Cinemanía > Películas > La sombra del iceberg > Comentario
Destacado: Cynthia Erivo y Ariana Grande protagonizan 'Wicked'
La sombra del iceberg cartel reducidoLa sombra del icebergDirigida por Hugo Doménech, Raúl M. Riebenbauer
¿Qué te parece la película?

La sombra del iceberg, dirigido por Raúl M. Riebenbauer y Hugo Doménech Fabregat, largometraje documental que cuestiona la veracidad de la fotografía de Robert Capa "El Miliciano Muerto".

La película cuestiona, a través varias dudas razonables y razonadas, la veracidad de esta versión y plantea la posibilidad de que esta imagen fuera el resultado de una genial puesta en escena.


La historia
La versión oficial: Robert Capa tomó la fotografía El miliciano muerto hacia las 17 horas del 5 de septiembre de 1936. Fue en una pequeña localidad situada 12 kilómetros al norte de Córdoba, Cerro Muriano, y en una de sus lomas, la de las Malagueñas. Capa y su pareja, la también fotógrafa Gerda Taro, habían llegado a España apenas un mes antes, enviados por la revista francesa Vu para preparar un reportaje especial sobre la Guerra Civil. Afines ideológicamente al bando republicano, en Barcelona se acreditaron ante el jefe del Comissariat de Propaganda, que dispuso para ellos un coche con chófer y los pertinentes salvoconductos. Desde allí viajaron por el país —Huesca, Leciñena, Toledo, etc—en busca de imágenes victoriosas del ejército republicano. Sin embargo, no encontraron situaciones de acción durante aquellos días.

Según sus noticias, los republicanos iban a lanzar un ataque contra las tropas nacionales posicionadas en Córdoba. Capa y Gerda pusieron rumbo al sur, pero sucedió todo lo contrario; fueron los nacionales los que iniciaron su avance hacia las montañas del norte, atacando las líneas republicanas con la aviación y la artillería ese 5 de septiembre. Una columna de milicianos procedente de Alcoy (Alicante) acudió para reforzar las líneas republicanas. Según cuenta Capa —en una de las contradictorias declaraciones que realizó hasta su muerte en 1954— los milicianos estaban contentos, corrían ladera abajo mientras él les fotografiaba y fue entonces cuando se escucharon disparos, se protegió, sacó de forma instintiva su cámara por encima de la cabeza, y tomó la fotografía más célebre del reporterismo de guerra de todos los tiempos.

Según los datos historiográficos y las declaraciones de personajes presentes en Cerro Muriano, aquel 5 de septiembre no murieron más de cuatro soldados. El combatiente de la fotografía, anónimo durante décadas, fue identificado oficiosamente en 1995 como Federico Borrell García, apodado Taino, un miliciano procedente de Alcoy. El círculo se había cerrado. El miliciano ya tenía nombre y apellidos.

La célebre imagen forma parte de una serie de cinco fotografías en las que se observa a un grupo de milicianos primero fusil en alto y después corriendo ladera abajo, apostándose y, aparentemente, apuntando para disparar. Así ha sido presentada siempre esta secuencia, casi como si hubiera sido concebida de un modo cinematográfico.

En 1975, el periodista O.D. Gallagher narró cómo Robert Capa le había contado que aquella imagen era parte de una escenificación para la cámara. ¿Era eso cierto? Así nació la polémica. Hasta hoy. Richard Whelan, que escribió la biografía oficial del fotógrafo por encargo de su hermano, el octogenario Cornell Capa, ha querido zanjar el asunto apenas con un puñado de reflexiones subjetivas y fantasías poco realistas, dando como buenos datos que aún hoy son perfectamente refutables. No hay que olvidar que Cornell Capa es heredero de los derechos del mítico reportero cofundador de Magnum, y que la mismísima agencia fotográfica no tiene demasiado interés en que se cuestione una de las obras-vértice de uno de sus mitos. Y aquí nace La sombra del iceberg. Porque en esta historia, pese a versiones oficiales y oficialistas, siguen existiendo un buen puñado de dudas, las llamaremos ‘dudas razonables’. Su planteamiento, análisis y búsqueda de respuestas constituyen el hilo argumental de esta película: un documental de investigación. Al fin y al cabo, un iceberg sólo muestra un 8% de su superficie. ¿Qué hay más allá de lo que se ve? ¿Qué bloque de hielo es el que blinda el acceso a la historia de esta fotografía? ¿Dónde fue tomada? ¿A qué hora? ¿De qué forma? ¿A cuántos metros? ¿Con qué cámara? ¿Quién era el miliciano? ¿Realmente era la fotografía de una muerte en el momento de producirse?


Los personajes
John G. Morris, amigo personal de Robert Capa —es una de las cinco personas vivas que le conocieron—. Fue el primer editor ejecutivo de la Agencia Magnum, que fundó Capa junto a otros fotógrafos en 1947.

Richard Whelan, biógrafo oficial y albacea de la obra de Robert Capa. Es el más firme defensor de la veracidad de la mítica imagen. Es la voz del aún vivo, pero muy enfermo, Cornell Capa. El hermano del fotógrafo, que había cambiado su apellido Friedmann por el de Capa, creó en los años sesenta el Centro Internacional de Fotografía de Nueva York para conservar y proteger su obra.

Irme Schaber, biógrafa y máxima experta en la obra de Gerda Taro.

Yuka Yamaji, directora del Departamento de Fotografía de la casa de subastas Christie’s (Londres).

Patrick Jeudy, cineasta, admirador de la vida y obra de Capa y autor del documental Robert Capa, l’homme qui voulait croire a sa légende. Ha sido perseguido y censurado por el entorno oficial que rodea la obra de Capa por cuestionarse la veracidad de la fotografía.

Michel Lefebvre, periodista del prestigioso diario Le Monde, coleccionista y experto en la Guerra Civil Española y en la obra de Capa.

Basilio Martín Patino, cineasta, Premio Nacional de Cinematografía, creador de una obra que navega entre la verdad y la ficción. Gran admirador de la obra de Robert Capa y autor de un anuncio publicitario para televisión en los años setenta, en el que puso en movimiento al miliciano muerto.

Octavi y Sergi Centelles, hijos del célebre fotoperiodista Agustí Centelles (1909-1985), considerado el Capa español, y coetáneo del mítico fotógrafo.

Pepe Baeza, editor gráfico del diario La Vanguardia (Barcelona), uno de los de mayor tirada del país.

Empar Borrell, sobrina de Federico Borrell Taino.

Orestes Brotons, hijo de Mario Brotons, el historiador que lanzó en 1995 (murió poco después) la noticia bomba de que el miliciano de la fotografía era en realidad Federico Borrell Taino.

Fernando Verdú, forense del Departamento de Medicina Legal y Forense de la Universidad de Valencia.

Enric Marco, astrofísico de la Universidad de Valencia.

Josep V. Monzó, conservador jefe de Fotografía del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), uno de los museos pioneros en España en la creación de una colección fotográfica.

Manuel Illanes, teniente coronel geodesta.

Lola Garrido, una de las mayores coleccionista de fotografía de España. Entre sus más de mil piezas, posee una copia de El miliciano muerto.


Sobre Robert Capa
Robert Capa, Budapest, Hungría, 22 de octubre de 1913 -Thai Binh Vietnam, 25 de mayo de 1954. Fue, posiblemente, el más famoso corresponsal gráfico de guerra del siglo XX. Su verdadero nombre era Andre Friedmann.

De ascendencia judía, a los 18 años abandonó su país, envuelto en graves turbulencias políticas, con destino a Berlín. La llegada al poder Adolf Hitler en 1933, le obligó a dejar Alemania. Marchó a París donde conoció al fotógrafo David Seymour Chim, quien le consiguió un trabajo como reportero gráfico en la revista Regards para cubrir las movilizaciones del Frente Popular.

En París conoció también a la que sería su novia, la alemana Gerda Taro (aunque su nombre real era Gerta Pohorylles). Sería ella la que ideó el cambio de nombre de ambos y la que pensó en crear el copyright Photo Capa para triplicar el precio de venta de las fotografías.

Al estallar la Guerra Civil Española en julio de 1936, Capa y Taro se trasladaron a España para cubrir los principales acontecimientos de la contienda española. Envíaban sus carretes a París sin identificar (de hecho, aún hoy, es imposible saber la autoría de algunas imágenes de aquellos comienzos). Implicados en la lucha antifascista y con la causa de la República, estuvieron presentes, desde ese lado, en los principales frentes de combate, desde los inicios en el frente de Madrid hasta la retirada final en Cataluña.

Durante la retirada del ejército republicano en la batalla de Brunete, en julio de 1937, Gerda Taro murió al ser arrollada por un tanque republicano. Ese suceso afectó profundamente a la personalidad de Capa.En este tiempo, Capa cubrió también diferentes episodios de la invasión japonesa de China, ya en los prolegómenos de la II Guerra Mundial.

Durante la II Guerra Mundial, estuvo presente en los principales escenarios bélicos de Europa. Así, desde 1941 a 1945, viajó por Italia, Londres, y el Norte de África.

Del desembarco aliado en Normandía, el 6 de junio de 1944, el famoso día-D, son clásicas sus fotografías tomadas, junto a los soldados que desembarcaban en la playa de Omaha. Plasmó asimismo en imágenes la liberación de París. Con motivo de su trabajo durante este conflicto, fue galardonado por el general Eisenhower con la Medalla de la Libertad.

En 1947 creó, junto con los fotógrafos Henri Cartier-Bresson, George Rodger, Bill Vandivert y David Seymour Chim, la agencia Magnum Photos, donde Capa realizó un gran trabajo fotográfico. Entre sus amigos estaban Pablo Picasso, Ernest Hemingway y John Steinbeck.

En 1954 fue llamado por la revista Life para reemplazar a otro fotógrafo en Vietnam, durante la Primera Guerra de Indochina. En la madrugada del 25 de mayo, mientras acompañaba a una expedición del ejército francés, pisó una mina y murió. Fue el primer corresponsal americano muerto en esta guerra y terminó así una azarosa vida profesional, guiada por una frase que popularizó: "Si tus fotos no son lo suficientemente buenas es que no estás lo suficientemente cerca".


Los autores

Raúl M. Riebenbauer
Valencia, 1969. Es periodista y guionista. Comenzó su carrera profesional en la prensa escrita (Levante-El Mercantil Valenciano, El País, Diario 16). En sus inicios también tuvo alguna intensa experiencia en el periodismo institucional (fue jefe de prensa de la Conselleria de Cultura, Educación y Ciencia). Sin embargo, la mayor parte de su trabajo lo ha desarrollado como guionista en diversos programas culturales y de entrevistas en los dos canales de Televisió Valenciana, Canal 9 y Punt 2.

En 1995 inició la investigación del caso de Heinz Ches, ejecutado a garrote vil en 1974 junto a Salvador Puig Antich. Entre 2002 y 2005 se dedicó de forma exclusiva a la fase final de investigación y escritura del libro El silencio de Georg/El silenci de Georg (RBA/La Magrana, 2005).

Hugo Doménech Fabregat
Es profesor en la Facultad de Comunicación de la Universidad Jaime I de Castellón en la que se doctoró con la máxima calificación con la defensa de una tesis titulada "La fotografía informativa en la prensa generalista. Del fotoperiodismo clásico a la era digital". Actualmente imparte en dicha facultad las asignaturas de "Fotografía de prensa y fotorreportaje" y "Teoría y técnica de la fotografía".

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Pontificia de Salamanca. Realizó el proyecto final de carrera acerca de los "Aspectos teóricos y éticos de la manipulación en fotoperiodismo". Trabajó como redactor en TVE dentro de los Servicios Informativos de la cadena y en programas deportivos como Estudio Estadio, Liga de Campeones, etc. También colaboró como redactor en Diario 16.

Ha presentado comunicaciones y ponencias en diferentes congresos internacionales con títulos como "Las mentiras de la fotografía" o "Pequeña historia sobre una fotografía: muerte de un miliciano, de Robert Capa" También ha participado como jurado en diferentes premios y concursos fotográficos nacionales e internacionales.


Festivales y premios
El documental obtuvo el primer premio en el DOCSDF 2007 y en Docusur 2007 y ha participado en los siguientes festivales:

Sección Oficial Festival Internacional de Cine de Monterrey.
Sección Oficial Mostra de Cinema Valencia.
Sección Oficial Festival di Roma.
Sección Oficial II Mostra de Documental Universitari Europeu dŽAlacant.
Docusur (Premio mejor documental español 2007)
Festival de documentales de Jaén (2o premio – 2008)
Festival de Málaga 2008