Cinemanía > Películas > The equalizer > Comentario
Destacado: En Navidad llega a las salas de cine 'Sonic 3 la película'
The equalizer cartel reducido finalThe equalizer(El protector)
Dirigida por Antoine Fuqua
¿Qué te parece la película?

Protagonizada por Denzel Washington, Marton Csokas, Chloë Grace Moretz, David Harbour, con Bill Pullman y Melissa Leo. Dirigida por Antoine Fuqua. Escrita por Richard Wenk. Basada en la serie de televisión creada por Michael Sloan y Richard Lindheim. Producida por Todd Black, Jason Blumenthal, Denzel Washington, Alex Siskin, Steve Tisch, Mace Neufeld, Tony Eldridge y Michael Sloan. Los productores ejecutivos son Ezra Swerdlow, David Bloomfield y Ben Waisbren. El director de fotografía es Mauro Fiore, ASC. La directora de producción es Naomi Shohan. El montaje ha corrido a cargo de John Refoua, ACE. El diseño de vestuario es obra de David Robinson. La música está compuesta por Harry Gregson-Williams.

Para Denzel Washington, la fuerza que impulsa a Robert McCall, el personaje que interpreta en el thriller de acción THE EQUALIZER: EL PROTECTOR, es un sentido innato de la justicia. "Robert McCall ha hecho muchas cosas malas en su pasado y está intentando superarlo, no se siente orgulloso de ello y está intentando hacer mejor las cosas", explica Washington. Tras dejar atrás ese pasado para llevar una vida tranquila, recupera su sed de justicia cuando se topa con una joven, abandonada por el resto del mundo, que necesita su ayuda. "No le gustaba cómo era, nunca perdió sus habilidades, pero tomó la decisión deliberada de dejar atrás todo eso. Y cuando conoce a una joven e inocente víctima del maltrato, decide tomar cartas en el asunto".

"La motivación de McCall es sencilla", señala Todd Black, uno de los productores del filme. "Cuando sufre una injusticia una persona corriente, alguien que no puede defenderse, porque no es capaz o porque no sabría ni por dónde empezar, él se ocupa de ello, ya sea con o sin violencia".

Para el director Antoine Fuqua, que vuelve a colaborar con Washington tras dirigir al actor en su interpretación que le valdría el Oscar en "Training Day (Día de entrenamiento)", McCall posee algunos rasgos arquetípicos heredados de otros héroes del cine. "Esta película me recordaba a las de antes, a los filmes del Oeste que hacía Sergio Leone", explica. "Hay un antihéroe, en conflicto, reticente y avergonzado de tener que empuñar su arma... pero, cuando tiene oportunidad de ayudar a otras personas, lo hace. Usa sus habilidades para eso".

"A todos nos gustaría creer que hay un tipo por ahí que podría ayudarnos, si tan solo consiguiéramos localizarlo", propone el productor Jason Blumenthal. "Si de algún modo pudiéramos responder a un anuncio en Internet en el que se suplique ayuda desesperadamente, cuando nadie más está dispuesto a ofrecerla. Me gustaría creer que, en mi momento de mayor necesidad, alguien me escucharía, alguien lo dejaría todo para ayudarme, porque sí, sin más. Y ese alguien es el Protector".

La película toma su título de la serie de televisión de los años 80 y comparte su premisa central: un hombre, sumamente preparado, que puede "igualar las tornas" cuando los desamparados lo tienen todo en contra. Aunque los responsables del proyecto tomaron únicamente la premisa y el título de la serie original, Blumenthal opina que dicha premisa no ha hecho más que volverse más relevante en el panorama actual. "La idea de „igualar. las cosas es fortísima, muy intensa", aporta. "Mucha gente cree que el mundo está muy desequilibrado y la idea de crear un equilibrio, de igualar algo, resulta muy significativa. Si acaso, creo que esa premisa tiene más sentido ahora, en 2014, del que tenía en los 80. Es la clase de héroe que puede contar con el apoyo de la gente: un tipo que lleva a cabo heroicidades para la gente que más las necesita".

Con esa idea presente, el proyecto se adaptó especialmente para Washington, labor que correría a cargo del guionista Richard Wenk, que conseguiría el trabajo después de que los productores vieran que entendía a la perfección el sentido del bien y del mal del personaje. "Iba a escribir un origen, algo que no existía en la serie de televisión", explica Wenk. "McCall podía seguir siendo un misterio, pero tenía libertad para reinventar al personaje".

"El guión de Richard es como un cartucho de dinamita", afirma Fuqua. "Siempre resulta interesante observar la mecha. Chisporrotea y llama la atención, y sabes que, tarde o temprano, acabará explotando".

Para Chloë Grace Moretz, que se incorporaría al reparto para encarnar a Teri, la joven que mueve a McCall a actuar, era fácil ver que el papel es perfecto para Washington. "El personaje de McCall es muy Denzel en su forma de trabajar", observa, "McCall puede ser un tipo de lo más dulce y encantador, con una enorme sonrisa dibujada en el rostro... y al minuto es un asesino, y piensas: „¡Vaya! ¡Menudo cambio más brusco!.".

Fuqua comenta que uno de los rasgos distintivos del personaje en el guión de Wenk era la improvisación. "McCall no lleva pistola, ya que ésta es parte de su pasado", comenta el director. "Entra en una habitación y en dos segundos la tiene controlada. Sabe exactamente qué tienes a la izquierda, qué a la derecha y usará cualquier cosa que necesite para frenarte en seco. Toma lo que tienes y lo utiliza contra ti. No te mata a distancia, lo verás de cerca observando cómo te vas apagando lentamente hasta morir. Es una clase distinta de ser humano. No volverás a ver un sacacorchos de la misma manera, ¡te lo aseguro!".

La idea del sacacorchos, uno de los momentos más memorables y espeluznantes de una de las secuencias de lucha clave de la película, provino del propio Fuqua. "Quedé con un amigo mío, que está familiarizado con este mundo", recuerda. "Le expliqué que la pelea transcurría en un bar, así que me mostró toda una serie de objetos que podía encontrar en un bar y me dijo: „Estas son las cosas que me resultarían útiles.. Cogió el sacacorchos y me enseñó lo que tenía pensado".

A Washington le había llamado la atención el concepto y se había ocupado de poner en marcha el proceso de escritura del guión, pero todos estuvieron de acuerdo en que no habría compromiso alguno por su parte hasta escribirse el mismo. Tres días después de entregarle el guión a Washington, los productores esperaban ansiosos noticias del actor, cuando sonó el teléfono de Black. Recuerda que le dijeron: "Tengo a Denzel en la línea", y después el propio Denzel, diciendo: "„Todd, al habla Robert McCall.".

Como parte de su labor como productor, Washington trabajó con Wenk para crear la clase de personaje que le interesaba interpretar. Durante ese proceso, no dejaron de plantearse cuestiones básicas: "¿Quién es? ¿Qué es lo que lo mueve? ¿Cuáles son sus defectos? ¿Qué está intentando superar? Creo que, hace mucho, empezó como un tipo que quería ayudar a la gente, pero acabó convirtiéndose en otra cosa. Tuvo que dejar todo eso atrás, cerrar esa puerta. Y una joven inocente vuelve a abrir esa puerta".

A la hora de buscar un director, Washington se sintió entusiasmado ante la posibilidad de volver a trabajar con Fuqua. Tras su experiencia juntos en "Training Day (Día de entrenamiento)", para Fuqua estaba claro que THE EQUALIZER: EL PROTECTOR se prestaba a la perfección para otra colaboración entre el actor y el director. "Parte de lo que descubrí en „Training Day (Día de entrenamiento). es que puedo leer algo sobre el papel que parece una escena de acción y sé que Denzel verá la interpretación que contiene, puede tomar un momento de acción y crear un gran momento dramático, como si fuera una escena de diálogo", aporta Fuqua. "Es impredecible, en el mejor sentido, está en su mundo y tú estás allí para presenciarlo y para captarlo, si eres lo bastante listo para saber cuándo seguir en la escena".

Washington sentía igualmente gran confianza en su director. "Tiene mucho talento", afirma el actor. "Le enviamos el material y le entusiasmó, nos reunimos y tenía infinidad de ideas, y así se zanjó la colaboración". Más adelante, durante el rodaje, esa confianza dio sus frutos. "Antoine tenía una visión para la película, tomaba planos cortos con cámaras especiales y cosas así. Pero a mí en ningún momento me preocupó nada de eso. La cámara es la especialidad de Antoine, no necesito preocuparme por ello. Yo solo tengo que ocuparme de la interpretación", explica sonriente.

"Teníamos un ritmo de trabajo y un entendimiento mutuo", recuerda Fuqua. "Había momentos en que sobraban las palabras; ambos sabíamos qué pretendía el otro".

Desde "Training Day (Día de entrenamiento)", Fuqua y Washington han tenido varias oportunidades de volver a colaborar, pero THE EQUALIZER: EL PROTECTOR es la primera que llega realmente a materializarse. "No lo forzamos", proclama Blumenthal. "No pensamos: „Vamos a juntar a los tipos que hicieron "Training Day (Día de entrenamiento)".. Esa no es razón para hacer una película. Creo que Antoine estaba buscando hacer un filme que le permitiera volver a indagar en un personaje y entender de verdad qué es lo que mueve a una persona. Únicamente se puede crear un gran personaje si tienes a un actor increíble y, naturalmente, contábamos con Denzel. Así que el reto se convirtió entonces en encontrar un personaje en el que Denzel pudiera meterse y un mundo al que Antoine pudiera dar vida".


Sobre los actores de reparto
Chloë Grace Moretz encabeza el resto del reparto en su papel de Teri, una joven que se ha visto forzada a llevar una vida de terror e intimidación. Tras conocer a McCall, su historia volverá a despertar en él su sed de justicia.

"Cuando me enteré de que el personaje era una prostituta, pensé que se trataría de un papel tipo „Taxi Driver’, que lo llevaría al límite", recuerda. "Pero me sorprendió. El personaje no glorifica la prostitución ni la idealiza. Nunca se la ve ejerciendo su actividad. Lo importante no es su profesión, sino quién es ella como persona. Se puede ver que todavía le queda un cierto brillo en los ojos, que ansía algo mejor y que si pudiera salir de ese mundo aterrador, podría llevar una vida normal. Eso es lo que me encantó del personaje, esa esperanza interior que se construye en su historia".

Moretz considera que esa esperanza interior es la base del vínculo que se crea entre Teri y McCall. "Él ve en ella ese sueño", explica. "Es como si hubiera dos cristales, por un lado, tienes a una niña aterrorizada y, justo delante, una niña que se ha visto sumida en un mundo espantoso, para sobrevivir en el cual ha adoptado una fachada de chica dura".

Washington dice que Teri también tiene un don para ver más allá de ese primer cristal. "Está en el negocio de saber analizar a los hombres, ya sea un don natural o algo que ha desarrollado gracias a su profesión", comenta Washington. "Eso no quiere decir que lo tenga calado, pero puede ver su dolor y su pena".

"En cuanto lo conoce, lo descifra", prosigue Moretz. "Lo mira directamente a los ojos. Nota sus tics obsesivos compulsivos (girar el libro cien veces, cambiar las cosas de sitio). Pero le resulta increíblemente encantador ver a alguien a quien le importen tanto las cosas, cuando todos cuantos la rodean se limitan a seguir su rutina y hacer las cosas por inercia".

Una vez consiguió el papel, Moretz se dedicó a documentarse sobre los antecedentes de su personaje. "Las chicas que se han visto metidas en estas redes proceden de todas partes del mundo, como Rusia o Escandinavia", aporta la actriz. "Acudí a una organización increíble llamada Children of the Night (Hijas de la Noche). Niñas de cualquier lugar de Estados Unidos pueden llamar a una línea directa y las sacan de las calles para meterlas en hogares que cuiden de ellas. No pretendía explotarlas (tan solo soy una actriz que interpreta un papel), pero, como chica, quería comprenderlas. Conocer a esas jóvenes no solo me ayudó a interpretar a Teri con cierto grado de realismo y mostrar quién es, sino que también me permitió, como chica de 16 años, sentirme agradecida y dar a conocer esta organización".

Pero para McCall, no se trata simplemente de salvar a Teri. Sus actos lo conducirán hasta los más altos escalafones de la mafia rusa. El actor Marton Csokas se encarga de interpretar a Teddy, el mafioso que supervisa la red. "Me atraía el reto de interpretar al villano", asegura. "Ya he encarnado a otros villanos antes, incluso a villanos rusos, y no te interesa repetirte. Pensé que si conseguía encontrar una forma inesperada de abordar el papel, de modo un poco más críptico, y lograba incluirlo en el material original, podría salir algo interesante. Fue divertido".

Csokas considera que Wenk dotó al personaje de "una base muy sólida e información que te permitía tirar por toda clase de direcciones distintas. La idea más importante que intentaba mantener era el aspecto sociopático – el no tener consciencia, el ser incapaz de amar ni sentir - y le trae sin cuidado lo que pueda pensar otra gente desde un punto de vista moral. Son buenas ideas para incorporar al personaje". Eso es lo que convierte a Teddy en el contrapunto de McCall. Mientras que Teddy es incapaz de preocuparse por otras personas, a McCall le preocupan tanto que vuelve nuevamente a una vida que juró abandonar.

Para adoptar el particular acento de Teddy, Csokas volvió a mirar a su interior. "No quise darle el típico acento ruso", explica. "Los rusos que aprenden inglés hablan todos de forma muy distinta. Imaginé que habría pasado una temporada en Inglaterra, seguramente en Londres, y experimenté con el acento cockney. Hay que recordar que es un sociópata, así que puede convertirse en cualquier cosa para cualquier persona y es bien sabido que los sociópatas son excelentes imitadores".

El actor David Harbour interpreta a Frank Masters, un policía corrupto de Boston. "Trabaja para la mafia rusa, la mafia irlandesa y otras mafias más. Recibe mucho dinero de todos ellos", cuenta Harbour. Cuando McCall empieza a acabar con la gente que hace daño a Teri, Masters se convierte en escolta de Teddy, el hombre a quien recurre para proteger a toda costa los intereses de la mafia. "Masters no solo se convierte en antagonista de McCall, sino también en el de Teddy, porque Masters tiene una idea muy distinta de lo que hay que hacer para atrapar a alguien. Conoce muy bien Boston, es su hogar, y se muestra muy hostil con ese individuo que pretende decirle qué es lo que tiene que hacer".

Bill Pullman y Melissa Leo encarnan a Brian y Susan Plummer, un matrimonio que forma parte del pasado de McCall. "Entre los conocidos de McCall la única relación entre un hombre y una mujer que funciona es la de esta pareja", apunta Pullman. En cuanto a la creación de ese vínculo con Leo, el actor comenta lo siguiente: "Es un placer crear una relación de más de 20 años, te da oportunidad de sumirte en un estado de ánimo abierto y generoso".

Brian Plummer, aporta, "procede de una familia de dinero. Richard Wenk conoció a un señor así en el Sur de Francia, una de esas personas eruditas, de familia adinerada, a las que el gobierno da constantemente empleo por su asombrosa perspicacia en áreas concretas de conocimiento de las relaciones exteriores". Pullman imagina que es precisamente desempeñando una labor de esta clase como Plummer conoció a su mujer, aunque ella trabajaba sin duda en primera línea, lejos de las oficinas de los comités de expertos.

Leo, que ganó el Oscar por su papel en "The Fighter", agrega que, al igual que McCall, se supone que están jubilados. "Brian y Susan Plummer se han distanciado de ese mundo", aclara. "Y, de repente, Robert McCall llama a la puerta y volvemos a la acción".

Leo asegura que la relación entre Susan Plummer y McCall es tan profunda que muchas veces sobran las palabras. "En su mundo, nada es fortuito. Siempre hay cosas que no se dicen, y ambos han sido instruidos y han trabajado suficientes años como para poder interpretar señales de la gente, para saber exactamente lo que piensa a partir de cómo se comporta. Así que, cuando se presenta McCall, a él le gustaría pensar que ella no sabe lo que le está pasando, pero seguro que ella se hace una buena idea de que está metida en un buen lío".

¿Cuál fue, exactamente, su relación, en el pasado de McCall? "No llega a explicarse qué historia tenían en común", observa. "Queda a la imaginación de cada uno. Pero, en esa imaginación, la cuestión no es „¿qué harían juntos?., sino más bien „¿qué no harían juntos?.".

Sobre Bill Pullman, su marido en la gran pantalla, Leo recuerda: "Bill tuvo el amable gesto de llamarme al hotel cuando llegamos. Dimos un paseo por el parque, nos tomamos un café... la verdad es que no hablamos del guión ni de los personajes, simplemente nos conocimos mejor. A partir de esa conversación, pude hacerme una idea de cómo era él, su experiencia, sus inicios sobre el escenario y me valí de todo eso para entender lo que Susan podría sentir por Brian".

Curiosamente, hace años, Leo interpretó un papel de reparto en un capítulo de la serie de televisión "El justiciero (The Equalizer)". La memoria puede fallar, pero YouTube es para siempre.


Sobre la producción
Fuqua, Washington y Keith Woulard, uno de los coordinadores de especialistas del filme, empezaron a hablar sobre cómo plasmar en la gran pantalla la acción de THE EQUALIZER: EL PROTECTOR. "La tendencia actual al filmar la acción es agitar la cámara y mover las cosas, pero entonces los espectadores no se enteran de qué está pasando", opina Fuqua. Eso es precisamente lo que querían evitar. "Mi objetivo era tomar la interpretación y convertirla en acción", explica el director.

La inspiración en cuanto a la forma de rodar las escenas de acción de McCall le llegó a Fuqua en su interacción con boxeadores reales. "Resulta que un buen amigo mío es un gran boxeador: Sugar Ray Leonard", explica. "Cuando oyes sus historias, te das cuenta de lo listo que puede ser un boxeador. A veces te tocan, „hola, ¿cómo estás hoy?., y esa es su forma de examinarte, ver si estás en forma, si creen que eres una amenaza. O te observan de cierta forma, para ver cómo te mueves, cuál es tu lenguaje corporal, cuáles son tus puntos fuertes y débiles. Son capaces de analizarte minuciosamente. A McCall también lo han instruido de esa manera, se fija en esos detalles y les saca partido. Queríamos mostrar eso".

El siguiente paso era ralentizarlo. "La primera vez que hicimos la escena de la oficina del bar, fue rápida, muy rápida. Entonces dije: „Debe ser rápida, pero también personal. Vamos a ralentizarla, nos la tomaremos como si fuera una escena de diálogo, de modo que aún pueda verlo como un personaje entre tanto movimiento. ¿Cómo podría hacerse, abriendo paso a Denzel para hacer lo que hace?.".

También era importante para Fuqua que las escenas fueran realistas. "Nos preguntamos: ¿Esto podría pasar en realidad? ¿De verdad se puede hacer físicamente? ¿Qué le sucede a un ser humano capaz de hacer eso?.. Y resulta que, para la mayoría de la gente, gente corriente, no es posible; si sufres un accidente de coche, tu corazón late más rápido y te entra el pánico. Sin embargo, para gente como McCall, es justo lo contrario. Su ritmo cardíaco se reduce. Su respiración va más despacio. Todo cuanto los rodea se ralentiza. Sus pupilas se dilatan para dejar pasar más luz. Todo eso ocurre mientras revisan una habitación en cuestión de segundos. Y entonces, cuando ya lo tienen todo calculado, entran en acción".

Para Woulard, como coordinador de especialistas, el proceso empezó desglosando el guión en sus distintas secuencias. "Hablamos con Denzel y Antoine sobre lo que querían hacer", recuerda. "En este caso concreto, Denzel no quería hacer mucha lucha estilo artes marciales, sino que quería un tipo de lucha más directa, callejera, hábil y creativa. Y Antoine, por supuesto, estaba de acuerdo". Woulard aportó su propia experiencia militar, Fuerzas Especiales incluidas, para idear las peleas del filme.

Para esta película en particular, era fundamental que el equipo de especialistas colaborara estrechamente con Washington para crear escenas de acción que el actor pudiera realizar él mismo. "Montamos toda la acción de cara a nosotros. Es Denzel en un 95% de las ocasiones", explica Woulard. "Así que, aproximadamente un mes antes de empezar a rodar, empezó a entrenar conmigo y entrenamos a diario".

Esa preparación era imprescindible, dado que el personaje se supone que es un experto perfectamente adiestrado. "Si uno empuña un arma blanca durante una pelea a cuchillo con la hoja hacia arriba, cualquiera que sepa lo que hace dirá: „Vale, me libraré de este tipo bien rápido.", aporta Woulard. "Pero si tiene el cuchillo hacia atrás, con la hoja hacia abajo desde la palma de la mano, y lo empuña como si estuviera boxeando, pues eso, se ve que el tipo tiene cierta experiencia".

Un detalle que distingue a Robert McCall es que no utiliza pistolas, sino que se sirve de su entorno, lo que quiera que tenga a mano, para luchar contra sus adversarios. "Digamos que hay un cenicero en la mesa, un abrecartas en el escritorio", prosigue Woulard. "Podría haber un jarrón, un tenedor, una taza, un libro. Y cuando pelea en Home Mart, se encuentra en su terreno, puede juntar varias cosas y combinarlas".

En ese aspecto, la acción específica de THE EQUALIZER: EL PROTECTOR no acaba con los especialistas, sino que abarca todas las demás facetas de la creación de la película, como la fotografía y el diseño de producción. "Fue a Antoine a quien se le ocurrió la noción de la Protecto-visión, por llamarla así", recuerda el productor Todd Black. "Fue completamente idea de Antoine desde el principio, desde la primera reunión. Volvimos a quedar con él y con Mauro Fiore, el director de fotografía, con quien había trabajado en „Training Day (Día de entrenamiento)., y que ganó el Oscar por „Avatar., y con Naomi Shohan, su directora de producción en „Training Day (Día de entrenamiento)., y se pusieron los tres a elaborar el concepto".

"Cuando contratamos a Naomi para esta película, dijo: „Tiene que apestar a realismo. Tiene que parecer que Robert McCall pudiera ser tu vecino. Cuando entras en Home Mart, tiene que parecer esa clase de tienda.", prosigue Black. "Pero también dijo: „Aunque sea realista, no tiene por qué ser sucia o cruda, necesita alma, tiene que tener luz de velas, y calidez. McCall necesita tener un alma bondadosa, o no sería el Protector.".

Shohan comenta que gran parte del reto que planteaba la película era crear sets que dejaran preparado con mucho cuidado todo lo que McCall necesitaba para las secuencias de acción, sin descubrir el pastel, para luego ver cómo toda esa preparación daba su fruto cuando empezaran las peleas. "El decorador Leslie Rollins y su equipo lo estudiaron todo hasta el mínimo detalle, hablamos de lo que resultaría interesante en la escenas de lucha, sabiendo que necesitábamos introducir esos elementos al principio para reutilizarlos luego en la pelea".

Shohan también creó el set de la cafetería donde se conocen y hacen buenas migas Teri y McCall. "La idea era que la cafetería estuviera rodeada de ventanas, que fuera como un globo de luz en la oscuridad", explica. "Nos costó muchísimo encontrarla, buscamos por todas partes. Y entonces vimos justo lo que buscábamos, tenía unas ventanas increíbles, pero era una tienda de suelos. Así que preguntamos si nos la podían dejar para convertirla temporalmente en una cafetería. Lo sacamos todo, instalamos una barra, cambiamos el suelo, pusimos un techo falso de zinc. Colgamos luces, lo pintamos de un color que esperábamos que quedara un poco turbio, como si estuviera bajo el agua, pero que a la vez brillara. Usamos la gama de colores del famoso cuadro de Hopper, que tiene paredes de un color similar, un toque verde y una barra roja. No se trataba de nada original, pero quedaba bien, parecía como si se hubiera quedado atascado en el tiempo, un lugar que no había cambiado desde la década de 1940".


Sobre la música
Fuqua recurrió al compositor Harry Gregson-Williams para que compusiera la banda sonora. "El proceso creativo siempre empieza con el personaje, y McCall es el personaje central de esta película", observa. "Una vez supe qué era lo que lo motivaba, el camino que seguí fue adoptar su perspectiva. Cuando se mete en una situación peligrosa, la cámara se aproxima a su rostro y ves su mirada profunda de cerca, de hecho, ves un reflejo de lo que él está viendo".

Por consiguiente, la música, al igual que el resto de la película, obedece a un estilo realista. "Como Antoine quería que la acción fuera creíble, la banda sonora también tenía que tener una base real. No podíamos meter trompas para anunciar la llegada del héroe. Su tema tiene un matiz bastante oscuro. Pero no tardaría en descubrir que, para dotar de oscuridad a una escena, es necesario que haya un resquicio de luz por alguna parte, para que el contraste sea evidente. Opté por un ataque por dos flancos para la música de McCall: uno seguía su acción, que era enérgica, fuerte y ruidosa, y el otro era bastante sensible".

Cuando McCall entra en acción, también lo hace la música de Gregson-Williams. El compositor señala que los espectadores no tienen por qué ser conscientes de que la tensión va en aumento. "Estás siguiendo al personaje de Denzel, pero él es consciente de que está pasando algo antes que los espectadores", comenta. "La música se te va echando encima casi sin darte cuenta y, cuando McCall entra en acción, la música también lo hace".

Las escenas con Teri sirven de contrapunto a las de acción. "La interpretación de Chloë posee una cualidad muy frágil y cruda, así que utilicé una melodía de piano muy sencilla, rodeada de sonidos débiles", explica. "Era importante no meter más música de la necesaria, no forzar las emociones. Nos contuvimos y dejamos que los espectadores descubrieran la relación tal como se va desarrollando".

Para el tema de Teddy, Gregson-Williams decidió adoptar un enfoque insólito. "Es el villano, pero me fijé en su carácter. Lleva unos trajes preciosos, muy caros, es el que va mejor vestido de la película. Llega en avión privado. Al tipo no le falta dinero, precisamente. No es un simple matón, es muy fino; solo cuando vas descubriendo más cosas de él te das cuenta de que es un tipo vil y asqueroso. Así que pude darle un tema más refinado".