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Dirigida por Daniel Espinosa
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Dirige EL INVITADO el guionista y director de Dinero fácil, DANIEL ESPINOSA, que ha rodado la película en Sudáfrica, París y Washington DC. El guionista del thriller de acción es DAVID GUGGENHEIM. Produce la película SCOTT STUBER (Todo incluido, La sombra del reino, el próximo estreno Battleship) a través de su productora Bluegrass Films.

El equipo técnico está compuesto, entre otros, por premiados especialistas como OLIVER WOOD (El mito de Bourne, El ultimátum de Bourne); el montador RICHARD PEARSON (United 93, Quantum of Solace); la oscarizada diseñadora de producción BRIGITTE BROCH (Moulin Rouge!, 21 gramos); la diseñadora de vestuario SUSAN MATHESON (The Town, Luces de viernes noche), y el compositor RAMIN DJAWADI (Iron Man, Furia de titanes).

SCOTT AVERSANO (School of Rock/Escuela de rock), Denzel Washington, ADAM MERIMS (El espía/Breach), ALEXA FAIGEN (Todo incluido), TREVOR MACY (Los extraños) y MARC D. EVANS (el próximo estreno The Raven) son los productores ejecutivos.


En busca de un refugio: El comienzo de EL INVITADO
El productor Scott Stuber reconoce que el guión de David Guggenheim despertó su curiosidad al poco de empezar a leerlo. La historia había llamado la atención de la industria, y el productor compró el guión unos meses antes de que acabara en la "lista negra" de los mejores guiones en circulación aún sin producir. "En mi trabajo, se lee mucho material, artículos, libros, guiones, y a veces se descubre una pepita de oro que puede convertirse en una película", dice. "Lo mejor del guión de David es que desde la primera página era una película. Se veía la película, los personajes, todo, y tuvimos la suerte de poder hacernos con él".

No era el primer guión que escribía David Guggenheim, pero no había vendido ninguno hasta entonces. "Trabajé para la revista US Weekly durante unos diez años", dice, "y llevaba doce años escribiendo guiones. Se habían interesado por varios, pero siempre pasaba algo que impedía la venta. EL INVITADO fue el primero que vendí, y pasé directamente de la redacción de la revista al rodaje de la película en un año".

Sigue diciendo: "Mi intención fue escribir una historia de espías que me apeteciera ver. Siempre se habla de pisos francos, pero un piso franco nunca ha sido el punto de partida de un guión. Imaginé a alguien que cuida de ese piso y a partir de ahí me vino la idea de unir a un novato idealista con un veterano cínico. En cierta forma, puede describirse como una road movie, ya que intentan llegar desde un punto A a un punto B, ir de un piso franco a otro. Los dos personajes tienen puntos de vista totalmente opuestos y están en momentos muy diferentes de sus carreras".

Scott Stuber pensó que era un acercamiento dinámico y diferente a lo que suele verse. "Es un thriller de acción, desde luego", explica, "pero me interesaba el enfrentamiento entre el novato y el pistolero. El personaje de Tobin Frost era multidimensional, construido a base de muchas capas alrededor de un alma oscura. Ya no tiene ideales ni país, es cínico porque cree que el mundo lo es, ya no sigue las reglas".

"Y del otro lado está Matt Weston, un hombre convencido de que el mundo es bueno y justo", sigue diciendo el productor. "Pero durante el viaje, comprende que no es así. Cuando uno madura, se da cuenta de que, sea cual sea el camino escogido, hay cosas injustas. Se trata de decidir si es razón suficiente para perder el alma, la credibilidad y el honor. La película plantea la pregunta de si Matt podrá terminar el viaje y mantener su integridad y humanidad".

Scott Stuber sabía que un thriller de espionaje basado en personajes necesitaba un director capaz de controlar la acción y los matices más personales. El productor había visto Dinero fácil, del cineasta sueco Daniel Espinosa, y le había entusiasmado. "La naturaleza cinética de la película es muy atractiva", dice. "Daniel rodó con un presupuesto pequeño, pero me conquistó. Parecía una película mucho más grande. Al conocer a Daniel, descubrí que es un hombre inteligente, comunicativo, de mundo, que habla varios idiomas. Habló de los personajes, de la ambientación, y estaba convencido de que la historia era lo más importante. Es un fanático del cine y los actores le adoran".

Daniel Espinosa explica qué le atrajo de EL INVITADO: "Procedo del cine de arte y ensayo europeo. Dirigir Dinero fácil fue todo un reto. Quería ver la forma en que mi interés por los personajes y la trama encajaría en una película con mucho ritmo. Por eso buscaba algo con un viaje arquetípico y también con mucha acción. El guión de EL INVITADO me recordó mucho a Sin perdón, con el viejo luchador que sabe que el mundo está podrido y el joven pistolero convencido de que su ideal romántico acabará por vencer".

El director añade que le gustó la narrativa lineal de David Guggenheim: "Empieza con un hecho, un poco como si el hombre más buscado entrara en una comisaría. No me interesa saber qué le ha traído hasta aquí, sino qué hay ahí fuera para obligarle a entrar. Mientras les persiguen, nace un vínculo entre los dos personajes. No se trata de amistad, más bien de una relación mentor/protegido, preso/poli".

Daniel Espinosa estaba de acuerdo en dirigir la película, pero dejó muy claro desde el principio que no debía confundirse el ritmo con la historia: "Es una película de acción y de espionaje, pero no creo que baste para contar una historia. Para conseguir una buena historia, hace falta seguir el recorrido de los personajes. El ritmo de la película es trepidante, pero la base sigue siendo un dilema arquetípico – Caín y Abel – con el que el público puede identificarse. Efectivamente, es un thriller de acción, pero deja patente que aún existen idealistas en este mundo".

Hablando de sus motivaciones, Daniel Espinosa acaba diciendo: "Esta película me ha dado la oportunidad de conocer a algunos de los grandes talentos de la industria y de trabajar con ellos. Para un joven realizador sueco es algo extraordinario".


Más de un enemigo: El reparto del thriller de acción
A la hora de escoger el reparto de EL INVITADO, Scott Stuber y Daniel Espinosa quisieron evitar cualquier obviedad. "La acción por sí sola, sin un buen personaje detrás, aburre", dice el productor. "Buscamos actores capaces de meterse en la piel de personajes complejos y comunicar sus sentimientos al público".

El productor y el realizador no tardaron en decidir que Denzel Washington era perfecto para dar vida a Tobin Frost, el traidor más notorio de la CIA. Se reunieron con el actor, que entonces actuaba en la obra "Fences" en Broadway, para ofrecerle el papel. Scott Stuber recuerda: "Al final de la comida, Denzel se levantó y dijo: ‘Vale, lo hacemos’. Pero ¿iba a hablar con su agente, era seguro? Así que llamé a su agente y me dijo: ‘Acabo de hablar con Denzel, hace la película’. Fue uno de los grandes momentos de mi vida".

El actor disponía de algo de tiempo durante la preproducción y trabajó con el director y el productor para pulir el personaje de un agente de la CIA que lleva nueve años vendiendo secretos estadounidenses. Denzel Washington explica por qué quiso encarnar a un hombre buscado por traición en el mundo entero: "Había visto Dinero fácil y sabía que Daniel Espinosa tenía un estilo muy particular, es una película diferente, me interesó. Luego, Daniel y yo desarrollamos el personaje. EL INVITADO ha sido una oportunidad para volver a trabajar como antes, y me metí de lleno en el personaje y la historia".

Mientras se preparaba para el papel, el actor entró en "modalidad de inmersión". "No quise documentarme mucho acerca de la CIA porque Tobin Frost ya no pertenece a la Agencia", explica. "El exagente odia todo lo referente a la CIA y preferí descubrir su lado más oscuro. Scott me dio unos libros y entre ellos estaba The Sociopath Next Door, que se convirtió en mi referencia para desarrollar el personaje. Siempre he pensado que Tobin es un sociópata. Es un calificativo que implica violencia, pero la mayoría de sociópatas no son violentos, solo quieren manipular y ganar. Es un magnífico mentiroso, un gran manipulador, el hombre perfecto para la CIA".

Los cineastas supieron apreciar la ética profesional del actor: "Denzel es un maestro", dice Daniel Espinosa. "Se esfuerza más que cualquier otro actor que he conocido. Se documentó muchísimo y pasó casi medio año estudiando el personaje antes de empezar a rodar. Una vez en el plató, daba igual cuál fuera la situación, se metía dentro de su personaje".

A continuación, los cineastas empezaron a buscar al actor que daría vida a Matt Weston, el agente encargado de "cuidar" a Tobin Frost. En opinión de Daniel Espinosa, el contraste entre los dos hombres y la evolución del joven agente hacen que la historia sea diferente: "Matt es un hombre que sueña con muchas cosas. Cree poder tener una relación con su novia, una vida casi normal y a la vez llegar a agente superior de la CIA. Se agarra a la idea de que se puede ser una persona fuerte, ética y moralmente, incluso en su profesión. Para él no hay zonas grises, pero Frost ha dejado todo eso hace mucho tiempo".

No tardaron en descubrir que Ryan Reynolds era el actor ideal para encarnar a Matt Weston. "Lo importante era encontrar a un actor capaz de estar a la altura de Denzel", dice Scott Stuber. "Hacía tiempo que conocía a Ryan y estaba convencido de que podía aceptar el reto; es más, lo estaba deseando".

El actor explica por qué quería unirse al equipo: "En primer lugar, la historia me apasionó. Y me apetecía trabajar con Daniel, un realizador original e impredecible, nunca había trabajado con alguien como él. Es una especie de matón increíblemente sabio, intuitivo e intelectual. Puede meterse en una bronca de primera en un bar, pero si se habla de un libro, lo más probable es que lo haya leído. Además, estaba la oportunidad de trabajar con Denzel. Sabía que aprendería mucho a su lado".

También le atrajo la dualidad del personaje. Su tapadera es que trabaja para el sistema sanitario. "Me fascinó el hecho de que mi personaje viviera una completa mentira. Se miente a sí mismo y a todos los demás, incluso a las personas que ama; al final eso acaba por pasarle factura".

Ryan Reynolds explica la transformación de su personaje: "El crecimiento de Matt es muy discutible; incluso podría decirse que es una regresión. Empieza a recurrir a acciones que antes le repugnaban. Es fácil pensar que Frost afectará a Matt y le hará salirse del camino trazado. El agente aprovecha para explicarle al novato lo que es realmente la CIA y las operaciones negras que controla la Agencia. Matt se siente turbado y se da cuenta de que podría hacer algo así en el futuro. No sé si madura, pero desde luego, cambia".

Denzel Washington solo tiene buenas palabras para el trabajo de Ryan Reynolds: "Ryan es un muy buen actor y no le asusta el trabajo duro. Había una buena química entre los dos. Además, tiene una inocencia innata que le hacía perfecto para el papel".

Una vez escogidos los dos protagonistas de EL INVITADO, quedaba encontrar a un grupo de actores versátiles para los papeles secundarios. "Llenamos la delegación sudafricana de la CIA con increíbles talentos de la talla de Vera Farmiga, Sam Shepard, Brendan Gleeson, Liam Cunningham y Robert Patrick", dice Scott Stuber. "Fares Fares y Joel Kinnaman aportan su peculiar faceta, además de haber trabajado con Daniel en otra ocasión. El multifacético Rubén Blades tiene un papel maravilloso que sirve de contrapunto al personaje de Denzel. Finalmente, Nora Arnezeder, una joven actriz parisina, aporta una fuerte carga emotiva a Ana, la novia de Matt".

Desde su papel en 2006 en Infiltrados, Vera Farmiga se ha convertido en una de las actrices favoritas del cine y la televisión. La actriz habla de su personaje: "Acabo de rodar dos películas en las que mis personajes empezaron siendo hombres, Código fuente y EL INVITADO, donde soy la jefa de la sección africana de la CIA. Al principio solo se llamaba Linklater; añadieron Catherine cuando me dieron el papel". Y sigue diciendo: "La vida está repleta de zonas grises. No se reduce a buenos y malos, la humanidad está compuesta por una mezcla maravillosa. Es justamente lo que me atrajo de la historia, la idea de que no hay buenos ni malos".

Otro agente de la CIA es David Barlow, el jefe directo de Matt Weston, para el que los cineastas escogieron al genial actor irlandés Brendan Gleeson. Hablando de su papel, dice: "Siempre ha sido un agente en activo, dirigiendo operaciones, pero le han asignado a un puesto en una oficina desde donde debe controlarlo todo y no le gusta. Además, Barlow tiene métodos muy particulares para resolver los problemas. Me apetecía meterme en la cabeza de este hombre que no se limita a ser un patriota. Es alguien muy práctico que soluciona lo que surge sin preocuparse mucho del método".

El supervisor de Barlow es Sam Shepard. Su personaje, el director adjunto de operaciones Harlan Whitford, es un auténtico hombre de la CIA, cuya ejemplar trayectoria sobre el terreno le ha llevado a un puesto de alto nivel. El actor dice: "Daniel me cayó bien enseguida, nada más sentarnos y empezar a hablar. Y ya que Denzel no suele equivocarse a la hora de elegir, pensé que me vendría bien".

Del otro lado de la ley, está el exrevolucionario Carlos Villar. Para el papel del ahora falsificador, los cineastas se inclinaron por Rubén Blades. Denzel Washington explica que sugirió al actor y cantante para el papel: "Daniel se entusiasmó con la idea. Rubén aporta riqueza cultural al papel".

Nadie conoce tan bien a Tobin Frost como Carlos Villar. "Es un falsificador, no se sabe qué ha hecho en el pasado, y quizá sea mejor no saberlo", explica Rubén Blades. "Pero tiene una familia a la que protege. Es de esos hombres que un día descubrió tener más pasado que futuro y decidió disfrutar del tiempo que le quedaba sin por eso dejar de falsificar documentos. Su familia es muy importante para él".

Carlos Villar vive en el barrio (township) de Langa, situado en los extrarradios de Ciudad del Cabo, un legado del apartheid. Para Villar es un santuario, y Tobin Frost busca refugio en la casa de su amigo, aunque no podrá quedarse mucho tiempo allí.

El gran amor de Matt Weston es Ana Moreau, una médica francesa que trabaja en Ciudad del Cabo, interpretada por la actriz Nora Arnezeder. Scott Stuber habla del papel que Ana tiene en el mundo de Matt: "Al principio, Matt es un agente novato que intenta ascender en la Agencia. Está enamorado de Ana y se esfuerza en compaginar sus dos vidas, pero no siempre se puede vivir en una mentira. Ryan y Nora fueron capaces de aportar una dimensión coherente y emotiva a la relación".

Robert Patrick es el actor que encarna al agente superior de inteligencia Daniel Kiefer. "Hay una escena en la que Denzel es interrogado por un agente de la CIA", explica Scott Stuber. "El actor debía ser imponente para intimidar a Tobin Frost y estar a la altura de Denzel. Robert Patrick dio en el clavo, le salió redondo. Es un gran actor".

El resto del elenco incluye al actor irlandés Liam Cunningham como Alec Wade, un desilusionado agente del M16; el actor sueco Joel Kinnaman en el papel de Keller, otro "cuidador" de pisos francos, y el actor libanés Fares Fares como Emile Vargas, el brutal exparamilitar que no se detendrá ante nada con tal de deshacerse de Tobin Frost.


Los "cuidadores" profesionales: Un analista en el plató
Una de las condiciones primordiales para una película basada en el realismo de las operaciones de la CIA es la credibilidad. El director Daniel Espinosa recurrió al asesor especial LUIS FALCON, exagente de la CIA. Después de trabajar en la policía durante cinco años, Luis Falcon fue reclutado por la CIA a principios de los ochenta.

Al igual que Matt Weston, al principio de su vida profesional se le encargó el cuidado y la vigilancia de un piso franco en Latinoamérica antes de ser enviado a Europa, a Asia y a dos zonas en guerra de Oriente Próximo. Estuvo en la CIA durante 30 años y después trabajó en la empresa McClarty Associates, en Washington DC. "Teníamos diferentes tapaderas. Hice de todo, fui camello, traficante de armas y periodista".

Daniel Espinosa quería alejarse de las ideas preconcebidas para lograr una película llena de acción, pero sin abandonar nunca la realidad. Por ejemplo, el asesoramiento de Luis Falcon fue esencial para buscar un vocabulario auténtico.

"Luis era una fuente inagotable de conocimientos y fue un aliado maravilloso para la película", dice Scott Stuber. "Queríamos que todos los actores parecieran auténticos agentes de la CIA, que actuaran como lo haría un agente, que hablaran como un agente. Además de supervisar la acción y los diálogos, trabajó con el departamento artístico para diseñar el piso franco y otros decorados".

Daniel Espinosa está de acuerdo: "Luis fue ‘cuidador’ de pisos francos. Era muy interesante hablar de esa etapa con él, y también bastante perturbador. Yo no conocía a ningún agente de la CIA y me pareció fascinante descubrir su visión del mundo. Para hacer una película de acción en la tradición estadounidense, hace falta contar con alguien como Luis, que ofrezca un terreno sólido donde construir la acción".

Luis Falcon explica que los pisos francos no se usan solo para emergencias: "Hay de varios tipos, pueden ser apartamentos de una habitación o casas como la que se ve en EL INVITADO. Suelen escogerse para una operación específica y la regla es usarlas para un único propósito. No se mantienen operativas más de un año. Dadas las condiciones de seguridad, un piso franco tiene una vida muy corta".

El asesor reconoce que hay casos como el de Tobin Frost, pero que no abundan. "Una de las cosas más preocupantes para nosotros es que aparezca alguien como Tobin Frost", dice. "Un agente anda en la cuerda floja. Nos enseñan a mentir, a hacer trampas y a robar secretos en detrimento del enemigo. No podemos usar nuestros conocimientos para enriquecernos o manipular relaciones personales". Y añade: "Por suerte, me basta con los dedos de una mano para contar los traidores que han aparecido desde que entré en la Agencia, y la mayoría lo hizo por dinero".


Detrás de la pista: El rodaje en decorados naturales
En el guión original, la acción transcurría en Río de Janeiro, pero cuando el productor y el director hablaron de trasladar la historia a Sudáfrica, David Guggenheim accedió inmediatamente. "Me pareció una buena idea porque Ciudad del Cabo no suele verse en las películas estadounidenses", dice el guionista. "Una vez decidido el traslado, revisamos el guión para que todo ocurriera en Sudáfrica. Rodamos en el barrio de Langa, un sitio alucinante. Filmamos las escenas del estadio de fútbol en el estadio Green Point, construido para el Mundial de fútbol".

La primera unidad también rodó en París y Washington DC, mientras que la segunda unidad solo rodó en Sudáfrica.


El rodaje en Ciudad del Cabo
Vista desde el aire, Ciudad del Cabo parece un modelo de ciudad perfecta, con el espectacular Monte Table de telón de fondo. El equipo descubrió que, además, es un crisol de lo más cosmopolita. "La ciudad está compuesta por múltiples estratos sociales", explica Daniel Espinosa. "Me pareció una maravillosa oportunidad de poder seguir a nuestros personajes durante su recorrido a través de esta ciudad".

Una de las razones por la que los cineastas escogieron Ciudad del Cabo, aparte de su belleza, fue porque encajaba a la perfección con los requerimientos del guión. "Weston es el "cuidador" de un piso franco en un lugar alejado", explica Scott Stuber. "En Europa o Latinoamérica, donde la presencia de la CIA es importante, estaría rodeado de agentes. Ciudad del Cabo, además de estar alejada de los caminos trillados, ofrece unas vistas únicas con sus rascacielos recortados contra la montaña Table y un centro cortado por autopistas. Es un lugar de una belleza extraordinaria, rodeado de mar, montañas, con una vegetación muy especial".

Denzel Washington está de acuerdo: "Rodar en los barrios de las afueras aporta algo totalmente diferente, muy auténtico. Ciudad del Cabo es maravillosa por su diversidad". No era la primera vez que el actor venía a esta zona del continente africano. "Rodé en Zimbabue, Zambia y Mozambique hace 25 años para Grita libertad, de Universal".

La diseñadora de producción Brigitte Broch dice: "Me quedé impresionada durante mi primera visita para localizar decorados, es una ciudad increíble. En realidad, no es muy grande, pero en la película la mostramos como una ciudad internacional de un tamaño respetable. Gran parte de su belleza se debe a sus habitantes. Las personas que viven en los extrarradios (townships) son muy abiertas, amables, están llenas de curiosidad. Fue un privilegio trabajar con ellas".

"Siempre me baso en las descripciones del guión y en decorados reales", sigue diciendo. "Por ejemplo, para el interior del piso franco de Matt, me inspiré en la casa que usamos para rodar los exteriores".

El equipo de localizaciones descubrió un edificio que albergó un antiguo hospital, una auténtica coincidencia para la tapadera de Matt Weston, ya que nada en el exterior del edificio indica lo que hay en el interior. Durante tres meses se construyeron los interiores de este primer piso franco en un plató improvisado en el 3 Arts Theatre, uno de los teatros más antiguos de Ciudad del Cabo.


Diseño del piso franco
Tal como indica el guión de David Guggenheim, Matt Weston trabaja para una ONG, por lo que la zona exterior o pública de la casa, la parte "no reforzada", está llena de accesorios y muebles de una antigua clínica que sirven de tapadera a la falsa organización no gubernamental. Pero dentro de la zona "reforzada", se nota enseguida que todo es ultrasecreto.

Luis Falcon dice que parte del trabajo de un agente es ser invisible. "Ya se sabe que el gobierno estadounidense nunca reconoce la presencia de agentes de la CIA en un país. Siempre se nos proporciona un motivo para estar allí. La mayoría tenemos una tapadera oficial a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, de Comercio o de Defensa", explica el exagente.

El asesor trabajó con Brigitte Broch para que el decorado del piso franco fuera realista, desde los accesorios, pasando por el mobiliario, los papeles, disfraces, hasta los suministros médicos. Se aseguró de que la diseñadora de producción entendiera perfectamente el mundo donde habita Matt Weston. No solo disponía de bolsas de sangre, sino también de un circuito cerrado de televisión, ordenadores y armas. Ambos cuidaron hasta el último detalle; por ejemplo, todos los aparatos electrónicos marcan la hora del meridiano de Greenwich, tal como exige la CIA.

Una vez terminado, el decorado sirvió de escenario para más de treinta actores y especialistas, entre los que estaban Denzel Washington, Ryan Reynolds, Robert Patrick y Fares Fares, así como para otros agentes y mercenarios durante diez días. Dado que había unos 1.500 petardos colocados en el decorado, se prohibió terminantemente el uso de móviles, walky-talkys o radios, ya que cualquier señal podía hacerlos estallar.


El estadio Green Point
Los cineastas tuvieron la suerte de obtener la autorización para filmar en el recién construido estadio Green Point, una de las sedes del Mundial 2010. Pero rodar en un estadio es complicado. Para la iluminación se necesitaron dos turbinas Condor, cuatro generadores, más todas las luces habituales del estadio. Además, se contrató a decenas de vendedores ambulantes y a miles de figurantes.

El equipo de la diseñadora de vestuario Susan Matheson se encargó de vestir a los seguidores de los dos equipos locales, el Ajax Cape Town y el Orlando Pirates, con la ropa adecuada y un peculiar sombrero, el makarapa, usado por los aficionados cuando van a un partido. La diseñadora contrató a un experto fabricante, MICHAEL SOUTER, que se encargó de fabricar cientos de makarapa para esta secuencia.

Ryan Reynolds expresa los sentimientos del resto del reparto cuando dice que "rodar en un estadio ultramoderno creó una curiosa yuxtaposición. Según donde se está, Sudáfrica es una nación moderna, y en otros lugares aparecen condiciones tercermundistas que obligan a la gente a vivir al día. Este contraste brutal aporta una riqueza visual inusitada a la película".


El barrio de Langa y los extrarradios de Ciudad del Cabo
Una de las zonas más antiguas de Ciudad del Cabo se encuentra en el barrio de Langa, donde Tobin Frost le pide documentación falsa a Carlos Villar. El coordinador de especialistas GREG POWELL explica la secuencia: "Villar entrega la documentación a Frost y en ese momento, los mercenarios de Vargas atacan la casa. El espía huye por los tejados del barrio, en su mayoría casas bajas. Tuvimos que reforzar muchos tejados para poder rodar la persecución. Es una secuencia bastante larga con muchos disparos".

Se construyó una casa de bloques de cemento en seis semanas. Los Ancianos de Langa permitieron que la casa de Villar fuera colindante con otras casas, lo que permitía una continuidad visual. Se necesitaron siete días para filmar la escena y se trabajó sobre todo de noche. Gran parte de la escena se capturó con cámaras suspendidas a una auténtica maraña de cables.

Los habitantes del barrio no solo hicieron de figurantes, también se unieron al equipo de producción como ayudantes, asesores y guardas de seguridad, entre otros trabajos. El departamento de producción se puso en contacto con los representantes del barrio cuatro meses antes del rodaje. Los Ancianos y numerosos vecinos se involucraron en todo el proceso.

Otra escena clave del thriller se rodó en otra casa segura, alejada de Ciudad del Cabo. El equipo artístico buscó un lugar que fuera totalmente opuesto a un decorado urbano y que diera la impresión de estar lejos de la ciudad. El equipo de localizaciones descubrió una granja a unos 90 minutos de Ciudad del Cabo, a la que se accedía por un camino sin asfaltar de unos 12 kilómetros. En cuanto Brigitte Broch vio la casa, supo que había encontrado lo que buscaba.

"La granja era de color amarillo y estaba en medio de unos campos casi blancos", dice la diseñadora de producción. "Con las montañas como telón de fondo, era perfecta. Además, no estaba en muy mal estado comparada a otros edificios que habíamos visto. Estas granjas fueron construidas a principios del siglo XX, y los granjeros prefieren abandonarlas y mudarse a casas más modernas". Después de redecorarla y añadir un cuarto secreto de vigilancia, el escenario estaba listo.


Acérquense con cautela: El diseño de la película
Daniel Espinosa estaba empeñado en trabajar con grandes talentos técnicos acostumbrados a rodar películas de acción, como Oliver Wood, colaborador habitual de Paul Greengrass y gran innovador. Tiene en su haber la fotografía de más de cincuenta episodios de la serie "Corrupción en Miami", de Michael Mann.

El director dice: "Me gusta el estilo hiperrealista de Oliver. Soy un gran admirador de Paul Greengrass y de Doug Liman, pero Oliver supo enseguida que yo hacía otro tipo de cine. En el trabajo, estábamos perfectamente sincronizados".

Scott Stuber habla del uso del color que hizo Daniel Espinosa durante el rodaje: "Daniel es un excelente fotógrafo, lo que le permite comprender el poder de la imagen. Quiere que la imagen sea tan buena como los actores, y usa todos los colores disponibles".

Daniel Espinosa reconoce que había otras razones: "Soy un estudioso del cine y hace tiempo que copio el trabajo de algunas personas con las que he trabajado en esta película. Por ejemplo, para la secuencia de lucha de Dinero fácil, estudiamos las películas de Bourne iluminadas por Oliver". Y añade, riendo: "También puede resultar un poco incómodo. Cuando Brigitte Broch visionó la película, se dio cuenta de que me había inspirado en la paleta de colores de 21 gramos".

La diseñadora de vestuario Susan Matheson (que había trabajado en diversas ocasiones con el director de fotografía Oliver Wood y el productor Scott Stuber) no se dejó intimidar por la ropa de brillantes colores que usan los habitantes de la Ciudad del Cabo. "Hice lo contrario de lo que suelo hacer, sobre todo en las escenas de multitud. En vez de rebajar los colores, les di más énfasis", dice. "En el estadio, todos los figurantes llevan ropa muy colorida. Durante la manifestación y en el barrio de Langa, el color del vestuario ayuda al espectador a saber que estamos en África".

Daniel Espinosa quiso trabajar con Susan Matheson después de ver The Town. La diseñadora de vestuario dice: "Me apetecía colaborar con Daniel porque es capaz de aportar una visión poética a escenas duras que se cree haber visto cientos de veces antes".

La preocupación de Daniel Espinosa por el detalle iba más allá de las maniobras militares, las armas, el diseño del piso franco, el protocolo de la CIA, incluso se ocupaba del menor giro en los diálogos y de los accesorios del vestuario. La ropa de los mercenarios debía ayudarles a fundirse con los vecinos de Ciudad del Cabo. "No solo se trata de crear un personaje interesante, sino de ayudar al actor a meterse en la piel de dicho personaje", explica la diseñadora. "En África, la gente lleva gorros de punto y sudaderas con llamativos dibujos. Decidí usar ese tipo de ropa para que el vestuario de los mercenarios fuera realista".


El peligro acecha: Especialistas, apoyo técnico y táctico
Denzel Washington y Ryan Reynolds están de acuerdo en que empezar a prepararse casi un mes antes del comienzo del rodaje fue de gran ayuda. "Hay muchos tiroteos, persecuciones en coche, luchas cuerpo a cuerpo, peleas con navajas", explica Scott Stuber. "Los actores debían entrenarse con los especialistas, aunque cada uno tenía varios dobles. Todos ensayaron la complicada coreografía durante días antes del rodaje".


Persecuciones en coche
El director no se cansa de elogiar a Greg Powell, el coordinador de especialistas que diseñó las complejas escenas de acción. "Greg es un genio", dice Daniel Espinosa. "Viene de una familia de coordinadores de especialistas y lo lleva en la sangre, su imaginación no tiene límites. Por ejemplo, teníamos un coche con el conductor (LEE MILLAM) en el techo y el actor en el interior, fingiendo conducir. Subí al coche y tuve la sensación de que nos podíamos estrellar en cualquier momento, pero era muy seguro".

Cuando Weston y Frost huyen del piso franco, el joven agente conduce un BMW último modelo con el espía en el maletero, e intenta de los hombres de Vargas. Antes de rodar la escena, los conductores se entrenaron en el circuito de Killarney para probar los derrapajes, frenazos y trombos".

Se contrató a más de cuarenta conductores procedentes del Reino Unido, Rusia, Grecia y Sudáfrica. Muchas escenas se rodaron durante los fines de semana, cuando había menos tráfico en la ciudad.


Combates cuerpo a cuerpo y con armas
Para la escena en que los mercenarios atacan el piso franco de Weston, Daniel Espinosa explica que su intención fue dar "la sensación de película bélica más que de acción". Y añade: "Cuando nos atacan con gran cantidad de disparos, dejamos de ser soldados y nos convertimos en seres humanos. Es lo que quería mostrar en estas escenas".

El coordinador de combates OLIVIER SCHNEIDER es un experto en diseñar luchas basadas en personajes realistas. El director dice: "Olivier nunca intenta demostrar lo que sabe hacer. Crea escenas de lucha que encajan perfectamente con la historia y hacen avanzar la narración. Coreografía y rueda las escenas, es asombroso. Desde luego, yo no habría sabido hacerlo mejor".

Denzel Washington está de acuerdo: "Lo pasé bien trabajando con Olivier y su equipo. Nos entrenamos durante semanas antes del rodaje. Los hombres de Olivier son muy buenos y peligrosos".

Ryan Reynolds dice: "Me gusta la forma en que Olivier coreografía las escenas de lucha, no son nada refinadas. No hay kung-fu, nadie ha enseñado a Matt a pelear. Son momentos intensos, duros, sucios, tipo ‘mata o muere’. Me parece más interesante ver a alguien defenderse como puede que la demostración de un experto".

DAN HIRST, el asesor táctico de la película, exmilitar británico y especialista profesional, trabajó en estrecha colaboración con el coordinador de especialistas Greg Powell para asegurarse de que las tácticas y las armas fueran correctas.

No todos los personajes de EL INVITADO han pasado por una academia militar. "Los agentes de la CIA han seguido un entrenamiento similar al de los miembros de las fuerzas especiales", explica Dan Hirst. "Pero los mercenarios vienen de cualquier parte del mundo y de ejércitos muy diferentes. Los africanos están acostumbrados a luchar en la selva; otros proceden de Latinoamérica, donde las tácticas son diferentes. Vargas es europeo y ha estado en sitios como Serbia, Albania y Kosovo. Ahora trabaja por su cuenta: mata y espía por dinero".

El asesor táctico recurrió a Luis Falcon para asegurarse de que hacía lo correcto en las escenas entre la CIA y los mercenarios. "Hay que usar el sentido común", dice, "y evitar las equivocaciones flagrantes que he visto en algunos casos. Lo consultaba todo con Luis y siempre nos poníamos de acuerdo, aunque es obvio que en una película se permiten ciertas licencias artísticas".

Fares Fares empezó a entrenarse con dos meses de antelación en una academia de artes marciales "para acostumbrarme a sufrir". Y añade: "Daniel me pidió que no exagerase, siempre debía ser realista. Quería que todos los personajes fueran humanos, y eso me gustó. Vargas no mata a menos que se vea obligado, y para él, no tiene nada de malo".

Los actores sabían que eran observados por muchos expertos durante las escenas. Robert Patrick habla del ataque al primer piso franco: "No paraba de pensar que debía ser tácticamente correcto. Estaba el asesor técnico y el coordinador de especialistas, yo quería quedar bien con ellos. Entonces, oigo a Daniel que me dice: ‘Quiero que el público sienta lo que estás pasando’. Se preocupa por todos los personajes, todos son importantes para él, y eso se nota en la película".