dos semanas, que fue el tiempo que estuvimos allí. Luego, la postproducción se llevó los 2.000 euros restantes.


P: ¿Cómo consigue que la gente trabaje en sus películas sin cobrar?

R: Menos mal que existe gente que hace las cosas porque le apetece, por hacer algo nuevo, por experimentar y crecer personal y profesionalmente. Haciendo cine es como se aprende. Que este trabajo no esté remunerado no significa que no sea interesante. La gente aún quiere hacer cosas… Y pienso que yo les contagio con mi entusiasmo. Para los actores esta forma de trabajar se sale de lo que están acostumbrados, porque pocas veces pueden cambiar un guión, ni siquiera una frase. Aquí son creadores.


P: Usted trabajó en "Dos miradas" sin guión escrito. Imagino que la improvisación fue importante…

R: Sí, lo es. No hay guión en papel. Empiezo las películas con un punto de partida, con una situación... Algunas escenas las ensayamos primero con las actrices, ellas improvisaban y seleccionábamos determinadas frases, que apuntaban para el momento de rodar, y otras escenas se hicieron directamente ante la cámara. Hay que considerar que hay pocos diálogos en la película. En todas las que he hecho los actores proponen diálogos e incluso escenas enteras. Esto me parece importante. Todas las personas que están implicadas, actores o tecnicos, pueden aportar, pero claro, la decisión final de usar o no sus ideas es mía. Mis rodajes están vivos y despiertos a cualquier cambio.


P: Después de "Dos miradas" ha rodado otras dos películas.

R: Sí, una de ellas, "Historia de un director idiota" la acabo de terminar, y la otra, "Fernanda", estoy aún en la postproducción. La primera la rodé en septiembre del año pasado en Valencia. Es de cierta forma autobiográfica, aunque también tiene elementos de ficción. En ella trabajó mi familia y mis amigos, haciendo de sí mismos, y dos actores. A diferencia de "Dos miradas" tiene muchos diálogos, pero se hizo también sin guión, y se rodó –a diferencia del resto de mi producción, que es digital- en película, con cámaras de 35 mm y Super 16 que me prestaron. Por su parte, "Fernanda" se hizo el verano pasado en La Palma, durante el Festivalito, y es más parecida a "Dos miradas", también llena de silencios e intimista.


Ficha artística
Marta Larralde - Sofía
Pilar Alonso - Laura