EL GRAN AÑO se rodó en localizaciones de Tofino, Osoyoos, Whistler y Vancouver en la Columbia Británica; la Autopista Dempster, en la Tundra del territorio del Yukón canadiense; la Ciudad de Nueva York, el Estado de Nueva York, la Isla Fire; Joshua Tree en California; y los Cayos y Everglades de Florida. El reparto y el equipo de rodaje tuvieron algo parecido a su Gran Año, pasando por el necesario viaje para rodar más de 250 escenas en más de cien escenarios diferentes.
La pasión del director David Frankel por EL GRAN AÑO se vio reflejada por la dedicación absoluta que prestó a la búsqueda de sus protagonistas de ficción. Su implicación con el proyecto se remonta a cuando Frankel se encontraba realizando la postproducción de El diablo se viste de Prada, película que se convirtió en un éxito de taquilla en su estreno en 2006. Después de leer el guión, cuenta él, "me enamoré de los personajes y de su búsqueda. Pensé que podrían ser un tema intrigante para una película. Se trata de tres tíos que quieren ser los mejores en algo; también es una especie de relación de cariño fraternal".
Frankel trabajó con los productores Stuart Cornfeld y Curtis Hanson, junto al guionista Howard Franklin, en el desarrollo del guión, que a su vez se inspiró en el laureado libro de no-ficción de Mark Obmascik. Frankel dirigió otro éxito de taquilla, Una pareja de tres, antes de que EL GRAN AÑO encontrara acogida en la Fox 2000 Pictures.
Cornfeld recuerda los comienzos del proyecto, "Cuando leímos la proposición del libro, resultó ser una historia irresistible sobre personas de orígenes muy diferentes que compartían una obsesión en común. Nunca había leído algo así. Pensé que esta historia cubría muchos elementos de la experiencia humana".
"David Frankel fue leal y rápido en su dedicación", sigue diciendo Cornfeld. "Creo que la película se realizó, en gran medida, debido a su incansable compromiso por hacerla y a su capacidad para realizar películas que realmente llegan a la gente".
Fue la pasión de Frankel y su impresionante historial de películas que cuentan historias de la vida real, lo que atrajo a las tres superestrellas de la comedia a la película EL GRAN AÑO. "El guión era tremendo y trataba de temas que son universales, y además lo hacía de una manera divertida", afirma Steve Martin. "Era único, e inmediatamente comprendí la pasión de David por el material".
"David fue la razón de que todos quisiéramos trabajar en la película", dice Owen Wilson. "Nos atrapó su entusiasmo por el proyecto. Lo explicó todo de una forma que nos despertó una gran empatía, la idea de gente que lucha por hacer algo con sus vidas, algo que de verdad marque una diferencia para ellos".
Jack Black también se sintió atraído por el modo en que la historia explora la intensa y competitiva naturaleza de la gente en algo, aparentemente, tan poco importante como es la observación de aves. La recompensa es tan ínfima, no hay dinero de por medio, ni tampoco gloria o fama. Se trata de esforzarse por ser el mejor. Hay algo muy gracioso en ello y el Gran Año se parece a un microcosmos de la lucha que establece todo el mundo por ser lo mejor que puedan".
Steve Martin interpreta a Stu Preissler, un hombre de negocios poderoso que parece tenerlo todo: dinero, una esposa amantísima y una gran familia. Pero ahora está dispuesto a perseguir algo más grande que su carrera, quiere retirarse y formar parte del Gran Año. Pero los empleados no se lo ponen fácil a Stu. "Sus subordinados le acosan para que siga con su rutina y con esa especie de carrera de perros de presa, e incluso que lleve otra empresa", explica Martin. "Pero lo que busca Stu, es una gran oportunidad en su vida. Ignora a su personal y se embarca en el Gran Año. Y obtiene una tremenda satisfacción al hacerlo".
Una parte importante del Gran Año de Stu, es su recién entablada amistad con su compañero de observaciones Brad (Jack Black). "La satisfacción para Stu no reside en ganar, sino en tener un nuevo amigo y en hacer lo único que Stu siempre soñó en conseguir".
El Brad de Jack Black es un joven cuya vida, cuenta el actor, "está en horas bajas. Tiene problemas para llegar a fin de mes. Pero tiene esta pasión, que se convierte en su salvación. Brad piensa que si puede convertirse en el mejor, en algo, hará que todo lo demás en su vida se enderece".
Kenny Bostick, interpretado por Owen Wilson, tiene el record de haber observado 732 especies de aves en Norte América durante el curso de un año civil. "Bostick se ve a sí mismo como el rey de este mundo debido a que tiene este record", señala Wilson. "Es un poco arrogante por esto y realmente cree que es el mejor. Su record es tan importante para él como la seguidilla de 56 partidos golpeando hits de Joe DiMaggio, y eso es algo por lo que Kenny está dispuesto a dejarse matar para no perder. Es implacable por ser el mejor y está decidido a hacer lo que sea para mantener esa posición".
A Martin, Black y Wilson se les unen Brian Dennehy, que interpreta al padre de Brad; Anjelica Huston, como la capitana de un barco que transporta al intrépido trío; Rashida Jones, como colega observadora de aves, que entabla amistad con Brad; Rosamund Pike, en el papel de Jessica, la esposa de Kenny; Dianne Wiest, que hace de madre de Brad; y JoBeth Williams, que interpreta a la esposa de Stu, Edith.
Frankel afirma que la grandiosidad del reparto tuvo mucho que ver con "las figuras de primera línea", Martin, Black y Wilson. "Creo que muchísima gente estaría encantada de poder trabajar con cualquiera de estos tíos y, para los demás actores, la oportunidad de trabajar no con uno sino con los tres, fue un sueño hecho realidad".
Los actores, al igual que Frankel, destacan que EL GRAN AÑO no es una cinta que trata meramente de la observación de aves. Y Frankel señala que algo que tienen en común la realización cinematográfica y la observación de aves, es que ambas constituyen un viaje quijotesco. "Mientras nos encontrábamos rodando la película, nos dimos cuenta de que realmente estábamos en un Gran Año", observa Frankel. "Los observadores de aves tienen un objetivo en mente, pero puede ocurrir que uno salga y observe durante días y semanas y nunca vea la especie que está buscando. Pienso que nosotros teníamos una sensación similar al saber la toma que queríamos conseguir, pero nos encontrábamos en localizaciones en las que no sabíamos si el tiempo iba a cooperar, y no sabíamos si obtendríamos lo que estábamos buscando. EL GRAN AÑO pone en evidencia que el viaje es el objetivo, y yo creo que es lo mismo que sucede con la vida y la realización de cine".
El programa de la producción resultó agotador, con más de 270 escenas y 100 localizaciones en un rodaje de 55 días. "Desde la primera exploración que hicimos, en Yukon a veinte grados bajo cero, hasta el último día de la fotografía principal a cuarenta grados en los Cayos de Florida, el viaje fue una gran paliza", dice la productora Karen Rosenfeld. David Frankel añade: "Creo que hemos captado la experiencia de lo que supone pasar un año en la carretera con estos personajes".
Una de las localizaciones más exóticas del rodaje fue el Yukon, el más pequeño y más occidental de los tres territorios federales de Canadá, que limita con Alaska, la Columbia Británica y los Territorios del Noroeste. Los camiones de la producción, viajando desde Vancouver hasta el Yukon tardaron cuatro días en completar el viaje, mientras que el reparto y el equipo llegaron desde Vancouver a Whitehorse en un vuelo de dos horas y media. Desde ahí, el viaje continuó en autobús durante seis horas hasta Dawson City, hogar de la legendaria Búsqueda del Oro en Klondike en la década de 1890.
En EL GRAN AÑO, el Yukon sustituye a la Isla Attu, venerada tierra para los observadores de aves, situada en la Isla más Occidental de la cadena aleutiana. En la población del Yukon, Dawson City, con una población que oscila entre las novecientas y las mil ochocientas almas, dependiendo de la época del año, el equipo de ciento veinte personas del rodaje supuso un aumento considerable de su población. El rodaje en Yukon se llevó a cabo en junio, cuando el sol se pone después de las once y media de la noche, y sale a las tres de la mañana. El sol no se pone completamente, y el equipo tuvo que adaptarse a noches que nunca llegaban a estar totalmente oscuras.
El rodaje en le Yukon dio al director de fotografía, Lawrence Sher, la oportunidad única, en un día memorable, de rodar durante veinticuatro horas seguidas, sin perder la luz en ningún momento. "Incluso a pesar del desorden, de la falta de control, de que el sol nunca se pusiera y de los cambios climáticos, sigue habiendo algo mágico cuando te encuentras en una localización así", afirma Sher.
EL GRAN AÑO, incluye más de cien escenarios diferentes, lo que para el diseñador de producción, Brent Thomas, "fue una especie de problema matemático. ¿Cómo conseguir todo esto en [una producción programada para] cincuenta y cinco días?". En numerosos momentos del rodaje, el departamento de arte tenía hasta ochenta personas trabajando en cinco platós diferentes al mismo tiempo.
Desde el Yukon, el equipo regresó a la Columbia Británica, a Osoyoos, en el Valle de Okanagan, el único desierto del Canadá. Esta localización sustituyó a parte de Arizona y California. El equipo de producción también rodó en Whistler, Vancouver, Tofino (un pequeño pueblo de la costa oeste de la Isla de Vancouver), la Ciudad de Nueva York, el Joshua Tree de California, y los Everglades y Cayos de Florida.