Un clásico de la televisión llega a la gran pantalla
En la Nochevieja de 1974 la cadena ZDF emitió el primer capítulo de VICKY EL VIKINGO. Michael Bully Herbig, de cinco años, se encuentra tumbado en la alfombra de la familia, delante del televisor, viendo la primerísima aventura del muchacho vikingo de pelo rubio rojizo. Después de ese día, no se perdería ni un capítulo (si su madre lo recogía a tiempo de la guardería, claro).
"Vicky era mi héroe", confiesa Michael Bully Herbig. "Podía identificarme con él. Sabía exactamente por qué huía de los lobos y le tenía miedo a Sven, el Terrible. Lo único que no teníamos en común eran sus geniales ideas. Creo que toda una generación de niños creció admirándolo por esas ideas suyas".
El productor Christian Becker también pertenece a esa generación de Vicky: "Me encantaba Vicky de niño, la combinación de imágenes inofensivas, historias emocionantes y personajes disparatados. Y en el centro de todo ello, un chico de ideas geniales".
Casi 30 años después de su encuentro inicial con Vicky, Christian Becker empezó a trabajar en una versión de acción real de las aventuras del pequeño vikingo. "Como la serie se emitió en más de 60 países, la idea me parecía muy lógica", comenta el productor. "Cuando empecé a investigar para adquirir los derechos, hace seis años, descubrí que Constantin Film AG también estaba interesada en los mismos. Así que nos juntamos para desarrollar la idea".
En 2004, le comentó a la gran estrella de la comedia alemana, Michael Bully Herbig, su idea de una película de Vicky de acción real. "Al momento pude percibir cómo le centelleaban los ojos", recuerda Christian Becker. Michael Bully Herbig tampoco ha olvidado ese mágico momento. "En cuanto escuché el nombre de Vicky, se me levantaron las orejas. Enseguida empecé a ver imágenes que serían perfectas para la película".
Como director de más éxito de Alemania, que ha conseguido más de 23 millones de espectadores con sus tres últimos éxitos de taquilla, considera a VICKY EL VIKINGO "una premisa perfecta para un género que siempre había querido abordar: la aventura llena de diversión y emoción. Lo que desde luego no quería era Vicky, el Alfeñique, sino un emocionante y vertiginoso espectáculo de aventuras".
Preparación: Ideas y dinero
Junto a su coguionista Alfons Biedermann, con el que Michael Bully Herbig ha escrito sus éxitos de taquilla El tesoro de Manitú, (T)raumschiff Surprise Periode 1 y El reino de los chiflados, Michael Bully Herbig se puso rápidamente a idear un guión. A modo de preparación, la pareja decidió no utilizar las novelas originales de Runer Jonsson, sino que optaron por volver a ver los 78 capítulos de la serie original en DVD.
"Por lo que a mí respecta, VICKY EL VIKINGO ha quedado definido por la serie de dibujos desde hace ya más de 30 años", afirma Michael Bully Herbig. "Visualmente, era la expectativa que quería cumplir. Mi mayor preocupación era decepcionar a los fans de Vicky. Por eso decidí tomar únicamente la serie de televisión como modelo para la película".
El productor Christian Becker agrega que "Michael Bully Herbig y Alfons Biedermann tomaron los reconocibles personajes y los trasladaron a un mundo vikingo creíble de carne y hueso y dieron más brío al ritmo narrativo. Eso hace la película más moderna, juvenil, original y, sobre todo, más realista".
El equipo de guionistas ideó una historia original para la película, que no estaba sacada ni de las novelas ni de la serie de animación: Vicky, Halvar y el resto de los vikingos pretenden rescatar a los niños de la aldea, que han sido secuestrados por unos atacantes demoníacos. Lo que se ha mantenido intacto, sin embargo, es el encanto especial de los dibujos animados y su mensaje de cerebro antes que músculo.
Desde el primer momento, estaba claro que el paso de Vicky a la gran pantalla tendría un precio. "VICKY EL VIKINGO es una verdadera superproducción", explica Christian Becker. "Estamos invirtiendo mucho en la película", concuerda Martin Moszkowicz, consejero delegado de Constantin. Su presupuesto alcanza las decenas de millones de euros.
La selección de actores: Bully Vants Vikings
¿A qué clase de cabeza le sientan bien un par de cuernos? El equipo llevó a cabo un proceso de selección a escala nacional para averiguarlo. Sólo para el papel protagonista, se presentaron más de 600 chicos. Daniela Tolkien dirigió a un equipo de agentes profesionales de casting infantiles para realizar una selección de los mejores, que Michael Bully Herbig luego vio en DVD. Más tarde, el director se reunió personalmente con sus favoritos, hasta cinco veces con alguno de ellos.
El elegido fue finalmente Jonas Hämmerle, de Berlín, que contaba entonces nueve años. "Cuando vino Jonas a hacer su prueba, yo estaba distraído en ese momento y no lo miraba más que por el rabillo del ojo", recuerda Michael Bully Herbig. "Entonces dijo algo y captó mi atención. Siempre me había gustado mucho la voz original alemana de la serie de televisión. Era agradable, era atractiva, encajaba con el carácter del joven personaje. Y Jonas también cuenta con una voz única y especial. Entonces pensé: si sabe actuar, el papel es suyo".
Waldemar Kobus, que interpreta a Halvar, el padre de Vicky, no tiene más que palabras de elogio para Jonas Hämmerle: "Me resulta un regalo increíble tener a un chico tan estupendo para interpretar a mi hijo en la película". El propio Kobus, que ya había trabajado con Michael Bully Herbig en (T)raumschiff Surprise Periode 1 y El reino de los chiflados, consiguió el papel del jefe vikingo de una forma un tanto indirecta: "Iba oyendo la radio en el coche con mi mujer, cuando dijeron que Bully estaba preparando una película de 'Vicky'. Mi mujer me dijo que debía llamar enseguida y presentarme a las pruebas. Pero dije, Bully ya me conoce, me habría llamado si me quisiera para el papel. Y, efectivamente, tres semanas más tarde, Bully me llamó y dijo: '¿Waldemar, quieres interpretar a Halvar?' Me quedé totalmente atónito, estaba encantado".
Michael Bully Herbig eligió un modo muy poco ortodoxo para encontrar a su banda de vikingos de Flake: desde el 15 de abril de 2008, realizó un proceso de selección por televisión para los papeles de los vikingos Snorre, Tjure, Faxe, Gorm, Urobe y Ulme en la cadena ProSieben, en su propio programa, BULLY VANTS VIKINGS. Se presentaron 4.400 aspirantes, de entre 18 y 81 años, desde perfectos principiantes a consumados actores, para la preselección en Múnich, Colonia, Hamburgo y Berlín. De todos ellos, solamente llegaron 120 candidatos a la selección oficial en Bavaria Film Studios, en Múnich, que se redujeron hasta 18 para competir en la prueba final por los papeles.
Para esta búsqueda de talentos, producida por Constantin Entertainment junto con su propia productora, herbX medienproduktion, Michael Bully Herbig contó con la ayuda de un jurado sumamente cualificado: Rita Serra-Roll, productora y antigua agente de casting, así como la gran estrella Jürgen Vogel (La Ola) colaboraron en la búsqueda del director del reparto perfecto.
Michael Bully Herbig está convencido de que "el programa de televisión me permitió llegar a gente que jamás habría encontrado de otro modo, a través de los canales normales de las agencias de casting, o en la calle". Un ejemplo perfecto lo constituye el caso de Jörg Moukaddam, ingeniero de Berlín en su vida normal, que consiguió el papel del corpulento Faxe. O Patrick Reichel, vendedor de coches de Remscheid, que no había actuado nunca antes de BULLY VANTS VIKINGS.
El director decidió deliberadamente no convertir VICKY EL VIKINGO en un desfile continuo de nombres conocidos: "Quería un reparto que se acercara lo máximo posible a los personajes de la serie de animación, más que estrellas conocidas que desviaran la atención de los personajes originales".
En la gran final de BULLY VANTS VIKINGS, que se emitió en vivo el 20 de mayo de 2008, se anunciaron los siguientes ganadores: Christian Koch como Snorre, Nic Romm como Tjure, Olaf Krätke como Urobe, Mike Maas como Gorm, Patrick Reichel como Ulme y Jörg Moukaddam como Faxe.
Una feliz coincidencia también llevó a Günther Kaufmann hasta Michael Bully Herbig a lo largo de su programa de talentos. Kaufmann, actor de Fassbinder, había esperado educadamente en la cola con cientos de desconocidos para el proceso de selección, ya que estaba muy interesado en trabajar a las órdenes de Herbig como director. En un principio, pretendía presentarse al papel de Faxe, plan que no resultó debido a la falta de parecido. Poco después, sin embargo, Michael Bully Herbig se puso en contacto con él para ofrecerle el jugoso papel de Sven, el Terrible.
El nuevo traje de los Vikingos
Así pues, tras un intenso proceso de búsqueda de talentos, habían reunido al fin el reparto para la película. Ahora había que convertirlos en vikingos y piratas como es debido. "Para mí", comenta Michael Bully Herbig, "no cabía duda de que había que usar los cascos y la ropa de los vikingos tal y como aparecía en la serie de televisión, por mucho que todos los expertos actuales en vikingos puedan demostrar sin la menor duda que nunca llevaron cuernos en los cascos".
Se llegó a un compromiso: los cascos tendrían cuernos, pero se envejecerían para que parecieran usados, desgastados y abollados.
Cada mañana, el joven actor protagonista, Jonas Hämmerle, se transformaba en un vikingo en poco tiempo: una peluca rubia rojiza, un casco vikingo y ropa. Solucionado. Sin embargo, para su papel del jefe vikingo Halvar, Waldemar Kobus tenía que sufrir un poco más. Se añadía pelo de bisonte a su barba de verdad, que cubría la mayor parte de su rostro, y se le añadía el parche. No obstante, el actor no tardó en descubrir que no podía esconderse bajo el maquillaje: "Pronto me di cuenta de que tenía que expresarlo todo a través de la minúscula parte de mi cara que todavía quedaba visible si quería comunicar cualquier cosa".
Waldemar Kobus tuvo que engordar para su papel si pretendía parecerse al personaje del corpulento Halvar de la serie de televisión. Patrick Reichel tampoco se salvó de engordar: Para su papel de Ulme, tuvo que ganar 15 kilos en pocos meses. Por su parte, Günther Kaufmann tuvo que ganar 30 kilos para interpretar a Sven, el Terrible, aunque en su caso no fue a base de ponerse morado, sino por medio de un traje de gordo de silicona.
Flake en Baviera
Para cuando llegó el momento de rodar la primera toma, el 5 de agosto de 2008, el diseñador de producción, Matthias Müsse, y su equipo llevaban ya siete meses diseñando y construyendo desde cero cada casa y cada barco del perfecto universo vikingo.
El epicentro de este gran espectáculo de carpintería era la aldea vikinga de Flake, erigida desde sus cimientos en el precioso lago Walchensee, al pie de los Alpes. Sin embargo, no estuvo tan claro desde el primer momento que nuestros aldeanos vikingos fueran a tener su hogar en Baviera.
"Buscamos por todas partes con antelación, desde Letonia a Irlanda e Inglaterra, pasando por el norte de España y la costa del Báltico", recuerda Michael Bully Herbig. "Se llegó a sugerir incluso ir a Nueva Zelanda o Canadá. Nuestros localizadores de exteriores viajaron a todas partes y sacaron fotos para que las viéramos". Escocia fue la principal favorita durante mucho tiempo. Su fascinante paisaje ha servido de telón de fondo de producciones épicas como Braveheart y Rob Roy. No obstante, problemas logísticos, caros permisos de rodaje y un mar otoñal muy agitado obligaron al equipo a volver a empezar de cero. Al final, se decidieron por el lago Walchensee, en Baviera.
Comenta Matthias Müsse, diseñador de producción, comenta: "El paisaje es muy similar a un fiordo noruego y la bahía era ideal para construir la aldea vikinga". Müsse descubrió por casualidad que Walchensee ya había servido como escenario de películas de vikingos hace 50 años. En 1958, Kirk Douglas, Tony Curtis, Ernest Borgnine y Janet Leigh rodaron allí Los Vikingos y, un año después, la productora de Douglas regresó a ese mismo lugar para rodar una serie de televisión derivada de esa película, Tales of the Vikings.
"Una ancianita de cerca de Jachenau me enseñó un álbum de fotos en blanco y negro en las que se la podía ver haciendo de extra junto a un actor americano guaperas", recuerda Matthias Müsse. "El equipo norteamericano construyó entonces tres barcos para navegar por el lago y unas estupendas casas largas en una lengua de tierra, que ya está totalmente cubierta de árboles. Han pasado unos cuantos años, al fin y al cabo".
Matthias Müsse y su equipo pasaron seis semanas construyendo las doce casas de Flake a orillas del lago Walchensee. Ya se habían elaborado numerosos elementos, como ventanas, puertas y gárgolas con cabeza de dragón en los talleres de los Bavaria Film Studios. En mitad de la aldea se alzaba un tótem con una gigantesca cabeza pintada de dragón de poliestireno, con unos cuernos con una envergadura de casi un metro.
La fidelidad histórica no era, precisamente, la principal preocupación de Matthias Müsse para sus diseños. "La intención era que no pareciera una auténtica aldea vikinga, sino más bien la aldea de Flake de los dibujos animados", explica el diseñador de producción.
Para lograr la mayor autenticidad posible, dada toda esa libertad artística, las casas tenían que parecer viejas y desgastadas. Así que rociaron todas las superficies con una mezcla de serrín, cola y pintura. "De ese modo armonizaban de manera más natural con el entorno, para dar a los espectadores la sensación de que los edificios han recibido el azote del viento y sufrido inclemencias climatológicas durante décadas".
El guión exigía que parte de la aldea se saqueara en el ataque y se prendiera fuego con las flechas llameantes de la horda de salvajes asaltantes. "En el cine, no lo quemamos de verdad, naturalmente, sino que lo construimos", comenta Matthias Müsse. Así, se quitaron paredes de la casa y se reemplazaron por tablas pintadas de negro para que parecieran quemadas. El equipo de efectos especiales de Dirk Lange hizo que surgiera humo de las ruinas de manera homogénea, controlada, segura y que cumpliera todos los requisitos medioambientales.
El rodaje en Walchensee duró del 25 de agosto al 12 de septiembre, semanas durante las cuales se convirtió en una atracción turística local. Todos los días se acudían entre 400 y 800 espectadores a los cordones de seguridad. "A veces se formaba una auténtica avalancha", comenta Michael Bully Herbig. "La gente llevaba a toda la familia a ver Flake".
Parte de los edificios del plató se salvaron del destino habitual de acabar destruidos al terminar el rodaje. En vez de eso, se desmontaron en Walchensee y se transportaron a los Bavaria Film Studios, donde se exhibirán como parte de la visita turística del estudio. "Creo que es una pasada", opina Michael Bully Herbig, "porque de niño me encantaba la visita al estudio".
¡Barco a la vista!
Con su gran mascarón de proa en forma de cabeza de dragón, su vela cuadrada de franjas rojas y blancas y su gran casco de madera, el drakar vikingo en el que Halvar, Vicky y los demás se hacen a la mar es un réplica perfecta del de la serie de animación, incluidos los errores históricos, ya que, en realidad, el barco es demasiado panzudo, navega demasiado por encima del agua y no tiene la cantidad correcta de remos.
Al construir todos los barcos de VICKY EL VIKINGO, Matthias Müsse, como diseñador de producción, pudo contar con la experiencia de dos auténticos expertos: el director artístico Uwe Stein, que ya había construido varios barcos para otras películas, y el experto en vikingos Burkhart Pieske, que conoce como nadie el arte vikingo de la construcción naval y ha atravesado el Atlántico en un drakar vikingo que él mismo construyó, siguiendo una supuesta ruta histórica al continente norteamericano.
El drakar de Halvar en la película medía 17,5 metros de eslora por 5,5 metros de manga. Una vela de 100 metros cuadrados ondeaba en el mástil de 14 metros. Había dos versiones del barco de 14 toneladas. Una para el rodaje en Walchensee y otra para navegación de altura, para el rodaje en Malta.
El barco de Walchensee se construyó en Praga y Múnich en tan sólo dos meses. Tenía un armazón de acero en su interior y podía desmontarse en cuatro partes principales, que se transportaron desde Praga hasta Walchensee en camiones de plataforma y, de allí, a los Bavaria Film Studios de Múnich, donde hará las delicias de los futuros visitantes del estudio.
Navegar en un drakar vikingo por el lago alpino resultó una experiencia muy especial para todo el que tuvo ocasión de probarla. "Casi se me saltan las lágrimas", recuerda Waldemar Kobus de su viaje inaugural. "Allí estaba yo, a bordo de ese barco que era idéntico al de la serie de televisión, que habían construido especialmente para nosotros, ¡y me dejaron llevar el timón!" Mike Maas, que pasó mucho tiempo a 14 metros de altura en la cofa, en su papel de Grom, estaba, naturalmente, entusiasmado: "Yo estaba encaramado en lo alto del mástil, con el barco deslizándose por el agua, mientras el helicóptero de la cámara se acercaba volando. Era algo digno de verse. Hace que un cosquilleo te recorra todo el cuerpo".
Diversión bajo el sol de Malta
En octubre de 2008, el equipo se trasladó a Malta durante cuatro semanas con un contingente de 100 personas. Los MFS Mediterranean Film Studios, a las afueras de la capital de Valetta, cuentan con un enorme estanque de agua que se ha utilizado en innumerables grandes producciones, como Gladiator o Troya.
Este estanque artificial permite a los equipos de rodaje crear olas artificiales en un entorno completamente controlado, mientras el estrecho muro de fondo se confunde perfectamente con las aguas del Mediterráneo, que se extienden hasta el horizonte. La ilusión es increíble: las escenas parecen rodadas en alta mar, mientras que prácticamente todo el equipo se encuentra tan tranquilo y seco en tierra firme.
En Malta, se utilizó una segunda versión del drakar de Halvar, no sólo por la logística que suponía transportar el barco de los Alpes a Malta, sino también por la mayor solidez que se precisaba para usarlo en el estudio acuático y en la costa de Malta, a diferencia del suave oleaje que tenía que aguantar en el lago de las montañas, protegido del viento. El secreto del navío maltés estaba en los 30 metros cúbicos de boyas de su interior, bajo cubierta. "Quizá sea el primer barco que realmente no se puede hundir de la historia", comenta el experto en vikingos Burkhart Pieske. "Era en realidad un enorme bloque de poliestireno con forma de barco". Con semejantes medidas de seguridad, hasta los rigurosos inspectores alemanes de vehículos quedaron convencidos: el navío imposible de hundir, que alcanza una velocidad de 5 a 7 nudos con viento a favor, se consideró en condiciones de navegar hasta 2013.
También se construyó un junco chino para el rodaje en Malta, que Vicky y sus amigos encuentran en un banco de niebla y deciden abordar. Puesto que el guión exigía que este barco acabara hundiéndose dramáticamente en el mar, se utilizó en él mucho menos poliestireno. En su lugar, se instaló un complicado sistema hidráulico a prueba de agua para representar la escena del hundimiento.
Aunque Sven, el Terrible, y Halvar sean enemigos mortales en la película, durante el rodaje no tuvieron más remedio que repartirse el tiempo a bordo del barco. El navío de aspecto malvado de Sven es exactamente el mismo en el que navegan los vikingos de Halvar. "Cambiamos los dragones de los mascarones de proa, los escudos, el atrezo y demás adornos de cubierta", explica Matthias Müsse. "Un barco así es caro y lleva mucho tiempo construirlo. Así que solamente construimos uno en Malta y simplemente lo redecorábamos hasta que llegó el segundo barco por ferry vía Génova para más escenas".
La torre donde encuentran el cuerno de Thule estaba previsto inicialmente que se construyera y rodara en España. Sin embargo, entre las áridas rocas de la isla vecina de Malta, Gozo, el diseñador de producción, Matthias Müsse, descubrió los cimientos bien conservados de una centenaria edificación, que constituían un telón de fondo perfecto para la acción que transcurriría delante. La torre en sí se añadió más tarde digitalmente, mientras los interiores se crearon en el plató 12 de los Bavaria Film Studios, incluidos las escaleras de caracol y el cuerno de Thule.
El hombre del plan
Ya fuera en el estudio, en el lago Walchensee o en la isla de Malta, Michael Bully Herbig, en su papel de director, tenía que mantener bajo control el rodaje día tras día hasta el final del mismo. Aunque otros proyectos anteriores le habían enseñado a trabajar con indios y vaqueros, cadetes espaciales e incluso realeza, VICKY EL VIKINGO planteó sus propios retos, muy diferentes: "Como suele decirse, no hay nada peor que rodar con niños, animales o en el agua. ¡Bueno, pues, en esta película, decidimos juntarlos a los tres...!"
Las rigurosas restricciones de tiempo que imponía la legislación laboral alemana al trabajo de los actores infantiles supusieron otro reto más, además del animado carácter de nuestros jóvenes héroes. Como explica acertadamente Christoph Maria Herbst: "Todos los niños del reparto eran encantadores pero, como suele pasar cuando se junta gente de un mismo tipo en grupos numerosos, las cosas pueden ponerse difíciles. Los miembros más pequeños de nuestra subespecie no son ninguna excepción. Por separado, los niños eran siempre una delicia. Pero una horda de 15, 20 o lo que parecían 80, es otro cantar".
En última instancia, sin embargo, Michael Bully Herbig fue capaz de superar todos los obstáculos y desafíos. Esto no sorprendió al productor Christian Becker: "Bully era el director perfecto para VICKY EL VIKINGO. Crea un ambiente en el rodaje en el que todo el mundo disfruta aunque haya que trabajar muy temprano. Trabaja de una manera increíblemente visual, y está sumamente bien preparado. Tenía toda la película plano a plano en la cabeza desde el primer día de rodaje".
Los retoques finales
El rodaje principal de VICKY EL VIKINGO acabó el 13 de noviembre de 2008. Pero el trabajo no se había ni mucho menos acabado para Michael Bully Herbig: "Necesitábamos muchos efectos digitales para conseguir que la película quedara como yo la veía. El 80% del total de las escenas de la película se alteraron digitalmente de alguna manera, ya fuera un minúsculo retoque aquí o un barco digital a escala real allá. Supuso una enorme cantidad de trabajo, y de presupuesto".
Michael Bully Herbig confió esa enorme cantidad de trabajo a la compañía de efectos especiales de Múnich Scanline y sus genios digitales, con los que ya había trabajado en sus proyectos anteriores. Combinaron las imágenes reales con barcos y tormentas artificiales generadas por ordenador, como si de un gigantesco puzle se tratara, eliminaron los cables de alta tensión y las alquerías del paisaje de Walchensee y llenaron los fondos de pantalla verde, ante los que los actores interpretaron varias escenas, con paisajes marinos y terrestres digitales.
Ficha artística
JONAS HÄMMERLE (Vicky)
GÜNTHER KAUFMANN (Sven, el Terrible)
CHRISTOPH MARIA HERBST (Pokka)
JÜRGEN VOGEL (P-P-P-Pirata)