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Mañana, cuando la guerra empiece cartel reducidoMañana, cuando la guerra empiece(Tomorrow, when the war began)
Dirigida por Stuart Beattie
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De la novela a la pantalla: El rpceso de adaptación
Desde que empezara su carrera de escritor, hace veintiún años, John Marsden ha escrito y editado más de una treintena de libros, que han vendido cuatro millones de ejemplares en todo el mundo y se han traducido a catorce idiomas. Entre sus novelas figuran títulos como Damero, Cartas desde el interior y Mañana, cuando la guerra empiece, y, entre sus obras de no ficción, algunas como Secret Men's Business y Everything I Know About Writing.

John ha ganado todos los premios de literatura juvenil más importantes de Australia. A nivel internacional, sus libros han figurado en la lista de los mejores libros del año de la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos (A. L. A.), en dos ocasiones, y de Publishers Weekly, en una ocasión. Recientemente, se ha convertido en el quinto escritor que recibe el premio Lloyd O’Neill por una vida de servicio al mundo editorial australiano, galardón que antes que él recibieron Peter Carey, Ruth Park, Morris West y Tom Keneally. También ha ganado el Gran Premio del Jurado al autor de literatura juvenil más popular de Austria, y, en Alemania, el codiciado Buxtehuder Bulle, un premio que se otorga cada dos años y que reconoce al mejor libro juvenil de los dos años anteriores.

La popular saga Tomorrow, de siete títulos, ha vendido más de 2,5 millones de ejemplares y se ha traducido a siete idiomas. Desde su publicación en 1993, Marsden supo que había algo en Mañana, cuando la guerra empiece que parecía querer salirse de las páginas.

"Al escribir Mañana, cuando la guerra empiece y los siguientes libros, me di cuenta que había en ellos un aspecto muy visual que otros de mis libros no tenían. Incluso cuando lo estaba escribiendo, podía ver mentalmente una película, y eso lo hacía diferente. Los personajes me parecieron muy reales desde el momento en que les di forma, se salían de las páginas y parecían casi tridimensionales".

Una de las razones por las que Marsden escribió la novela fue porque quería retratar a los jóvenes como capaces de hacer grandes cosas. Piensa que una diferencia clave entre los jóvenes australianos de los años cuarenta y los de hoy es que éstos no crecen bajo la inminente amenaza de la guerra y el conflicto.

"El hecho de que los jóvenes de ahora no tengan la oportunidad de ser heroicos no quiere decir que no puedan serlo, sino simplemente que no se dan este tipo de situaciones. Evidentemente, nadie quiere verse envuelto en situaciones tan difíciles como una guerra, un incendio forestal o una inundación, pero cuando te encuentras en estas circunstancias, es importante saber que tienes lo que hace falta, que, si buscas bien, en tu interior hay una fuerza, una resistencia y un heroísmo que jamás habrías sospechado que tenías".

Marsden cree que uno de los temas más poderosos para cualquier escritor es la gente que está atravesando una etapa vital y evolucionando hacia la siguiente. En sus propias palabras, "La adolescencia fue para mí una etapa muy intensa, y siempre me ha fascinado la confusión y el estrés que experimentamos las personas durante esos años. Al ponerlo en el contexto de una guerra, ese estrés se vuelve externo y tangible, es como si lo que está pasando dentro de ti encontrara una representación en el exterior".

El productor Michael Boughen se sintió inevitablemente atraído hacia el proyecto: "El enorme éxito de la serie de libros hacía que este proyecto resultara ideal para trasladarlo al cine. Ya en el año 2000, mi hijo Matthew me pidió que hiciera una película con los libros, por lo que yo ya estaba al corriente de su popularidad. Su tremendo éxito literario significaba que había un gran público en potencia que iría a ver la película. Era una gran historia que requería una película igual de grande".

Michael Boughen continúa: "Creo que John Marsden es un escritor muy inteligente que detectó claramente que los adolescentes, que no suelen leer mucho, quieren historias que respondan a sus necesidades. Todos los adolescentes quieren liberarse de los adultos y tomar sus propias decisiones, por lo que creó una situación en la que los adolescentes se vieran separados de sus familias y tuvieran que adaptarse y habérselas con una repentina independencia. Si lo combinas con acción, drama y toda la presión de las relaciones y los romances juveniles, tienes, como John ha demostrado, una fórmula de éxito".

Al principio, Marsden no estaba muy interesado en hacer una película de su novela. "Me resistía mucho a convertirla en una película, y con el tiempo me lo acabaron proponiendo unas 120 o 130 productoras", recuerda. "Cada varias semanas recibía un email, una carta o una llamada de alguien para preguntarme si los derechos estaban libres y para mostrar su interés, pero yo seguía rechazándoles, porque quería que la novela se quedara tal cual. Quería que se sostuviera por sí sola. Pero al final me acabaron convenciendo unas personas que estaban muy comprometidas con los libros, a las que de verdad les gustaban las historias y los personajes y que hablaban de ellos con mucha pasión. Pensé que, si alguna vez hubiera que llevarlos a la pantalla, confiaría en Stuart Beattie para hacerlo, y aquí estamos ahora".

Cuando al fin se hizo a la idea de adaptar su novela al cine, Marsden se planteó la posibilidad de escribir él mismo el guión. "Pensé en escribir el guión de la película, o en trabajar en la creación de la película, pero sabía que si lo hacía tendría que pasar por un proceso muy largo, porque es tan distinto escribir un guión de escribir una novela como lo es escribir un poema de escribir un relato breve. Es como intentar que te reanime un psiquiatra cuando tienes una parada cardíaca: aunque sea un médico, no significa que tenga que tener experiencia en un campo que no es el suyo".

El productor ejecutivo Christopher Mapp y el director Stuart Beattie eran amigos desde niños, y fue Christopher quien presentó a Stuart al productor Michael Boughen. Boughen recuerda: "Le mandé los libros a Stuart, se los leyó en dos semanas, y me dijo que contara con él. Escribió el guión de la película y luego dijo que quería dirigirla. El resto, como se suele decir, ya es historia".

Cuando el experto guionista Beattie se reunió con Marsden para hablar sobre la adaptación de la novela, éste se sintió definitivamente seguro de ponerla en sus manos para que la trasladara a la pantalla.

Marsden afirma: "Admiro a Stuart, creo que es un gran ser humano y que su integridad y capacidad están fuera de toda duda. Contando con alguien con estas cualidades, me siento seguro de que el resultado estará a la altura".

Marsden comenta de Beattie: "Desde que Stuart empezó a rodar, decidí dejarle hacer lo que quisiera, y que, aunque a veces eso me incomodara, no quería interferir, lo mismo que a mí no me gustaría tener a alguien mirando todo el rato por encima de mi hombro mientras escribo una novela, o diciéndome cómo tengo que acabar un capítulo. Así que me quedé en un segundo plano viéndole hacer su trabajo".

Pero ésta no es la primera vez que Stuart Beattie traslada a la pantalla material cercano a su corazón: antes ya había adaptado material tan popular como Piratas del Caribe o G. I. Joe. Ésta es una responsabilidad que Beattie no se toma a la ligera. "Es muy emocionante trabajar con historias tan populares y queridas por la gente, porque significa que hay un público que quiere ver tu película, y yo me tomo muy en serio la respuesta de los fans".

Beattie continúa diciendo: "Yo también soy fan, y nunca haría una película por cuya entrada no pagaría. Sólo intento hacer la mejor película que puedo, y espero que todo el mundo esté de acuerdo. El hecho de que la gente conozca la historia de antemano y se haya imaginado a los personajes es genial. Significa que no partes de cero, sino de un universo que la gente ya conoce y ama, y que está interesada en ver. Haces películas para los demás, y quieres que la gente esté deseando ir a verlas, así que trabajar con un título, una historia y unos personajes que todo el mundo conoce es fantástico, porque significa que hay una curiosidad y una predisposición previas, y eso me encanta. Es un reto maravilloso".

Antes de la producción, Stuart Beattie, junto a los productores Andrew Mason y Michael Boughen y al productor ejecutivo Christopher Mapp, viajó a la escuela de Marsden, en Victoria, Australia (en 2006 Marsden se convirtió en director fundador de una escuela alternativa, Candlebark, en sus propiedades, al norte de Melbourne), para hablar en detalle sobre el guión.

El productor Michael Boughen dice de Marsden: "John es una persona muy lúcida, y desde el primer día fue consciente de que no podíamos trasladar toda la novela a una cinta de 100 minutos. Se trataba de una película, un medio muy distinto a cualquier cosa con la que él hubiera trabajado antes, pero se sintió muy cómodo poniendo el libro en nuestras manos y permitiéndonos adaptarlo. He estado muy en contacto con John durante los últimos años a propósito de este proyecto, y tengo buena relación con él. Creo que cuando más nervioso estuve fue cuando nos reunimos todos en su despacho de la escuela. Recuerdo que tenía el guión sobre las piernas y dijo: “Tengo algunas cosas que comentaros. Página uno.”. Y yo pensé: “¡Socorro, no le ha gustado nada!”. Tenía una pequeña anotación en una palabra de la primera página. Y entonces pasó las páginas y dijo: “Página cuarenta y dos”. A partir de ese momento no se nos borró la sonrisa de la cara. John tenía algunas observaciones e ideas que comentarnos, pero en general estaba muy contento con la adaptación".

Beattie recuerda: "Nos reunimos con John y hablamos con sus alumnos sobre la película y sobre cómo íbamos a hacerla, qué nos proponíamos hacer, y a él se le veía muy satisfecho. Revisamos el guión juntos, y él sólo tenía tres observaciones, apenas eran unas pocas palabras, las cambiamos y se acabó, y ahora está entusiasmado. John es genial, es un hombre encantador y él es la razón de que estemos aquí".

"Es una adaptación muy fiel del libro, John Marsden le ha dado el visto bueno y está encantado, así que creo quien haya disfrutado con el libro lo hará también con la película".

Mañana, cuando la guerra empiece toca temas universales, como la pérdida de la inocencia, la amistad y el liderazgo, y Marsden cree que la novela sigue vigente y ha tenido éxito debido a los conceptos clave que trata.

Marsden dice: "Lo que hace que estos libros sigan resultando atractivos a los lectores es el concepto de que la gente buena trabajando en pequeños grupos puede superar grandes dificultades si actúan con coraje y decisión. Responden a preguntas que todos nos hacemos en el fondo: ¿Qué haría yo en esa situación? ¿Lo resistiría? ¿Estaría a la altura? Siempre que oímos hablar de grandes hazañas de la historia, nos preguntamos: ¿Sería yo capaz de sobrellevar algo así?".

"Es el tipo de situación imaginaria en la que nos gusta ponernos para compararnos con los personajes. Mañana, cuando la guerra empiece nos da esa oportunidad".

Stuart Beattie recuerda: "John vino al set cuando estábamos rodando y fue una inspiración para los actores. Fue un flechazo mutuo".

Marsden dice que reunirse con los actores fue una experiencia extraña: "Se me acercaron todos de golpe, y yo me preguntaba: “¿Quién es cada uno?”. Supongo que no suele darse mucho el caso de que un libro o una película tenga ocho personajes protagonistas con un peso similar en la historia".

"Al final, para mi sorpresa, lo cierto es que no me importaba mucho el aspecto de los actores. Habría esperado que me importara más, pero no fue así. Era su actitud lo que me interesaba, y lo que me sorprendió fue su energía, que era fantástica. Cuando entraron todos había una energía tremenda, y aquello me encantó. Pensé: “Pues sí, estos chicos pueden hacerlo”".

Stuart Beattie recuerda cuando vio a John en el estudio: "Era la primera vez que estaba en uno, y fue una experiencia muy divertida para él, ver a aquellos personajes que habían estado dios sabe cuántos años en su cabeza, verlos en acción le emocionó mucho. Estaba viendo cómo se rodaba una de las escenas que él había imaginado hacía años y comentando lo tensa que era, estaba entusiasmado. Más tarde, nos envió una carta preciosa contándonos la ilusión que le hacía ver la película. Él sabe que amamos y respetamos su libro, y todos nosotros sabemos que estamos aquí gracias a él".


Acerca de la producción
Para Stuart Beattie, la decisión de debutar como director con una novela tan querida para él fue fácil: "Enseguida me sentí atraído por el proyecto, porque yo quería hacer una película de acción ambientada en Australia que tuviera el peso en los personajes pero que al mismo tiempo fuera comercial y pudiera competir a nivel internacional. Mañana, cuando la guerra empiece tiene mucha acción, pero también tiene corazón. Ellie y sus amigos son unos personajes maravillosos, complejos y atractivos que hacen que la película valga mucho más que el precio de la entrada".

Cuando Omnilab Media hubo conseguido los derechos y su productora, Ambience Entertainment, estuvo lista para empezar a trabajar con el guión de Stuart Beattie aprobado por John Marsden, llegó el momento de reunir al mejor equipo técnico posible.

El productor Michael Boughen recuerda: "Le pedí a Andrew Mason que produjera la película conmigo. Enseguida nos entendimos, y yo estaba encantado de que accediera participar en el proyecto. A partir de ese momento nos pusimos manos a la obra para reunir al equipo más experto y profesional al alcance. Conseguimos el equipo perfecto. La primera persona en unirse fue Anne Bruning [productora en línea]. Conozco y admiro a Anne desde hace años, y siempre había querido trabajar con ella. Por suerte, ella dijo que sí. El siguiente fue Ben Nott [director de fotografía]. En cuanto se conocieron, él y Stuart conectaron. Ben captó perfectamente lo que Stuart quería, y lo que hacía falta para narrar la historia desde el punto de vista de la fotografía. Es muy importante para una película que los miembros de su equipo técnico se sientan cómodos trabajando juntos. Eso tiene que salir del equipo de producción, y Andrew, Anne y yo tenemos una relación fantástica. Y creo que cualquier miembro del equipo al que le preguntaran diría lo mismo. Ha sido un gran equipo, una gran película, y una experiencia fabulosa".

El productor Andrew Mason (la trilogía de Matrix, Dark City, Silent Hill) aportó su valiosa experiencia en producciones de gran presupuesto y con efectos visuales. Mason afirma: "Prácticamente todas las películas que he producido tienen mucha acción y efectos visuales, ésa es en parte mi experiencia. En los ochenta yo tenía una empresa de efectos visuales en Australia, y por eso me encantan las películas que los usan como herramienta para contar una historia. Si ya has tenido varias experiencias de este tipo, te resulta más fácil ayudar a un director a salvar las dificultades que plantean las películas con muchos efectos".

"Aunque lamento que fuera así, un acontecimiento desafortunado en la industria local nos ayudó", continúa diciendo Mason. "El hecho de que Green Lantern no se rodara en Nueva Gales del Sur nos permitió conseguir a todos los profesionales que quisimos. Contratamos a los mejores profesionales de sonido y construcción, especialistas y hasta conductores, que estaban disponibles porque entre junio y diciembre de 2009 no se estaba rodando nada importante en Sidney. Eso significa que contamos con la flor y nata del sector, y que pudimos darle a Stuart todo el apoyo y la experiencia que hubiera podido desear para su película. En cada departamento estaban los mejores".

El productor Michael Boughen reconoce que se encontró con un arma de doble filo a la hora de conseguir la financiación para la película: "La naturaleza de la historia abría sin duda muchas puertas, pero había algunas dudas sobre si funcionaría bien como superproducción. El primer libro se había publicado a principios de los noventa, y desde entonces algunos productores habían intentado convertirlo en una película o una serie de televisión. Enseguida conseguimos la implicación de Mike Selwyn, de Paramount, que ofreció su apoyo incondicional al proyecto, pero el verdadero punto de inflexión llegó cuando Stuart Beattie accedió a escribir el guión y luego sentarse a la silla del director. Screen Australia y el Departamento de Estado y Desarrollo Regional de Nueva Gales del Sur apoyaron decisivamente el proyecto. Pero en última instancia la película se hizo realidad gracias a que el director ejecutivo de [la productora y distribuidora] Omnilab Media, Christopher Mapp, y su presidente, Grahame Mapp, creyeron en el proyecto y lo apoyaron económicamente. Sin ese apoyo, esta película no se habría producido, y desde luego no a la altura que el material requería".

El productor Andrew Mason añade: "No es una producción de gran presupuesto si tenemos en cuenta el tipo de película que pretende ser, porque está claramente dirigida a un público adolescente acostumbrado a ver películas como Iron Man, Batman, Furia de Titanes y El señor de los anillos. Están acostumbrados a ver mucha acción en la pantalla, por lo que si quieres competir con eso tienes que encontrar la forma de no decepcionarles. Aunque el presupuesto de la película pueda parecer elevado en términos australianos, es pequeño para los estándares internacionales".

Desde el principio estuvo claro para todos los implicados en el proyecto que el director y guionista Stuart Beattie había aportado a la producción un guión comercial al estilo Hollywood. El productor Michael Boughen dice: "Stuart sabe lo que funciona y lo que vende. Desde el primer día quiso lo que todos queríamos: una película comercial para un estreno internacional. En Australia tenemos todo lo que hace falta para producir películas fabulosas, y nosotros teníamos la historia y el presupuesto. Stuart es, además, un director tremendamente participativo".

Stuart Beattie siempre había querido dirigir su propia película, y, para él, escribir y dirigir ésta ha sido una experiencia muy valiosa. "Estoy encantado de que me hayan ofrecido la oportunidad de dirigir este proyecto, porque es justo lo que quería hacer, lo que siempre he soñado. Ha sido increíble, la experiencia más enriquecedora que he tenido en mi vida profesional hasta el momento. El reparto ha estado fantástico, y el equipo técnico también, todos han trabajado muy duro. Estoy muy orgulloso del trabajo que han hecho, y me ha encantado ir viendo el material que íbamos rodando. Además, cumplimos con el calendario y el presupuesto, y todo ha quedado estupendo. Ha sido muy divertido, y todavía no me puedo creer que hayamos llegado hasta aquí".

El productor Andrew Mason quería asegurarse de que Beattie contara con todos los recursos que necesitara. "Espero haber ayudado a Stuart a descubrir cómo podía aprovechar estos recursos de la mejor manera posible y cualquier otra posibilidad que no se hubiera planteado o con la que no contara. Lo mejor de trabajar con él es que se ha tomado muy en serio el adagio, creo que de uno de los grandes directores franceses, que dice que el director es el "guardián de la narración", y ése ha sido su directriz durante todo el proyecto. Él no necesita estar censurando continuamente el más mínimo detalle, sino que escucha lo que cada uno tiene que aportar y luego decide si realmente concuerda con los personajes y si sirve a la historia, porque él es el elegido para narrarla. Y eso permite una colaboración fabulosa, porque tienes a un grupo de gente muy creativa con ideas valiosas que aportar, y al mismo un tiempo un director entregado que mantiene el rumbo preguntándose continuamente: “¿Estoy construyendo bien los personajes? ¿Estoy contando bien la historia?".

Lo que convenció al director de fotografía Ben Nott de unirse al equipo de Mañana, cuando la guerra empiece fue la posibilidad de trabajar con un material emblemático de la literatura australiana. "Me ofrecía la posibilidad de trabajar con una novela australiana muy popular que había sido maravillosamente adaptada a un guión de cine, y también la posibilidad de trabajar con un material con el que mis hijos se podían identificar y que disfrutarán como australianos".

Tras meses de preparación y con el equipo ideal reunido, el rodaje de Mañana, cuando la guerra empiece comenzó en septiembre de 2009 en Hunter Valley, en las Montañas Azules, y en otras localizaciones de Nueva Gales del Sur. Aunque la inversión para la producción provenía de Screen Australia con la ayuda del Departamento de Estado y Desarrollo Regional de Nueva Gales del Sur, la película no se iba a rodar íntegramente en ese estado australiano.

En palabras del productor Andrew Mason, "En un momento dado se habló de rodar en el estado de Victoria, pero es una región muy desértica, y había que hacer grandes recorridos desde los centros urbanos para encontrar la estética adecuada. Hunter Valley tenía la ventaja de estar cerca de Sídney, además de contar con muchos lugares donde conseguir alojamiento y suministros. Es una zona famosa por sus bellos paisajes, aunque también descubrimos puentes y ríos preciosos. El recinto ferial de Dungog resultó ser del tamaño perfecto para una de las escenas más importantes, por lo que acabamos basándonos en Dungog para crear la localidad de Wirrawee. Precisamente el día que íbamos a rodar tomas panorámicas de Dungog, se desató una tormenta de arena que lo oscureció todo, por lo que las escenas de la película en las que se ve todo el pueblo están creadas mediante efectos visuales, ya que tuvimos que eliminar la tormenta de arena. Sigue siendo Dungog, sólo que la imagen está tomada de fotos fijas e insertada en la película. El resto de la película se rodó en los alrededores de Sídney, incluidos los estudios de la Fox; y el “Infierno”, el lugar paradisíaco de la escapada, se rodó en las playas del norte de Sídney, en un pequeño parque oculto en una bonita y recóndita reserva".

La localización favorita del director de fotografía, Ben Nott, se encontraba en las Montañas Azules. "Nunca había estado allí, y es un paisaje alucinante, parecido al Gran Cañón, que te corta la respiración cuando miras hacia abajo. Fue maravillosa la oportunidad que tuvimos de viajar a aquellos lugares, y creo que fue con diferencia la localización más espectacular de todas".

Nott continúa diciendo: "La filosofía de la fotografía en esta película consistía en crear un filme al estilo americano pero con contenido australiano. El enfoque que le dimos fue el que le darías a una película de acción estadounidense, queríamos conseguir una sensación de realidad muy acentuada. La fotografía se realizó cuidando mucho de mantener el contraste y la saturación del color, y con una riqueza que transmite la sensación de una gran película de acción. Para mí esta película ha sido un enorme reto, pero al mismo tiempo muy gratificante desde el punto de vista fotográfico".

Uno de los aspectos más complicados para el director Stuart Beattie resultó ser el de prepararse para una toma. "Los actores estaban colocados, las luces encendidas, todos muy quietos, pero no podíamos empezar, no podía gritar “acción” porque había mil cosas que terminar primero. Quizá eso fuera lo más complicado, estar tranquilo. Es una cuestión de equilibrio. La gente se pasa el día preguntándote todo tipo de cosas, y tú dándoles respuestas... porque me gusta tener respuestas. Me gusta tomar decisiones. Creo que es la única forma de seguir adelante y conseguir que las cosas se hagan, pero no puedes concentrarte sólo en lo inmediato, también tienes que tener en mente la película en conjunto, porque dentro de tres semanas van a hacerte preguntas sobre lo que has hecho hoy, y es un equilibro un tanto delicado. Pero son retos y problemas fantásticos de superar cuando cuentas con gente fantástica para ayudarte a resolverlos".

El rodaje de Mañana, cuando la guerra empiece incluyó varios efectos visuales y explosiones impactantes. Andrew Mason explica: "Hay muchos efectos físicos en el rodaje, y un montón de pirotecnia, porque en la historia hay una guerra. De hecho, en el clímax de la película volamos un puente... era una miniatura, pero una miniatura gigante, si se le puede llamar así. Nuestro equipo de efectos especiales estaba dirigido por Dan Oliver, que acababa de recrear la Primera Guerra Mundial en Beneath Hill 60 y que acaba de sumergirse en el mundo postapocalíptico de Mad Max 4. Supongo que Mañana, cuando la guerra empiece ha representado para él una vuelta al mundo contemporáneo. Estos chicos se lo están pasando en grande, porque ha llegado el momento de volver a hacer saltar cosas por los aires en el cine australiano, ¡hacía tiempo que no se veía pirotecnia en las películas australianas! El equipo de Dan y el equipo de especialistas de Chris Anderson se coordinaron de maravilla para que nuestras escenas de acción resultaran realistas e impactantes".

Andrew Mason continúa diciendo: "Al final, lo más importante era asegurarnos de usar encuadres amplios, que dan esa sensación de gran película. Yo espero que haciendo una película grande, algo que realmente parezca llenar la pantalla, y con una carga de aventura también grande, la gente empezará a pensar que las historias australianas merecen algo así. Tenemos historias tan buenas como cualquier otro país del mundo, y las nuestras también deberían reflejarse en esa gran pantalla".

"Evidentemente, eso no es fácil ni barato. Recuerdo que una noche de rodaje en Hunter Valley teníamos 515.000 vatios de luces encendidas, con una grúa de 60 metros que sostenía un sistema de luces gigante de 200.000 vatios para iluminar todo aquel paisaje, porque ése es el aspecto que tienen las grandes películas. Durante toda la posproducción seguimos mejorando la película con efectos visuales y un gran trabajo de sonido, además de una banda sonora sensacional. Todas esas cosas contribuyen a la sensación de gran película... Por supuesto, todo eso no serviría de nada si a la gente no le gustaran los personajes y le entusiasmara la historia, pero creo que no nos hemos equivocado apostando tanto por estos aspectos".

Entonces, ¿hay un proyecto de segunda parte? Stuart Beattie cree que sí. "Ahora mismo estoy completamente centrado en hacer esta película y en traer a esta criatura al mundo, y cuando lo haya hecho podré pararme a pensar en hacer una continuación. Me encantaría volver a reunirme con esta gente tan fantástica, y llevar a los personajes al siguiente paso de su historia... Creo que sería una forma estupenda de pasar un par de años. Definitivamente sí, aunque pensar en eso ahora sería un poco abrumador, ¡me explotaría la cabeza! Pero los libros están ahí, las historias están ahí, y tenemos un punto de partida estupendo, así que me encantaría".


Acerca del reparto
Para el director novel Stuart Beattie, trabajar con los ocho jóvenes protagonistas de Mañana, cuando la guerra empiece ha sido una experiencia muy gratificante. "Me sorprendían todos los días con sus elecciones e ideas", dice. "Agradecía sus aportaciones, y me encantaba verles tan implicados con los personajes. Les he exigido mucho, y todos han respondido con creces a mis expectativas más ambiciosas, así que estoy infinitamente orgulloso de nuestros actores".

El director también adoptó un enfoque original para estrechar lazos en el seno del joven elenco: "Los llevé a practicar paintball, porque pensé que les vendría bien saber lo que se siente cuando quieren darte caza. También fue bueno para ellos entenderse y mantenerse unidos como equipo frente a un enemigo común, porque ése es el tema principal de la película".

Caitlin Stasey
El primer fichaje para el reparto de Mañana, cuando la guerra empiece fue Caitlin Stasey, una australiana de diecinueve años que interpreta el personaje central de la película, Ellie Linton. "Se llevó a cabo un proceso de selección muy exhaustivo, y he tenido el privilegio de ver a jóvenes con mucho talento", recuerda el director Stuart Beattie. Para él, la decisión de quién encarnaría a Ellie en la gran pantalla fue relativamente fácil: "Caitlin reflejaba el equilibrio perfecto entre inteligencia, vulnerabilidad y fuerza que requería el personaje", explica.

"Vi una foto de Caitlin hace aproximadamente un año [antes del casting], y pensé: 'Éste es el aspecto que debería tener Ellie'", prosigue Beattie. "Finalmente, la convoqué para una audición. Un día, le pregunté a nuestra directora de casting: “¿Qué probabilidades existen de que la persona cuya foto escogiste hace un año resulte ser también la actriz perfecta?”. O era casualidad, o era intervención cósmica".

Sobre conseguir el deseado papel de Ellie, Caitlin comentó: "¡Estaba como loca! Respeto mucho al personaje de Ellie, y me siento privilegiada de interpretar un personaje tan inspirador". Beattie añade: "Fue fascinante ver a una chica tan joven que se expresaba tan bien, y fue muy refrescante leer el guión desde su perspectiva, porque Ellie es un personaje muy enigmático".

Sobre el reto de dar vida a un personaje tan conocido, Stasey comenta: "El proceso ha sido muy complicado, no sólo porque como actriz siempre debes ofrecer la mejor interpretación a quienes van a ver tu película, sino porque, al ser la adaptación de un libro, se lo debes a los que aman al personaje. Ellie es una gran heroína literaria, y yo la respeto mucho".

Sobre su personaje, añade: "Ellie se crece frente a situaciones de gran presión, es capaz de trazar un plan en cuestión de segundos y siempre se está cuestionando si ha hecho lo correcto o no, aunque la mayoría de las veces suele tener fuertes convicciones".

Rachel Hurd-Wood
Para la británica Rachel Hurd-Wood, las costas australianas no son un paisaje desconocido, sobre todo tras interpretar a Wendy en 2002 en Peter Pan: La gran aventura, una superproducción con personajes reales del director P. J. Hogan que se rodó en la Costa de Oro australiana. Fue precisamente en esa época cuando Hurd-Wood conoció la serie de libros de John Marsden. "Había oído hablar del libro [Mañana, cuando la guerra empiece], pero no lo leí hasta que estuve en Australia rodando Peter Pan, y me enamoré de la historia y de sus personajes. Ha sido apasionante rodar una película contemporánea de acción y tener la oportunidad de trabajar con [el guionista y director] Stuart Beattie y con un reparto australiano tan extraordinario para dar vida a uno de mis personajes favoritos de estos libros".

Para Hurd-Wood, uno de los principales retos de interpretar a Corrie fue adquirir un acento australiano convincente: "Tuve una logopeda, Melissa [Bruder], que era fantástica, tenía mucha paciencia conmigo cuando me equivocaba. Creo que, aunque en mi cabeza sonaba bien, a veces mi acento era demasiado británico, pero lo hice lo mejor que pude, y, aunque fue difícil, con la ayuda y el apoyo de todos ¡creo que ha quedado bastante aceptable!".

Sobre su personaje, Corrie, comenta: "Creo que, desde el comienzo, su meta es tener una vida muy segura. En el libro se habla de que quiere viajar y trabajar en el extranjero y cosas así, pero creo que, al principio de la película, se ve casándose con Kevin, porque ella ya tiene una idea de cómo va a ser su vida: va a vivir siempre en Wirrawee, y Ellie y Kevin van a estar siempre en su vida. Y entonces todo cambia, y tiene que enfrentarse a situaciones y a personas que cambian".

Lincoln Lewis
Lincoln Lewis, que interpretó a Geoff Campbell en la serie "Home and Away", de la cadena estadounidense Channel 7, afirma que éste es el papel de sus sueños. "Soy un gran fan de los libros", afirma. "Mi hermano y yo nos retábamos a ver quién se los leía antes. Siempre he soñado con que hicieran una película sobre ellos".

Lewis recuerda que se presentó al casting por accidente. "Mi novia tenía una prueba y yo no sabía para qué era... Sólo me ofrecí a acompañarla para ayudarle con el guión. Cuando descubrí de qué se trataba, por poco me da algo. Soy un gran admirador de Mañana, cuando la guerra empiece. Llamé a mi agente a las 9 de la noche y le dije: “Oye, siento llamarte así, pero por favor, consígueme una prueba para esta película, ¡cueste lo que cueste!”. Unos dos días más tarde me hicieron una prueba, y al día siguiente me llamaron, ¡y el resto ya lo sabéis!"

Para el papel de Kevin, era importante que Lewis creara un vínculo con Rachel Hurd-Wood, su novia en la pantalla. "Los productores nos sugirieron que tuviéramos una cita de verdad, pero desde el momento en que Rachel y yo nos conocimos, hicimos muy buenas migas. Es una actriz fantástica, y no necesita ningún empujón para meterse en el papel".

Sobre su personaje, Lewis comenta: "Kevin está muy contento con su vida. No quiere irse del pueblo, quiere crecer allí, y casarse con su novia del instituto. No tiene grandes planes de futuro, y le gustan las cosas como están, por lo que, en mi opinión, es el que resulta más afectado por la situación. Creo que Kevin intenta hacerse el duro, pero que en realidad es el que más se acobarda. Al principio todos lo admiran, pero luego le pierden el respeto, y desde entonces siente que tiene que recuperarlo de alguna manera".

Phoebe Tonkin
Phoebe Tonkin, la elegida para interpretar el personaje de Fiona Maxwell ("Fi" para los amigos), es conocida por los telespectadores por su papel de la sirena Cleo en la exitosísima serie de televisión "H2O", que se emite en más de 120 canales del mundo. En 2008, Phoebe fue candidata a un premio del Instituto de Cine Australiano (AFI) a la mejor actriz de una serie de televisión por su trabajo en la segunda temporada de "H20", todo un logro para una actriz de una serie juvenil producida en Australia.

Tras leer el primer libro de la serie Tomorrow, Tonkin se presentó al casting. "Mi agencia me envió el guión, y el proceso de casting fue muy largo. Hice cuatro pruebas, ¡hasta me presenté a la del personaje de Robyn!", recuerda Tonkin. El director, Stuart Beattie, añade: "Phoebe es una joven actriz con un gran talento, tiene una presencia etérea y una gracia innata, como su personaje".

Pero lo que más preocupaba a Tonkin era decepcionar a los más fervientes admiradores de la serie Tomorrow, debido a la falta de parecido físico entre ella y el personaje de Fiona: "En el libro Fiona es rubia, y mi pelo y mis cejas son oscuros. Tuvieron que aclararme el pelo y maquillarme la piel más pálida para que me pareciera a la descripción del libro. Sé que no se puede complacer a todo el mundo, pero me esforcé por interpretarla lo más fielmente posible a cómo John Marsden la había descrito".

Sobre su personaje, Tonkin añade: "Al principio es un poco pija e ingenua... Creo que es el personaje que más cambia a lo largo de la película. Empieza preocupándose por qué esmalte de uñas va a ponerse, y acaba usando explosivos. Me ha encantado interpretarla, porque aunque por fuera se la ve muy segura y dulce, tiene un lado oscuro: su madre le ha inculcado algunas ideas un tanto extrañas sobre la belleza y por eso, mientras los demás la ven como una chica segura, en realidad es muy insegura y duda mucho de sí misma".

Deniz Akdeniz
Al igual que la mayoría de sus compañeros de reparto, Deniz Akdeniz era fan de la serie de libros antes de que su adaptación al cine fuera siquiera una posibilidad. "Llevo leyendo los libros desde que tenía 12 años. Incluso recuerdo haberle dicho a un amigo hace dos años que podría hacerse una película fantástica. Entonces me enteré de que iban a convocar un casting, y de que todo el mundo estaba loco por participar. Fui a las pruebas un viernes, y me dieron el papel al martes siguiente... Me considero muy afortunado, porque llegué al proceso del casting en el último momento".

Para Akdeniz, la propia magnitud de la película es algo que sorprenderá a los espectadores. "Es sencillamente inmensa: ver todo cobrar vida, con esos decorados espectaculares, ha sido increíble. Había una grúa enorme que iluminaba por la noche para que pareciera de día y que era tan impactante como las explosiones de la película. Recuerdo que estábamos allí sentados una noche en que íbamos a volar una motosegadora y yo pensé: “¿En qué voy a trabajar después de haber hecho saltar objetos por los aires y pasármelo así de bien?”. Para ser mi primera película, me lo he pasado genial, no podía haber tenido más suerte. ¿Qué más podía pedir?"

Sobre su personaje, Homer, comenta: "Al principio es un poco payaso, le gusta hacer el ganso y no se toma nada demasiado en serio, pero a lo largo de la historia se vuelve más responsable. Ha cometido algunos delitos menores, y todo eso resulta siendo útil cuando más tarde tiene que robar coches y cosas así. Empieza a responsabilizarse, y ése es un gran cambio para él. Realmente da la cara, y es uno de los que convencen al grupo para que salga a luchar".

Ashleigh Cummings
La actriz Ashleigh Cummings, relativamente novel, interpreta el papel de Robyn Mathers, un chica muy religiosa y tenaz. Tras algunos papeles secundarios, como en la serie "Home & Away" o el largometraje Razzle Dazzle, Ashleigh depuró sus aptitudes interpretativas en Los Ángeles y en los prestigiosos estudios Brent Street de Sídney.

Para Cummings, conseguir un papel en esta película ha sido un sueño hecho realidad: "Estaba en el instituto y mi agente me dejó un mensaje en el contestador diciendo que tenía una prueba. Nada más oír la palabra "mañana" me puse a gritar, porque supe que se refería a Mañana, cuando la guerra empiece. Es una historia con la que he crecido, y una serie de libros de la que siempre he estado enamorada. Antes de leer el guión estaba muy nerviosa, porque eran mis libros favoritos y me costaba distanciarme de ellos, pero cuando lo leí me quedé encantada y muy agradecida por el trabajo tan magnífico que ha hecho Stuart". El director y guionista, Stuart Beattie, comenta: "Ashleigh es una fuente inagotable de ideas y energía, y ha sabido reflejar el corazón y la fuerza interior de Robyn a la perfección".

Como buena fan de los libros, Cummings emprendió una exhaustiva labor de preparación para el papel: "Volví a leerme el primer libro, y básicamente lo que hice fue reescribirlo desde la perspectiva de Robyn, escribir un diario. Eso me ayudó a fusionar el guión con el libro. También leí la Biblia, no de cabo a rabo, pero sí los versículos más importantes. Y escuché un montón de música religiosa, y fui a la iglesia para empaparme de la espiritualidad de Robyn".

Acerca de su personaje, Robyn explica: "Es una persona religiosa, la típica niña buena. Es bastante inflexible y firme en sus convicciones, muy tradicional y con unos principios morales muy rectos, y a medida que avanza la película se ve empujada hasta el límite".

Chris Pang
La oportunidad de participar en la adaptación al cine de Mañana, cuando la guerra empiece fue suficiente para que el actor y artista marcial Chris Pang, de veintidós años, volviera a Australia desde su nuevo hogar en Hong Kong. Pang, que ha aprendido a tocar el piano para interpretar a su personaje, Lee, explica: "Estudié la novela Mañana, cuando la guerra empiece en el colegio, y siempre he pensado que John Marsden es un escritor brillante. Uno de los temas que más me gustan del libro es la idea de unos adolescentes que son libres de sus padres, algo con lo que sueñan la mayoría de los adolescentes, y de cómo manejan esa libertad".

Deseando formar parte del proyecto, Pang se puso manos a la obra para asegurarse una audición. "Mi profesor de interpretación envió un email en el que nos informaba sobre las pruebas. Yo sabía que había un chico asiático en el libro, y que al final se queda con la chica, y pensé: “¡Tengo que conseguir que me hagan una prueba!”. Me enteré de quiénes eran los productores y les escribí desde Hong Kong, donde llevaba un año viviendo. Ellos me contestaron y me pidieron que me grabara haciendo la prueba y que les mandara la grabación. Al final, me pidieron que viniera a Sídney para conocerme en persona... Y poco después, mientras estaba en una playa de Tailandia, recibí la noticia de que había conseguido el papel".

Acerca de su personaje, Pang comenta: "Lee es una buena persona, tiene mucho que ofrecer, pero no se le da la posibilidad de hacerlo. Es un chico que sólo habla cuando piensa que tiene algo que aportar. La gente lo ve como a un asiático más, pero a él no le gusta, y quiere salirse de ese encasillamiento que le constriñe, y ahí es de donde saca su carácter. Vive justo encima del restaurante tailandés en el que trabaja ayudando a su familia, y además tiene que cuidar de sus hermanos y practicar piano... y eso no le deja tiempo libre para divertirse con la gente del instituto o entablar amistades. Ellie, sin embargo, ve algo más en él, aunque no sabe muy bien qué es, y esa relación se va explorando a lo largo de toda la película".

Andrew Ryan
Andrew Ryan, de veintiún años, conocido por su papel en la telecomedia "The Jesters", se inspiró en la novela para conseguir el papel del solitario Chris: acudió a las pruebas metido en el papel. "Entré en la sala siendo Chris", recuerda. "Era la primera vez que hacía algo así, porque estaba cansado de que no me dieran ningún papel. Me preguntaron qué había estado haciendo últimamente y les dije que me había tomado la semana libre debido a la gripe porcina... pensé que eso sería lo que haría Chris. Antes de irme, les expliqué por qué había actuado así... ¡y parece que funcionó, porque me dieron el papel!"

A Ryan también le sorprendió la forma que tuvo de animarle el director Stuart Beattie cuando se acercaba el momento de rodar un monólogo importante de Chris. "El día anterior al gran monólogo, que era mi mayor contribución a la película, Stuart me dio una carta de Russell Crowe, al que había pedido que me escribiera. Leí la carta de mi héroe diciéndome que había oído hablar de mí y que tenía muchas ganas de ver la película, y deseándome buena suerte. Fue muy impactante... no tenía palabras. Me senté y pensé en que aquello era una pasada, algo alucinante. ¡Me parece increíble que él hiciera eso!"

Sobre su personaje, Ryan comenta: "Chris es un elemento de cuidado. Le gusta hacer un poco el gamberro, cosas ilegales, es un poco golfo. Algunos creen que es muy inteligente, y otros que es muy idiota. Pero él va a lo suyo. En la película, sus padres están en el extranjero, por lo que no tiene que rendir cuentas a nadie, y recuerda un poco a aquello de “cuidado con lo que deseas”, porque él siempre ha deseado estar solo con un buen montón de marihuana para fumar. Pero cuando la guerra se desata, se da cuenta de que tiene que responsabilizarse y hacer algo, aunque al principio todo ese caos le da subidón".