EL ÚLTIMO EXORCISMO está escrita por Huck Botko y Andrew Gurland y dirigida por Daniel Stamm. Está producida por Eric Newman, Eli Roth, Marc Abraham y Thomas A. Bliss.
Ya sea practicado por sacerdotes católicos, pastores evangélicos o cristianos carismáticos, el antiguo rito del exorcismo sigue vivo y goza de buena salud en el nuevo milenio, y, de hecho, muchos académicos y practicantes afirman que su práctica ha aumentado en los últimos años. El resultado de un sondeo de opinión de 2005 arrojó que el 42% de los norteamericanos cree en la posesión por el diablo. El año pasado, la Archidiócesis de Chicago nombró a su primer exorcista a tiempo completo en sus 160 años de historia; por otro lado, en Nueva York, un grupo de cuatro sacerdotes ha investigado oficialmente unos 40 casos al año de posible posesión desde 1995. El padre James LeBar, antiguo exorcista de la Archidiócesis de Nueva York, afirmó recientemente que uno de cada diez católicos de Estados Unidos ha presenciado o formado parte de un exorcismo. "Hace diez años, no tenía ningún caso", informa, "y ahora tengo 300".
Esta creciente tendencia ha llegado a las más altas esferas del Vaticano. En medio de las preocupaciones de la Iglesia Católica por el creciente interés en todo el mundo por el satanismo y el ocultismo, el padre Gabriele Amorth, principal exorcista del Vaticano en los últimos 25 años, anunció una iniciativa apoyada por el papa Benedicto XVI para "enfrentarse cara a cara al Diablo" al formar a cientos de sacerdotes como exorcistas. Muchos asisten ahora a la Universidad Pontificia Regina Apostolorum, una universidad católica conservadora a las afueras de Roma que cuenta con el respaldo del Vaticano y ofrece un programa de estudios especializado en exorcismo para sacerdotes.
En el terreno evangélico, pastores populares como Bob Larson, "el Auténtico Exorcista", en Carolina del Sur, o Tom Brown en El Paso, Texas, ejercen de consultores o realizan ellos mismos cientos de exorcismos al año. Michael Cuneo, profesor de Sociología en la Universidad Fordham, declara: "Según estimaciones conservadoras, hay un mínimo de 500 ó 600 ministerios evangélicos de exorcismo en funcionamiento en la actualidad, y es muy probable que la cifra real sea el doble o el triple de la estimada".
Solo en los últimos meses, los medios han informado sobre la muerte de un niño ruso de 4 años provocada por un brutal rito de exorcismo y sobre el preocupante aumento de exorcismos a niños realizados por predicadores por toda África.
¿Son reales estos exorcismos? ¿Es la posesión demoníaca una realidad, o es simplemente un síntoma de un fanatismo religioso desaforado o de enfermedad mental? El estreno de EL ÚLTIMO EXORCISMO examina estas cuestiones desde el punto de vista de un escéptico mediante la historia del reverendo Cotton Marcus. El reverendo Marcus, criado como fiel creyente en la fe evangélica, ha pasado más de un cuarto de siglo llevando a cabo exorcismos que sabía que eran falsos. Con intención de confesar, confía a un equipo de rodaje de documentales los secretos de su profesión mientras realiza un último exorcismo sobre Nell, una chica de una granja de Luisiana... solo para encontrarse cara a cara por primera vez con el mal encarnado.
"A lo largo de la película, la pregunta que se formula es: ¿es algo sobrenatural o se trata de maldad humana? ¿Es Nell esquizofrénica o está poseída?", explica el director Daniel Stamm. "Esa es para mí la cuestión verdaderamente interesante. La película trata sobre la fe, el papel que desempeña la fe en nuestra vida y lo que ello supone, cómo puede ayudarnos y cómo puede destruirnos".
"La película trata sobre cómo se perciben el bien y el mal", agrega Patrick Fabian, que interpreta al reverendo Cotton. "Trata sobre cuáles son tus convicciones y si no te fallarán cuando más las necesites".
EL ÚLTIMO EXORCISMO surgió a partir del interés del productor Eric Newman en hacer una película sobre posesiones demoníacas que se ciñera lo más posible a la realidad. Se puso en contacto con los guionistas Andrew Gurland y Huck Botko, cuya cinta anterior, MAIL ORDER WIFE, utilizaba un estilo de falso documental muy efectivo que encajaba a la perfección con la idea de partida que se le había ocurrido a Newman. Mientras elaboraban el guión, Gurland y Botko usaron como inspiración un famoso documental de los años 70 titulado MARJOE. Según explica Gurland: "MARJOE trata de un predicador que permite que hagan un documental sobre él, y te lleva entre bastidores y te permite ver cómo todo el asunto es una gran estafa. No cree en ello y pretende dejarlo. Nos pareció que sería un buen punto de partida para nuestra historia".
Aunque el principal objetivo de EL ÚLTIMO EXORCISMO es aterrorizar a los espectadores, Gurland y Botko no cejaron en ningún momento en su empeño de crear una historia dramáticamente absorbente. "Queríamos que la película funcionara aunque se tratara simplemente de un documental, incluso antes de meternos en el tema sobrenatural", explica Gurland. "Pensamos que sería un buen documental para mostrar los entresijos de un tipo que se dedica a realizar falsos exorcismos, de modo que, aunque no fuera más que esa película, sin ningún elemento sobrenatural, seguiría siendo una buena película. Así que decidimos abordar así el proyecto: cómo sería un buen documental y luego cómo nos desviaríamos de ello".
Según los guionistas, el estilo documental de EL ÚLTIMO EXORCISMO también les ofreció más libertad creativa. "La realidad supera a la ficción", asegura Botko. "Podemos permitirnos hacer muchas cosas que no podríamos en una narración normal, que tiene una estructura de tres actos y ciertos puntos que todo el mundo espera. En un documental puedes hacer cosas que en una película normal la gente diría que son demasiado raras o demasiado extrañas".
El productor Eli Roth, que también es actor y director (MALDITOS BASTARDOS (INGLOURIOUS BASTERDS), HOSTEL), aceptó asociarse con Eric Newman nada más leer el guión ya terminado. "Era uno de los guiones más aterradores y originales que he leído nunca", asegura. "No podía dejar de leerlo y de sentir escalofríos hasta el final. Me encantó la idea de que fuera una película que trataba de desacreditar los exorcismos, mostrar que todo es falso, solo para darse cuenta poco a poco de que hay fuerzas que escapan a tu comprensión y con las que no conviene meterse. Me tuvo en ascuas de principio a fin".
En su búsqueda de un director adecuado, a Newman y Roth les llamó la atención el pujante talento del director Daniel Stamm, cuyo filme anterior, A NECESSARY DEATH, fue una galardonada cinta narrativa de estilo documental. "La película de Daniel era realmente increíble en lo referente a su realismo y a sus interpretaciones", afirma Newman. "Es un tipo de película diferente, un ejercicio mucho más psicológico. Pero demostraba que podía trabajar dentro de este estilo tan bien como cualquiera".
Aunque la aptitud de Stamm para trabajar en el terreno del horror psicológico era evidente, el género del cine de terror era algo inexplorado para el director. "Muchas de las escenas de terror eran algo nuevo para mí", comenta Stamm, "así que eso me resultaba en cierto modo un desafío desde el punto de vista técnico. Las escenas más emocionantes de rodar eran las centradas en los personajes, donde puedes dejar hacer al actor y no sabes muy bien cuál va a ser el resultado final. Cada vez que lo haces, obtienes algo distinto".
Stamm cree que la presencia de la cámara en el mundo de la película, un aspecto característico del cine documental, es una pieza clave para lograr el realismo alcanzado en el filme. Según explica el director: "El cámara existe en la película como un personaje más, y representa al público, algo que me encanta, porque crea en el espectador un forzoso grado de intimidad con lo que está sucediendo que a veces puede resultar incómodo. Y creo que para una película de terror es algo genial, cuando haces que el espectador se sienta más cerca de la acción de lo que él querría". Agrega: "En una película narrativa normal seguramente no realizarías esos primerísimos planos que haces con el estilo documental. Así que nos acercamos a la gente mucho más de lo que acostumbran, lo que creo que ayuda mucho a transmitir intensidad".
Como preparativo previo al rodaje, los actores Patrick Fabian ("Veronica Mars", "Big Love") y Ashley Bell ("United States of Tara") estudiaron grabaciones de auténticos exorcismos para evitar recurrir a los tópicos de la cultura popular del aspecto que tendría un típico exorcismo. En palabras de Stamm: "No queríamos tratar de imitar películas como EL EXORCISTA. Queríamos dar a los aficionados al género algo nuevo y diferente, un giro original al tema, en lugar de repetir los mismos clichés de siempre".
"Queríamos que nuestro exorcismo resultara más crudo, real y novedoso, como si realmente estuvieras en el cuarto con una persona que pudiera estar poseída", agrega Roth. "Lo que se ve es 100% Ashley Bell, no utilizamos maquillaje, infografía o efectos especiales en sus escenas, ella hace todo lo que se ve, hasta las venas hinchadas del cuello y la espalda doblada".
Bell, además de mantener viva la cuestión de si la posesión demoníaca es posible o no, también estudió una serie de trastornos psicológicos como posibles explicaciones de la conducta de Nell. "Me documenté sobre el trastorno de estrés postraumático y distintas manías", explica. "Pero siempre acababa volviendo a las cintas de exorcismos reales que había oído. Escuchabas a lo que podías reconocer como personas y, entonces, de repente se oía un sonido que no era ni masculino ni femenino, ni humano ni animal. Te helaba la sangre".
Durante el rodaje, Stamm mantuvo el plató estrictamente cerrado para crear una sensación de intimidad entre los actores. "No había nadie más presente", recuerda. "No había más que un monitor en el plató de rodaje. No había un centro de monitores desde donde observaba la gente, de modo que los actores sabían que no tenían 50 ojos mirándolos".
También hizo que los actores realizaran más tomas de las habituales, hasta llegar en ocasiones a agotarlos. "Intento meter a los actores en la escena para que se les ocurran cosas que a mí nunca se me ocurrirían", explica el director. "Dejo que sean ellos mismos y que simplemente reaccionen. Hacemos muchas tomas, y lo que realmente me funciona es hacer tantas que acaben cansados, disgustados o molestos, porque entonces es cuando verdaderamente consigues auténticas emociones que quedan muy bien en pantalla. Podemos hacer 15 ó 20 tomas hasta llegar a ese punto".
"Daniel sabe perfectamente hasta dónde puede presionar a los actores y cómo sacar lo mejor de ellos", agrega Roth. "Además, tiene un sentido del humor muy negro y sabe cómo sacar miedo de momentos de humor y humor de momentos de miedo. Tiene un talento increíble".
Stamm animaba a improvisar durante el rodaje y permitía a los actores dejarse llevar por sus instintos y desarrollar sus personajes de maneras inesperadas. "Lo más importante para mí", asegura el director, "es que los actores desarrollen el personaje a su gusto, que es el mismo estilo que utilicé en mi anterior película".
En opinión del productor Marc Abraham, la fortaleza de Stamm como director mantuvo la historia y a los personajes por buen camino incluso cuando se desviaban de lo escrito en el guión. "Tiene un punto de vista muy claro, gracias a lo cual los actores confían plenamente en él", asegura.
"Fue agotador", recuerda Fabian. "Idear algo nuevo cada vez que fuera necesario resultó muy duro y a veces desconcertante. Pero Daniel logró reducirnos a nuestros verdaderos instintos sin que ni siquiera nos diéramos cuenta. Echando la vista atrás, ahora entiendo que tenía muy claro en todo momento durante el rodaje la clase de película que estaba creando".
"Como actriz, disponer de tantas oportunidades para probar distintas cosas fue un regalo", observa Bell. "Y Daniel se mostró muy receptivo a nuestras ideas y siempre nos pedía nuestras opiniones. Es la clase de experiencia que te pasas toda la vida deseando tener".
"Tanto Patrick Fabian como Ashley Bell son increíblemente simpáticos. Te caen bien inmediatamente", confiesa Roth. "Patrick es tan gracioso que Cotton nos cae bien sobre la marcha, a pesar de ser un farsante. Ashley parece al principio una especie de conejillo asustado así que, cuando se transforma, resulta mucho más sorprendente, resulta realmente increíble que sea ella. Su registro como actriz, tanto física como emocionalmente, es tan espectacular que puede resultar encantadora un instante y horripilante al siguiente".
EL ÚLTIMO EXORCISMO se rodó en exteriores de la Luisiana rural, en una auténtica granja, rodeada de caimanes, serpientes y alimañas. La propia historia de la casa aportaba un grado de verosimilitud que habría resultado complicado de lograr artificialmente. El diseñador de producción Andrew Bofinger descubrió que buena parte de su trabajo ya estaba hecho. "La propia casa ya tenía una atmósfera espeluznante", explica. "Y ya estaba amueblada con aparadores centenarios y mobiliario antiguo de sobra".
A fin de intensificar el horror de lo que sucede en las habitaciones de la planta superior, Stamm y Bofinger optaron por usar tonos anaranjados de fondo, mientras mantenían tonos frescos en las habitaciones de la planta inferior de la casa. "Queríamos un contraste drástico de colores entre las dos plantas", señala.
Bofinger intentó usar también el diseño y la decoración del plató para transmitir información sobre los personajes que no resulta evidente a primera vista en el guión. "Con Nell, queríamos indicar su sensación de aislamiento de la comunidad", explica. "Tiene 16 años y hace unos seis años ya que murió su madre, así que intentamos que su cuarto casi pareciera el de una niña de diez años que apenas ha madurado o crecido". Aunque en la película se muestra al reverendo Cotton como un farsante que gusta de montar su particular espectáculo, Bofinger decidió seguir un enfoque distinto al diseñar la oficina del personaje. Según explica: "Quería dar la sensación de que se trataba de su santuario, donde todavía tiene sus sueños de la infancia".
Para Stamm, trabajar con los otros dos responsables principales de la atmósfera de la película, el director de fotografía Zoltan Honti y la montadora Shilpa Khanna, resultó algo totalmente natural. "Zoltan, Shilpa y yo llevamos trabajando juntos desde nuestro primer proyecto estudiantil en el AFI", señala. "Nos pasamos tres años trabajando juntos en nuestra anterior producción. Conocemos nuestros respectivos gustos. Hay muchas cosas que ni siquiera necesitamos hablarlas, ya sabemos directamente qué hacer".
Stamm agrega: "En un documental, estás construyendo la historia con el montaje y queríamos simular ese aspecto en la medida de lo posible, para que el resultado final no pareciera preestablecido. Queríamos que pareciera como si se hubiera extraído de cientos de horas de grabación, lo que en realidad es cierto".
"Me quedé anonadada al ver cómo había montado Daniel la película", admite Bell, "tanto por la forma de construirla como por lo magníficamente que manipula las expectativas del público".
"El contenido de la cinta, en lo que se refiere a los detalles, cambiaba constantemente", afirma Newman. "Pero, en su aspecto general, no ha cambiado gran cosa desde su concepción inicial. Es básicamente la misma película que ideamos en un principio, lo que dice mucho de la capacidad de Daniel Stamm de llevar a cabo el proyecto. Los actores y el realizador han llevado la película a las cotas que deseábamos, pero no imaginábamos que fueran posibles".