La familia Weston se reúne con motivo del funeral del padre. El reencuentro servirá para hacer aflorar todos los conflictos y reproches soterrados por el tiempo.
La madre, gravemente enferma, y las tres hijas, cada una de las cuales con una vida sentimental desastrosa, centrarán el conflicto. Si hay algo que les une, a parte de los lazos de sangre, es la incapacidad de poder ser felices. Parece que viven para hacerse daño, por un motivo u otro, queriendo o sin querer, están condenadas a vivir solas.