Jaume Collet-Serra (La Huérfana) es el director de Sin Identidad, una película basada en la novela de Didier van Cauwelaert y escrita por Oliver Butcher y Stephen Cornwell.
Los protagonistas de este nuevo thriller son el nominado al Óscar® Liam Neeson (La lista de Schindler), Diane Kruger (Malditos bastardos) y January Jones (serie de televisión Mad Men). También aparecen Aidan Quinn (serie de televisión The Book of Daniel), Bruno Ganz (The Reader, El lector) y el nominado al Óscar® Frank Langella (El desafío: Frost contra Nixon).
Los productores de la película son Joel Silver (Sherlock Holmes), Leonard Goldberg (saga Los ángeles de Charlie) y Andrew Rona (The Apparition, pendiente su estreno en España). Los productores ejecutivos son Susan Downey, Steve Richards, Sarah Meyer y Peter McAleese.
En el rodaje de Collet-Serra también colaboraron el director de fotografía Flavio Labiano, el diseñador de producción Richard Bridgland, el editor Tim Alverson y Ruth Meyers, la diseñadora de vestuario dos veces nominada al Óscar® por Emma y La familia Addams. La banda sonora de la película corrió a cargo de John Ottman y Alexander Rudd.
Martin: "Él no es Martin Harris. Yo soy Martin Harris. Ese hombre se está haciendo pasar por mí".
¿Qué pasaría si no pudieras demostrar quién eres, aunque tú supieras perfectamente quién eres en realidad? ¿Y qué pasaría si otra persona, alguien a quien no conocieras, se hiciera pasar por ti y todo el mundo le creyera?. He aquí el dilema del argumento de Sin Identidad.
¿Quién o qué determina quiénes somos? ¿Nuestros amigos? ¿Nuestros recuerdos? ¿De dónde venimos? ¿Un trozo de papel? ¿Hay alguna prueba de nuestra existencia? Basada en la novela de Didier van Cauwelaert, Sin Identidad analiza precisamente eso. El Dr. Martin Harris, interpretado por Liam Neeson, compite, por las frías calles de Berlín, en una carrera por recuperar su vida, perseguido a su vez por unos tipos que intentan matarle y que le van pisando los talones. Sin embargo, él no tiene ni idea de por qué.
Jaume Collet-Serra comenta: "Mis películas favoritas son los thrillers al estilo de Hitchcock, esos que envuelven al espectador en una atmósfera de misterio, llegando a confundirle tanto como a los propios personajes y uno no sabe adónde le va a llevar en realidad la historia".
El productor Joel Silver afirma: "A mí me encanta el suspense. Estar en el cine mordiéndose las uñas y acabar sentado al borde de la butaca. Eso es lo que más me gustó de la película. Uno no sabe si Martin Harris es el bueno de la película o si se ha vuelto un poco loco y la historia no es más que el fruto de uno de sus delirios".
El productor Leonard Goldberg fue quien le recomendó a Silver la novela del autor francés van Cauwelaert. "Cuando me terminé la novela, pensé que sería perfecta para que Joel y yo hiciéramos una producción juntos, porque se trataba de un thriller único cuyo final me dejó totalmente perplejo", cuenta Goldberg. "Me alegro de que a Joel le intrigara la historia tanto como a mí".
"Leonard tenía razón, me enganchó tanto que no podía dejar de leer", confirma Silver. "Desarrollamos el guión con dos fantásticos escritores, Oliver Butcher y Stephen Cornwell".
Para dirigir la película, Silver eligió a Jaume Collet-Serra, con quien había trabajado anteriormente en dos películas. "Jaume tiene mucho estilo y sabe cómo revelar un misterio. Tenía muchas ganas de volver a trabajar con él".
"Me encantó la idea del hombre que se despierta un día y descubre que alguien le ha sustituido en el mundo", afirma Collet-Serra. "Y lo que añadía más dramatismo a la historia: otra persona podía demostrar que era él, pero el protagonista no. Aquel era sólo el primero de algunos de los ingeniosos giros de la historia. Me gustó el hecho de que a pesar de todas las pistas buenas que hay a lo largo de la trama, no fui capaz de desentrañarla".
El protagonista de Sin Identidad fue el elegido para su papel desde el principio. "Para mí, lo importante es el guión, y este era increíblemente adictivo", confiesa Neeson. "Antes de aceptar hago la prueba de fuego: si llego a la página 50 sin haber hecho una parada para tomarme un té, es buena señal. Era un material tan bueno que tuve que leérmelo entero de una sentada".
El productor Andrew Rona está de acuerdo. "Era un guión que no podía rechazar. Era una lectura tan estimulante que me moría de ganas de ver cómo quedaría la versión cinematográfica".
"Sin Identidad es como un tren de mercancías, simplemente te coge y te lleva", afirma Joel Silver. "Y puede que pienses que sabes adónde va, pero no creo que lo averigües".
Martin: "Liz, tuve un accidente. Estuve en coma... Lo siento mucho, no sabían quién era".
Liza: "Disculpe... ¿nos conocemos?".
Liam Neeson interpreta al Dr. Martin Harris, un botanista que llega con su esposa Liz al Hotel Adlon de Berlín para asistir a una conferencia de biotecnología. Cuando Martin se da cuenta de que se ha dejado el maletín en el aeropuerto, coge un taxi inmediatamente para ir a recuperarlo. Pero por el camino, sufre un terrible accidente. La taxista, Gina, le salva la vida a Martin con valentía, pero después desaparece misteriosamente. Tras haber estado en coma cuatro días, se despierta y sin ningún tipo de identificación, Martin lucha por recordar quién es.
"Cuando consigue recordar su identidad, lo primero que hace es intentar localizar a su esposa, suponiendo que estará muy preocupada", relata Neeson.
Pero cuando encuentra a Liz de nuevo en el hotel, ella no le conoce, y lo que es peor, hay otro hombre que afirma ser él, y Liz cree a este "otro" Martin.
"Es como la amnesia, pero al revés", revela Collet-Serra. "Es como si el mundo tuviera amnesia y no se acordara de él, él sabe perfectamente quién es, pero el resto del mundo lo ha olvidado".
Todos los realizadores estuvieron de acuerdo en que Neeson era el actor ideal para el papel por su buena presencia en pantalla.
"Siempre he admirado el trabajo de Liam", dice Collet-Serra, "y para un director, es un actor generoso, siempre lo da todo, tanto en el plató, como en la pantalla. Puede llegar a ser muy apasionado y muy sutil a la vez".
Necesitábamos ambas cualidades, era imprescindible que el personaje lograra transmitir al espectador su estado de ánimo, para que éste intentara descubrir a la vez que él por qué le ocurría todo aquello.
El director continúa, "una de mis preocupaciones era que el espectador tiene muy poco tiempo para conocer a Martin antes de que todo se tuerza. Pero con Liam, hay una conexión inmediata. Te gusta y le crees".
"Queríamos a alguien a que inspirara confianza", añade Silver. "Liam tiene un carisma increíble y además es totalmente accesible. Ésas son precisamente las características que necesitábamos para Martin Harris".
"Para los espectadores, Martin Harris parece tener el matrimonio perfecto y una vida interesante", explica Neeson, "pero en un instante lo pierde todo. No solo está solo y abandonado, sino que además, todos aquellos a quienes piensa que conoce lo rechazan. Cada uno de sus impulsos aumenta su determinación para descubrir la verdad, y lo que es más importante, demostrar que es quien dice ser".
A Neeson le atrajo la idea de la identidad perdida. "Interioricé por completo todo por lo que Martin estaba pasando", dice. "Cuando era pequeño era boxeador aficionado y me noquearon unas cuantas veces. Recuerdo perfectamente esa sensación de no acordarse de nada, aunque fuera momentánea. Interpretar este papel ha sido una experiencia interesante".
A Martin le rechazan en casi todos los sitios a los que acude en busca de ayuda, aunque la primera vez es la más dura: cuando va a ver su mujer. Esperaba que se alegrara de verle y que corriera a abrazarle, pero se queda de piedra cuando ella se limita a saludarlo con la indiferente mirada de una desconocida.El papel de Elizabeth Harris lo interpreta January Jones, a quien, como Neeson, le sedujeron las cualidades únicas de la historia. "Nunca antes había leído algo así, era muy interesante e intrincado", dice la actriz. "Me recordó a esas películas antiguas de espías, llenas de peligro e intriga, pero también con un toque de glamour".
A Jones también le gustó el modo enigmático en que fue creado su personaje. "Liz no sigue un patrón fijo; es muy inteligente, pero también inescrutable y me encantó lo impredecible que es. Sabemos que Martin la quiere, pero su parte de la historia no está tan clara, así que podía jugar con muchas cosas", comenta.
"January es una actriz inteligente y muy perfeccionista en su trabajo", afirma Collet-Serra. "Además, su belleza recuerda a las mujeres fatales de los años 50, así que tenía exactamente todas las cualidades que queríamos para el papel de esta indefinible figura".
"Liz Harris es la rubia sexy de ciudad que está siempre metida en todo", explica Silver. "January no tuvo problema para dejar entrever lo justo para que se supiera que había algo más detrás de su historia, pero sin revelar nada".
Cuando ni siquiera su propia esposa le reconoce, Martin tiene que encontrar a la única persona de todo Berlín que le vio antes del accidente, la taxista, Gina. Tras el accidente, ella le salva de una muerte segura en el fondo del río, pero luego desaparece inexplicablemente.
Diane Kruger interpreta a Gina, quien, según revela la actriz, tiene sus razones para evitar a las autoridades. "Gina es de Bosnia y vive en Alemania ilegalmente. No quiere que la policía la interrogue en el lugar del accidente porque tiene miedo de que averigüen que está sin papeles. Así que huye en cuanto ve que Martin está en buenas manos."
Cuando Martin la busca con la esperanza de encontrar respuestas, ella no quiere tener nada que ver con él. "No quiere saber nada de él ni de su disparatada historia", afirma Kruger. "A Gina le da miedo la tierra de donde viene y las malas experiencias que ha tenido en la vida. Teme que el hecho de ayudar a Martin pueda afectar a la pequeña coraza que por fin ha logrado construirse para protegerse".
Igual que Martin intenta contar su verdad al mundo, Gina lucha por ocultar su propia existencia y vivir en el anonimato. Las circunstancias les unen, aunque por motivos diametralmente opuestos.
"A pesar de que quiere esconderse, ella le ve desesperado y sabe lo que es pensar que el todo el mundo está contra ti", continúa Kruger. "Además, Gina necesita dinero para conseguir los papeles y comenzar una nueva vida y Martin promete conseguírselos."
"Gina huye de su pasado, busca una nueva identidad, lo cual, en cierto modo, es algo que tiene en común con Martin. Para ellos lo más importante es sobrevivir, y harán lo que sea para conseguirlo", señala Collet-Serra.
Parte de esa lucha por la supervivencia se ve reflejada en algunas desafiantes secuencias de acción. "Para interpretar este papel, Diane también tuvo que realizar mucho trabajo físico. Tenía que estar a la altura de Liam durante toda la acción, las peleas, las persecuciones en coche... Hizo un trabajo increíble, llegó a formar parte de la verdadera acción".
Goldberg dice: "Tenemos suerte de tener a Diane Kruger y a January Jones junto a Liam Neeson. Ambas son actrices hermosas y con talento que aportan a sus personajes cualidades personales que contrastan".
El hombre que parece haber usurpado la vida de Martin robándole a su esposa, amigos e incluso su trabajo, es el personaje al que, para no complicarnos, llamaremos Martin B, el actor Aidan Quinn. "Martin B es la otra cara de la moneda", dice Collet-Serra, "y Aidan bordó su interpretación. Se puso de verdad en la situación de qué ocurriría si otro tipo de repente dijera que es él. Principalmente se enfrenta al mismo problema que Martin, excepto por una cosa: Martin B puede demostrar que él es el verdadero Dr. Martin Harris. Así que lo único que tiene que hacer es sentarse y dejar que el otro tipo actúe como un loco".
A Quinn le encantó interpretar al doble de Neeson, quien además es un buen amigo suyo. "Para mí era una historia absorbente con una premisa muy interesante que incita a pensar de forma constante. El hecho de que Liam estuviera también en la película era el novamás, fue muy divertido tener que actuar como enemigos", sonríe.
Neeson añade: "Hay una escena donde tenemos una pelea que dura bastante. Tuvimos que entrenar y ensayar mucho, algo que puede llegar a ser duro, pero cuando lo haces con un amigo, te sientes mucho más relajado y disfrutas con ello".
Desesperado por demostrar que Martin B es un impostor, Martin pide ayuda a Ernst Jürgen, un ex miembro de la Stasi, la policía secreta de la Alemania del Este. Jügern es como una reliquia, el mundo ha avanzado, pero él se ha quedado en el pasado, atrapado por lo que hizo hace casi una eternidad.
El aclamado actor suizo Bruno Ganz retrata al personaje que describe como "un hombre cuya vida ya no tiene sentido porque él era un verdadero creyente. Creía en algo que ya no existe, por eso también él ha dejado de existir. Protegía a su país, su ministerio, su estado... ha perdido lo que hacía que la vida valiese la pena. Sin embargo, es increíblemente listo y está dispuesto a ayudar a otra persona que, como él, se siente perdida".
"Bruno le dio un toque inesperado de apacible dignidad al papel", comenta Silver. "Fue un verdadero placer verle trabajar".
Otro respetado actor veterano que se unió al reparto fue Frank Langella en el papel del buen amigo y compatriota de Martin, Rodney Cole. El director Collet-Serra estaba emocionadísimo por poder trabajar con Langella y Ganz en una misma película. "Tienen una de mis escenas favoritas de la película", declara. "Acababan de conocerse aquella misma mañana y yo había estado probablemente solo una hora con ellos antes de que llegara el equipo de rodaje y paralizara la escena. Los dos hicieron una actuación con mucha fuerza y estilo. Estaba tan contento que no podía dejar de sonreír. No podía creer que estuviera dirigiendo a Bruno Ganz y Frank Langella".
"Busco papeles en los que pueda causar impresión y éste era uno de ellos", dice Langella. "Bruno y yo estuvimos hablándolo el día que grabamos nuestra escena juntos. De de vez en cuando uno da con este tipo de papeles, que a pesar de ser breves, tienen momentos muy significativos y vale la pena aceptarlos. Estoy realmente convencido de que todo thriller internacional debería ser como esta película, del estilo de las películas entre las que crecí. Compras la bebida, las palomitas y comienzas el viaje".
El toque final del reparto internacional lo dan el aclamado actor alemán Sebastian Koch, como el científico de investigación Profesor Bressler y Olivier Schneider y Stipe Erceg como Smith y Jones, los incansables asesinos que persiguen a Martin Harris por las calles de Berlín. Schneider tuvo dos funciones en la película, además de actuar, trabajó como coordinador de escenas de riesgo junto a Collet-Serra y el resto del reparto para coreografiar las intrigantes secuencias de acción de la película.
Gina: "¿Por qué tuviste que meterte en mi taxi?".
Martin: "Créeme, ojalá no lo hubiera hecho".
Los hechos transcurren en la capital de Alemania, Berlín, donde también se rodó la película. Collet-Serra dice que la ciudad era perfecta para la temática de la historia. "El núcleo de la historia es una crisis de identidad y Berlín la tiene, habiendo estado dividida durante tantos años. Ahora, incluso después de su reunificación, con los nuevos edificios irguiéndose entre los antiguos, todavía se pueden ver las cicatrices. Hay dos mundos diferentes que coexisten en la ciudad, así que para mí, Berlín era una extensión del personaje principal de la película".
Una de las ventajas de rodar en Berlín era que, según Silver, "de verdad han invertido y se han tomado el tiempo necesario para construir una infraestructura. Grandes equipos, grandes instalaciones. Se ha convertido en una de mis ciudades favoritas para rodar".
Collet-Serra describió la misión de Martin Harris al diseñador de producción Richard Bridgland como un viaje a través de un laberinto, donde a menudo topa con un callejón sin salida, tiene que volver sobre sus pasos y probar otro camino para descubrir quién es. Bridgland trató de usar los distintos emplazamientos de la cuidad para ilustrar las dos caras del dilema de Martin, el mundo al que cree que pertenece y el mundo en el que se encuentra cuando le arrebatan su identidad. Esta dicotomía se observa de forma natural porque, después de que el Muro de Berlín cayera y los comunistas empezaran a dispersarse hace 20 años, Berlín experimentó un crecimiento masivo cuando las dos mitades de la ciudad volvieron a unirse.
La producción utilizó los antiguos Berlín Oriental y Occidental con distintos barrios, desde los suburbios del distrito Friedrichshain-Kreuzberg hasta otros lugares más emblemáticos, como la Puerta de Brandemburgo y la Isla de los Museos. "Nuestro personaje principal no tiene casa, así que le seguimos por la ciudad en taxi, a pie y en U-Bahn (metro de Berlín)", indica el director. "Rodamos en 40 sitios diferentes en 48 días".
Al principio, Cuando Martin y Liz Harris llegan a la ciudad, van directamente a su hotel, el famoso hotel de cinco estrellas Hotel Adlon. Está situado cerca de la representativa Puerta de Brandemburgo, en la avenida Unter den Linden. El hotel sobrevivió a los bombardeos de la guerra, pero se quemó por culpa de un incendio 10 años más tarde. Entonces lo restauraron para dejarlo en el lujoso estado en el que estaba antes.
Rodar en un hotel funcionando, con más de 100 miembros del rodaje, toneladas de equipo y numerosos extras fue un desafío para la producción, que tuvo que tener mucho cuidado para no molestar a los demás huéspedes del hotel. Bridgland afirma: "Teníamos que grabar las escenas sin interferir en la vida normal del hotel y nos construimos nuestro propio mostrador de recepción para no molestar a los verdaderos clientes. Pero nos permitieron grabar en el espacioso vestíbulo, en el comedor, los pasillos y en la cocina, bajo las escaleras. Nos permitieron acceder a muchas zonas, para ser un hotel con tantos clientes".
Sin embargo, hay una secuencia con escenas de riesgo y efectos pirotécnicos que no podíamos rodar allí. En lugar de eso, el equipo de diseño de producción construyó una réplica del salón de baile del hotel en un plató del Studio Babelsberg, uno de los estudios de grabación más importantes y el más antiguo del mundo, creado hace casi 100 años. Lo que sí rodaron fuera del emplazamiento real fueron las secuelas de una explosión. El equipo artístico creó cráteres de escombros y destrucción por todo el exterior del Adlon. A los creadores de la película les hizo gracia cuando se enteraron de que, debido al próspero vanguardismo de la ciudad, mucha gente que pasaba por allí se paraba a preguntar si aquello era algún tipo de obra de arte y se interesaba por saber quién era el artista.
Mientras trata de localizar a Gina, Martin recuerda el logotipo de su taxi, la Torre de Televisión, un punto de referencia del Berlín Oriental construido intencionadamente para que destacara sobre la ciudad. Para reproducir el garaje de taxis, la producción utilizó una fábrica de cerveza del siglo XIX. La centralita de taxis la construyeron a partir de una de las vistas favoritas de la ciudad de Bridgland, una cabaña de metal como las que usaban en la ciudad los trabajadores de la construcción para hacerse el té.
Otro lugar que a Bridgland le encantó recrear fue el apartamento de Gina. "Vive en Kreuzberg, donde se establecieron los primeros trabajadores inmigrantes turcos", dice. "El edificio de su apartamento es el hogar de muchos trabajadores temporales, legales e ilegales y nos imaginamos que ella escogería el ático para intentar convertir este ambiente frío y deprimente en su hogar. Tiene las paredes forradas con tela y algunos objetos personales como fotos y ese tipo de cosas, para que le recuerden a su vida anterior. Lo que ella se está haciendo es un nidito en un ambiente inhóspito."
Una casa muy diferente que visita Martin es la de Herr Jürgen, ex miembro de la Stasi, la policía secreta que infundió a amigos y vecinos la idea de espiarse entre ellos. Bridgland quiso plasmar la anterior vida de Jürgen en aquello que le rodeaba. "Está claro que Jürgen disfrutaba de su trabajo y de la vida privilegiada que llevaba y reflejamos esto decorando su apartamento tal y como habría sido antes de la caída del Muro. Se pueden ver sus medallas y menciones de honor y su mobiliario es de mucha mejor calidad que la que los ciudadanos de a pie de la Alemania Oriental podrían permitirse. Es casi el museo de una vida de poca monta de la Stasi del siglo XX, una vida que disfrutó y que ahora echa de menos".
Los exteriores del apartamento de Jürgen se rodaron en Friedrichshain, en la calle Karl-Marx Strasse, fuera de uno de los edificios más antiguos, construido por el régimen soviético para albergar al personal que enviaban de Moscú para vigilar a los berlineses del Este. Irónicamente, hoy en día, la demanda de estos luminosos y espaciosos apartamentos es muy alta.
La escena en la que Martin y Gina se encuentran con Jürgen le recuerda a sus días en la Stasi: un encuentro clandestino en un puente de la Isla de los Museos, sobre el río Spree. El agua está empezando a descongelarse y enormes bloques de hielo pasan flotando por el fondo. El clima helado espanta a los muchos turistas que normalmente habrían abarrotado la zona. De hecho, rodar principalmente en exteriores durante el invierno más frío de la ciudad de los últimos 20 años, dio bastantes problemas a los actores y al equipo de rodaje y causó dificultades en algunas escenas debido a la falta de luz y el mal tiempo, pero también sirvió para enfatizar la sensación de aislamiento del personaje principal.
En colaboración con Collet-Serra, el director de fotografía Flavio Labiano comenta: "grabé la película pensando en la perspectiva de aislamiento de Martin como un hombre que busca la verdad".
"Tuvimos la suerte y la desgracia de que hubo varias fuertes nevadas en diciembre, que duraron hasta mediados de febrero", recuerda Collet-Serra, "y nos permitieron mostrar la ciudad como quizá no habríamos podido de otro modo, toda cubierta de nieve. Por supuesto, luego desapareció y eso supuso otro reto. Teníamos que continuar, así que tuvimos que fabricar nuestra propia nieve".
Uno de los acontecimientos más importantes de la película lo rodamos por completo en el exterior, por las calles de Berlín. Una larga persecución de coches en la que Martin y Gina intentan escapar de los asesinos que les siguen. Tardamos 10 noches en terminar la secuencia y, después de un rodaje exterior tan largo pasando frío, el reparto y el equipo se morían de ganas por volver a rodar interiores.
En cambio, la escena del club nocturno se rodó en uno de los garitos más conocidos de Berlín. Para quitarse a los asesinos de encima, Gina lleva a Martin a una discoteca, con la esperanza de estar a salvo ocultos entre la multitud. La secuencia se rodó en The Tresor, un local internacionalmente conocido por los apasionados de las discotecas como el lugar de nacimiento de la música tecno. Está situado en una enorme estación abandonada, en la calle Köpenicker Strasse, en Mitte. El equipo artístico inundó la zona del sótano industrial con un estridente espectáculo de luces de neón, que junto a la ruidosa y repetitiva música, contribuyó a aumentar la alienación de Martin del mundo en el que se encuentra.
Otro lugar interesante que la producción pudo utilizar fue el espléndido y austero exterior de la nueva galería nacional Neue Nationalgalerie, construida alrededor de 1960 por el arquitecto Ludwig Mies van der Rohe. Para los interiores de la escena, sin embargo, cambiaron al Museo de Fotografía del distrito de Charlottenburg, donde, por intereses de la película, Bridgland reprodujo una exposición real. "Sin Identidad trata sobre la identidad y la pérdida de la misma, así que intentamos reflejar esto en la fotografía", dice. "Encontramos a una estudiante que había hecho algunos retratos enormes y decidí utilizar su obra. El resultado fueron retratos a gran escala y primeros planos muy interesantes, cada uno parecía contar su propia historia".
La historia de Martin también es uno de diferentes rostros y entre ellos, en alguna parte, se encuentra la verdad. "Es realmente impredecible", afirma Liam Neeson. "Tiene algunos momentos que de verdad creo que pillarán al espectador por sorpresa".
Leonard Goldberg señala: "La razón por la que las películas de este género han existido durante tanto tiempo es porque las buenas permiten a los cinéfilos jugar al perro y el gato con los directores de cine".
"Esta película te da lo mejor de ambos mundos", dice Joel Silver. "Es un viaje que te mantiene en tensión en la butaca y hace que trates de averiguar lo que ocurre en todo momento".
Jaume Collet-Serra concluye: "Desde el momento en que Martin Harris se despierta y le dicen que ya no es el hombre que piensa que es, no dejamos de intentar averiguar lo que pasa. Ninguno de nosotros se imagina cómo sería que alguien nos robara no sólo nuestra identidad, sino todo lo que nos hace ser quienes somos, incluso nuestra familia y amigos. ¿Qué haríamos? ¿Cómo recuperaríamos nuestra vida?".