Notas del director
Se pueden escribir millones de historias acerca del amor. Los tres capítulos que integran esta película (en realidad prefiero hablar de tres historias, cada una de ellas articulada como una pequeña película dentro de la película) se conectan entre sí y pueden representar bien la vida sentimental de un solo protagonista narrada en distintas edades; el amor y los sentimientos tal y como se experimentan o como serán experimentados. El objetivo era narrar las fases de la vida de personas de distintas edades, partiendo de la juventud y llegando más alla, porque hoy día ya no está muy claro cuando se es viejo: antes, un hombre de setenta años era un hombre acabado, por no hablar de las mujeres, ¡que a los cuarenta y cinco ya lo estaban! Ahora, incluso todos tienen la posibilidad de formar una familia incluso más allá. La primera historia es mi preferida porque puedo verme reflejado en ella. Se ha filmado en lugares en los que he crecido y habla de cosas que me han pasado en mi propia vida. Básicamente es esto: precisamente cuando piensas que estás empezando a vivir como un adulto, pasa algo que te detiene y que te lleva a una época pasada, como si una parte de tu juventud siguiera clavada en ti y tuvieras que vivirla hasta el final. Esto es lo que le sucede al protagonista y me parece que también a muchos de nosotros.
La segunda historia, en cambio, está estrechamente relacionada con nuestra época, llena de mitomaniacos. Incluso nuestro vecino puede ser uno de ellos. El stalking (acoso físico) es un problema que nos es familiar. Me gustaría destacar que Fabio Renzullo el personaje interpretado por Carlo Verdone es un claro ejemplo del cobarde arrepentido que siempre ha caracterizado a la commedia allitaliana.
La tercera se centra en un hombre que piensa que su vida ya ha acabado, que piensa que ya ha cerrado todas las puertas, incluida la del amor. Pero, como la vida nos enseña, cuando crees que todas las puertas están cerradas, siempre se abre una.
Giovanni Veronesi