Película protagonizada por Aaron Eckhart, Michelle Rodríguez, Ramón Rodríguez, Bridget Moynahan, Ne-Yo, y Michael Peña. Dirigida por Jonathan Liebesman. Producida por Neal H. Moritz y Ori Marmur. Escrita por Chris Bertolini. Los productores ejecutivos son Jeffrey Chernov y David Greenblatt. El director de fotografía es Lukas Ettlin. El director de producción es Peter Wenham. El editor es Christian Wagner. El supervisor de efectos visuales es Everett Burrell. La diseñadora de vestuario es Sanja Milković Hays. La música es de Brian Tyler. Los créditos no son definitivos.
En Invasión a la tierra fuerzas desconocidas atacan el planeta tierra. La población mundial presencia como caen una tras otra las grandes ciudades. Los Ángeles representa la última resistencia de la humanidad en una batalla que nadie pudo imaginar.
Se han observado OVNIS en distintas ciudades del mundo: Buenos Aires en 1965, Seúl en 1983, Francia, Alemania, China, pero en todas ellas el relato oficial encubrió y desestimó aquellos sucesos inexplicables. Por ejemplo, la noche del 24 al 25 de febrero de 1942, cuando América vivía un estado de alerta tras el bombardeo de Pearl Harbor, los habitantes de Los Ángeles se despertaron con el sonido de las sirenas de una incursión aérea. La brigada costera de artillería número 37 disparó balas antiaéreas contra naves que volaban por encima de Santa Mónica, algunas volaban lentamente y se estimó que otras volaban a 320 kilometros por hora. Las balas no causaron ningún daño a las naves, tan solo a la ciudad. Aunque no se llevó a cabo ninguna investigación oficial ni se dieron conclusiones explicando exactamente qué sobrevoló la ciudad de Los Ángeles esa noche: globos meteorológicos o lo que fuera, se ha sugerido incluso que existen documentos gubernamentales restringidos que manifiestan una discrepancia entre expertos militares. "Me encanta el hecho de que el suceso real sirve para anclar la película", explica el productor Ori Marmur. "En la película, decidimos que todas las previas apariciones de OVNIS, incluyendo la de aquella noche, eran misiones de reconocimiento
preparaban el terreno para la invasión de fuerzas desconocidas".
"Invasión a la tierra es precisamente la clase de película que me encantaría ver en el cine, y la que soñaba dirigir" asegura Jonathan Liebesman, quien dirige esta historia que sigue a un pequeño grupo de personas que casualmente se verán obligados a encarar a un enemigo inimaginable.
El guionista Chris Bertolini asegura que cuando se le ocurrió por vez primera la idea de la que nacería Invasión a la tierra, buscó unir sus dos clases preferidas de historias. "Quería unir la historia en la que hay seres de otros mundos en la tierra, con una historia acerca de personas, en la que ves la batalla desde el punto de visto de los que están sobre el terreno", recuerda. "Me atrajo la idea de que la historia siguiera a un pequeño grupo de personas y que los espectadores lo experimentaran todo a la misma vez".
El primero en leer el guión especulativo de Bertolini fue el productor Neal H. Moritz, quien cuenta con amplia experiencia en películas de acción y rápidamente supo reconocer el potencial de la historia. "Para mí el factor diferenciante de este guión era el punto de vista de un pequeño grupo de personas en una invasión alienígena. Me encanta lo específico que es" explica Moritz. "Es una visión privilegiada de un grupo de hombres y mujeres, todos ellos atravesando distintas luchas en sus vidas, que están ahí fuera intentando proteger su país contra una fuerza invasora alienígena".
Liebesman recibió el encargo de dirigir la película tras grabar un corto que mostró la visión que tenía para el filme. Liebesman se echó a las calles de Los Ángeles armado con una cámara de video, y después estudió por su cuenta para aprender a insertar alienígenas en sus planos con distintos programas informáticos. "Jonathan había dirigido la precuela de La matanza de Texas, que me había gustado, pero no por ello necesariamente era la apuesta evidente para Invasión a la tierra. Pero cuando vi su corto pensé: Vaya, esto es lo que todo director debería hacer," recuerda Moritz. "Se lo enseñé al estudio y estaban tan impresionados como yo. Cualquier persona que ponga tanto empeño y esfuerzo en una película sin ni siquiera tener el trabajo, es alguien con quien queremos contar".
Aaron Eckhart encabeza el reparto como el Sargento Nantz, un Marine de carrera que en palabras del actor está "bastante quemado". Está a punto de jubilarse cuando le presionan a que vuelva al servicio. "Está liderando a un puñado de Marines jóvenes en la lucha contra alienígenas en Los Ángeles. Lo hace a su pesar, pero esa es precisamente la clase de héroe que me encanta ver".
Michelle Rodríguez interpreta a Elena Santos, que se convierte en una aliada clave de Nantz y el pelotón. "Ella observa toda la movida en el radar", explica la actriz. Y una vez que el pelotón inicia la batalla contra estas fuerzas desconocidas, "ella es una de las primeras sobre el terreno, siguiéndoles la pista y descubriendo sus características". El reparto lo completan Ramón Rodríguez, Bridget Moynahan, Ne-Yo, el cantante de R&B ganador del Emmy, y Michael Peña.
Everett Burrell es el supervisor de efectos visuales. Explica que era esencial que los adversarios de los Marines no solo igualaran la fortaleza de los Marines como fuerza combatiente, sino que además imitaran su forma de luchar. "Nuestros Marines visten de camuflaje; pues los alienígenas también se van a camuflar" explica Burrell. Al diseñarlos en tonos grises, marrones, y amarillos: "se mezclarían en el entorno urbano" aumentando la sensación de que los Marines están siendo atacados por enemigos desconocidos.
"Me crié con la ciencia ficción y el terror, así que tener la oportunidad de hacer explosionar la ciudad de Los Ángeles con alienígenas alucinantes es un sueño cumplido" continua Burrell. "Nuestra meta para los alienígenas era crear algo nuevo: Jonathan no quería repetir el alienígena de ninguna otra película, pero su apariencia debía ser realista. Así que nos inspiramos mucho en la naturaleza: National Geographic, videos en Internet, insectos extraños y vida marina, extraños aparatos robóticos. Todo ello formó parte de la imagen de los alienígenas".
Acerca de los Marines
La última línea de defensa de la raza humana recae sobre el Segundo Batallón, Quintos Marines, conocidos como el 2/5 con base en el campamento Pendleton. A la hora de escoger a los Marines según Moritz la meta era: "que en unos años la gente mire hacia atrás y diga de esta película: ¿todos esos tíos hicieron esa peli juntos? Pero es más que eso: queríamos actores que fueran reales y que fueran creíbles en una batalla militar. Tenían que ser capaces de mostrar la emoción de cada escena: el trauma y el horror de una guerra moderna al igual que la sensación de que esta batalla se escapa de todo su entrenamiento y preparación".
La primera pieza del puzle era escoger al Sargento Nantz, interpretado por Aaron Eckhart, según Liebesman: "uno de los actores más increíbles de la actualidad".
"Fue un gran éxito conseguir a Aaron en la película", dice Liebesman. "Aaron inmediatamente le aporta una profundidad increíble al personaje central. Te crees que estos tíos le seguirían al fin del mundo".
"Aaron es un fenomenal actor y un colaborador muy generoso: se somete enteramente al papel y nunca se rinde" explica Liebesman. "Su personaje, Nantz, es feroz e impenetrable. No podría imaginarme a otra persona haciendo este papel y aportándole tanta riqueza y complejidad".
Antes de empezar la producción Eckhart y Liebesman colaboraron en un rodaje de un día de duración que marcaría el tono de toda la producción: el resultado fue un corto que plasmó la visión de Liebesman en la pantalla para que todos pudieran verla. "Me pidió que viniera un día. No sabía lo que íbamos a hacer. Sinceramente, me asusté. Teníamos todo el uniforme, armas, un helicóptero, vehículos militares, y todo estaba cubierto de tierra. Fue alucinante: Jonathan tenía una visión implacable de la película".
Eckhart se entusiasmó en su primera película de acción y ciencia ficción. Comenzó a entrenar en seguida, ejercitando su cuerpo para estar en la mejor forma física de su vida. Aprendió a manejar armas con destreza gracias al entrenamiento que recibió de los asesores técnicos militares. Incluso desarrolló lo que él llama una relación de "amor/odio" con su casco y al final del rodaje, se refería a sus guantes militares como "mis mejores amigos".
Nantz es superado en rango por el joven Alférez William Martínez, interpretado por Ramón Rodríguez. Martínez es "una estrella en alza en el cuerpo de los Marines", explica Liebesman. Bajo Martínez, su pelotón recibe la orden de atravesar la línea enemiga: es decir el Bulevar Lincoln, que cruza Santa Mónica, para salvar a un grupo de civiles atrapados en una comisaría.
Martínez cuenta con la mejor educación y formación que pudiera desear un oficial, y le entusiasma salir al campo. Sin embargo, su primera misión con el 2/5, es mucho más de lo podía haber esperado. "Martínez es un líder muy joven que ansía salir al campo y se cumple su deseo cuando envían a su pelotón al combate pero no tarda en comprender la seriedad de la situación", explica Rodríguez. "Es un joven y hambriento Marine que está intentado dar lo mejor de sí en su primera experiencia combativa y siente la presión de ser Alférez, además, está luchando contra un enemigo desconocido y todos tienen puestas sus miradas en él, buscando su liderazgo. Tiene que decidir cómo controlar la situación, ¡y deprisa!"
"Ramón tiene la pinta que requiere el papel", asegura el productor Ori Marmur. "Es refinado sin llegar a ser blando, y se conduce en todo momento con serenidad y confianza".
"Me emocioné al leer el guión", recuerda Rodríguez. "Siempre he respetado a nuestros soldados, y al leer el guión me gustó como hablaban y se comportaban los Marines, parecía tan auténtico lo que leía, además luchaban contra alienígenas en casa. Soy fan de la ciencia ficción y me gustan las pelis de acción. Pensé que sería acertado combinar ambos mundillos y que sería una película estupenda".
El cantante de R&B ganador del Emmy y exitoso compositor Ne-Yo interpreta al Cabo Kevin Harris, tcc "Specs". Aunque ha participado en varias películas Ne-Yo se sigue considerando un actor "novel" e hizo lo que haría cualquier actor joven: observar a Eckhart y a los demás veteranos y aprender lo más posible. Asegura que esta observación fue una clase maestra de interpretación. "La forma que tiene Aaron de hablar sin palabras, con una mirada, dejándote saber lo que piensa, me resulta increíble. Llega al set como Nantz, y sigue siendo Nantz hasta que se va a casa", explica Ne-Yo. Por el contrario "Michelle Rodríguez se ríe y bromea contigo y luego, cuando el director grita acción, se convierte en su personaje, tal cual. Tiene sus emociones controladas al 100%".
Acerca de su personaje Ne-Yo explica que: "Nada le asusta. Incluso en esta situación en la que nadie ha hecho frente a algo semejante, para él es simplemente una cosa más, algo más que tienen que afrontar y superar porque sencillamente no hay otra opción", dice Ne-Yo. "Su actitud es: O lo superamos o morimos en el intento: y tengo motivos por los que vivir. Está comprometido para casarse, le queda mucho por vivir y no piensa dejar que esta situación se lo impida".
Se suma a los Marines del 2/5 la Sargento de las Fuerzas Aéreas Elena Santos (Michelle Rodríguez), una de las primeras en ver pruebas del nuevo extraño enemigo. Al ser de las Fuerzas Armadas, el personaje de Rodríguez hará frente a ciertas críticas de sus compañeros Marines. "Los Marines se consideran la élite de las fuerzas armadas", explica la actriz. Y tal vez con razón: "Piensan que su entrenamiento es más duro que el de los demás y que hacen mucho con lo poco que tienen. A mi personaje, una sargento técnica, estos tíos de la primera línea la llaman pogue" por no ser de la infantería, combatientes como ellos. Pero según avanzan por la ciudad se ganará el respeto de los Marines.
En la vida real, la situación era al revés, ya que según Jim Dever, el asesor técnico militar sénior de la película, Rodríguez tiene una afinidad natural con el entrenamiento militar. "Michelle Rodríguez es increíble. Es una gran actriz y sabe manejar las armas. Siempre maneja su M4 con seguridad, y lo quiere hacer todo bien. Llegó al punto de que no tenía ni siquiera que sugerir cómo se haría algo en la vida real, porque ella observaba la coreografía de la formación y lo hacía bien sin tener que decirle nada".
"El resto del pelotón del 2/5 lo completa un asombroso grupo de actores jóvenes cuyas estrellas están en alza por méritos propios", asegura Moritz. "Hemos encontrado rostros jóvenes y talentosos como Jim Parrack en el papel de Kerns está alucinante en True Blood y Will Rothhaar, que interpreta con gran intensidad el papel de Imlay y lleva el peso de ser la mano derecha de Nantz".
Cory Hardrict interpreta a Lockett, un Marine cuyo hermano murió en acción debido a una mala decisión del Sargento Nantz, y ahora sirve bajo el mando de Nantz. Según Liebesman Hardrict "aportó a su personaje una profundidad inesperada que no estaba contemplado en el guión".
Para completar el reparto de los Marines se suman los jóvenes actores Lucas Till como Grayston, Adetokumboh MCormack como Adukwu, el manso médico, Neil Brown, Jr. como Guerrero, Noel Fisher como el Cabo Shaun Lenihan, Taylor Handley como Simmons, James Hiroyuki Liao como el Cabo Primero Steven Mottola, y Gino Anthony Pesi como Stavrou.
Y por supuesto, el 2/5 es un batallón real: el más condecorado de la historia del cuerpo de Marines. Su lema es: "¡Retirada, al infierno!" En la primera guerra mundial, cuando recibieron la orden de retirada el 2/5 respondió: "¿Retirada? ¡Qué demonios, si acabamos de llegar!"
Los Civiles
Cuando llegó el momento de escoger a los civiles atrapados tras líneas alienígenas, Liebesman comenzó con el papel de Michelle, una veterinaria que disfruta de una apacible tarde con sus dos sobrinas cuando los invasores atacan la ciudad. Quería a alguien vulnerable pero fuerte: era imprescindible que los espectadores se creyeran el personaje. Bridget Moynahan encajó a la perfección. "Lo maravilloso de Bridget es que es una chica preciosa, pero como cualquier hija de vecino, su belleza no le resta intensidad al papel" explica Moritz. "Esa profundidad auténtica que le aporta Bridget al papel hace que te identifiques con ella y con las niñas que están a su cuidado".
Moynahan asegura que la clave de su personaje es comprender lo que la motiva: las niñas que están a su cargo y a las que tiene que proteger, no son suyas. "Está en una situación especial porque no son sus hijas: ella es la tía que no las ve tan a menudo", explica Moynahan. "¿Alguna vez has llevado en coche a los hijos de otro? Piensas: tengo que tener muchísimo cuidado y prestar atención: llevo un cargamento muy valioso. Reflexioné en ello: mi personaje tiene que asegurarse que saca a esas niñas de ahí".
Apunta Moynahan que la claridad de la visión de Liebesman le ayudó a comprender la película que él estaba haciendo. "Sabía que iba de alienígenas que atacan nuestro mundo pero tenía muchas incógnitas. ¿Cómo se iba a presentar? Y cuando leímos el guión, nos mostró unas imágenes que me dejaron sin respiración. Había grabado para el estudio un corto con Aaron que te metía de lleno en la batalla, y no estaba pulido ni limpio, era realista, crudo y auténtico. Supe en ese momento que iba a captar algo nunca antes visto".
Michael Peña interpreta a Rincón, un padre abnegado atrapado tras líneas enemigas con su hijo, Héctor, por el que hará todo lo posible para que salga con vida. "Michael Peña es fantástico", asegura Liebesman. "Interpreta el papel con tanta pasión y tanto corazón que le infunde mucha más fuerza de la podíamos habernos imaginado. Realmente nos creemos que tanto él como Bridget darían sus vidas por estos críos".
A Peña le llamó la atención la película por la oportunidad de poder trabajar con Aaron Eckhart. "Lo había visto en Gracias por fumar y Erin Brockovich, y pensé que bordó ambos papeles", dice Peña. "El tío está comprometido desde el momento que llega al set. Supongo que será diferente en la sala de maquillaje, pero en cuanto sale, está concentrado, siempre en movimiento, siempre intenta dar lo mejor en cada escena, hacer que funcione. Es un soplo de aire fresco".
En el centro del reparto "civil" se encuentran tres niños. "Hemos sido afortunados en contar con tres jóvenes actores que interpretan a estos niños con asombrosa emoción y corazón: Joey King, Jadin Gould, y Bryce Cass", asegura Marmur. "Estos tres niños han hecho un gran trabajo; sus interpretaciones son totalmente creibles".
Aunque la seguridad de los actores, y especialmente la de los niños, fue siempre lo más importante, el productor ejecutivo Jeffrey Chernov explica que los productores encontraron formas de integrar a los niños en el resto del reparto. "Durante la pre-producción, les incluimos en el campamento de entrenamiento de reclutas con los demás miembros del 2/5", recuerda. "No durmieron en la base, pero para mí era importante que los chavales estuvieran con los Marines y que los Marines estuvieran con ellos".
El entrenamiento de reclutas
Para ayudar a prepararles para sus papeles de Marines, los productores dejaron a los miembros del reparto en un campamento intensivo de reclutas de tres semanas de duración con Marines en activo y jubilados. No tenían acceso a teléfonos móviles, televisión, ni internet, ni mantuvieron ningún contacto con el mundo exterior. El veterano técnico militar Jim Dever, asesor de la película, explica las ventajas de dicho campamento: "El entrenamiento de reclutas para los actores constó de tres fases. La primera semana era entrenamiento físico. Esto nos permitió comprobar las habilidades físicas de cada actor. También les enseñamos los ejercicios militares. Esa instrucción instila disciplina para que puedan comprender las órdenes, que forma parte esencial del cuerpo de Marines, la capacidad de escuchar y ejecutar órdenes. La primera semana también aprendieron acerca de la historia del cuerpo".
Las fases segunda y tercera fueron todavía más duras. Prosigue Dever: "La segunda semana nos trasladamos al Campamento Mindon, una base de la Guardia Nacional. Una vez allí vivimos en el campo unos cinco días. Tuvieron que montar sus tiendas de campañas y catres; les dimos el equipo y comenzamos a entrenar. Empezábamos tempranito a eso de las 5:30 de la madrugada, hacíamos el entrenamiento físico, luego las duchas, el desayuno, y así empezaron a aprender cómo es un Marine, desde
cómo ponerte todo el equipo hasta cómo utilizar el arma. Por las tardes Jonathan ensayaba con los actores las escenas que tendrían que hacer en la película. La tercera semana fue más ensayo: cómo moverse y cómo contactar el uno con el otro. Y seguimos entrenando con las armas". Tras la tercera semana, comenzó el rodaje.
"El campamento de reclutas fue interesante", alega Aaron Eckhart. "Me alegro de haberlo hecho porque básicamente fue un ensayo de tres semanas. Contamos con el entrenamiento de tres Marines y todos dormimos en una tienda grande y comimos juntos. Todos estábamos bajo la misma disciplina. Hacíamos las comidas que nos mandaban y seguíamos el entrenamiento establecido para el día. Nos comportábamos como un escuadrón de Marines: yo era el sargento, así que les daba órdenes y me odiaban. Fue inestimable, especialmente en lo que a las armas se refiere, para saber cómo cogerlas, dónde mirar, cómo caminar cuando la llevas y cómo actuar como una fuerza unida al andar por la calle. Nos ayudó muchísimo porque cuando llegó el momento de rodar, el Sargento Mayor Dever decía simplemente: vale chicos vais a patrullar la zona, y ya sabíamos lo que teníamos que hacer".
"El entrenamiento de reclutas fue precisamente eso", apunta Ramón Rodríguez. "Ahora tengo mucho más respeto por las fuerzas militares en general y por los Marines en particular. Por ejemplo, los chalecos que llevamos pesan unos 18 kilos, y ni siquiera son los auténticos porque no llevan las placas de metal. Con las placas de metal, las granadas de verdad, y el cargador y la munición real, los suyos pesan en torno a los 36 kg o más. Y además, llevamos un arma, y dependiendo de la que lleves, puede pesar fácilmente entre 11 y 14 kilos. Suma dos mochilas que pesan unos 9 kg cada una, más las botas y el casco
no es nada fácil".
Pero por muy duro que fuera, Rodríguez mantiene que el campamento le ayudó a forjar amistad con sus compañeros de reparto y también a meterse en el papel. "Sinceramente, el campamento probablemente fue lo mejor de todo, sencillamente porque nos dio la oportunidad de conocernos y convertirnos en un equipo
un pelotón", asegura. "Nos pasamos varias semanas en el bosque bajo una tienda de campaña con Marines veteranos de más de 25 de experiencia que nos instruían, nos enseñaban, nos guiaban, explicándonos cómo convertirnos en Marines. Entrenábamos todo el día y ensayábamos entre entrenamientos. Fue bonito conectar unos con otros y creo que en el campamento poco a poco todos fuimos descubriendo a nuestros personajes y también nuestra identidad como pelotón. Para mí, al final la película es un homenaje a los Marines y espero que podamos hacerles quedar bien y que se sientan orgullosos".
"El campamento de entrenamiento de reclutas sin duda me ayudó a meterme en el papel", apunta Ne-Yo. "Te guste o no, te conviertes en tu personaje por tres semanas seguidas. No te queda otra opción. Estás en el ajo. Claro que, no es nada comparado con lo que hacen los tíos de verdad
pero después de tres días dijimos: Vale, vale, lo pillamos. Comencemos el rodaje. Vamos a volver a hotel que aquí está lloviendo a cántaros. Pero en realidad nos ayudó mucho a comprender quienes son los Marines y porque hay que interpretarlos con orgullo".
Adentrando a los espectadores en la batalla
Para el productor Neal H. Moritz las películas físicas y de mucha adrenalina no suponen una novedad, aunque confiesa que Invasión a la tierra es "la película más física que he hecho. Los actores hicieron gran parte de sus escenas especiales, básicamente estaban en guerra en el set".
Ne-Yo hace hincapié en este punto. "Principalmente soy cantante de R&B, así que digamos que no hay escenas peligrosas en mi vida normal. Pero ahí me tenían colgado en un arnés y tenía que caer unos 9 metros al capó de un coche. Y bueno, eso es algo que nunca he hecho antes y probablemente no vuelva a hacer. Pero
fue divertido".
"Realmente queremos que todos y cada uno de los espectadores sientan que son uno de nuestros Marines, en nuestro batallón, que experimenten lo que es luchar contra una fuerza que nadie jamás pensó que enfrentaría", dice Liebesman. "Éste escenario es completamente diferente al que esperaban y para el cual no están preparados y realmente queríamos que los espectadores se preocupen por nuestra gente: nuestros Marines y nuestros civiles, a medida que les acompañan en su misión".
La intención de Liebesman era mantener esa intensidad a lo largo de la película. Explica el productor Ori Marmur: "Invasión a la tierra tiene la acción y la grandeza de una gran película, pero también crudeza y realismo. Contamos con un extraordinario director de fotografía, Lukas Ettlin, quien ha organizado un grupo de cámaras que son realmente increíbles. Están encima de camiones de la basura, debajo de coches, grabando a través de ventanas rotas, a escasos centímetros de explosiones captadas desde cada ángulo. Hemos utilizado helicópteros, e incorporado planos debajo del agua, encima, detrás, encima, y debajo de llamas de fuego".
Según Bridget Moynahan los operarios de cámara son "fantásticos" y se maravilla que estén "en pleno estado físico, capaz de hacer las pericias que hacen. Captan momentos de gran crudeza".
Y esta atrevida fotografía está al servicio de la emoción de la película, en palabras de Eckhart: "si los espectadores no se creen que estamos a punto de morir cada segundo de la película, no hemos hecho bien nuestro trabajo".
Creando los efectos visuales
Los efectos visuales en Invasión a la tierra dieron lugar a ciertos retos para el supervisor Everett Burrell, ya que era imprescindible y prioritario contar la película como la había imaginado Liebesman: desde la perspectiva de los Marines (de ahí que hiciera secuencias con cámara en mano) y lo cierto es que puede ser difícil incorporar efectos en este tipo de planos. "Liebesman fue muy directo con nosotros: no quiero lloriqueos, nos dijo" recuerda Burrell entre risas.
En Invasión a la tierra la Ciudad de Los Ángeles es arrasada por fuerzas desconocidas
y por Everett Burrell. Preparándose para lo peor, Burrell voló en helicóptero desde San Diego hasta Los Ángeles, haciendo fotos con una cámara digital del terreno, planos amplios que servirían de fondo para la película y una herramienta para él. "Una vez que Jonathan escogió los planos que le gustaban, podíamos añadir humo, fuego y destrozo urbano", explica Burrell.
Pero crear la destrucción sólo fue el comienzo: Burrell y su equipo también fueron responsables por crear a los destructores. Liebesman colaboró con un equipo de artistas para crear las alienígenas de Invasión a la tierra y dar vida a su visión. "Aunque tenía una idea muy clara de la imagen que quería para los alienígenas, la colaboración entre artistas conceptuales y nuestro equipo de post-producción aseguró que los alienígenas serían criaturas mucho más complejas y fascinantes de lo que yo jamás hubiera podido imaginar", explica el director.
"Siempre es difícil dar con el diseño porque las posibilidades son infinitas", dice Burrell. Claro que, al diseñar una alienígena, ni siquiera el cielo es el límite: todo es posible. ¿Dónde empezar? ¿Y cómo se sabe cuando has terminado? "Estudiamos muchos conceptos diferentes con Jonathan para dar con el alienígena, con lo que él había imaginado. Principalmente porque el hecho es que buscábamos algo muy diferente. Queríamos que el nuestro fuera muy diferente, que no tuviera nada que ver con lo que se ha visto hasta ahora. La animación por ordenador nos permitió ajustar la imagen a lo largo de la producción, hasta que estuviera completamente satisfecho con el resultado".
Moritz asiente: "Pasamos por una etapa de desarrollo alienígena muy completo. En la pre-producción, estudiamos muchos y muy diferentes diseños de alienígenas. Evidentemente no queríamos duplicar nada que se hubiera hecho antes en otras películas, pero también queríamos que nuestros alienígenas fueran creíbles y tuvieran sentido en nuestra historia: por qué llegaron, qué buscaban, cómo se defendían, y qué cualidades hacían de ellos un enemigo superior y más fuerte que nuestras fuerzas armadas. Jonathan llegó con un alienígena muy chulo, único y espeluznante, y cuando por fin conseguimos el diseño, trajimos un alienígena enorme a tamaño real para enseñarlo en el estudio, y experimentamos esa gran sensación de saber que lo habíamos conseguido. Todos estaban entusiasmados".
El CGI puede hacer muchas cosas pero a veces la mejor forma de conseguir un efecto es con un atrezo. Eso es precisamente lo que sucede en Invasión a la tierra en la escena de la autopsia del alienígena, en la que los Marines ven de cerca de qué están hechos y descubren cómo frenarlos. "Mi especialidad son los efectos de criaturas con maquillaje" explica Burrell. "Nuestro alienígena a tamaño real es la mejor forma de lograr el efecto cuando éste requiere interactuar de cerca con los actores".
"Jonathan estuvo muy implicado con los efectos de criaturas: la imagen del alienígena, cuál quería que fuera la reacción de éste, y cuál sería el tacto" dice el encargado del departamento de efectos visuales de alienígenas y criaturas, Joel Harlow, responsable del equipo que creó los efectos físicos de las criaturas. Incluso cuando terminaban un diseño Liebesman participaba escogiendo las partes que estarían hechas de silicona, piel, hueso o metal.
Al final lo que está claro es que el alienígena físico que utilizan para la autopsia impone bastante. "El alienígena de la autopsia mide unos 2,4 metros y le sale un tentáculo de 6 metros de la pierna. Cuando lo arrastran, deja un rastro de sangre y porquería. Lo meten en la comisaría, lo cortan, y practican la autopsia. Cada vez que el reparto interactúa físicamente con uno de estos alienígenas, es con algo que hemos construido nosotros".
El diseño de la nave espacial de los alienígenas comenzó casualmente y por accidente. "Jonathan estaba jugando con los efectos visuales y por error se desprendió una parte de la nave", dice Burrell. Les gustó la idea, y al final, el OVNI se convirtió en una nave compuesta por nueve partes más pequeñas: "como una pizza cortada en porciones", explica Burrell. "Destruirán el mundo en treinta minutos o menos o te devolvemos el dinero".
Más info acerca de la verdadera batalla de Los Ángeles de 1942
El suceso conocido como La Batalla de Los Ángeles ocurrió en la tarde y madrugada del 24 al 25 de febrero de 1942. Estos sucesos que nunca se han explicado del todo, siguen siendo un misterio y son el objeto de una intensa especulación.
Un día antes, el 23 de febrero, un submarino japonés disparó contra una instalación productora de aceite cerca de Santa Bárbara, California. Tras escuchar informes que indicaban que el submarino se dirigía al sur hacia Los Ángeles, la gente estaba nerviosa y se respiraba la tensión en el ambiente.
A partir de las dos de la mañana del 25 de febrero y durante varias horas, se vislumbraron, según indican los informantes, objetos no identificados en el espacio aéreo de Los Ángeles, y la amenaza fue tan inusual que sonaron las sirenas anti-áreas, y se dio la orden de cortar la electricidad en la ciudad. A las 3:16, la brigada costera de artillería número 37 comenzó a disparar balas anti-aéreas de 5,8 kg. Dispararon más de 1,400 balas en 58 minutos mientras los objetos se movían al sur, desde Santa Mónica a Long Beach.
"Evidentemente pensaron que serían bombarderos japoneses que atacaban el país", explica el experto en OVNIS Bill Birnes, editor de la revista UFO. "Pero no fue así. Volaban demasiado alto. Y lo más sorprendente es que ni siquiera una bala alcanzó la nave de las miles que dispararon. La gente que estaba en la calle esa noche jura que no fue ni un avión ni un globo, sino un OVNI. Flotaba, se deslizaba. Y a día de de hoy, nadie puede explicar qué nave era, ni porqué nuestra artillería fue incapaz de alcanzarla; es un misterio sin resolver".
Las descripciones de los OVNIS varían mucho. El General George C. Marshall, en su primera carta al Presidente Roosevelt en el que le contaba el suceso, escribió que "aviones no identificados
[viajaban a velocidades que iban desde] muy lentas hasta 320 km. por hora y desde 2743 a 5486 metros de altura". El número de naves varía según los testigos, de 9 a 15 a 25.
Al principio, las autoridades dieron una explicación muy vaga: el secretario de la Armada, Frank Knox, descartó el suceso como una "falsa alarma" debida a los "nervios de la guerra", pero cuando dicha explicación no convenció ni a la prensa ni al público, el Ejército respondió con una respuesta definitiva que la nave y la batalla fueron reales, y el 26 de febrero el Secretario de Guerra Henry L. Stimson lo confirmó. El representante de Santa Mónica, Leland Ford, convocó al congreso para investigar el incidente, pero el esfuerzo fue infructuoso. Desde entonces, se han dado varias explicaciones: Aviones japoneses; Naves alemanas lanzadas desde bases secretas en México; Naves aéreas no identificadas; Globos meteorológicos; cañones de luz; globos dirigibles
Sin embargo, también se alega que el General Marshall informó que el ejército había recuperado una nave aérea no identificada en la costa californiana e indicaba que "los misteriosos aviones no son terrenales y según fuentes secretas de inteligencia son con mucha probabilidad de origen interplanetario".