Viudo y recién jubilado, Francisco tiene dos grandes amigos: Pacheco y Tito. Para animar a Francisco en un momento difícil, sus amigos deciden hacerle un regalo y le invitan una semana a un viaje por las termas de Chillán en el que los acompaña Lucy, novia de la juventud de Francisco. Una vez allí Francisco se resiste a pasarlo bien pero poco a poco descubrirá que aunque el cuerpo envejezca, el espíritu puede seguir siendo un niño, y la historia que vive en esos días junto a sus amigos le cambiará la vida para siempre a él, y a todos los demás.