Cinemanía > Películas > Los tres mosqueteros > Comentario
Destacado: Pedro Martín-Calero dirige 'El llanto' con Ester Expósito
Los tres mosqueteros cartel reducidoLos tres mosqueteros(The three musketeers)
Dirigida por Paul W.S. Anderson
¿Qué te parece la película?

El rodaje de Los tres mosqueteros comenzó el 26 de agosto de 2010 en exteriores de Baviera, en Alemania. La película, producida para Constantin Film e Impact Pictures por Jeremy Bolt y Robert Kulzer, está dirigida y producida por Paul W.S. Anderson. Martin Moszkowicz, de Constantin Film, ejerce de productor ejecutivo.

El filme, basado en la novela histórica de Alejandro Dumas, ha sido adaptado para la gran pantalla por Andrew Davies (El diario de Bridget Jones) y Alex Litvak (Predators). Otros miembros claves del equipo creativo incluyen al diseñador de producción Paul Austerberry (La Saga Crepúsculo: Eclipse), al diseñador de vestuario Pierre Yves Gayraud (El perfume: historia de un asesino) y al director de fotografía Glen MacPherson (Resident Evil: Ultratumba).

El estelar reparto está encabezado por Logan Lerman (Percy Jackson y el ladrón del rayo), que interpreta al joven e idealista D’Artagnan, Matthew Macfadyen (Orgullo y prejuicio, Robin Hood), Ray Stevenson ("Roma", El libro de Eli, Thor) y Luke Evans (Immortals, Furia de titanes) interpretan a los tres veteranos mosqueteros, ya cansados de la guerra, Athos, Porthos y Aramis, respectivamente. El ganador del Oscar® Christoph Waltz (Malditos bastardos, The Green Hornet (El avispón verde)) interpreta al intrigante cardenal Richelieu, Milla Jovovich (Resident Evil, El quinto elemento) es la hermosa pero letal agente triple Milady de Winter, y Orlando Bloom (Piratas del Caribe, El Señor de los Anillos) interpreta al duque inglés de Buckingham.

El reparto se completa con las estrellas en alza Juno Temple (Las hermanas Bolena, Diario de un escándalo) y Freddie Fox (St. Trinian’s 2: The Legend of Fritton’s Gold) como la reina Ana y el rey Luis, respectivamente. Gabriella Wilde (St. Trinian’s 2: The Legend of Fritton’s Gold) interpreta a la bella e ingeniosa Constance. James Corden (Los viajes de Gulliver), cómico británico y estrella de la televisión en su país, es Planchet, el criado del joven mosquetero. Mads Mikkelsen (Casino Royale, Furia de titanes) interpreta a la némesis de D’Artagnan, Rochefort, el implacable capitán de la guardia del cardenal.


Un nuevo reparto para un relato clásico
Robert Kulzer y Jeremy Bolt se reúnen con el director y su socio en la producción Paul W.S. Anderson para crear Los tres mosqueteros. Como los propios personajes que dan nombre a la película, estos tres realizadores vuelven a trabajar juntos, esta vez para abordar una ficción histórica, algo muy distinto a lo que nos tienen acostumbrados en sus últimas colaboraciones.

Según explica Kulzer: "Paul y yo hemos hecho muchas películas juntos, en general llenas de zombis, monstruos y fuerzas del mal. Sin embargo, creo que por fin estamos empezando a madurar, Paul se ha casado e incluso ha tenido una hija, Ever. Paul es un padre muy dedicado y, en mi opinión, Ever ha influido sin duda alguna en su intento de diversificarse y probar algo nuevo. Pero creo que todos opinábamos que esta era una oportunidad fantástica para que Paul mostrara un aspecto de su obra y de sus habilidades que va más allá de ser un mero director de cine de acción y demuestra que es realmente alguien que puede contar una historia de amor con humor y mucho espíritu".

La selección del reparto de cualquier película es siempre un elemento crucial para asegurar el éxito de la misma, pero el proceso adquiere una especial importancia cuando se trata de encarnar a personajes tan populares, que protagonizan una historia clásica y sobradamente conocida por todos.

"Esta película supuso un gran desafío por lo que respecta al reparto, porque todos los actores tienen que ser graciosos, deben ser encantadores y también necesitan ser capaces de afrontar los respectivos problemas amorosos de cada uno de sus personajes. La historia también exige que muchos de ellos vuelen por los aires, luchen a espada, monten a caballo, en aeronaves, etc. De modo que cada actor tenía que ser capaz de exhibir un amplio espectro de habilidades y talentos", observa Kulzer.

Logan Lerman fue el primer actor en ser elegido para el papel protagonista de D’Artagnan. Lerman señala: "D’Artagnan es el personaje simbólico lleno de juventud y valores morales que sirve para reavivar la pasión de los mosqueteros y hacerlos salir de su retiro. Al principio de la película, cuando se marcha de su pueblo natal, es un chico ingenuo y algo gallito. Recibe una buena dosis de realidad cuando llega a la gran ciudad y se topa con gente de lo más inmoral".

Bolt aporta: "Decidimos mostrar a D’Artagnan tal como se representa en el libro, donde es un chico de 17 o 18 años. Es muy listo y, no solo es físicamente un gran atleta y un gran espadachín, sino que también es sumamente inteligente y tiene don de gentes. Logan es un joven muy listo y sumamente entregado. Lo pusimos a trabajar con un excelente maestro de esgrima/coreógrafo y se ha convertido en un gran atleta. También tiene un aspecto muy simpático y nos parecía muy importante que nuestro D’Artagnan poseyera esa cualidad de ‘hombre de la calle’. Es un chico de pueblo de Gascuña; básicamente, es un don nadie que cambia el mundo".

Lerman estaba encantado por la oportunidad de trabajar con el director, Paul W.S. Anderson. Según señala: "Trabajar con Paul y su equipo ha sido una experiencia de mucha colaboración. Resulta agradable tener voz y voto en lo referente a tu personaje y poder realizar pequeños ajustes para poder sentirte cómodo con cada escena. Paul siempre se mostró muy accesible y receptivo a nuevas ideas".

También estaba igualmente encantado de poder trabajar con los actores que acabarían eligiendo para ser sus coprotagonistas, los tres mosqueteros. Pero el primer encuentro de su alter ego con ellos no sale precisamente como esperaba. Cuando conoce a los tres mosqueteros, al momento se lleva una gran desilusión con ellos. Creía que serían tipos heroicos, pero en realidad no son más que borrachos aburridos y sin rumbo en la vida. D’Artagnan cambia sus vidas, se gana su respeto y los vuelve a juntar".

Elegir a los tres mosqueteros fue en realidad un proceso bastante sencillo, porque cada uno de los personajes se describe de forma muy clara y característica en la novela de Dumas; el misterioso Aramis, el inconmensurable Porthos y el melancólico Athos.

"Tenía que existir un buen equilibrio entre estos actores, porque los mosqueteros son todos iguales, incluso cuentan aproximadamente con el mismo número de páginas cada uno en la novela. Matthew Macfadyen está sensacional en el papel de Athos, posee una cierta gracia y elegancia, con una inquietante violencia subyacente. Porthos se muestra lleno de pasión y exuberancia, te estrecha fuertemente entre sus brazos y está siempre con cerveza y vino, y Ray [Stevenson] aporta esa presencia física. Luke Evans como Aramis es sumamente apuesto, pero posee a la vez una cualidad oscura y misteriosa", apunta Bolt.

Matthew Macfadyen fue el elegido para interpretar al desconsolado pero desbordante de talento Athos. El productor Robert Kulzer señala sobre el actor: "Interpreta magníficamente el papel de Athos, con elegancia y dignidad, pero también con un trasfondo apenas contenido de violencia y brutalidad".

Macfadyen aprecia a su personaje y valora especialmente su profundidad: "Athos ha sido traicionado por su amada, Milady, que los vendió tanto a él como a sus amigos al duque de Buckingham. Como consecuencia, Athos se muestra muy malhumorado y poco comunicativo. Es un personaje bastante oscuro, que bebe para ocultar su desengaño".

Pero, cuando D’Artagnan llega a París, Athos reconoce en él todos los ideales de su propia juventud. "Se encariña instintivamente con D’Artagnan porque creo que ve ecos de sí mismo en este joven, creo que todos los mosqueteros lo hacen. D’Artagnan está lleno de vida y exuberancia, cosa que no le pasa ya a Athos, que ya lo ha visto y hecho todo, está de capa caída. La relación que desarrolla con D’Artagnan se vuelve muy paternal, es una historia conmovedora".

A pesar de ser amigos íntimos, cada uno de los mosqueteros tiene una personalidad muy distinta. Luke Evans, elegido para interpretar a Aramis, y un gran fan de la historia desde niño, habla de los personajes de los mosqueteros y de las respectivas relaciones que establecen cada uno de ellos con el joven D’Artagnan en la película. "Todos tenemos nuestra propia relación con D’Artagnan. Mi personaje, Aramis, se convierte en una especie de hermano mayor para él. Ve a este joven mocoso que se cree invencible y que puede dominar el mundo y lo ve cometer sus errores. A Aramis le cae bien D’Artagnan y se preocupa por él de manera muy fraternal, aunque a veces la bravuconería juvenil de D’Artagnan le resulte algo crispante. Athos es la figura paterna, un padre perdidamente enamorado y desengañado, que se ve reflejado en D’Artagnan. Y luego tenemos a Porthos, que es como el tío de gran corazón, siempre despeinándolo y dándole palmadas en la espalda un poco más fuertes de lo debido. Todos tenemos nuestro lugar".

"Tras llegar a París y conocernos a los mosqueteros, D’Artagnan empieza a crecer como persona. Progresa mucho a lo largo de la película, es su rito de transición. Un jovencito que tiene sus miras puestas muy alto y recibe una lección. Se enamora locamente y se da cuenta de que tiene que tomar decisiones muy importantes, así que madura muchísimo. Todos maduramos a lo largo de la película. D’Artagnan resucita el espíritu de camaradería, fraternidad y orgullo por quiénes somos. En definitiva, D’Artagnan se gana su lugar, trabaja duro para conseguirlo y, al final, se acaba convirtiendo en el cuarto mosquetero".

El productor Robert Kulzer considera a Luke Evans el candidato ideal para Aramis. "Es un tipo apuesto, pero también aporta un lado oscuro y misterioso a su papel".

Evans explica: "Aramis fue antaño sacerdote y se le puede ver a menudo leyendo la Biblia o usando su rosario. Es un tipo fiel y un gran amigo, en los libros no traiciona nunca a nadie. Reza por todas y cada una de las personas a las que ha matado en combate. Como mosquetero, Aramis es un individuo muy tranquilo y, cuando lucha, es letal pero grácil y ágil. Es como un Batman del siglo XVII".

Ray Stevenson interpreta al inconmensurable mosquetero Porthos. Sobre la labor de documentación que realizó durante la preproducción y cómo eso le ayudó a dar forma a su versión del personaje, Stevenson comenta: "En esta película teníamos cierta licencia creativa para idear cierta historia pasada de nuestros personajes. Porthos tiene un estilo de lucha diferente, tiene una forma particular de vestir y una actitud distinta ante la vida, pero en el fondo tiene cierto ADN que lo convierte en un mosquetero; ese algo indefinible que mantiene unidos a los mosqueteros. Fue muy divertido tener la oportunidad de jugar con esas ideas".

Como mosquetero, Stevenson tenía que tomar parte en muchas de las secuencias de lucha de la película, para las que se estuvo preparando con la campeona alemana de Europa y medalla de oro, Imke Duplitzer. Stevenson señala sobre su instructora: "Imke fue maravillosa y tuvimos mucha suerte al poder contar con ella. Al rodar escenas en 3D, la cámara lo abarca todo, de modo que todo lo que hagas durante una pelea tiene que estar muy medido. La disciplina de las secuencias de lucha cuando ruedas en 3D está a un nivel muy superior. No puedes olvidar que estás empuñando una gran pieza de metal que intentas clavarle a alguien, así que tienes que estar mucho más concentrado que si estuvieras filmando en las 2D normales".

Las estrellas internacionales de cine Orlando Bloom, Milla Jovovich y Christoph Waltz se incorporaron también al reparto. Según admite Bolt: "a Paul y a mí nos encanta subvertir las expectativas del espectador y hacer que un actor interprete un papel completamente distinto al tipo de personaje que se espera de él, así que aquí se puede ver a Orlando interpretando a un villano: el astuto y canalla duque de Buckingham. Esperas encontrarte al típico santurrón, pero te vas a encontrar a un tipo sumamente pícaro y ladino. Creo que somos los primeros en hacer algo así con Orlando".

Orlando Bloom es el taimado duque de Buckingham. "La historia de los mosqueteros es muy famosa y ciertamente excepcional. Siento que toda mi carrera ha sido como una especie de viaje en el que he ido haciendo realidad todos los sueños de mi infancia, y esta película sin duda contribuye a ello. Una de las cosas que más me atrajo del proyecto fue que el personaje de Buckingham era un tipo de papel muy distinto para mí. Tengo ocasión de ser un bribón canalla. Buckingham no es el archienemigo, pero no deja de ser igualmente un verdadero granuja. En cuanto leí el guión, supe que iba a ser muy divertido y un gran espectáculo. Creo que siempre hay sitio en las salas de cine para una película que la gente pueda ir a ver y disfrutarla sin más. Se trata de una película para maravillarse y dejarse llevar. Además, estaba deseando trabajar con Paul Anderson tras oír las ideas que tenía para la película".

Bloom describe a su personaje en los siguientes términos: "El duque de Buckingham era el cortesano más rico durante el reinado de su majestad Jacobo I y se comporta como un mocoso consentido. Es como un pavo real al que le gusta presumir y lucirse. Cuando Paul y yo estuvimos hablando del papel, me decía que pensara en las estrellas de rock más enrolladas de nuestros tiempos: David Bowie, Jim Morrison, Mick Jagger... Buckingham es como una estrella de rock. Esta no es la típica película de los mosqueteros que el público espera encontrarse, porque no se toma en serio a sí misma. Hay mucho humor, ingenio y desenfado en esta versión. Buckingham aparece, tiene unos momentos estupendos en los que arma un buen jaleo con todos los personajes clave y se vuelve a marchar. Ha sido muy divertido".

Milla Jovovich es una gran fan de las historias de Dumas desde que era niña. Sobre su atracción por el papel de larga tradición de Milady de Winter explica: "Para mí, Los tres mosqueteros es el clásico libro divertido y lleno de acción que no puedes dejar de leer una vez lo empiezas. Dumas era un escritor fantástico, cada capítulo te deja colgando, deseando saber qué va a pasar a continuación".

"Estuve involucrada desde el primer momento, cuando Paul [Anderson] empezó a trabajar con Andrew Davies para escribir el guión de la película. Milady es uno de mis personajes favoritos de la literatura histórica. Estaba encantada con el hecho de que Paul estuviera intentado probar algo distinto como realizador y que además yo pudiera tener la oportunidad de interpretar a un personaje tan representativo".

Jovovich habla sobre Milady como personaje y sobre cómo personifica las cualidades de la mujer fuerte e independiente actual: "Siempre he visto a Milady como una de las mujeres más modernas de la literatura. Está soltera, es increíblemente inteligente y capaz de entrar y salir de diferentes sociedades sin aparente esfuerzo. Hace falta ser una mujer muy fuerte y muy lista para poder moverse en un mundo de hombres, sobre todo en el siglo XVII, cuando a una mujer la podían encerrar en un convento o en un manicomio por mostrarse respondona con su marido. Ser una mujer lo bastante inteligente para manipular a esos hombres es todo un logro".

Sobre el aspecto más oscuro de Milady, Jovovich señala: "Me siento muy orgullosa de interpretar este papel, para mí, no se trata simplemente de hacer de mala. Es cierto, no siempre juega según las reglas, pero es que ella no es una mujer normal. No es solo una cara bonita que se queda sentada, esperando que los hombres le hagan las cosas. No cabe duda de que miente, engaña y roba, ¡pero eso es lo que hacen también todos los hombres! La única diferencia es que ella es una mujer. Simpatizo mucho con ella. La tachan de malvada, pero yo respeto cómo vive su vida".

Bolt afirma: "Milla transmite una fuerza increíble, tiene una gran presencia. No podría imaginarla interpretando jamás a una persona corriente, y Milady de Winter no tiene nada de corriente. Es una agente triple, que trabaja encubierta bajo múltiples pseudónimos, una mujer muy adelantada a su tiempo. Milla sentía que podía aportar algo muy nuevo y distintivo a este personaje y se ha metido de lleno en el papel. Los fans de sus trabajos anteriores no se sentirán decepcionados".

Gracias a todo el trabajo realizado en la franquicia de Resident Evil, Jovovich se siente completamente cómoda haciendo escenas de acción. "Me encanta hacer mis propias escenas arriesgadas", asegura. "Es una oportunidad que siempre aprovecho y algo que mis fans agradecen, así que siempre me gusta hacer yo misma todo lo que me sea posible".

"Tengo una gran secuencia de acción que pretendo hacer yo misma, en la que hay mucha esgrima, que me encanta, así que va a ser muy divertido. Tengo que enfrentarme a diez guardias mientras llevo puesto el traje completo de Milady. No creo que nadie haya hecho nunca una secuencia de acción con esta clase de vestido de enormes faldones, enaguas y corsés, así que va a suponer todo un reto. Está bien, porque Milady es un personaje innovador, siempre la primera en hacer algo, así que estoy encantada de que le toque a ella realizar la primera secuencia de acción de una mujer con corsé y un gran vestido; se lo merece".

Christoph Waltz interpreta al taimado y todopoderoso cardenal Richelieu. "Richelieu tiene el poder, tiene más poder que nadie en Francia. Simplemente, tiene que organizar el asunto para que todo vaya como la seda. No se trata de una cuestión existencial, sino más bien de algo diplomático. Es un juego de poder".

Como tantos otros grandes actores, su manera de abordar el papel fue documentarse y saber apreciar la época en la que está ambientada la película. "Leí biografías y me documenté un poco sobre Richelieu; es importante hacer esa labor para poder inspirarse, pero, en última instancia, la interpretación que ofrezco no tiene nada que ver con el verdadero Richelieu. Es mi verdadero Richelieu", reconoce Waltz.

"Esta es una interpretación ficticia dramática", prosigue. "Necesita estar al servicio de la intención dramática, y no al servicio de la Historia. Recurres a la documentación porque es un buen lugar donde empezar pero, con frecuencia, al fantasear sobre ello, se te ocurren cosas infinitamente más valiosas con las que trabajar de las que obtendrás jamás al documentarte sobre hechos históricos. Además, contábamos con un asesor de etiqueta, un historiador y un teólogo que nos asesoraban en materia de etiqueta real histórica. Podrías pasarte año y medio estudiándola hasta ser perfecto, pero en realidad esta película no trata de eso. Es importante tener los conocimientos, pero también es importante saber dejar los hechos históricos en el lugar adecuado".

"Resulta fascinante ver trabajar a Christoph Waltz, es un verdadero maestro", afirma Bolt. "No deberíamos subestimar la brillantez de la novela de Dumas. Es una obra maestra y los personajes son fenomenales, así que necesitábamos a actores que pudieran estar a la altura del material. Con Christoph, se han superado las expectativas. Creo que hemos tenido muchísima suerte de haber podido contar con él en la película".

Sobre su experiencia de trabajar con el director, Paul W.S. Anderson, Stevenson comenta: "Paul siente verdadero entusiasmo por este proyecto, una pura alegría por rodar cada parte de esta película, que resulta contagiosa. Es un director muy visual y su dominio a la hora de contar una historia en una película no tiene igual. No me sorprende lo más mínimo que haya decidido entrar en la escena 3D. Lo que me resulta interesante es cómo quedará esta historia tan clásica en un escenario 3D. Sabemos lo que el 3D puede aportar visualmente, pero ¿permite seguir una narración dramática en ese sentido, cuando no está movida por la acción? La acción es resultado de la narración, en lugar de suceder al revés. Creo que va a funcionar sumamente bien. Los espectadores van a necesitar masajes cuando salgan de la sala de cine, porque se sentirán como si hubieran estado metidos en las peleas con nosotros, es muy emocionante".

Macfadyen comenta: "Paul tiene un entusiasmo y una energía inagotables, y no lo digo en un sentido ridículo. Simplemente tiene una energía muy constante. Esa cualidad es tremendamente importante para un director porque, como mínimo, como actor, te apoyas en él para mantenerte animado".


Localizaciones
Los tres mosqueteros se rodó en exteriores de Alemania, en algunos de los pueblos y ciudades más impresionantes de toda Baviera, y en el Studio Babelsberg, de Potsdam.

El rodaje se inició en exteriores de Bamberg, en un patio histórico situado en la Domplatz. Este lugar hace las veces del escenario elegido por D’Artagnan para batirse en duelo con Athos, Porthos y Aramis. Pero el duelo queda interrumpido por la llegada de Rochefort y la guardia del cardenal, que son posteriormente aplastados por los tres mosqueteros y su joven y nuevo amigo. Según opina Lerman, "para mí, arrancar con esa gran pelea es decididamente una forma interesante de empezar, pasando directamente a una gran escena de acción. Recuerdo que fui el primero de los cuatro que rodó su parte de la pelea. Estaba realmente de los nervios, por no decir más. Soy muy competitivo, así que quería demostrar de qué pasta estaba hecho, además de empezar a sacar de verdad provecho a todo el tiempo que pasamos de intensa preparación".

La Domplatz se transformó en la Calais del siglo XVII, donde nuestros héroes descubren que la ruta hacia Inglaterra está bloqueada. También se rodaron algunas escenas en Obere Brücke (puente superior) y bajo el ornamentado edificio que otrora fuera el ayuntamiento. El equipo trabajó toda la noche para filmar las escenas ambientadas fuera del apartamento de los mosqueteros, donde llega Rochefort acompañado de sus guardias para arrestarlos por la fuerza si se niegan a entregarse. El ayuntamiento se construyó a mediados del siglo XIV. Además de la imponente arquitectura y el interior de estilo rococó y barroco, los frescos son especialmente impresionantes por su plasticidad.

"Personalmente, me encantó Bamberg", recuerda Lerman, "Me dejó alucinado. Además, nos lo pasamos muy bien allí. Tanto el reparto como el equipo estábamos alojados en el mismo hotel de ese pueblecito, así que pasamos mucho tiempo juntos a diario, al terminar de trabajar, así como los fines de semana. Estrechamos muchos lazos".

La siguiente parada de la gira fue Burghausen, para rodar tras las históricas murallas del castillo. Una zona que hacía las veces de Meung, donde D’Artagnan hace un alto en su viaje a París y recibe una lección sobre cómo funciona el mundo real de manos de Rochefort. Burghausen también fue el lugar elegido para hacer las veces del bullicioso mercado de París, en el que D’Artagnan persigue a Rochefort, pero se topa en su lugar con Athos, Porthos y Aramis. Burghausen cuenta con el complejo de castillos más amplio de Europa, que se extiende a lo largo de 1 km de longitud. El castillo, que data del siglo XII, está pintorescamente situado entre el río Salzach y el lago Wohrsee, en las estribaciones de los Alpes.

"Cada localización tenía su propio carácter", recuerda Stevenson. "La forma en que estaba decorado el plató de Burghausen [el mercado parisino] era increíble, no había un hueco libre, lo que se verá realzado gracias a las 3D. También rodamos en lugares como la Residenz y el Antiquariam de Múnich, donde nunca se había rodado antes".

A continuación, el equipo se desplazó hasta el extremo septentrional de Baviera para rodar el esplendor del Louvre en la Würzburg Residenz y sus jardines. Se reunían multitudes de gente a diario para intentar ver al reparto de Los tres mosqueteros, incluidos Christoph Waltz, Orlando Bloom y Milla Jovovich.

Jovovich comenta la importancia de rodar en exteriores reales, en ciudades y pueblos históricos de Baviera: "Las localizaciones reales son lo que dota a la película de autenticidad y grandiosidad. Podríamos haber elegido rodar en Francia, pero la campiña francesa está tan modernizada que no habríamos podido filmar esos planos generales de los castillos del mismo modo que nos permitía Baviera. Paul y el resto del equipo pudieron encontrar esos palacios y castillos históricos increíbles que nos permitían retroceder con la cámara y ofrecer un impresionante panorama. Es especialmente importante en esta película, porque la profundidad y el campo visual son cruciales para las 3D".

El palacio de Weißenstein, en Pommersfelden, fue la residencia palaciega que se utilizó para simular el interior del decorado del piso franco de Venecia. Aquí es donde la celebración de los mosqueteros se ve interrumpida por la llegada de Buckingham y la traición de Milady. La sala utilizada para el rodaje estaba intrincadamente decorada con conchas y espejos incrustados en las paredes, lo que dota a la sala de una cualidad casi acuática.

El palacio, construido entre 1720 y 1780, es la antigua residencia de los obispos príncipes de Wurzburgo. Durante la 2ª Guerra Mundial, sufrió graves daños, pero se sometió a un amplio proceso de restauración y reabrió sus puertas en 1987. En la actualidad está incluido en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Rodar en exteriores de Baviera fue un verdadero placer para Macfadyen, según sus propias palabras: "Parecía no tener fin, era una hermosa localización detrás de otra, cada una más maravillosa y asombrosa que la anterior. Mi favorita fue el palacio del siglo XVII de Pommersfelden. Allí rodamos la escena del piso franco de Venecia, donde Milady traiciona a los tres mosqueteros. La sala en la que estábamos filmando era enorme y exquisita, con las paredes decoradas con conchas y pequeños espejos. El departamento artístico colocó bañeras llenas de agua fuera para que se reflejara el agua y creara un efecto de luz en el techo. Daba un efecto verdaderamente precioso. Me siento muy afortunado de haber tenido el privilegio de trabajar allí".

Después, el equipo de rodaje se estableció en Chiemsee y se veían obligados a coger todas las mañanas un taxi acuático hasta la isla donde se hallaba el palacio real de Herrenchiemsee. Este palacio es probablemente el más decadente de todos los que se usaron durante el rodaje en exteriores de Los tres mosqueteros. Fue obra del rey Luis II de Baviera, su intención era crear una copia del palacio de Versalles, pero Luis murió en 1886, antes de terminar la construcción. Sin embargo, todavía cuenta con un gran dormitorio que incluye una enorme cama de 3 metros, y la galería de espejos, que mide unos 100 metros de longitud y está decorada con más de 1.800 velas.

Se utilizaron varias salas impresionantes y los famosos jardines franceses de Herrenchiemsee como localizaciones para la película. El lugar hizo las veces del Louvre francés, residencia del rey Luis y la reina Ana.

De vuelta en Múnich, el equipo se preparó para su última localización en el gran salón de Schleißheim. Esta magnífica sala blanca sirvió como despacho del cardenal Richelieu, ya que reflejaba a la perfección el frío y duro corazón del personaje.

En el día 33, tras seis semanas en exteriores, el equipo hizo las maletas y se trasladó a Berlín, para terminar el rodaje en el Studio Babelsberg, de Potsdam.


Vestuario
Entre los numerosos aspectos en que esta película ofrece una nueva versión de la clásica historia, se encuentra una completa puesta al día del vestuario de todos los personajes de Los tres mosqueteros. Al diseñador de vestuario Pierre-Yves Gayraud no le faltó trabajo a la hora de encontrar una forma nueva y diferente de vestir a personajes tan conocidos, a la vez que se mantenía fiel al vestuario de la época.

Según explica Gayraud: "Cuando hablé por primera vez con Paul, me dijo que no quería que los trajes resultaran muy tradicionales, quería que tuvieran una actitud rockera, sobre todo para Milady y los mosqueteros. Sin embargo, a medida que fuimos avanzando, Paul se fue interesando cada vez más en buscar referencias históricas. Le gustaron, así que el resultado es una completa mezcla, no es exactamente del siglo XVII, pero tampoco van exactamente como estrellas de rock".

"El diseñador de vestuario hizo un trabajo asombroso", lo alaba Stevenson. "Ha diseñado unos trajes realmente maravillosos, que encajan todos muy bien en este ambiente tan llamativo y extravagante. Ha logrado crear un vestuario que tiene el grado justo de teatralidad, va a ser una película de increíble riqueza visual para disfrutar en 3D".

Gayraud prosigue: "Utilizamos mucho color y, por supuesto, trabajar en 3D suponía que teníamos una excelente oportunidad de jugar con las texturas y darle a todo mucho volumen extra".

Al tener ya experiencia trabajando en el mundo de la moda, Jovovich disfrutó trabajando con Pierre-Yves Gayraud en los trajes del vestuario de Milady: "Me encanta la moda, siempre he sentido gran interés por ella. Trabajar en el vestuario de los personajes es muy importante, porque es el momento en el que tu personaje cobra realmente vida".

Gayraud observa: "La verdad es que la ropa del siglo XVII no era nada sexy, era bastante sosa y pesada, sobre todo la de las mujeres, así que sabíamos que no queríamos resultar demasiado tradicionales. Para los hombres era un poco más fácil lograr que lo tradicional resultara moderno, porque la silueta seguía siendo la misma; todavía seguían llevando básicamente botas, vaqueros y cazadoras de piloto. Las mujeres de la época eran muy estrictas y no especialmente glamurosas. Así que decidimos cambiar el volumen del corsé, y lo mezclamos con la silueta de Christian Dior de la década de 1950 al bajar el extremo superior de las faldas hasta justo debajo de las caderas".

"Guardo más recuerdos de pequeña de llevar disfraces que otra cosa, aunque nunca fui de reina. Esta es la primera vez", comenta riendo Juno Temple, que interpreta a la reina Ana. "Esos trajes eran extraordinarios, te sientes maravillosamente con un corsé y una bonita falda, luciendo escote, clavículas y cuello, y con un porte muy regio".

Gabriella Wilde, que interpreta a Constance, dama de compañía de la reina Ana, se muestra de acuerdo: "Cuando te pones uno de estos vestidos, te sientes distinta al momento. Esa ropa te obliga a ir erguida y moverte de una determinada manera, sientes de verdad cómo debía de ser para estas mujeres. Aunque también tengo ocasión de vestirme de chico en esta película, así que fue divertido", asegura.

Dada la imagen estilizada que habían creado, Pierre-Yves Gayraud y su equipo tuvieron que producir a mano más de 400 prendas de vestuario diferentes. Según explica: "Contamos con tres sitios distintos para crear el vestuario. Empezamos con un taller en París, donde hicimos nuestros prototipos y trabajamos en las siluetas que queríamos para los hombres y las mujeres. Cuando esa parte quedó definida, pasamos a Rumanía para empezar a producir el vestuario. Hasta la primera semana de agosto no llegamos a Múnich para que se pusieran a probárselos los actores que iban a llevarlos en la película. Fue un desafío tremendo conseguir cumplir con el calendario previsto. Estuvimos trabajando en ciertas prendas hasta el mismo momento en que las necesitaban para rodar una determinada escena".

Otro reto para Gayraud fue el elemento de acción de la película, que explica en los siguientes términos: "Normalmente, usaría retales viejos de películas en las que he trabajado antes pero, en este caso, no era posible, por la cantidad de duplicados necesarios para cubrir las escenas de acción. En vez de eso, decidimos usar tejidos modernos y luego trabajar en ellos. Hicimos muchos bordados y añadimos estampados para hacerlos diferentes. A veces necesitábamos cinco o seis duplicados de un mismo vestido, así que habría sido prácticamente imposible encontrar materiales antiguos en semejantes cantidades".

Bloom habla sobre su original vestuario y cómo le ayudó a que el personaje cobrara vida: "Contamos con una excelente fase de ensayos y ya había estado trabajando en el dialecto, la voz, el movimiento y la presencia física de mi personaje... y entonces me dieron mi traje. ¡No te andas con tonterías cuando llevas un traje como el del duque! Para una película así, es desde luego una gran ayuda, pero también fue algo con lo que tuve que aprender a sentirme cómodo. Esta ropa no es algo que lleves todos los días. Mis trajes no tienen nada de cómodos, pero tienen una pinta increíble".

"Este vestuario hace que se te salten los ojos y se te vuelen las pupilas", afirma Freddie Fox. "A Luis le interesa la moda, pero no es un esclavo de la misma. Quiere tener el mejor aspecto posible, porque debe ser el centro de atención. Le interesa especialmente lucirse delante del duque de Buckingham, que tiende a ir un paso por delante de él en cuestiones de moda".

El productor Jeremy Bolt se hace eco de los elogios del reparto: "Pierre-Yves me ha demostrado cómo el vestuario puede resultar tan importante para una película como una buena iluminación. La ropa es un tema recurrente en Los tres mosqueteros; al rey le interesa mucho la moda y Buckingham es como el icono de la moda del siglo XVII, así que lo pasamos muy bien con la idea de la moda a lo largo de la película", señala.


Diseño de producción
Paul Austerberry comenta sobre el aspecto y el ambiente de la película: "Es una versión moderna de una película de época. Se supone que está evidentemente ambientada en el siglo XVII, pero hemos incorporado un montón de elementos modernos; es estilizada, con líneas limpias y sencillas y una paleta de colores muy vivos. Es más como una película de época de cómic que un verdadero drama de época".

Prosigue hablando sobre el estilo del director y cómo influyó en las decisiones que había que tomar en cuanto al elemento del rodaje en exteriores de la película: "A Paul Anderson le encantan los planos generales. Eso es fantástico para el departamento artístico, porque siempre quiere mostrar todo el trabajo que hacemos. A Paul le gusta que las cosas queden muy simétricas, lo que lo dota todo de un aspecto muy estilizado. Todo lo que hacemos utiliza una lente de gran angular, normalmente una lente de 18 mm, y todo se ve más grande de lo que realmente es. Hemos ido a todos esos lugares asombrosos, que ya son enormes, y hemos usado una lente de gran angular, cercana al suelo, que permite captar todo el mundo. Es fantástico, porque puedes mostrar todo el ambiente que rodea a estos maravillosos decorados, y resulta más realista para los actores. Lo que hace Paul es algo sutil, pero consigue que lo tengas todo ahí, justo delante de ti".

Como diseñador de producción, Austerberry formó parte del equipo de localización de exteriores que se decidió por Baviera para la mayor parte del rodaje en escenarios reales de Los tres mosqueteros. "No estaba seguro de qué esperar de las localizaciones, pero son fantásticas. Andábamos buscando lugares italianos y franceses y, naturalmente, Baviera posee mucha arquitectura de influencia italiana. Mucha gente quería por aquel entonces sus Schloßes [palacios] diseñados al estilo italiano, o tener parte de una gruta italiana construida en su terreno, así que logramos encontrar muchos edificios del estilo adecuado en el sur de Alemania".

Sin embargo, rodar en escenarios reales presentaba toda una serie de complicaciones, como Austerberry explica: "Para empezar, necesitábamos conseguir permisos para rodar en estos lugares protegidos. Algunos de los sitios en los que queríamos filmar estaban muy protegidos por su sociedad histórica, así que era difícil acceder a ellos. Cuando lo logramos, tuvimos que decorar cada escenario. Muchos de nuestros artículos eran objetos auténticos del siglo XVII de Francia. Por cada mueble que llevábamos a los edificios, teníamos que presentar un certificado que declarara que no tuviera un pasado cuestionable, para asegurar que no metiéramos termitas en los Schloßes".

En cuanto al uso del color, Austerberry señala: "Hemos intentado forzar los límites del color y el estilo en todos los aspectos posibles. Por ejemplo, el despacho de Richelieu es una enorme sala de techos altos, completamente pintada de blanco, con detalles muy pequeños de negro y dorado. Es increíblemente fría y austera, lo que supone un marcado contraste con el rojo sangre de la sotana del cardenal y los uniformes de sus guardias, que van vestidos de rojo, con lustrosas armaduras negras".

Austerberry comenta sobre la creación de las aeronaves de la película: "Lo cierto es que los dirigibles no existieron hasta el siglo XVIII. No obstante, hay muchas ilustraciones del siglo XVII de aeronaves, y solían representarse como navíos normales que cuelgan bajo un enorme globo de aire. Supongo que, así, si amerizaban, podían mantenerse a flote. Llevamos esa idea al extremo y basamos nuestra aeronave en un galeón de la época, ligeramente modificado, y suspendido bajo un enorme globo. La visión que tenía Paul de estas aeronaves era que venían a ser como una Estrella de la muerte del siglo XVII, la primera vez que la viéramos cernirse sobre el Louvre en París tenía que parecer enorme. Nos tomamos grandes libertades con la gravedad y la física, lo que nos permite convertirlo en un vehículo impresionante".

Austerberry explica cómo trabajar en un plató 3D afecta a su trabajo como diseñador de producción: "Esta es mi primera película en 3D. No es radicalmente distinto, porque siempre me gusta ofrecer un primer plano, un plano medio y un fondo. Sin embargo, en 3D tengo que pensarlo un poco más. No puedo acercar demasiado las cosas a la cámara; tenemos que dejar espacio para el equipo extra en el plató, porque las cámaras son mucho más grandes y precisan a más personas trabajando en ellas. Esto fue especialmente cierto en el interior de la aeronave, donde tuvimos que ampliar el plató para hacer hueco para que la cámara, el equipo técnico y los actores pudieran entrar todos en el casco del barco".

"También he tenido ocasión de jugar con las capas", prosigue Austerberry. "Es especialmente impresionante cuando la cámara atraviesa las capas, y objetos que no sabías que estuvieran ahí de repente saltan en 3D. Ha sido muy divertido".


Mosqueteros en 3D
Para el equipo de realización, la decisión de rodar en 3D resultó muy sencilla: "Rodamos en 3D porque Paul no quiere rodar en ningún otro formato", afirma Bolt. "Tras haber filmado Resident Evil: Ultratumba en 3D, es un completo converso. Para él, viene a ser equivalente a cuando se introdujo el sonido en el cine, a principios del siglo pasado. No puedo plantearle proyectos a Paul a menos que pueda rodarlos en 3D. Paul tiene un estilo sumamente visual, le encanta la simetría, los objetos en primer plano, plano medio y de fondo. El 3D no funcionaría con un director mucho más interesado en la palabra escrita, es un medio que entraña un tremendo reto visual, y el director tiene que ser visualmente brillante para sacarle el máximo partido".

Aunque Paul W.S. Anderson ya es conocido por sus trabajos en 3D, se trataba de un nuevo medio para el joven Lerman, en su labor ante las cámaras. "No había estado nunca antes en un plató 3D, así que todo el mundo de la tecnología 3D me sonaba a chino cuando empezamos. Estaba entusiasmado por aprender cómo se hacían las películas en 3D. La verdad es que, como actor, yo diría que en ciertos aspectos es más sencillo, porque puedes ver una reproducción digital, de gran calidad y en 3D, es alucinante poder ver exactamente lo que se está rodando".

Jovovich, que ya tiene experiencia rodando en 3D, explica lo que el medio aportará a Los tres mosqueteros: "Creo que Paul va a alcanzar nuevas cotas con el 3D en esta película. Nadie había filmado hasta ahora una obra histórica en 3D y sin embargo encaja perfectamente con la época. Cuando veas esos asombrosos castillos, paisajes, jardines y vestuario en 3D, será como meterse en un cuento. Los espectadores podrán ir al cine y meterse de lleno en un tiempo pasado, lleno de riqueza y belleza. Hasta ahora no se había visto nada así en 3D".

Lerman se muestra de acuerdo: "Mucha gente me ha preguntado por qué queríamos hacer una nueva versión de Los tres mosqueteros en 3D. Lo cierto es que hoy día disponemos de una tecnología verdaderamente impresionante y el 3D te transporta directamente a esa época de una manera que no lo había conseguido ninguna otra versión de Los tres mosqueteros hasta ahora. Te ves completamente inmerso, te pones las gafas y te sientes allí, en medio de la acción".

El productor Robert Kulzer agrega: "Creo que todas las grandes películas de aventuras se rodarán a partir de ahora en 3D. Todos teníamos la clara sensación tras Resident Evil: Ultratumba de necesitar encontrar el próximo gran espectáculo que pudiéramos rodar en 3D. Esta película es perfecta, porque tenemos esas obras de arquitectura increíblemente simétricas, esos hermosos edificios, castillos y parques, que se prestan perfectamente a la fotografía en 3D. Creo que aportará mucho valor al filme, no solo para los aficionados al cine de acción, sino también para los aficionados a los edificios históricos o de la belleza en general. Experimentarán estos lugares de una manera que no lo habían hecho nunca, a través de la magnífica fotografía en 3D".


Lo que pueden esperar los espectadores
Jeremy Bolt nos cuenta lo que podrán encontrarse los espectadores cuando Los tres mosqueteros en 3D llegue a las salas de cine: "Pueden esperar algo que no han visto nunca, las espadas se moverán más rápido de lo que han visto jamás en una película con espadas, el vestuario será más vistoso de lo que puedan imaginar, la acción parecerá más propia de una película de ciencia ficción, los escenarios serán impresionantes y la historia es inolvidable".

"No es que tengamos intención de ser unos mosqueteros diferentes", señala Macfadyen, "sino más bien unos mosqueteros para una nueva generación. Contamos con un gran guión, unos maravillosos equipos técnico y artístico, escenarios extraordinarios, y creo que todos esos ingredientes nos permitirán crear de manera natural una versión diferente de lo que ya es de por sí una excelente historia sumamente divertida. Con sus temas universales de amor, lealtad y amistad, espero que sea tan pertinente y relevante como sea posible".

Asumir el papel de Porthos resultó muy divertido para Stevenson: "Cuando iba al cine de niño, siempre había esta clase de aventuras épicas en la gran pantalla y encontrarte haciendo una de ellas en la vida real es como vivir un sueño. Hemos tenido que cabalgar a caballo y luchar con espadas, es una forma increíble de vivir tu vida y de ganarte la vida. Si vamos a trabajar todos juntos y queremos a entretener a la gente, hay que dejarse llevar por ese espíritu de aventura. Todo el mundo necesita sentirse encantado, a veces tienes que dejarte llevar en un inspirador viaje de emociones y aventuras, y esa es la esencia de Los tres mosqueteros".

Stevenson explica lo que le entusiasma de la versión de Los tres mosqueteros de Paul W.S. Anderson: "Espero que sirva para proporcionar una gran aventura a esta generación. Demostrarles que todavía hay sitio para la auténtica emoción y ese espíritu de salir y experimentar la vida y ponerte en marcha de buen corazón. Sería estupendo si esta película sirve para que al menos una persona diga: ‘Basta de videojuegos, voy a subir a la cima de esa montaña, voy a hacer una travesía en barco, voy a construir una escuela en esa selva tropical’. Todavía se pueden vivir aventuras, están todas ahí fuera, esperando".


Datos curiosos
- Hicieron falta 260.000 litros de agua para llenar la sección del canal de Venecia construida en el Plató 15 del Studio Babelsberg.

- Los actores no fueron los únicos que necesitaron maquillaje y peluquería; al caballo que iba a interpretar al querido rocín de D’Artagnan hubo que ponerle extensiones grises en las crines y en torno a los cascos.

- Como preparación para el rodaje, Logan Lerman y los actores encargados de interpretar a Los tres mosqueteros recibieron clases en el arte de la esgrima de la campeona alemana de Europa y medalla de oro, Imke Duplitzer.

- El departamento de armería tuvo que crear a mano más de 800 armas individuales de época para el rodaje de Los tres mosqueteros; lo que incluye distintas armas de fuego, pistolas, mosquetes, dagas, estoques y espadas.

- Para las escenas que precisaban efectos visuales, el equipo de rodaje utilizó alrededor de 3.000 metros de tela verde en los escenarios, o sea que hicieron falta unos 3 kilómetros de fondo verde para crear los efectos visuales.

- Para el plató de la cámara de Venecia, el departamento artístico pintó 1.800 losas de mármol, creo 180 máscaras de gárgolas para colgar de las paredes y enrolló 2.000 pergaminos con los que llenar la cámara.