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Dirigida por Javier Fesser (El Milagro de P. Tinto, La Gran Aventura de Mortadelo y Filemón, Camino), con guión del propio Fesser, con Cristóbal Ruiz y Claro García y producida por Luis Manso.


Notas de Javier Fesser sobre el proyecto
Utilizar la animación por ordenador para llevar al cine las aventuras de MORTADELO y FILEMÓN (un cómic que más de tres generaciones de españoles adoramos y sentimos como propio), es la mejor garantía para poder acercar fielmente la película a la esencia y filosofía del TBO. Con un aspecto nuevo y un diseño moderno, se trata sin embargo de aprovechar las últimas tecnologías CGI de animación, modelado y efectos visuales para reproducir la desbordante capacidad expresiva de los personajes y el universo visual creado por Francisco Ibáñez, tal y como él lo concibió. Tal y como está ya instalado en el subconsciente colectivo. Con ese sabor tan maravillosamente atemporal e internacional que destilan sus historietas.

La estereoscopía, además, ayudará mucho a recrear ese mundo paralelo de riquísimos detalles que ha caracterizado siempre el trabajo del genial dibujante.

MORTADELO Y FILEMÓN CONTRA JIMMY EL CACHONDO es una historia construida absolutamente a partir de los elementos imprescindibles del universo Ibáñez: dos agentes especiales maestros de la chapuza y el desastre garantizado, un malo malísimo conocido por la TIA que pone en jaque a la organización, un Súper Intendente de la TIA encargándole equivocadamente a los primeros la captura del segundo, un profesor chiflado aportando su granito de arena con un invento inútil que sólo complica las cosas, una secretaria inmensa ofendida porque alguien ha sugerido que tiene algo de sobrepeso, una escultural nueva secretaria cuya labor es obnubilar y hacer perder los papeles que les quedan a nuestros dos agentes, un delincuente terrorífico del tamaño de un gorila gigante que se escapa de la cárcel y quiere hacer una visita a nuestros protagonistas, un edificio de la TIA colapsándose en todas sus modalidades, las impredecibles e inimitables medidas de seguridad que protegen con éxito nulo el pisito de nuestros agentes, la guarida del malo cuya ubicación viene indicada en internet, el policía urbano confeccionando un catálogo de atropellos y coincidencias fatales varias, unas cuantas docenas de disfraces de Mortadelo, persecuciones callejeras en Vespa con sidecar, entradas secretas, episodio campestre, y un Rompetechos, ese hombrecillo de corta vista pero altas miras, escogiendo los momentos y lugares mas inoportunos para irrumpir como un elefante en una cacharrería. Tampoco faltará el último grito en cajas fuertes: un armario blindado de 70 toneladas que se cierra mediante el infalible sistema de un ganchito en el lateral.

No hay, por tanto, grandes amenazas mundiales. Grandes movimientos de masas. Se trata de una historia urbana, doméstica, con claras referencias a la actualidad, cien por cien Mortadelo y Filemón, cien por cien fiel a la obra de Francisco Ibáñez. Es una comedia de acción, de ritmo trepidante para imitar al maestro, que decidió hace más de cincuenta años no dar tregua a sus lectores acribillándoles con abrumadores gags visuales a cada cual más ocurrente. Una película divertida, ingeniosa y espectacular. Familiar donde las haya.

Y todo esto a todo color y en ochenta y cinco estereoscópicos minutos.

Javier Fesser