Protagonizada por Dylan Walsh (Nick/Tup), Sela Ward (Once & Again), Penn Badgley (Gossip Girl), Amber Heard (Superfumados), y Jon Tenney (The Closer), inspirado en el thriller clásico de 1987 del mismo nombre. Dirigido por Nelson McCormick (Una Noche para Morir) con guión de J.S. Cardone, basado en el guión de Donald E. Westlake e historia de Carolyn Starin & Brian Garfield y Donald E. Westlake. El film fue producido por Mark Morgan y Grez Mooradian y como productores ejecutivos están Meredith Zamsky, J.S. Cardone, Guy Oseary, Robert Green y Julie Meldan-Johnsen. El talentoso equipo encargado de las escenas corre a cargo del director de fotografía, Patrick Cady, del director de producción Steven Jordan, del editor Eric L. Beason, A.C.E., y del director de vestuario Lyn Paolo. La música es de Charlie Clouser y el director musical es Michael Friedman.
El padrastro es un film que te mantiene al filo de tu asiento, en vilo, como si se tratara de una montaña rusa para que el público pueda disfrutar en una sala a oscuras. Pero la historia de esta nueva película (y la de su predecesora en 1987) está basada realmente en una historia escalofriante.
Este remake se produjo cuando el productor Greg Mooradian estaba viendo un especial de televisión en Bravo sobre las 100 mejores películas de terror que jamás se han hecho, y vio que El padrastro estaba incluida en la lista. Era una de las pocas películas de la lista que no había visto, y después de verla y hablarlo con su compañero de producción Mark Morgan, sintieron que era el momento de volver a hacerla.
"El padrastro es un remake, pero en vez de centrarnos en lo que se hizo en el guión original, quisimos profundizar más en los personajes", nos comenta el director. La historia original, es la historia de un hombre que vivía en New Jersey y que decidió matar a su familia. Asesinó a su esposa, a sus tres hijos adolescentes y a su madre. Se trasladó a Colorado, forjando una nueva vida, se casó y cambió de nombre. No fue descubierto hasta 18 años más tarde, cuando se confirmó que se trataba del mismo hombre.
"Nos fascinó la historia. El trastorno de personalidad y el gen trágico que le empujó hasta ese punto, fue lo que hizo que nos inclináramos por esta versión de 'El padrastro'", continúa diciendo el director.
Con esto en mente, los directores comenzaron a modelar a su nuevo padrastro: David Harris.
En El padrastro, el guión está lleno de amenazas y las imágenes que lo acompañan son fuertes, pero para dar vida al malo, los directores eligieron a Dylan Walsh. Walsh y el director habían trabajado anteriormente juntos en la galardonada serie Nick/Tup, y en los siguientes años de la serie, en la que Walsh había mostrado sus diferentes facetas a la hora de actuar. Pero McCormick sabía que había aspectos de su talento que todavía no había mostrado y que sería perfecto para el papel.
"Dylan tiene un enorme talento y habilidad para actuar. Uno no tiene muy a menudo la oportunidad de verlo en Nick/Tup, porque su papel está muy definido lo que tiene que ser en la serie. Pero él da mucho más de sí. Tiene un talento especial para moverse en las escenas".
Walsh estaba encantado de hacer este personaje. Sabía que interpretar a Harris sería un gran reto, pero también un ejercicio fascinante, una actuación en la que tendría que hacer equilibrismo entre lo que resulta creíble y malvado. Walsh, McCormick y los directores, trabajaron para hacer al personaje terrorífico, pero siempre con un pie en la realidad, desde la idea de que fuera un asesino que pudiera ser tan real, que diera mucho más miedo.
"Dylan y yo hablamos mucho sobre por qué su personaje hace lo que hace. Harris verdaderamente quiere una familia, y se engaña a sí mismo con esta ilusión, en la que si tuviera una familia aparentemente feliz, la dicha llegaría a su vida". Piensa simplemente en encontrar una mujer con hijos, y hacer que funcione" comenta McCormick.
Hablando de su personaje, Walsh nos comenta, "imagino a un tipo que tiene la necesidad obsesiva de ser el cabeza de familia como en los años 50, donde el padre era el rey de su castillo. Harris tiene tantas ganas que busca mujeres vulnerables, viudas o divorciadas con niños, para entrar en esa familia y tomar el poder. En el fondo no quiere hacer daño, intenta hacer cosas buenas por ellos y así sentirse mejor".
"El problema es que hay una gran diferencia entre la idea de rey del castillo de los años 50 y las familias de hoy en día. Soy padre, así que sé que eres todo menos el rey del castillo. Hemos avanzado, progresado, y hay un toma y daca, nadie es el capitán. Es complicado y hay ciertas áreas en la que tienes que hacer de guía y ser diplomático, es la parte más dura. Y la unión de esas posturas tan diferentes, es lo que hace que este tipo enloquezca. Es un loco del control, y cuando pierde ese control, la manera que tiene de combatirlo, es matando a su familia", continúa diciendo Walsh. "Cuando llega ese momento, cuando les mata a todos, comienza una nueva vida en otra ciudad" añade McCormick.
Un asesino en serie da pánico, pero el hecho de que Harris se convierta en el padrastro, añade más terror a la historia. Walsh dice que "ser un padrastro es algo bastante común. Muchas familias se forman de esa manera, padrastros, madrastras e hijos de diferentes matrimonios. Se mete a alguien nuevo dentro de la intimidad de una familia. Y la película juega con eso, el temor sobre ¿quién esa persona que he decidido que entre dentro de nuestro círculo?".
Como mencionamos, Walsh hace doblete. Tiene que hacer que Harris parezca todo lo normal que pueda, para pasar como un hombre corriente de cara al resto, pero a la vez, tiene que ser lo bastante malo para que el público se divierta viendo como trata de ocultarlo.
"No es una novela policiaca. Es más como ir viendo cómo se desarrolla la historia y cómo el público se tensa, al ver que una inocente familia acoge a un hombre que ha matado a su propia familia. Es como, ¿qué va a pasar?, ¿quién va a ser el héroe?, ¿dónde va a poner Harris la siguiente trampa? Eso es lo hace que sea interesante".
McCormick añade, "una de las partes más brillantes del título original, era el comienzo, y lo utilizamos. La idea de contarle al público desde el comienzo que nuestro personaje principal, es de hecho un asesino, es algo con lo que queríamos que la película empezara. Es alucinante ver como un hombre se levanta por la mañana para seguir con su rutina, mientras hay un montón de muertos a su alrededor que él mismo mató la noche anterior".
"Por mucho que mires de cerca a los personajes, no encontrarás ninguno a más complejo. De primeras debería parecerte inofensivo. Si no es así, su lado asesino no funcionará. A mí me preocupaba esto e intenté no pensar en ello demasiado, simplemente dejé que ocurriera por sí sólo", nos comenta Walsh.
De Walsh, McCormick dice, "es una actuación muy cuidada la que Dylan hace en esta película, y aunque de primeras no lo aprecias, si rebobinaras, te sorprenderías. Pensarías que está totalmente loco y ellos no se dan cuenta. La primera impresión es que ellos parecen ciegos, porque es encantador. Un auténtico caballero."
Definitivamente, Walsh dice "no me había divertido tanto desde hacía mucho, mucho tiempo".
Además de un malo diabólico, una película necesita a un héroe, y en El padrastro, el héroe está encarnado por un actor joven y un rompecorazones con buena planta llamado Penn Badgley. Badgley es famoso por su papel en Gossip Girl. Estaba deseando hacer el papel de hijastro de David Harris, dejando a un lado el barrio del Upper East Side para probar suerte con un thriller urbano.
Una de las cosas que Badgley encontró más interesante sobre El padrastro, al igual que Walsh, es que se sabe quién es el asesino. "Sabes desde el principio que es un asesino. Hay una familia que está rota, y ha decidido reconstruir su vida junto a este hombre, pero él es claramente una manzana podrida. La tensión y la emoción nacen con el terror, mientas se espera a que los hechos se sucedan. No es el tipo de tensión a la que la gente está acostumbrada, y eso es lo que hace que sea tan divertido y terrorífico".
"El ritmo es una parte importante a la hora de hacer este tipo de películas. Las escenas tienen que sucederse muy lentamente para que se produzca esa tensión que llegas a sentir en el estómago. Para la audiencia, resulta divertido a la vez que angustioso, pero es eso lo que le gusta a la gente. La cosa se va poniendo más y más cruda hacia el final de la película. Antes de que te des cuenta, te has metido tanto en la trama, que te encuentras a ti mismo intentando poner a salvo tu vida. Así de fuerte te involucras con los personajes".
"Entre el público, sólo algunos saben lo que está ocurriendo, y los personajes se dejan llevar. Mi personaje, Michael, en ese sentido es como los ojos y los oídos del público. Es el que mas cosas ve y el que más cosas escucha".
Badgley encuentra la problemática de Michael divertida a la hora de interpretar su papel. Michael es un joven que está convencido de que su padrastro es una mala persona
solo que nadie le cree. "David parece ser el hombre perfecto, si no fuera porque es un asesino", se ríe Badgley. "Al principio, David intenta ganarse la confianza de Michael. Pero obviamente está loco y Michael se da cuenta, y empieza a sentirse cada vez más desplazado en su propia casa". El público se pondrá del lado de Michael y de su cruzada personal.
No son respuestas fáciles a las que tiene que enfrentarse Michael, llegando incluso a desconfiar de sus propios pensamientos. "Le resulta algo muy extraño. Todo el mundo está en su contra y piensan que está obsesionado. Y no se lo quiere contar a nadie, ya que es una locura para cualquiera pensar que su padrastro es un asesino. Incluso cuando todo empieza a tomar forma, el propio Michael, por muy convencido que está, llega a pensar que el que está loco es él".
Badgley repite las palabras de los directores cuando explica que intentaron que la película resultara lo más real posible. "Ensayamos antes e intentamos infundir toda la complejidad que pudimos a los personajes. Una frase que repetíamos mucho, era que la película sería un muy buen film incluso sin tanta sangre. Aunque no tuviéramos en cuenta la tensión que produce David como asesino, nos encontramos a una familia que intenta reconstruirse, en la que ya existe cierta tensión en la relación entre el hijo mayor y su padrastro".
Michael odia a su padrastro en la película, pero en cambio Badgley disfrutó trabajando junto a Walsh, aunque mantienen la distancia para evitar que eso pueda influir a la hora de interpretar sus papeles. Badgley opina que Walsh que "estaba muy callado al principio, al igual que yo, así que no hablamos demasiado entre nosotros. Estaba muy dedicado y centrado ya que tenía que interpretar un papel muy difícil".
Al joven actor también le maravilló la transformación de Walsh en un despiadado padrastro. "Cambia el gesto de la cara y frunce el ceño, no se cómo lo hace pero se le desencaja la boca, sus pómulos se hunden y consigue tener la mirada de un verdadero asesino. Da mucho miedo".
Walsh elogia a su compañero de reparto. "Penn es un chico muy serio. Se expresa muy bien, y para lo joven que es, es muy maduro e inteligente. Realmente me gusta su comportamiento, trabaja duro y es muy divertido".
Walsh y Badgley interpretan papeles en los que ya les hemos visto, mientras que para Sela Ward, en el papel de Susan y madre de Michael, supone un gran salto en territorio desconocido. De hecho, la actriz asegura que no le gusta nada este género de cine.
"No veo este tipo de películas porque me muero de miedo. Sin embargo, cuando recuerdo las películas de Hitchcock que veía de joven, me parecían muy interesantes y de mucho suspense. Mi máxima aspiración era pensar que esta película se le pareciera de alguna manera, y creo que es muy Hitchcock. Está muy bien rodada, es muy elegante y angustiosa. Estás esperando que en cualquier momento ocurra algo, siempre en tensión y resulta muy entretenida".
Ward nos cuenta que cuando decidió hacer la película, recuerda que se sentó con el director McCormick. "Ya había leído el guión, además de encantarme Dylan Walsh, y de conocer a Penn Badgley. Sabía que estaría rodeada de buenos actores, pero le dije a Nelson que sólo lo haría si prometía protegerme, porque no estoy acostumbrada a gritarle a cuchillos de pega. No es fácil reaccionar ante un cuchillo de goma y gritar no es mi fuerte. Fue un gran reto".
"Lo que me resultó más duro fue que mis gritos parecieran auténticos. Tenía miedo de que pareciera exagerado. La verdad, es que nunca me había imaginado lo complicado que podría llegar a ser, por lo que no se puede subestimar este tipo de papeles. Aquello que sobre el guión pensaba que sería sencillo, la realidad es que pasé muchos apuros para que mi miedo fuera auténtico. Resulta todo tan intenso, que sólo le separa una fina línea para que sea real, y mi mayor sorpresa fue poder mostrar ese miedo y ese terror de una manera tan convincente. Este aprendizaje ha sido una experiencia. Esperas que el resultado de tu actuación sea un éxito, y creo que es posible gracias a que la historia está a la altura".
Una de las cosas que ayudó a Ward a centrarse en su papel fue lo normal que parecía a simple vista, el personaje de Harris interpretado por Walsh. "Quién sabe cuántas mujeres se han visto en esta situación. Un asesino en serie, encantador, guapo e inteligente. No dudarías en cenar con él y de repente, te das cuenta de que es un auténtico psicópata".
"Esta película hará que te preguntes con quién te relacionas o a quién estás dejando entrar en tu vida. Creo que nuestra generación confiaba bastante en la gente, y ahora que todo el mundo va más a lo suyo, incluso llegándose a perder el sentido de comunidad, hay que tener mucho cuidado, porque no sabes ni quién es tu vecino".
"De dónde yo soy, Meridian (Mississippi), puedes salir a la calle y parar a cualquiera por la calle y presentarte como el primo de fulanito, decirle que tenías muchas ganas de conocerle e invitarle a tomar un café. Actúas de esa manera porque sabes que no hay ningún peligro. Este film da una visión muy interesante de lo grande que es nuestro mundo y de lo inseguro que puede llegar a ser".
Viendo de cerca a su personaje de una forma más personal, para Ward el aprieto por el que pasa Susan es sumamente más grave. "Creo que las mujeres siempre son muy frágiles ante un hombre que las desea o que las está prestando atención. Especialmente cuanto se trata de divorciadas y ya de cierta edad. Sin duda es una situación muy vulnerable. Te llega hasta lo más profundo y creo que eso es lo que la hace tan espeluznante. Es una de esas películas que te hacen pensar que eso te podría ocurrir a ti".
McCormick añade que "Susan no se da cuenta hasta que conoce a este tío, de cuánto necesitaba tener una relación y estar con alguien que se enorgullezca de estar con ella. Se siente tan a gusto que hace que vuelva a encenderse la llama que se apagó hace ya mucho tiempo. Creo que mucha gente llega a un momento en su vida en la que se preguntan por qué no pueden disfrutar de la misma felicidad que otros. Susan se encuentra en esa situación cuando conoce a David, lo que explica que esté ciega ante alguno de sus defectos, y a sus repentinos cambios de humor. Sólo cuando una relación ya se ha estropeado, es cuando puedes mirar atrás y preguntarte en qué estabas pensando".
Para dar con el resto del reparto, para el papel de la novia de Michael, Kelly, los directores querían a la típica vecina de al lado. En las audiciones, cuando vieron lo bien que Amber Heard congenió con Penn Badgley, supieron que tenían que darle el papel. "Se lo pasaron muy bien juntos y eso fue un factor muy importante" comenta McCormick.
Heard estaba entusiasmada con unirse al reparto y se hizo muy rápido con el papel. "Me encanta como en esta película Kelly es una pieza tan fundamental en la familia. Es la novia y llevan tiempo juntos, siendo un miembro más de la familia. Cuando las cosas empiezan a ponerse feas, su personaje es esencial en las escenas finales" cuenta Heard.
El director también estaba encantado con que formara parte del elenco. "Amber tiene el don de dedicarse a fondo, y eso nos vino muy bien ya que el personaje de Penn es algo reservado y ella saca lo mejor de él".
Sobre su novio en la pantalla, Heard opina que "es increíble, agradable, con mucho talento y muy centrado". Es igual de efusiva a la hora de hablar de Walsh. "Dylan es un actor maravilloso".
Una vez terminada la película, tanto el reparto como el equipo de rodaje, estaban deseando que el público disfrutara de la experiencia de El padrastro. "Una vez que estás viendo la película y a sus personajes, no piensas que van a pasar tantas calamidades. Te entran ganas de avisarles, ¡date la vuelta!, ¡abre los ojos!, ¡mira arriba! Te tiene en tensión todo el tiempo. Es excitante
y te atrapa emocional y psicológicamente. Es muy divertida".
Badgley lo resume diciendo, "espero que el público se asuste y que pase miedo. Nosotros estamos para entretener, y espero que así sea. Quizás cuando la gente vuelva a casa de sus padrastros o madrastras, mire debajo de sus camas".
Hogar, dulce hogar
Dylan Walsh dice que su personaje se aferra a la idea de convertirse en "el rey del castillo". Para crear ese "castillo" perfecto del diabólico padrastro interpretado por Walsh, los directores contactaron con el director de producción Steven Jordan.
Jordan nos cuenta que "para todo trabajo, yo trato a los escenarios como si fueran personajes. A la hora de "hacer el casting" para la casa de El padrastro, tuve que encontrar todo lo que el guión requiría, algo que se ajustara para poder hacer todas las escenas de especialistas y todas las especificaciones que el argumento demandaba. Hicimos una exhaustiva búsqueda de casas de estilo clásico en Pasadena, pero necesitábamos una con piscina, con vistas desde las habitaciones y de tres pisos con ático".
Además para la película original localizada en Portland (Oregón), tuvieron que encontrar una casa sin palmeras, y eso era difícil de hacer en Pasadena, ya que se encuentra rodeada por ellas.
Se encontraron varias casas que reunían dos de las tres condiciones, y finalmente se decantaron por una hermosa casa que era perfecta, pero que sólo tenía dos pisos. "Para remediar esto, tuve que pedir al equipo creativo que construyera un tercer piso, que pusimos encima del tejado y pintamos para igualarlo. "Quedó realmente bien ya que los vecinos se acercaban comportándose como si eso hubiera estado siempre allí", nos cuenta Jordan riéndose.
Rodaron en la casa, además de tomas exteriores aprovechando la nueva estructura de la casa, donde tiene lugar la pelea que empieza en el ático y termina en la parte trasera de la casa. Para el rodaje del interior del ático, construyeron una réplica del mismo dentro del estudio según indicaba el guión.
Los retos a los que un equipo de producción tiene que enfrentarse a la hora de rodar en una casa son, facilitar la gran variedad de requerimientos para las luces, facilidades para que las cámaras puedan moverse, y posibilitar interesantes ángulos desde donde poder rodar. Jordan hizo hincapié en crear un escenario bastante profundo, con ventanas y con una estructura lo bastante interesante, como para poder soportar todo el volumen de trabajo que se iba a hacer.
El y su equipo trabajaron duro para dar realismo a la casa y conseguir que se viviera un ambiente familiar. "Es muy importante crear un lugar donde los actores se sientan motivados y se sientan como en casa. Se invirtió mucho tiempo pensando en cómo desarrollar a los personajes a través de su vestuario. Se metieron en la mente de los actores (y a menudo, trabajando con ellos), el equipo de producción buscaba respuestas sobre cómo se comportarían los habitantes de la casa, para que cada detalle estuviera en su lugar.
Jordan nos dice que "por ejemplo, al personaje de Sela, lo modelamos para que diera la imagen de una cocinera y coleccionista. Así que, llenaron su casa de cerámica de Roseville. "El estilo Roseville resultó perfecto, por el estilo vintage de la casa y por lo típico que es en el oeste de Estados Unidos". Para adaptarse al argumento, los decorados salpicaron cuidadosamente la casa con armas de destrucción masiva. Intentamos presagiar lo que va a ocurrir de forma muy sutil. Había cuchillos y herramientas por todas partes, pero para que pareciera creíble, fuimos muy sutiles" recuerda Jordan.
Independiente de los cuchillos, Jordan repite el mismo mantra que utiliza tanto el director como todo el reparto de El padrastro. "Se trata de plasmar la realidad. A la hora de hacer la película, cada uno de nosotros, no importa cuál sea su función, somos cuentacuentos" añade.