El thriller de suspense EL AMERICANO está protagonizado por el oscarizado George Clooney y dirigido por Anton Corbijn (Control). El guión ha sido adaptado por Rowan Joffe a partir de la novela Un caballero muy reservado, de Martin Booth, publicada en 1990.
Focus Features presenta una producción This is That/Greenlit/Smokehouse, dirigida por Anton Corbijn. George Clooney en EL AMERICANO, con Violante Placido, Thekla Reuten, Paolo Bonacelli. Casting, Beatrice Kruger. Vestuario, Suttirat Anne Larlarb. Música, Herbert Grönemeyer. Montaje, Andrew Hulme. Diseño de producción, Mark Digby. Fotografía, Martin Ruhe. Producción ejecutiva, Enzo Sisti. Productores, Anne Carey, Jill Green, Ann Wingate, Grant Heslov, George Clooney. Basada en la novela Un caballero muy reservado, de Martin Booth. Guión, Rowan Joffe. Dirección, Anton Corbijn.
Después del éxito del drama Control, su premiado primer largometraje, el director Anton Corbijn buscó un tema que no tuviera nada que ver con esta película. "Empecé a leer guiones de thrillers", dice. "El tema de EL AMERICANO, un solitario que intenta encontrar la redención por lo que ha hecho, me interesó, así como la tensión y el romance contenidos en la historia. Me pareció que no sólo ofrecía suspense, sino material para reflexionar".
"Durante 35 años me he dedicado al retrato fotográfico; el cine es una nueva aventura para mí. Todavía sigo buscando una voz propia. Hay un paralelismo entre Control y EL AMERICANO, ambas películas hablan de cambiar de vida: ¿Cómo se puede hacer el bien después de haber hecho el mal? ¿Es posible superar ciertas cosas que uno lleva dentro y que quizá le definan?"
La música, auténtica motivación y tema central en Control, fue una inspiración clave para Anton Corbijn durante sus años de formación, y también un género cinematográfico en concreto. "No he visto muchísimo cine", dice, "pero los westerns siempre me han impactado, desde "Látigo/Rawhide" (serie de los sesenta protagonizada por Clint Eastwood). El aspecto, las historias, la moralidad de muchos westerns me atraían. Y aunque EL AMERICANO no es un western, tiene la misma estructura: un forastero llega a un pueblo y entabla una relación con un par de personas, pero su pasado le encuentra y hay un tiroteo".
La productora Anne Carey está de acuerdo y añade que en EL AMERICANO, igual que en los westerns, "hay un hombre que ha vivido manejando un arma, y la violencia de su pasado amenaza con infectar la paz que intenta encontrar en un lugar donde piensa instalarse".
"Leí la novela de Martin Booth, Un caballero muy reservado, hace más de diez años", sigue diciendo la productora. "Enseguida pensé que podría ser una película sexy y entretenida con un papel protagonista interesante y complejo. Las productoras Ann Wingate y Jill Green intentaban hacerse con los derechos. En vez de competir, decidimos unir nuestras fuerzas y hacer la película juntas".
Ann Wingate recuerda: "Mi primer intento para convertir la novela en una película fue en los noventa con BBC Films, pero abandonaron el proyecto. Jill y yo empezamos a trabajar juntas y se me ocurrió revivirlo. Siempre me había atraído la historia de amor del protagonista, un hombre que se ha pasado la vida escapando y que quiere escapar de lo que es".
Jill Green dice: "Lo que nos atrajo de la novela fue la figura de un solitario que busca el amor y la redención, a pesar de una creciente confusión interior. En esa época, Martin Booth aún vivía, e insistió en que los productores debían ser ingleses o europeos, es decir Ann y yo. Ann estaba entusiasmada con el proyecto. Nos asociamos y trabajamos en el guión durante unos 6 ó 7 años".
Ann Carey añade: "Luego hubo que encontrar al director y al protagonista".
"Cuando hablamos con Anton, su idea encajaba muy bien con el libro de Martin", dice Jill Green, "y nos gustó su visión del material".
"Obviamente, después de tantos años era necesario poner el material al día", explica Anne Wingate. "Con el tiempo, el guión se acercó cada vez más a la novela y fue cobrando fuerza".
Ann Carey recalca: "Anton se convirtió en el eje; el proyecto cuajó gracias a él".
El productor Grant Heslov, que se unió al proyecto en 2008, dice: "Anton viene del mundo de la fotografía y sabe componer encuadres fascinantes. Además, su perspectiva no es totalmente recta; todo tiene una extraña inclinación, aportando algo especial a los planos".
El guionista Rowan Joffe dice: "Cuando Anton, Anne y Grant me encargaron que reescribiera EL AMERICANO, me entusiasmó la idea de adaptar una novela tan poco corriente, tan rica, moral y visualmente. Se habían escrito varios guiones, pero decidí empezar desde cero, inspirándome en la brillante idea de Anton: concebir la historia como una especie de western contemporáneo".
"Con esa premisa en mente, entresaqué mis escenas favoritas del libro, simplifiqué la estructura general hacia un thriller basado en un personaje con una trama racional, un poderoso tema redentor, muy poco diálogo, y un agreste paisaje italiano que ocupa el lugar de un personaje y cuya belleza melancólica acompaña al protagonista en su viaje a la redención. Cuando George Clooney se interesó por la primera versión, pude trabajar en las siguientes versiones viéndole a él en el papel. Fue una oportunidad excepcional. Escribí para uno de los mejores actores del momento".
Anton Corbijn consideró que encontrar la localización perfecta en Italia era crucial para la película: "Tal como se especifica en el guión, el paisaje debía ser otro personaje. Tenía muy claro el aspecto de los pueblos". Los cineastas estaban de acuerdo en que debían rodar en Italia, y de ahí el título de la película. Al principio tenía el mismo título que la novela, pero Anton Corbijn lo bautizó "Il americano".
En cuanto a las localizaciones en Italia, los Abruzos habían conquistado a los cineastas. Se trata de una región montañosa al este de Roma que va desde los Apeninos al mar Adriático. Remota y majestuosa, la zona es "un entorno en bruto, un paisaje auténtico que pocas veces se ve en el cine", dice el director.
En invierno de 2008, los cineastas ya habían escogido las localizaciones, pero el 6 de abril de 2009, los Abruzos fueron sacudidos por un terrible terremoto. Anton Corbijn recuerda: "Creímos que EL AMERICANO ayudaría económicamente a la región y podría atraer al turismo".
El productor ejecutivo Enzo Sisti añade: "Empecé a ocuparme de la producción en abril. Anton, George, Focus Features, todos estaban decididos a rodar en los Abruzos, convencidos de que sería una ayuda para la región y de que la película necesitaba la belleza del entorno".
Ann Wingate dice: "Es una atmósfera diferente, las sensaciones son diferentes. No tiene nada que ver con la belleza de la Toscana o de Umbría, de las maravillosas Florencia y Roma, que hemos visto en tantas películas".
"El paisaje es duro, rocoso. No es una zona muy turística, pero es maravillosa y hay que cuidarla. Además del terremoto, las prospecciones petrolíferas están estropeando el paisaje", dice el director.
Los cineastas también aprovecharon la nueva ley de cine italiana, que acababa de aprobarse hacía unos meses después de diez años de estudios. EL AMERICANO ha sido la primera película en acogerse a la ley. La productora Anne Carey explica: "La ventaja es que se obtiene el dinero durante el rodaje, no como otras leyes fiscales donde la devolución puede tardar entre uno y dos años".
George Clooney y el actor Bill Murray visitaron LAquila el 9 de julio para apoyar a las víctimas del terremoto, que aún vivían en tiendas, y para inaugurar un cine en un campamento en San Demetrio. George Clooney se comprometió a que le rodaje empezaría en septiembre.
Mientras tanto, los cineastas seguían con el casting. Anton Corbijn estaba convencido de que George Clooney era el actor perfecto para encarnar a Jack: "George no había hecho un personaje parecido. Es interesante ofrecer algo nuevo a un actor. Se le da muy bien el diálogo, pero su personaje es un hombre parco en palabras que vive en un estado de tensión constante".
"Jack es un hombre que ha empezado a descubrir la belleza. Aunque vaya por el buen camino, ¿le reservará el destino algo diferente?", dice el productor Grant Heslov. "George aporta tranquilidad al papel de Jack, que habla poco, todo un reto para un actor. Debe hacer palpables los sentimientos sin hablar".
Jill Green dice: "Me recuerda al papel de George en Michael Clayton por lo mucho que es capaz de comunicar sólo con la mirada".
Anne Carey añade: "Los espectadores confían instintivamente en George, algo muy importante para el personaje de Jack".
Y Ann Wingate acaba diciendo: "Es un papel más oscuro para George, pero encarna el personaje a la perfección. Nos encantó que quisiera hacer el papel".
En cuanto a los italianos con los que Jack entabla una relación, los cineastas querían actores conocidos en Italia, aunque no lo fueran internacionalmente. El veterano actor Paolo Bonacelli fue escogido para el papel del sacerdote, el padre Benedetto. El actor cree "que se debe conocer el papel, el personaje, todas las escenas, pequeñas o grandes. Las escenas más pequeñas son importantes, y para eso se debe estudiar, estudiar". Y añade: "El padre Benedetto quiere ser su amigo, pero Jack es muy prudente. Como compañero de trabajo, George Clooney fue amable y muy profesional".
Para hacer el papel de la prostituta Clara, la mujer que hace ver a Jack que puede tener otra vida, los cineastas escogieron a la conocida Violante Placido. El director dice: "Violante es una belleza italiana clásica, y una actriz inteligente. No sobreactúa, simboliza el corazón de la película. Es un ser sexual en la pantalla, algo requerido por el papel, pero también tiene la presencia de las famosas estrellas italianas de antes".
Sigue diciendo: "Igual que George. De ahí la química espontánea entre los dos. Fue una gran ventaja porque nunca había dirigido escenas íntimas. Quería que comunicaran una sensación un poco cruda, dada la oscuridad del personaje de Jack. En su primera escena juntos, rodé enfocando a Clara. Mirándola, se entiende lo que él ve en ella y se siente que los personajes están cambiando. Quería conseguir tensión y sensualidad a la vez".
"No fueron escenas fáciles", reconoce la actriz. "Pero todas las escenas son difíciles. En cierto modo, me quedo desnuda cada vez que actúo. George se esforzó en hacerme sentir cómoda, y se lo agradezco porque he trabajado con actores inseguros que intentan que los demás se sientan como ellos".
Hablando de Jack y Clara, los describe como "dos almas que se encuentran porque ambos tienen algo extremo en sus vidas, sus profesiones, que les aísla. Primero se comunican a través de sus cuerpos, por instinto animal, pero poco a poco se hacen más íntimos, y eso les asusta".
"Ninguno de los dos esta acostumbrado a confiar en otras personas", sigue diciendo. "Pero Clara confiesa que sueña con cambiar de vida. Los dos sienten un cambio porque se ven a través de los ojos del otro. Buscan algo en su interior y también fuera".
Violante Placido habla inglés a la perfección y tuvo que trabajar con la asesora de diálogo Dianne Jones para "empeorar". La actriz explica, riendo: "Me ayudó a empeorar. Clara viene de un pueblo. Puede haber estudiado inglés, pero no mucho. Debe hablar un inglés más italianizado".
Para el otro papel femenino, Mathilde, la enigmática clienta de Jack, los cineastas se inclinaron por la holandesa Thekla Reuten, que habla varios idiomas y ha rodado en el mundo entero. "Tiene un cualidad camaleónica genial para el papel", dice Anne Carey. "Contrasta con los actores italianos por su estilo de interpretación y con Violante por su físico".
"Vi a muchas actrices para este papel", reconoce Anton Corbijn. "Pero Thekla brillaba, encarnaba a la perfección la ambigüedad del personaje".
Thekla Reuten dice: "Soy medio italiana, por lo que estaba entusiasmada con la idea de trabajar en Italia y hablar en italiano con el equipo". Nacida en Holanda, reconoce que "Control me impresionó, y sentí un orgullo holandés por Anton. Tenía la esperanza de que siguiera haciendo imágenes en movimiento".
La actriz describe su personaje como "una mujer con las mismas habilidades y probablemente las mismas ambiciones que tenía Jack al principio. Quiere ser tan buena como él en un mundo que gira alrededor del dinero y de la adrenalina. Sus encuentros con Jack son un aviso del futuro que le espera dentro de diez o veinte años".
"No hay lugar para el corazón en su profesión", sigue diciendo, "pero baja la guardia a propósito cuando está con él. Sin embargo, siempre que se ven, parece un duelo".
Pero el tiempo que Thekla Reuten pasó con George Clooney en el rodaje tenía poco que ver con eso. "Admiro el camino profesional de George", dice. "Aprendí de su profesionalidad, daba igual que contara un chiste, usara su ojo de productor o se metiera en el alma del frío y solitario Jack".
Martin Ruhe, el director de fotografía, ya había trabajado con Anton Corbijn, que dice: "Compartimos el mismo gusto por los acercamientos simples; preferimos evitar los movimientos de cámara complejos, pero Martin consigue que todo sea maravilloso por su forma de iluminar".
El director de fotografía añade: "Una vez que se decidió rodar EL AMERICANO en Italia, nos dejamos inspirar por los habitantes de la región, y sobre todo por los constantes cambios de tiempo. Anton y yo estábamos de acuerdo en ver de qué manera los Abruzos influirían en Jack. Sólo se hizo un storyboard para dos secuencias, la persecución nocturna y la escena cumbre".
La productora Anne Carey dice: Anton y Martin funcionan como una unidad. Creo que el ojo de Martin está conectado con el cerebro de Anton. La fotografía de EL AMERICANO es muy elegante".
La ciudad de LAquila estaba demasiado dañada para rodar en ella, y los cineastas decidieron ir a Sulmona, una ciudad con un importante mercado, rodeada de montañas. Es conocida por el viaducto del siglo XVII que atraviesa su Plaza Mayor y por ser el hogar de las almendras garrapiñadas que se regalan en cumpleaños, bautizos, comuniones y bodas.
El alcalde y los habitantes de la pequeña ciudad de Sulmona estaban más que dispuestos a cooperar y recibieron con los brazos abiertos a un reparto en su mayoría italiano. De hecho, muchos aparecen en la película como extras cuando Jack sale con prudencia del pueblecito en el que se ha instalado.
En la secuencia del mercado en la Plaza Mayor, la veterana actriz italiana Silvana Bosi interpreta a una vendedora de quesos. En cuanto se empezó a rodar, Anton Corbijn se quedó atónito al ver a una mujer mayor entrar en el plano y hablar con la actriz. Se trataba de la dueña del puesto, que demostraba su desacuerdo porque Silvana Bosi no había escogido el mejor queso para vendérselo a George Clooney.
Durante su estancia en Sulmona, el actor fue galardonado con el primer Ovidio de Plata a todos sus logros. El premio debe su nombre a que la ciudad fue el lugar de nacimiento del poeta latino.
Además de Sulmona, se rodaron escenas en los pueblos de Calascio, Anversa, Castelvecchio y Pacentro. El director dice: "No pudimos filmar en LAquila dada la amplitud del terremoto. Había encontrado varias localizaciones en enero de 2009, pero nos fue imposible usarlas".
Anton Corbijn siempre llevaba su cámara Leica. "Trabajo con luz natural y no tengo cámara digital", explica. "Las fotografías que hice del rodaje son instantáneas. Había días que no hacía ninguna; otros, cinco".
Entre las localizaciones más impresionantes destacaremos las orillas del río Aterno, dentro del Parque Nacional Gran Sasso. El diseñador de producción Mark Digby y su equipo habían hecho algunos retoques en el lugar escogido. A primera hora del día de rodaje, tuvieron la desagradable sorpresa de que unos maleantes se habían dedicado a arrancar todos los arbustos que habían plantado. Pero no tardaron en descubrir que dichos maleantes era unos jabalíes que no estaban de acuerdo en que se les entorpeciera el camino. Se replantó el decorado y unos guardias de seguridad patrullaron el recinto de noche para impedir que el incidente se repitiera.
Mark Digby y los suyos se enfrentaron a otro reto para fabricar el arma que Mathilde encarga a Jack. "Puede parecer simple a primera vista", explica, "pero no lo fue. El arma se fabricó en Inglaterra. En estos casos, los permisos de armas son limitados. A la vez, se estaba haciendo el maletín en Italia; un maletín que debía tener estilo, elegancia y ser del tamaño exacto para el arma. Se intercambiaron medidas y fotos, pero hubo tres ó cuatro elementos que debimos encajar en el último momento. Para estar seguros, acabamos con tres maletines de un tamaño ligeramente diferente. Al final, hubo que recortar el silenciador".
El armero Jon Baker enseñó a la actriz Thekla Reuten a montar y desmontar un arma. La actriz se entrenó durante dos semanas. "Al principio era muy lenta", recuerda el armero. "Poco a poco fue mejorando hasta conseguir una velocidad increíble. En cuanto a George, no fue necesario enseñarle nada, ya lo había aprendido todo en otras películas".
Para el pueblecito donde vive Jack habitualmente, los actores y el equipo se trasladaron a Castel del Monte, un lugar encaramado en la montaña a 1.350 metros de altitud, suspendido a menudo encima de un mar de nubes. Dentro del recinto amurallado, muchas casas siguen como hace siglos. El pueblo fortificado perteneció a los romanos, los godos y, en el siglo XVI, a los Medici, que encargaron muchos de los edificios renacentistas.
"Castel del Monte es un sitio turístico en verano", explica Anton Corbijn. "En otoño, las noches son muy frías y muchas casas se quedan vacías. Me pareció un sitio precioso con una amenaza de peligro".
La productora Ann Wingate añade: "Es casi medieval. Estoy segura de que vivir en un pueblo donde todas las carreteras llevan hacia abajo, donde se está encima de todo, afecta al comportamiento de los habitantes".
Grant Heslov recuerda: "Hay partes donde sólo se puede llegar andando. Lo pasamos mal con el equipo más pesado: una cosa era llevarlo, pero sacarlo de allí fue mucho peor".
El diseñador de producción Mark Digby se quedó maravillado: "Es un pueblo lo bastante pequeño como para saber siempre lo que está pasando, pero también es un auténtico laberinto. Era ideal para Jack".
La diseñadora de vestuario Suttirat Anne Larlarb reconoce que se enfrentó a un problema: "Jack intenta pasar desapercibido, por lo tanto la ropa debía ser discreta. Descubrí que iba a trabajar con uno de los hombres mejor vestidos del planeta, pero que no debía ir a la moda. Nos inclinamos por ropa muy clásica, que no llamara la atención".
"También hubo que equilibrar el vestuario de los demás personajes con el de Jack", sigue diciendo. "Por ejemplo, era importante vestir a Mathilde para que diera la impresión de tener la misma profesión. Y puede que tengan más cosas en común. Sin embargo, Clara debía salirse de lo habitual, conservando una naturalidad que pudiera atraer a Jack. Eliminamos casi todos los rojos, pero le escogimos un bolso rojo".
Anton Corbijn añade: "Hay poquísimo rojo en la película, y cuando aparece, está unido al peligro o al amor, o a ambos a la vez".
Con la llegada del reparto y del equipo el número de habitantes de Castel del Monte, 129 personas, se dobló de golpe. Un miembro del equipo sufrió un repentino dolor de muelas, pero no tuvo más remedio que ir al pueblo más cercano ya que el mensaje en el contestador del dentista local decía literalmente: "
no está disponible por trabajar en una película de Hollywood".
La mayoría de la población aparece en EL AMERICANO, sobre todo en la secuencia de la procesión del padre Benedetto. El guión especificaba que se trataba de la Procesión de las Serpientes, que se celebra una vez al año en Colculla, pero hubo que cambiarla por la Procesión de los Corderos, ya que los habitantes de Colculla protestaron airadamente, casi hasta el punto de requerir la intervención del obispo.
Entre otras curiosidades está la presencia de un perro negro en numerosas escenas rodadas en Castel del Monte. Wally vive en la Plaza Mayor y el equipo lo adopto. Cada vez que sonaba la palabra "acción", Wally se levantaba y entraba en el plano.
Más arriba de Castel del Monte se encuentra la meseta de Campo Imperatore, que forma parte del Parque Nacional de San Grasso y donde se rodó una de las escenas culminantes de la película. Hasta mediados del siglo pasado fue el destino final de la trashumancia de millones de ovejas que subían desde los pastizales invernales cercanos a la costa. Actualmente es una estación de esquí donde en verano pastan el ganado y los caballos salvajes, a pesar de la presencia de lobos y, según dicen, osos.
Para terminar con las nueve semanas de rodaje en Italia, quedaba filmar una de las primeras escenas de la película, cuando Jack llega a Roma camino de los Abruzos. Rodar en la concurrida estación de Termini y en las calles adyacentes, en hora punta y con un actor conocidísimo, planteaba un problema. Dentro de la estación fue posible rodar en un andén desocupado, pero quedaba el plano de Jack cruzando la calle hacia la entrada de la estación. Se escondió una cámara en una ventana de un café, y George Clooney, vestido de Jack, maletín en mano, bajó de un coche, cruzó la calle y entró en otro coche sin que nadie se fijara en el hombre que se abría camino entre la multitud.
La productora Anne Carey explica: "No lo incluimos en el plan de rodaje. También cabía la posibilidad de usar un doble, pero George estaba decidido a intentarlo".
A Anton Corbijn le sorprendió la cooperación que encontraron en los lugares donde rodaron: "En Italia no existe la jerarquía en el equipo técnico. Todos se conocen, incluso son parientes, y el ambiente es muy familiar".
Grant Heslov está de acuerdo: "Es como una familia. Todo es menos formal, muchas veces basta con darse la mano, no hace falta firmar nada. Por la mañana, al llegar, todo el mundo se besa, toma un café y charla media hora antes de empezar a funcionar. Me gusta trabajar así".
"Además de las localizaciones propiamente dichas, Anton se sirvió de los paisajes agrestes, de las montañas en la distancia, de los espectaculares valles", explica la productora Jill Green. "El equipo italiano era muy bueno y tuvimos mucha suerte de trabajar con ellos. Aparte de las imágenes, sabía que Anton haría algo especial con el sonido y la música".
Incluso antes de terminar el rodaje, la música ya era una parte importante del concepto de Anton Corbijn. Aunque la película no esté centrada en la música, como ocurría en Control, el director contó con otro socio creativo habitual, Herbert Grönemeyer, para componer la banda sonora. Anton Corbijn dice que la música del compositor "aporta emoción en momentos clave. Se basa en el piano y añade mucho a la película. La partitura de Herbert ayuda al espectador a entender qué pasa por la cabeza de Jack, sobre todo cuando está totalmente solo, fabricando armas".
Varias semanas después de haber acabado en Italia, el equipo volvió a reunirse para rodar cinco días en Ostersund, Suecia. Hubo que esperar para capturar la belleza invernal sueca, tal como especificaba el guión, que contrasta fuertemente con el clima más cálido de Italia. "Rodamos el principio de la película al final de todo. Aparte del frío, nos encantó Suecia y sus asombrosos paisajes", dice el director.
Hablando del protagonista, Anton Corbijn dice: "George siempre está en el plató, no pierde el tiempo en su caravana. Nadie se imagina la ventaja que es tener al actor protagonista siempre a mano. Además, no sólo piensa en su papel, sino en toda la película y en los demás actores. Tiene un asombroso sentido de la continuidad, y siempre que surgía un problema, estaba dispuesto a sugerir algo".
Y acaba diciendo: "Es un actor muy serio que hace reír a todo el equipo en el plató. Los actores y los técnicos disfrutan con él, y él disfruta trabajando. Responde con encanto y amabilidad a la atención que todo el mundo le prodiga en la calle, algo que no tiene precio cuando se rueda en lugares pequeños".