Película del guionista y director Christophe Barratier. Para esta película, Barratier ha vuelto a contar como protagonista con Gérard Jugnot (Los chicos del coro, Monsieur Batignole), a quien acompañan en el reparto Clovis Cornillac (Axterix en los juegos olímpicos, Largo domingo de noviazgo) y Kad Merad (Bienvenidos al Norte, Los chicos del coro), entre otros.
En palabras del propio Barratier, "París, París mezcla la comedia y el drama, la música y la pasión, como si se tratara de un épico fresco del París de 1936, un París obrero que ya no existe, con toda su humanidad, melodías, pintorescos personajes, hechos triviales, grandes expectativas y, bajo todo ello, las señales premonitorias del caos sin precedentes en que, poco tiempo después, se sumiría el mundo".
Érase una vez en parís (por Christophe Barratier)
París, París, que mezcla la comedia y el drama, la música y la pasión, también podría llamarse perfectamente Érase una vez en París..., como si se tratara de un épico fresco de un París obrero que ya no existe, con toda su humanidad, melodías, pintorescos personajes, hechos triviales, grandes expectativas y, bajo todo ello, las señales premonitorias del caos sin precedentes en que, poco tiempo después, se sumiría el mundo.
Más próximo a la ficción que al realismo, el "París" de París, París está basado en una visión poética y evocadora. Las canciones de Reinhardt Wagner y Frank Thomas son temas modernos, inspirados por todos los estilos populares de este período musical especialmente rico; los decorados de Jean Rabasse ofrecen una visión más o menos idealizada de los distritos del norte de la capital; la fotografía de Tom Stern es una opción estética deliberadamente fuerte para recrear el París de la década de 1930, que no se ha filmado nunca en color para la gran pantalla.
La película no se enmarca en el género musical como tal: los diálogos no están cantados y las escenas musicales están siempre rodadas en contexto. No obstante, la música está omnipresente, a veces está "fuera de campo", como el eco de un cantante callejero o el distante sonido de una radio encendida. Tiene, por encima de todo, su lugar en todas las escenas con en una gran variedad de estilos musicales: en el Chansonia, por supuesto, con el mundo del music hall; la lavandería, con sus huelguistas, donde siempre hay un acordeón a mano; los músicos callejeros; el cabaret de Galapiat, con sus melodías de estilo más anglosajón; el transistor del señor-radio; e incluso en la casa de provincias de Lebeaupin, donde Viviane escucha canciones que le recuerdan a su antiguo empleo...
Toda esta música se ha compuesto ex profeso para la película, en concordancia con nuestro deseo de evitar un estilo que pudiera resultar excesivamente "retro".
En cuanto a la música en sí, la "partitura" orquestal se derivará, como en una ópera, de las propias canciones, con la intención de transmitir una verdadera sensación de armonía.
Como en Los chicos del coro, los personajes y la música aportan emoción a la película, aunque sin llegar a imponerse nunca a la comedia, para convertirla en una historia de amistad, amor y música en un período en el que los acontecimientos se sucedían a ritmo vertiginoso. Un tema muy parisino para una película completamente universal.
París, ParísDirigida por Christophe Barratier