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Acero puro cartel reducidoAcero puro(Real steel)
Dirigida por Shawn Levy
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El coraje es más fuerte que el acero
En la audaz y estremecedora película de acción de DreamWorks ACERO PURO, Hugh Jackman da vida a Charlie Kenton, un boxeador fracasado, en un futuro no muy lejano, que ha quedado relegado del mundo del boxeo desde que imponentes robots de dos metros y medio se apoderaran de la escena de ese deporte y comienzan a competir.

Convertido en un promotor de poca monta, Charlie sobrevive ensamblando robots de bajo costo, a los que apunta en peleas del circuito amateur. Finalmente, cuando esta situación toca fondo, y parece que las cosas ya no pueden empeorar ni complicarse aún más, Charlie se asocia con su casi desconocido hijo Max (Dakota Goyo) para construir un robot reducido a chatarra y entrenarlo hasta convertirlo en un auténtico campeón del boxeo. A medida que suben las apuestas en la brutal arena en la que todo vale, Charlie y Max, contra todos los pronósticos, tendrán una última oportunidad de triunfar.

ACERO PURO es una historia de seres que necesitan triunfar en la vida, realizada en imponentes ámbitos cinematográficos y con una premisa única que ofrecerá a la audiencia varias sorpresas durante su desarrollo. El film combina lo mejor del gran espectáculo con una narración sentida y realista, con la que el público se identificará fácilmente.

El director de ACERO PURO, Shawn Levy, experimentó la historia como un cuento de redención de tres almas perdidas y olvidadas. "Los personajes centrales –un padre, su hijo y una máquina- son, cada uno a su modo, seres abandonados", comenta. "Los tres han sido desechados y olvidados. La materia central del relato es cómo este trío encuentra la posibilidad de volver a tener una vida mejor".

Don Murphy, Susan Montford y Shawn Levy son productores de ACERO PURO. Jack Rapke, Robert Zemeckis, Steve Starkey, Steven Spielberg, Mary McLaglen y Josh McLaglen son los productores ejecutivos. El guión pertenece a John Gatins, sobre una historia de Dan Gilroy y Jeremy Leven.

ACERO PURO se basa en parte del relato "Steel", escrito por el legendario maestro de la ciencia ficción Richard Matheson, que fue adaptado para un episodio de la célebre serie "La dimensión desconocida" protagonizada por Lee Marvin en 1963. La prolífica carrera de Matheson abarca más de 50 años y muchas de sus populares novelas, entre ellas "Soy leyenda", "Hell House", "Pide al tiempo que vuelva" y "Más allá de los sueños", han sido adaptadas y convertidas en largometrajes. Matheson ingresó al Hall de la Fama de la Ciencia Ficción en 2010.

El elenco de ACERO PURO se completa con Evangeline Lilly, Anthony Mackie, Kevin Durand, Hope Davis y James Rebhorn.


La premisa
Imaginemos un momento en el futuro cercano (año 2020) en el cual los seguidores del boxeo se han aburrido de ver a dos seres humanos peleando sobre un cuadrilátero. Es un tiempo en el que la necesidad social de ver violencia y crueldad es mayor de la que cualquier deportista mortal podría brindar –y afrontar-. Es un mundo en el cual el boxeo ha evolucionado y ya no son los hombres los que compiten entre sí; ahora los robots han reemplazado a los pugilistas. La habilidad y la gracia de los campeones es cosa del pasado. En su lugar, los fanáticos desean ver mega combates mortales y la completa destrucción de los oponentes.

La idea de los robots que boxean fue muy provocativa para el renombrado director Shawn Levy, quien es ampliamente conocido gracias a su exitosa saga de comedias Una noche en el museo y Una noche loca. Cuando DreamWorks le presentó el concepto de ACERO PURO, él se sintió atraído hacia el proyecto gracias a cómo le fue presentado por Steven Spielberg y Stacey Snider. "Me llamaron y me hablaron de algo que, al principio, me pareció una idea muy loca para hacer una película", recuerda el director acerca de su sensación inicial. "Por supuesto, me sentí súper halagado por la convocatoria; no obstante tenía ciertos reparos acerca de la premisa. Luego leí el guión; lo que encontré fue una oportunidad de crear una emocionante película muy deportiva que trata sobre la relación entre un padre y un hijo, con mucho sentimiento. Eso fue vital para mí".

"Estábamos entusiasmados de poder trabajar con Shawn", comenta Stacey Snider, social principal, copresidente y CEO de DreamWorks Studios. "Y creemos que con esta película él ha sobrepasado el excelente trabajo que había hecho previamente, lo cual es mucho decir. ACERO PURO cambiará la forma de hacer las cosas".

El productor ejecutivo Steven Spielberg concuerda y agrega su propia visión detallada: "Shawn creó una realidad. Esta película es, probablemente, la más realista que él haya hecho y creo que lo ha reinventado como cineasta. Tuve oportunidad de ver el film y luce maravilloso; las tomas son, a la vez, sutiles e imaginativas. Cuando terminó la película le dije: ‘Has hecho un montón de films geniales, pero creo que ésta es tu primera película".

Shawn Levy creció no sólo siendo un fan del boxeo sino también siendo un ardiente admirador de films relacionados con ese deporte, como Toro salvaje y la clásica saga Rocky. "Aún las películas que no son tan grandiosas, son geniales, porque usualmente proponen a un héroe débil al que uno quiere apoyar, quiere verlo volver y que tenga su gran retorno triunfal", comenta el director. ACERO PURO es absolutamente un tributo a esas películas de boxeo que vi con mis hermanos cerca de 50 veces".

El director continúa su idea: "Creo que la gente responde bien al aspecto claro del ganador/perdedor que contiene la competencia de boxeo. Es muy simple y me parece interesante que el deporte se vea realzado por esa simpleza. Cuando surgen boxeadores brillantes, como Alí o Sugar Ray Leonard, algo eléctrico ocurre y no se repite en ningún otro deporte".

Acerca de la cinematografía de ACERO PURO, Levy destaca que el film "definitivamente no es una pieza de arte sino una película con escala cinematográfica que excede todo lo que se ha hecho previamente. En esta historia, el boxeo entre robots es un gran deporte y un enorme espectáculo –cuenta- pero además de eso, el film en sí mismo es extremadamente amplio y cinematográfico, con amplias vistas y locaciones. Es una especie de viaje por carretera a través del paisaje típico estadounidense".

El director no quería confiar simplemente en esas geniales locaciones o en los fantásticos robots para explorar las relaciones dentro de la trama. "Para mí, esta película no podía ser simplemente otro film grande y estrepitoso", afirma. "Eso no hubiera sido original. El guión contenía un contenido emocional muy especial, por lo tanto la película tenía que ser un interesante híbrido entre la súper acción a gran escala y una historia sentida y sincera que, en última instancia, hablara de la redención".

Quizás Steven Spielberg describe el núcleo emocional de la historia mejor que nadie al hablar de "un cuento del ‘regreso’ de dos chicos; uno tiene más de 40 años y el otro menos de 12. Es más, también hay otro ‘niño’ que ‘regresa’ a la vida y es Atom; para mí el ingrediente secreto de ACERO PURO".

El personaje de Hugh Jackman, Charlie Kenton, fue en su juventud un boxeador de peso pesado pero se ha convertido en una suerte de reliquia. Levy explica: "Lo que es aún peor es que Charlie ahora debe ganarse la vida con esas mismas máquinas que le quitaron el trabajo. Por eso tiene una combinación de necesidad y resentimiento hacia los robots que intenta promover en las peleas".

Cuando Charlie se reúne a regañadientes con Max, el hijo al que dejó de ver hace años, queda claro que lo único que ambos tienen en común en ese momento es el resentimiento mutuo. A pesar de ello, ambos comparten un mismo interés –el boxeo entre robots- y paso a paso, trabajosamente, comienzan a conectar. Al comienzo no es una relación muy profunda la que surge pero, cuando descubren un viejo robot abandonado en un depósito de chatarra, los dos inician un viaje de redescubrimiento.

El productor Don Murphy detalla: "Cuando vemos a Charlie por primera vez, él está en su peor momento; es un promotor de boxeo entre robots en un circuito de poca monta. Pero a través del curso de la película lo seguimos en su travesía -llena de altibajos- hacia su objetivo final, que es competir y ganar en la liga mundial de lucha entre robots, conocida como WRB".

Con la especial combinación entre un ‘perdedor’ bueno para nada y un muchachito fuerte que conoce de memoria cada estadística de la WRB, Charlie tiene la posibilidad no sólo de triunfar sino también de redimir su vida.

Viniendo del mundo de los films de humor, Levy comenta que pese a haber creído que el ambiente en los sets de las comedias es sencillo y divertido y que, por el contrario, los sets de los dramas son serios e intensos, descubrió –felizmente- que estaba equivocado con esta creencia. "Descubrí que, en el fondo, en cualquier película que dirija lo más importante es sentir que amo este trabajo; amo estar allí cada día y la energía que eso genera. Siempre busco que mis sets sean un lugar donde la gente sepa que será tratada con respeto y valorada por su trabajo. Una parte de ello se logra dándole al equipo el plan de cada día, pero además dejando espacio para el descubrimiento y la improvisación. Hay muchas cosas en esta película que no estaban en el guión. He descubierto que, creando un ambiente tranquilo se generan muchas sorpresas positivas y llenas de ingenio".

Como es admirado por su creatividad y amabilidad, a Levy le resulta sencillo atraer a algunos de los más talentosos artistas de la industria del cine. Tal como él dice: "Soy muy afortunado. Hago una película cada año, aproximadamente, y no podría mantener ese ritmo de no contar con un equipo de gente tan profesional y talentosa; desde Mauro Fiore (cinematógrafo), Tom Meyer (diseñador de producción), Marlene Stewart (diseñadora de vestuario) a los hermanos Josh y Mary McLaglen (productores ejecutivos) y, por supuesto, mi editor, Dean Zimmerman, quien es como un mago. Lo mismo ocurre con mi equipo de post producción. Ésta es nuestra quinta película juntos".

La productora Susan Montford resume el sentir de los realizadores respecto de contar con Levy como director de ACERO PURO. "Estamos encantados con Shawn porque es tan buen líder. Realmente sabe cómo inspirar a su equipo y sus actores para que hagan absolutamente lo mejor. Todos llegan al plató y esperan hacer la mejor película; todos adoran lo que hacen y eso es un gran logro para un director".


El elenco
El director y su equipo de producción pasaron un buen tiempo hasta encontrar al actor perfecto para cada papel de ACERO PURO, y quedaron después fascinados al descubrir que todos ellos aportaron a sus personajes aún más de lo que se esperaba.

Al tope de la lista de Levy se encontraba Hugh Jackman, para interpretar el rol de Charlie Kenton. El productor ejecutivo Steven Spielberg apunta acerca de esa elección: "Sentí que el instinto de Shawn era el correcto cuando me planteó que quería a Hugh como Charlie. Pensé que se trataba de una brillante idea. De algún modo, eso fue un motor que puso a funcionar la película en sus primeras instancias".

El valor del proyecto que instantáneamente atrajo a Hugh Jackman (X-Men Origins: Wolverine, The Prestige) hacia el rol de Charlie es una de las cosas que también interesaron al director y a DreamWorks. Jackman explica: "Lo que más amé en primer término acerca del guión es la relación entre el padre y el hijo, y la idea de que la gente que ha cometido errores, que tiene remordimientos, puede tener una segunda oportunidad y convertirse en una mejor persona".

Jackman también estaba intrigado con el mundo en el cual transcurre la historia. "Adoré la idea de ambientarnos en un tiempo futuro pero no muy lejano. Es un futuro que se siente accesible a nosotros, hoy", afirma el galardonado actor. "Además, soy un gran fanático del deporte, por lo tanto la idea de los robots boxeando me fascinó. Desde luego, es también una historia acerca de un perdedor, que debe ganar la batalla por conquistar a la persona que más quiere. Es, decididamente, una película amena. Para mí, fue algo distinto a todo lo que había hecho antes. También, trabajar con Shawn Levy fue de lo más sencillo. Él es una de las personas más optimistas, enérgicas y entretenidas con quien estar. El rodaje fue uno de los más desafiantes pero, a la vez, más disfrutables que he hecho en mi vida".

Un escalón más arriba en la mutua admiración, el director afirma con entusiasmo: "Hugh Jackman es conocido como uno de los tipos más amables en la industria del entretenimiento. Puedo confirmar ese rumor. Es ridículo pero parecería que nadie le ha dicho que es tremendamente atractivo y una súper estrella de cine. Espero que podamos mantenerlo en secreto porque él es demasiado amable para ser alguien que reúne esas dos condiciones. Es uno de los mejores actores de la actualidad y le aporta a Charlie, que puede ser un tipo muy duro y firme, una subyacente condición de simpatía y encanto".

Para el papel de Max, el hijo abandonado hace años por el personaje de Jackman, los realizadores hicieron audiciones con cientos de niños y se encontraron con muchos actores fantásticos. "Siempre tuvimos la sensación de que había un chico por allí que sería talentoso y que tendría la apariencia perfecta que queríamos, pero que además contaría con ese ‘algo’ extra; eso que no puede contarse con palabras y que crea magia en la pantalla", cuenta Levy.

Los realizadores organizaron una serie de audiciones y, tal como Jackman relata, "Cuando Dakota apareció, Shawn y yo quedamos asombrados. Hay algo muy fuerte en él. Es como si la cámara pudiera enfocar directamente su alma. Él permite que eso ocurra, algo que para un chico pequeño es muy raro. Tiene una cualidad angelical en su rostro, es naturalmente muy extrovertido y genuinamente feliz. Es además muy dulce y respetuoso. Tanto en pantalla como fuera de ella, él es una persona realmente especial".

Steven Spielberg también percibió en Dakota esa cualidad especial que él mismo busca cuando prueba distintos actores para sus films. "Cuando vi la prueba de cámara de Dakota, vi a un niño real. No estaba frente a un actor. Uno puede sentir perfectamente cuando alguien frente a la cámara es ‘real’ y eso es precisamente lo que yo busco, así esté probando actores adultos o pequeños".

Dakota Goyo realizó cuatro audiciones para el papel de Max. Dos de ellas fueron filmadas y las otras dos fueron en persona, en Los Ángeles. Allí, tuvo la oportunidad de trabajar con Hugh Jackman. "No estaba nervioso con Hugh porque él es genial, una persona increíble", dice Dakota. "Es tan amable y siempre está preparado para hacer su trabajo. Estoy muy entusiasmado de trabajar con él porque es realmente extraordinario".

Para el rol de Bailey se eligió a la popular estrella de televisión Evangeline Lilly (de la serie "Lost"). El director admite que era un gran seguidor de la actriz y que quedó encantado cuando ella aceptó el papel. "Me maravillo con Evangeline", se entusiasma Levy. "Estaba loco por ella en "Lost"; fui muy fanático de la serie. En ACERO PURO no sólo actúa fenomenalmente bien en las grandes escenas dramáticas que tiene con Dakota y con Hugh, sino también en las escenas donde hay una multitud de personas en una pelea. En esas tomas pequeñas y breves que hay de ella, dentro de las escenas de los combates, aporta una energía visceral y emocionante. Ella fue como una sustituta de la audiencia para nosotros. Está muy metida y empapada de la acción".

Lilly se sintió atraída al rol de Bailey luego de leer el guión de ACERO PURO, que su agente le había enviado. "Quedé tan conmovida y sensibilizada; era tan sincero y estaba tan bien escrito, que quise interpretar este papel", recuerda la actriz.

Además del gran guión, hubo otro factor que llamó la atención a Lilly hacia el proyecto: coprotagonizar el film junto con Hugh Jackman. "Hace tiempo, luego de ver una película llamada The Fountain, de Darren Aronofsky y protagonizada por Hugh, me dije que si alguna vez tuviese la oportunidad de trabajar con él, lo haría de inmediato. Su actuación es tan impresionante en esa película, tan magistral… Así que decidí sumarme a ACERO PURO, también en honor a que él estaba ya en el proyecto. El valor agregado fue que el guión era fantástico y que el director era Shawn Levy".

Lilly conoció al director durante la audición para el papel y, apenas fueron presentados, la actriz supo que el rol era perfecto para ella. "Shawn es un hombre tan agradable", afirma. "Siempre digo que es ‘burbujeante’ porque es feliz y energético, siempre con una actitud positiva. Creo que en esta industria es fácil caer en la trampa de tomarse a uno mismo muy en serio y convertirse así en alguien aburrido con quien trabajar. Pero Shawn no podría ser más sencillo o más creativo. Tiene un gran espíritu de colaboración también y es divertido".

En la película, el personaje de Lilly, llamado Bailey, es la hija del antiguo entrenador de Charlie, cuando él era un joven boxeador. Los dos personajes conocen toda la vida uno del otro. Han estado enamorados cuando eran más jóvenes pero su atracción no sólo es física, está basada en el hecho de que se conocen profundamente. Ambos saben lo que motiva al otro. Bailey sabe que Charlie es mejor que todo el resto y aún hay una atracción poderosa entre ellos, que es el subtexto de la historia.

Después de ver The Hurt Locker, Shawn Levy supo que quería que Anthony Mackie leyera el guión de ACERO PURO para el papel de Finn, el anfitrión de The Crash Palace. Tal como Mackie recuerda: "Quedé fascinado por él. Nunca había leído algo así. El personaje de Finn es tan carismático… Hablé con Shawn y le dije que me entusiasmaba mucho interpretar ese papel".

Para completar el elenco, los realizadores convocaron a la nominada a los premios Tony Hope Davis (God of Carnage) para el rol de Deborah, la tía de Max, quien desea obtener la custodia de su sobrino huérfano; y a James Rebhorn ("White Collar", "30 Rock") como Marvin Barnes, su millonario esposo, quien podría mantener al joven Max si la justicia les permite adoptarlo.

Kevin Durand, quien había trabajado previamente con Hugh Jackman en X-Men Origins: Wolverine y con Evangeline Lilly en "Lost" fue elegido para encarnar a Ricky, el promotor de lucha entre robots quien -pese a mantener una larga amistad con Charlie- no tiene reparos de pelear contra él para cobrarle una deuda.

La actriz rusa Olga Fonda, con una trayectoria fílmica relativamente nueva, fue elegida para interpretar a la propietaria rusa de robots, mientras que Karl Yune (Memoirs of a Geisha, Speed Racer) encarna a Tak Mashido, el más talentoso diseñador de robots y pionero del boxeo entre ellos.

"Hope Davis, Kevin Durand, James Rebhorn, Karl Yune, Olga Fonda y Anthony Mackie. Todos ellos son grandes actores", asegura Shawn Levy. "Sus personajes podrán ser considerados como ‘de reparto’ pero cada una de estas fantásticas personas aportó vida, texturas y una profunda dimensión a lo que podrían haber sido unos personajes simples y comunes. Cada vez que aparecen en pantalla aportan algo inesperado y la película es mucho mejor porque ellos participan de ella", concluye.


Los robots
El productor ejecutivo Steven Spielberg tuvo mucho que ver en el diseño de los robots y le confió al director desde una etapa inicial que él no quería crearlos de forma digital, pese a que actualmente la tecnología como para hacerlo existe y estaba disponible. "En el mundo digital, el elenco actúa ante ‘la nada’. Cuando hay una representación física, por el contrario, el actor puede interactuar con ella, tocarla, mirarla a los ojos. Allí es cuando la actuación florece. Es bueno para los actores tener algo ‘real’ enfrente; algo tangible con lo cual interactuar en un espacio determinado. Ése fue el único consejo que le di a Shawn: si tienes la oportunidad, construye estos robots a escala real".

Por su parte, Levy desarrolla: "Steven Spielberg me dijo que él hizo Jurassic Park hace mucho tiempo pero que la película era creíble porque construyeron dinosaurios ‘reales’ y animatronics; hay una credibilidad superior en la actuación que no se obtiene si los personajes son creados enteramente por computadora. En la primera reunión, Spielberg me adelantó que debíamos construir algunos de los robots. Entonces hicimos cuatro, a escala".

"Creo que fue un gran consejo", continúa, "porque a causa de ello las actuaciones se sienten muy reales y son emotivas. Los actores interactuaron con robots reales".

Los realizadores convocaron a un talentoso grupo de geniales artesanos de Legacy Effects para diseñar los robots. Ellos crearon una amplia gama de fascinantes pugilistas para ACERO PURO, todos ellos con diferentes apariencias y habilidades especiales.
En el film, los robots son operados por humanos, con controles remotos de alta tecnología y paneles de control, pero todos son personajes muy especiales. Tal como menciona la productora Susan Montford: "Prácticamente podríamos haber hecho una película por cada robot que tenemos aquí, porque todos tienen una personalidad muy desarrollada". Don Murphy, también productor, agrega: "La clave está en crear personajes. Tienen que estar completamente desarrollados. Aunque claramente no son seres humanos, deben ser más cercano posible a esa condición para que la audiencia pueda sentir con y por ellos. Todos son personajes reconocibles e identificables".

Con esto en mente, los realizadores quisieron que cada uno de los macizos autómatas tuviera una personalidad, estética y hasta una paleta de colores bien específica y diferente entre sí. El tamaño de los robots varía entre los 7,6 pies (unos 2.30 metros) y los 8,5 pies (2.50 metros) y son antropomórficos en el sentido de que tienen dos brazos, dos piernas, torso y cabeza (o en el caso de uno de ellos, dos cabezas). Pero son capaces de hacer cosas que los humanos no pueden. Fue un proceso creativo desafiante pero muy placentero entre los diseñadores de los robots y los realizadores del film, responsables entre ambas partes de lograr el perfecto elenco de personalidades robóticas.

El director Levy señala: "Deseo que el público sepa que, pese a que la premisa de la película es de ciencia ficción, estos robots no lo son. Son máquinas que, tal como nos gustaba imaginar, podrían haber sido construidas por los seres humanos. Además de su escala —no poseen la escala de los Transformers y no son indestructibles— les hemos conferido una fragilidad y una humanidad que nos recuerdan a antecedentes como Iron Giant y WALL•E".

Tal como Levy quiso que los robots lucieran diferentes y originales entre sí, también deseó que cada uno de ellos tuviera una específica personalidad en cuanto a sus sonidos. Eso significó dos cosas: una, que cuando un robot pega un golpe, hay un sonido específico y propio de su material esquelético, sus mecanismos, su volumen y su masa. También hay un sonido aural, que implica que, por el sólo hecho de ser encendido, cada robot tiene un silbido, un zumbido, el ronroneo de un motor o el sonido de una computadora.

El diseñador de sonido, Craig Henighan, disfrutó de crear patrones que no existían en los archivos. Grabó su propio material, tal como los ruidos propios de un depósito de chatarra, de un choque de autos, del metal golpeando otros trozos de metal, etc. Con una variedad de registros, interpretó algunos de ellos hacia atrás, o ajustó el tono de otros.

Tal como apunta el director: "El sonido de cada robot fue hecho a medida e individualmente. Esto es algo que, probablemente, no le importará a nueve de cada diez espectadores. Sin embargo, yo creo que genera una rica variedad dentro de la película, que la hace original".

Mientras que los otros robots boxeadores son súper brillantes y característicos, Atom, el héroe, es rescatado de una pila de chatarra y definitivamente muestra las marcas de su pasado: abolladuras, arañazos y más. Pero sus ojos azules que emiten luz brillan poderosamente, otorgándole una presencia que no puede ser omitida.

Atom posee una inusual función de ‘modo sombra’ que refleja cada movimiento que ve, así que, cuando Charlie boxea con él en esta función, Atom adopta los movimientos de la vieja escuela del box, trayendo un nivel de humanidad a su estilo con gracia y fineza, dos cualidades largamente olvidadas sobre el cuadrilátero.

Qué hace a Atom tan especial es una pregunta que los guionistas y realizadores pasaron mucho tiempo discutiendo. ¿Atom es simplemente una buena mezcla entre metal y programación, o tiene algo que se parece a la conciencia?

Levy agrega que en la etapa inicial de producción, el productor ejecutivo Robert Zemeckis sugirió que la duda para decidir si Atom tiene sentimientos o no sería una de las más difíciles de transitar. "Pero, si lo haces bien, puede ser una de esas cosas que hacen que una película tenga poesía", apunta el director. "Allí es donde un film emociona al público".

Para algunos miembros del elenco, la apariencia de los robots de tamaño real en el set fue una total sorpresa. Anthony Mackie recuerda: "Era mi primer día en el plató, estaba hablando con Shawn [Levy] y, por el rabillo del ojo, vi a este enorme e imponente robot. No esperaba ver eso… Fue sensacional. Después, el robot comenzó a mirar a su alrededor. Creo que me quedé allí pasmado, ¡esperando que comenzara a golpearme en cualquier momento! Allí me di cuenta de que estábamos haciendo un tipo de película muy diferente de lo que había imaginado. Fue una gran experiencia".


El boxeo
Contemplando la coreografía de las luchas, Shawn Levy supo que quería que cada pelea fuese diferente y quería sacar ventaja del hecho de que los robots no son humanos. "Ellos no se cansan, no ralentizan su marcha", dice. "Por lo tanto, las posibilidades eran muy amplias. Garrett Warren, quien coreografió los combates, se aseguró de que cada uno fuese distinta de los otros".

"Un combate de liga se atiene a las reglas convencionales del boxeo, mientras que una lucha informal se asemeja más a las artes marciales combinadas", explica Levy. "Hay movimientos de estrangulación, codos, rodillas; todo está permitido. Por lo tanto hay una variedad coreográfica que es muy entretenida. También hay una estructura narrativa en cada pelea. Alguien está a la cabeza pero todo cambia; hay un desarrollo que convierte a cada pelea en una historia dentro de la coreografía".

La producción convocó a Sugar Ray Leonard –ampliamente considerado como uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos, habiendo ganado títulos en cinco categorías diferentes- como consultor de boxeo del film y como entrenador de Hugh Jackman para sus múltiples apariciones sobre el cuadrilátero. Tal como explica el productor Don Murphy: "Una de las primeras cosas que hicimos para hacer la lucha entre robots no sólo realista sino también algo con lo cual el público pudiera conectarse fue convocar a Sugar Ray Leonard para que se sumara al equipo y trabajara en las coreografías de los combates. La idea fue que mostrara a los actores vestidos con los trajes de captura del movimiento cómo hacerlo y, además, que le indicara al director y a los dobles de riesgo cómo debían darse y mostrarse los golpes. Su conocimiento realmente aportó una gran similitud con los combates reales; no sólo son unos robots golpeándose entre ellos".

Hugh Jackman rebosó de entusiasmo cuando Leonard se sumó al equipo, especialmente porque su padre fue un pugilista que combatió hasta que él tenía 20 años. "Creo que nunca lo vi más orgulloso en su vida a mi padre como cuando le conté que estaba haciendo esta película trabajando con Sugar Ray Leonard. Él es todo un caballero inglés, así que es muy reservado. Pero me dijo que, de toda la gente que había boxeado, Sugar Ray Leonard es un auténtico campeón. Ha habido otros, pero ninguno de ellos ha sido probablemente tan respetado como Sugar Ray. Y debo decir que, cuando conoces a este hombre, comprendes eso. Es tan generoso; tiene una efervescencia genial y optimista. Es también muy respetuoso con la gente".

"Parece prácticamente imposible creer que este hombre estuvo en la vorágine de un combate de boxeo", continúa, "en algunas de las situaciones más duras y feroces que uno pueda imaginarse, porque es sencillamente tan gentil y amable. Sólo conocerlo hubiera sido fantástico, pero tener la posibilidad de ser entrenado por él es simplemente genial. Él inventó golpes que nadie había hecho antes. Tenerlo como maestro fue una de las mejores cosas que pueden ocurrirle a uno en la vida", concluye el actor.

Curiosamente, a pesar de la naturaleza usualmente feroz de este deporte, los expertos coinciden en que el boxeo es un entrenamiento tanto físico como mental, en partes iguales. Leonard concuerda. "Si puedes meterte en la cabeza de tu oponente, llevas un round o dos de ventaja", expone. "Es la estabilidad mental la responsable de llevarte al triunfo, en mayor medida. Yo veo este deporte como una forma de arte. Antes de cada combate yo coreografiaba una situación en mi cabeza, y nueve de cada diez veces la pelea resultaba tal como me la había imaginado".

Leonard agrega que, para él, los boxeadores nacen, no se hacen. Sin embargo, pudo enseñar a Hugh Jackman para que luzca como uno de ellos con absoluta certeza. "He visto a Hugh en películas por muchos años y él tiene la intensidad perfecta y el cuerpo acertado para ser un boxeador. Fue un gran estudiante. Escuchaba todo muy bien, incorporaba todo lo que yo decía, lo digería y luego le daba vida".

Pese a que Jackman había boxeado en la vida real, se interesó por aprender las sutilezas del deporte, de parte de uno de los más grandes de todos los tiempos. Así, aprendió la forma adecuada de protegerse, cómo tirar un gancho con la mano derecha y que cuando uno tira un golpe al cuerpo del oponente, la mano que queda libre debe permanecer arriba, como una forma de protección. "Hubo que hacer pequeños ajustes con Hugh, detalles aquí y allá", dice Leonard. "Después de todo, él es un atleta con un estado increíble. Aprendió todo muy rápido".

Quizás el elemento más importante que Leonard aportó al film es la autenticidad. En la película, Jackman se convierte en el entrenador de un robot boxeador, Atom, así que Leonard le enseñó a Hugh todo acerca de la conexión que existe entre el boxeador y quien lo asiste en el cuadrilátero y lo que implica ocupar ese lugar.

"Mi personaje en el film asiste desde la esquina del cuadrilátero", explica Jackman. "No es el boxeador; es el dueño y quien controla a estos robots, actúa como el promotor, así que soy el tipo que está en la esquina del ring. Sugar Ray fue estricto conmigo; me dijo que pensaba que yo no entendía bien cuán importante es ese rol en el boxeo".

"Y, aún cuando los que están allí peleando son robots", continúa, "lo que necesitas transmitir es que tú eres la roca, la fortaleza. Sugar Ray me contó que él solía contratar a Angelo Dundee para las últimas dos o tres semanas antes de una pelea, precisamente porque Angelo sabía exactamente cómo hablarle durante el combate. Para él, no hay nada peor que tener un asistente de esquina que no sabe cómo hablarte. Necesita saber cuándo levantarle la moral al boxeador, cuándo cerrar la boca, cuándo decir la palabra justa. La conexión entre el boxeador y su asistente de esquina no puede quebrarse jamás. Me enfoqué mucho en esa premisa para mi papel y fue genial".

El director, Shawn Levy, agrega: "Podrá sonar un poco extraño hablar acerca de cómo Hugh se relaciona con el robot, pero Sugar Ray realmente influenció la forma en la que Hugh interpreta sus escenas en el rincón del ring. La manera en la que Leonard contribuyó a la película es a la vez muy directa y sutil; absolutamente valiosa".


El mundo del boxeo entre robots
En ACERO PURO, hay una demarcación muy clara entre dos mundos del boxeo de robots. Hay dos niveles de este deporte. Hay una liga, la WRB (por sus siglas en inglés), equivalente a NASCAR o a la NBA. Está patrocinada por corporaciones, hay mucho dinero incolucrado, sitios aprobados y reglas estrictas.

Y existe un polo opuesto, el descarnado submundo, que se desarrolla en locales sin regular, no tiene normas ni restricciones; los robots pelean hasta morir. Es bajo, sucio, no tiene límites.

La WRB está impulsada por enormes presupuestos y organiza espectáculos a estadios llenos, que culminan en el Campeonato Acero puro. La liga presenta a los robots más avanzados del mundo, todos construidos con la última tecnología y exclusivamente para los torneos globales.


En ACERO PURO, Charlie Kenton se abre paso en el peligroso submundo del boxeo clandestino con sus robots luchadores, peleando duro para que uno de ellos llegue a competir en la liga WRB, donde la fama y el dinero aguardan como recompensa.

Los ostentosos, fuertes y costosos robots de la liga tienen pedigrís que comprenden desde los ingenieros que los diseñaron hasta quiénes son sus dueños y entrenadores. Cada robot es diferente y único, tiene su propia personalidad, paleta de colores, gráficos, estilo de combate y rasgos. Una liga completa fue pensada para este film, con estadísticas completas para cada boxeador.

En el inicio de la película, nos encontramos en el futuro cercano (en el año 2020, para ser exactos) y la WRB lleva siete años de existencia, luego de un auspicioso comienzo en 2013 cuando organizó la primera lucha televisada de dos robots. El combate fue un rotundo éxito y, poco después, la WRB se constituía. Para 2014, las peleas clandestinas de robots estaban en marcha.

En 2016, los ‘súper robots’ dominaban la WRB y los combates entre ellos se habían convertido en un deporte internacional. Dos años más tarde, una nueva generación de robots irrumpieron en escena, entre ellos Zeus, el más grande y poderoso jamás construido. Él ha sido pensado para dominar e intimidar. Su único objetivo es desmantelar y aniquilar a sus oponentes. Zeus es el campeón mundial reinante.

La WRB es un mundillo de eventos pensados para la televisación, los patrocinios, el prestigio, el dinero, la fama que dan los medios de comunicación y la excitación generalizada. Es exactamente el mundo del cual el promotor Charlie Kenton quiere formar parte, y hará cualquier cosa para entrar en él.


La tecnología
El director Shawn Levy rinde honor a quien lo merece y señala que para la extraordinaria tecnología empleada en ACERO PURO, junto con su equipo encargado de los efectos especiales "tomaron prestadas numerosas páginas de la tecnología que James Cameron desarrolló para la película Avatar".

El director además explica: "Este es un enfoque de la última generación de efectos visuales. En pocas palabras, en lugar de rodar en la forma tradicional, donde primero filmábamos un cuadro vacío y más tarde los animadores insertaban un robot generado por computadora; utilizamos la tecnología de captura de la interpretación (motion capture) con boxeadores reales luchando entre sí, que fueron coreografiados por Garrett Warren y Sugar Ray Leonard. Nosotros capturamos los datos de los movimientos de sus cuerpos, los digitalizamos, los guardamos y, meses más tarde, entramos en un set de acción real y montamos una toma. Esta tecnología permite, con esos datos programados de captura de movimiento y la llamada Simul-Cam B, incorporar los datos almacenados en un escenario de acción real".

"Tomamos la tecnología que fue literalmente inventada en Avatar pero haciendo algo un poquito diferente con ella. Avatar tomó las interpretaciones rodadas con la técnica de captura de movimiento y las insertó en un mundo virtual. Nosotros tomamos las interpretaciones obtenidas con captura del movimiento y las volvimos a insertar en el mundo real".

Levy advierte que el proceso suena complicado y lo explica en términos más sencillos: "Es decir, los boxeadores suben al ring llevando trajes especiales que nos permiten captar datos. Al pelear, los datos de sus movimientos —sus movimientos generan datos— se transmiten en forma simultánea a un robot en la pantalla. Luego, entonces, podemos acudir a nuestro ring de acción en vivo, montar una cámara y la tecnología nos permite tomar el boxeador robot que creamos seis meses antes e integrarlo en ese ring en tiempo real, mientras lo ves en la cámara. Ésa es la Simul-Cam B".

Para ilustrar mejor esta tecnología, Levy evoca su trabajo en algunos de sus films anteriores. "Lo que es genial es que, cuando hice la saga de Una noche en el museo, o cuando Hugh hizo Wolverine y X-Men, los actores necesitaban hacer sus escenas frente a nada. Había que desear que todo saliera bien. Mientras que, ahora, podemos alinear una toma con Hugh en cuadro y yo puedo ver los robots ahí también. Y Hugh puede ver a qué está reaccionando. Así que, francamente, esto quita toda la incertidumbre del medio".

Con movimientos robóticos en lugar de humanos, la técnica de captura del movimiento debía ser ajustada. Levy explica: "No podíamos utilizar la captura de la interpretación pura. Si lo hacíamos, los robots se hubiesen movido de forma muy humana. Entonces, los retrasamos a una velocidad de 89 por ciento. Fue algo importante. La velocidad real humana no funciona para los robots. Simplemente quitar unos puntos de velocidad les dio una mejor apariencia. Además, como a veces Atom era demasiado perfecto, debimos agregar un poco de rigidez a sus articulaciones para darle peso y circunferencia".


La apariencia
La apariencia del mundo de ACERO PURO es excepcional, en términos del diseño de producción. El encargado de dicha área, Tom Meyer (Orphan, Jonah Hex) imaginó el futuro cercano que se ve en el film bastante parecido a nuestro mundo de hoy, pero con un aspecto desgastado y una pátina añejada. El director llama a esta apariencia "retrofuturística". "Es una representación de la iconografía estadounidense del pasado y del futuro que necesita existir para apoyar este deporte", señala.

"No es el futuro como normalmente se lo presenta en las películas, el cual es –a falta de un término mejor- una especie de ‘gris metálico, vacío de color’. En nuestra película hay una paleta con muchos colores, muy saturada pero a la vez impregnada de una luz natural. Así, el mundo tiene una cierta condición de opacidad".

El film se rodó en Michigan, mayormente en Detroit, y no se construyeron sets. Las locaciones del film fueron espacios abiertos preexistentes, estadios o instalaciones y viejas fábricas automotrices. Levy quería darle un aspecto descarnado a la película, con algunos breves contactos inesperados con imágenes más cálidas y hermosas. Con el aporte del laureado cinematógrafo de Avatar, Mauro Fiore, Levy logró exactamente la apariencia que deseaba. El director recuerda haberle dicho a Fiore: "Me encantó Avatar pero yo deseo algo más cercano a Training Day –en la cual también participó Fiore-". Para Levy, la belleza estaba "en lo descarnado y no en la perfección; ése fue el mantra para la fotografía del film".

Cada aspecto de la apariencia de ACERO PURO fluyó a partir de ese mandato visual: todo debía ser "retrofuturístico". Así, la diseñadora de vestuario Marlene Stewart fue convocada para interpretar visualmente el poderoso guión y ayudar al director y a los actores a conseguir su propia visión de los personajes.

Stewart creó un guardarropa para Charlie, el personaje que encarna Hugh Jackman, inspirado en la apariencia resistente de los años 60. Aun sus gafas de sol son de una marca y modelo que no se fabrica hace 20 años.

Por otra parte, para el papel de Tak Mashido, el diseñador y propietario del robot Zeus, las ropas fueron muy modernas, prácticamente de alta costura, un detalle que permite percibir al personaje más ambientado en el mañana.

Diseñar para el ‘futuro cercano’ fue un desafío que Stewart aceptó con entusiasmo. "Cuando uno crea para un porvenir relativamente cercano es más difícil que cuando diseña para el pasado, por ejemplo en una película ‘de época’, o para el futuro literalmente, donde el aspecto visual está totalmente controlado", explica la responsable del vestuario. "Para la apariencia de Charlie, me guié por esa cualidad clásica que tienen la mayoría de los hombres. Usé prendas inspiradas en los años 30, abrigos de la década del 60 y mezclé varias épocas. Pero no luce ‘viejo’; él simplemente luce prendas que son familiares para todos nosotros".

Para las escenas de los combates en el clandestino Crash Palace, Stewart creó una mezcla de estilos entre descuidado y punk, y combinó los colores en patrones de modo tal que luzcan aún más extremistas. "Realmente sabes en qué punto de la historia estás, no tanto por dónde están Charlie y Max, sino por quién está en el contexto", dice Stewart. "El entorno se convierte en un personaje que por momentos está en primer plano".

En contraste con ello, cuando la acción pasa a los lugares de lucha aprobados por la liga, Stewart creó una paleta monocromática de apariencia racional y simple, de modo tal que no distraiga a la audiencia enfocándola en un determinado personaje sino más bien en toda la masa. "En las escenas anteriores, durante los combates clandestinos, la acción se concentra en esos personajes interesantes y sórdidos, que adentran al espectador en la trama", cuenta. "Esos dos contrastes permiten al público tener una noción de cómo es este mundo del ‘futuro cercano’".

Stewart explica que, en estas últimas escenas utilizó una paleta prácticamente blanca y negra, concediendo a los personajes interpretados por Olga Fonda y Karl Yune un aspecto que refleja su condición de ricos y poderosos. "Pertenecen a una clase mucho más alta que Charlie, que es una especie de personaje trabajador y abatido. Ellos representan el contraste más fuerte con el mundo al que Charlie pertenece", detalla.

La vestuarista se ha convertido en parte del equipo de colaboradores más cercanos de Shawn Levy. Ambos trabajaron juntos en los films de la saga Una noche en el museo y en Date Night, y Stewart está feliz de haber formado esta alianza profesional con un director tan talentoso. "Una de las cosas más interesantes para remarcar acerca de Shawn", dice, "es que es muy sensible y perceptivo; le presta atención a todo, desde la ropa hasta el peinado o el maquillaje y todo lo que tiene que ver con un personaje. En materia del diseño de vestuario, hablamos el mismo idioma. Es genial trabajar con alguien que entiende lo que ocurre en tu mundo creativo y siempre es una gran experiencia colaborar con él".


La experiencia
El director Shawn Levy resume su experiencia al trabajar en ACERO PURO: "Hay algo muy satisfactorio para mí en ella, porque la película que se ve en la pantalla es la película que yo tenía en mi cabeza desde el inicio", afirma. "Es el film que le presenté a Steven [Spielberg] y Stacey [Snider] la primera vez que me reuní con ellos. Hemos sido capaces de mantenernos fieles a ese instinto inicial".

"Espero que, cuando la audiencia se retire del cine, sienta que ha pasado un momento emocionante y emotivo viendo esta película. Espero que se entretengan; ojalá que haya risas y aplausos. Yo quise que el film sea visualmente espectacular y conmovedor a la vez. Espero que estos dos elementos lleguen a la audiencia".

Hugh Jackman comenta: "ACERO PURO es muy entretenida. Hay mucha acción pero también hay tanta emoción en el núcleo de la trama que es fácil perderse e involucrarse con ese mundo. Creo que el espectador va a adorar a estos personajes; humanos y robots por igual".

El productor Don Murphy añade: "Creo que ACERO PURO tiene algo para cada tipo de espectador. Para los hombres, hay boxeo; para las mujeres está Hugh Jackman, y el aspecto familiar está presente durante toda la película".

Susan Montford, también productora, coincide plenamente. "Es una hermosa historia, un camino con el que podemos identificarnos y un gran espectáculo. Creo que tiene de todo. Será enormemente atractiva para el público".


Datos curiosos
Dirigida por Shawn Levy (Noche en el museo, Noche loca), ACERO PURO está ambientada en un futuro cercano, donde los robots se han apoderado del ring desplazando a los humanos.

Hugh Jackman (Lobezno, El truco final) protagoniza ACERO PURO donde interpreta a Charlie Kenton, un arriesgado ex boxeador con problemas económicos, quien ahora se gana la vida en competencias de robots de poca monta, operando a los boxeadores de metal que volvieron obsoleta su profesión.

Cada robot posee un aspecto, personalidad y paleta de colores bien definidos y mide entre 2 y 2, 50 metros de alto. Basado en el cuerpo humano, cada robot posee dos piernas, dos brazos, un torso y una cabeza (excepto el robot de dos cabezas acertadamente llamado Twin Cities).

Además de sus personalidades distintivas, cada robot posee un sonido específico que refleja su personalidad. Cada puñetazo de los robots, va acompañado de un sonido específico conforme al material de su esqueleto, sus mecanismos, su contextura y masa corporal; y además hay un sonido asociado al aura de cada robot, de manera que al encender un robot, éste emite un zumbido propio o un silbido o el rumor de un motor o el sonido de un ordenador.

Evangeline Lilly (Perdidos), quien da vida a Bailey, nunca se imaginó que realizaría una película de boxeo, pero cuando leyó el conmovedor guión, quedó completamente fascinada.

El pequeño oriundo de Toronto, Dakota Goyo, quedó seleccionado entre miles de niños de 10 años que se presentaron a una audición para el papel de Max, el hijo del personaje de Hugh Jackman, como parte de un casting internacional.

El rodaje de las escenas de boxeo entre robots se realizó tanto con la tecnología de captura de movimiento (motion capture) como con robots que se construyeron en tamaño natural. Los elementos de captura de movimiento se interpretaron y rodaron meses antes en un escenario en la ciudad de Los Ángeles. Los boxeadores subieron al ring enfundados en trajes que permitían captar datos de sus movimientos mientras luchaban, estos luego eran transmitidos a robots avatares generados por computadora, que instantáneamente podían verse en los monitores del set. Luego, durante la fotografía principal, los realizadores dispusieron sus cámaras sobre un ring vacío y a través de las mismas podían ver los datos de captura de movimiento, permitiéndoles observar y enmarcar la pelea de los robots en el ring en tiempo real.

Sugar Ray Leonard fue contratado por los realizadores para desempeñarse como consultor de boxeo de la película y entrenar a Hugh Jackman para su interpretación en el ring.

La diseñadora de vestuario Marlene Stewart creó un guardarropa para el personaje de Hugh Jackman, Charlie, inspirado en los diseños de la década de 1960 que partían de ese estilo americano más rudo. Hasta sus lentes de sol son retro.

En ACERO PURO los dos mundos del boxeo de robots están claramente demarcados. Por un lado se encuentra la liga oficial (la WRB), patrocinada por grandes compañías, donde se mueve mucho dinero, con competencias en sitios acreditados y estrictas reglas. Por el otro, se encuentra el circuito marginal, donde se compite en sitios no autorizados, sin reglas, sin restricciones… y donde los robots luchan hasta morir.