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El niño de la bicicleta cartel reducidoEl niño de la bicicleta(Le gamin au vélo)
Dirigida por Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne
¿Qué te parece la película?

Sección Oficial a Concurso. Cannes 2011.


Ficha artística
Thomas Doret - Cyril
Cécile De France - Samantha


Entrevista con Jean-Pierre y Luc Dardenne

P: ¿Cómo surgió la idea de hacer “El niño de la bicicleta”?

Luc: Era una historia que nos rondaba hace mucho tiempo. La historia de una mujer que ayuda a un chico a liberarse de la violencia que le aprisiona. La primera imagen era la de este niño, un manojo de nervios, que encuentra la paz y el sosiego gracias a otro ser humano.

Jean-Pierre: Al principio pensamos que Samantha podía ser médico pero después cambiamos de idea y decidimos que sería una peluquera con un negocio consolidado en su barrio.


P: La película es conmovedora pero sin caer en sentimentalismos.

Jean-Pierre: ¡Afortunadamente!

Luc: No queríamos dar pistas sobre lo que empuja a Samantha a interesarse por Cyril. No queríamos dar demasiadas explicaciones psicológicas. No queríamos que el pasado explicase el presente. Queríamos que el público pensara: “¡Le está ayudando!” Y eso ya es mucho.


P: Cyril no para nunca. Es infatigable.

Jean-Pierre: Sí, suele ir en bicicleta... Es un niño sin ataduras que busca el amor aunque todavía no lo sabe.


P: Sus películas suelen tratar las relaciones entre padres e hijos: “La promesa”, “El niño”, “El hijo”. ¿A qué se debe?

Luc: Todos somos hijos o hijas de alguien...

Jean-Pierre: La sociedad fomenta el individualismo. Así que es una especie de reacción y de la necesidad de recuperar la noción de vínculo. Un vínculo que no es necesariamente biológico, como ocurre con Samantha y Cyril...


P: A pesar de la historia trágica de Cyril, la película tiene un lado optimista.

Jean-Pierre: Sí, hemos intentado que fuera fluida y no demasiado enrevesada. Rodamos en verano lo que es fundamental para nosotros.


P: ¿Es difícil rodar la ternura?

Luc: La verdad es que el mal siempre resulta más atractivo (risas). Pero era muy importante que no cayéramos en una ternura edulcorada. Lo que sí queríamos reflejar con la mayor exactitud posible era ese sentimiento de apertura y de intercambio.

Jean-Pierre: Hacer una película sobre un personaje que se vuelca desinteresadamente en otra persona no nos ha ocurrido muy a menudo. Rodar en
verano nos ayudó a que la película tuviera cierto brillo y también cierta dulzura. Y Cécile de France transmite esas cualidades de forma natural.


P: No suelen trabajar con actores conocidos.

Luc: No habíamos programado nada. Nunca escribimos pensando en un actor en particular. En cuanto terminamos el guión empezamos a pensar en actrices y Cécile fue la que surgió primero. Sabíamos que con ella evitaríamos ese lado melodramático. Su cuerpo y su cara lo dicen todo. Le enseñamos el guión y aceptó inmediatamente. Nos hizo algunas preguntas sobre las motivaciones de su personaje. Le dijimos que Samantha estaba ahí en ese momento. Nada más. Y ella confió en nosotros.


P: Parece que ha redescubierto su acento belga...

Jean-Pierre: ¡Sí! Tuvimos mucho cuidado con el acento. No queríamos que la gente dijera: '¡Aquí llega la actriz francesa!' Cécile es belga, no hay que olvidar ese detalle. Creció cerca de donde se desarrolla la acción, en el valle del río Meuse. Tiene un poco de acento pero no queríamos exagerarlo.


P: ¿Cómo encontraron a Thomas Doret, el chico que interpreta a Cyril y que está en casi todas las escenas?

Jean-Pierre: Lo encontramos por la vía habitual para buscar actores de su edad: poniendo un anuncio en el periódico. Al casting se presentaron un centenar de niños. Thomas vino el primer día. Era el quinto que veíamos y enseguida supimos que era él.

Luc: Nos impresionó la expresión de sus ojos, su aspecto de niño testarudo, su actitud concentrada...

Jean-Pierre: Además tenía una capacidad asombrosa para aprenderse los diálogos. Y tenía muchísimos... Desde las primeras pruebas -que en realidad son la escena de apertura de la película- supimos que era el personaje. Comprendió de forma intuitiva en qué consistía su papel. Resultó preciso y conmovedor, pero nada melodramático.

Luc: Fue el único que estuvo las seis semanas de ensayo. ¡Así que se convirtió en una especie de líder! Se había aprendido las escenas de memoria aunque en esa fase de la película no le habíamos pedido que lo hiciera. Y cuando se equivocaba se ponía furioso. ¡Thomas es cinturón marrón de kárate! Eso le ayuda a concentrarse y a tener memoria.


P: Dos de sus actores habituales aparecen en esta película. Nos referimos a Olivier Gourmet, y Jérémie Renier, en el difícil papel del padre.

Luc: ¡Olivier se pasó por allí y tuvimos que darle algo que hacer! (risas) Le propusimos tres opciones y escogió el dueño del café que sirve las cervezas. Es una escena pequeña pero queríamos que estuviese en la película.

Jean-Pierre: El papel de Jérémie tiene más sustancia. Cuando terminó de leer el guión y descubrió su personaje nos dijo que había encontrado otro papel más bonito
para él. (risas) Pero interpreta a los buenos en películas de otra gente así que por esta vez...


P: ¿Cómo escribieron el guión? ¿Cuánto tiempo les llevó?

Jean-Pierre: Un año y unas cuantas semanas. Pero llevábamos mucho tiempo hablando del tema.

Luc: Empezamos con un personaje, una situación, y tomamos notas sobre todo lo que nos parece interesante. Después llega la estructura, luego el primer borrador, luego otro, y otro... Nos lleva meses.


P: ¿Y el rodaje?

Luc: 55 días. Con noches muy cortas. Pero nunca trabajamos después de la 1:30. Bueno, puede que alguna vez. Estábamos rodando con un niño de 13 años. Estábamos muy bien preparados. No ensayábamos mucho antes de una toma.


P: En “El niño de la bicicleta” hay una ciudad pero también un bosque que la bordea...

Luc: Para esta película imaginamos un triángulo: la ciudad, el bosque y la gasolinera. El bosque es un lugar lleno de peligros para Cyril porque ahí es donde puede aprender a convertirse en delincuente. La ciudad representa el pasado con su padre, y el presente es Samantha. La gasolinera es un lugar de transición, donde el argumento adquiere nuevos y numerosos giros.

Jean-Pierre: Queríamos construir la película como si fuera un cuento de hadas, con malos que quieren arruinar las ilusiones del chico, y donde Samantha que surge como una especie de hada. De hecho en algún momento pensamos que la película se llamase "Un cuento de hadas de nuestro tiempo".


P: Es la primera vez que utilizan música, aunque con moderación...

Luc: No solemos hacerlo en nuestras películas y tuvimos muchas dudas. En un cuento de hadas tiene que haber una evolución, con emociones y nuevos comienzos. Nos pareció que en algunos momentos la música podía tener un efecto calmante para Cyril.


P: Han vuelto a Cannes donde ya han ganado dos Palmas de Oro (por “Rosetta” en 1999 y “El niño” en 2005). ¿Qué significa el festival para ustedes?

Jean-Pierre: Es muy importante que nuestras películas estén en el festival. Es maravilloso volver a Cannes. Nos gusta ese subidón de adrenalina que sólo se experimenta en Cannes.

Luc: Nuestro cine le debe mucho al festival. Nuestra historia continúa, y por ahora no puede ser mejor...


Entrevista con Cecile de France

P: ¿Cuál fue su primera reacción al terminar de leer el guión de “El niño de la bicicleta”?

R: Los hermanos Dardenne escriben muy bien así que visualicé inmediatamente la película... La fuerza de la sencillez es lo que mejor define su trabajo. Es la historia de un chico que quiere encontrar a su padre y no necesita muchas explicaciones. La intensidad es subterránea, está sugerida. El cine de los dos hermanos no nos da lecciones, no ofrece interpretaciones en blanco y negro, ni hace chantaje emocional. Y el guión reflejaba perfectamente esa filosofía. Me encantó.


P: ¿Qué le dijeron los hermanos Dardenne del personaje de Samantha?

R: No les gustan las explicaciones psicológicas. Samantha es benevolente, resplandeciente, ¡pero los hermanos Dardenne me dejaron muy claro que no tenía que pasarme con el azúcar! Me dijeron que esta película era una especie de cuento de hadas moderno y que mi trabajo consistía en representar a una mujer que es una mezcla de fuerza y dulzura y cuyas motivaciones permanecen ocultas. Al principio, Cyril no se siente muy atraído por Samantha sino más bien por la posibilidad que le ofrece de encontrar a su padre. Cyril es el verdadero protagonista. Samantha está a su servicio. Y yo tengo que estar al servicio de la historia.


P: ¿Es frustrante?

R: ¡Para nada! ¡Me encanta estar al servicio de la historia! Además me gustó mucho dejar de lado ciertos hábitos de los actores. Tuve que olvidarme de mi ego. De todas formas, con los hermanos Dardenne tienes que dejar de lado todas esas tonterías. ¡Olvidarte de la sacrosanta ''interpretación del actor'! Los belgas tienen una actitud de rechazo hacia el glamour. Dicen “¡No al star system!”, “¡Lo que cuenta es la historia!”. Y a mí me gusta.


P: ¿Hace tiempo que quería trabajar con ellos?

R: La verdad es que sí. Me gusta la forma en la que muestran la vida real y nuestra sociedad. ¡Los hermanos Dardenne simbolizan Bélgica! Ruedan en nuestro país y lo hacen con gran sutileza. Me sentí muy honrada cuando me invitaron a su mundo. Cuanto más excepcional es el mundo del director, más me enriquece.


P: ¿Le sirvió el mes de preparación que tuvo antes del rodaje?

R: ¡Muchísimo! Los actores siempre quieren defender sus personajes, sacarles el máximo provecho. Yo hubiera hecho que el personaje de Samantha fuera más dulce. En los ensayos los hermanos Dardenne me ayudaron a controlar el lado maternal. Tenía que ser más neutral... y eso lleva mucho trabajo. Ensayamos durante más de un mes en los platos reales, con el vestuario de la película. No tiene comparación con el tipo de lecturas a las que estoy acostumbrada. A los hermanos Dardenne les gusta buscar y se toman su tiempo. Y me encantó.


P: ¿Cómo fue trabajar con Thomas Doret, que sólo tiene 13 años?

R: Los hermanos Dardenne son excelentes y consiguen que todos se sientan iguales. Nunca me sentí como la "actriz experimentada". Thomas pasó más tiempo que yo ensayando así que iba por delante de mí. Él era nuevo en esto y eso le daba cierta ventaja. Logró comprender la espontaneidad del personaje mucho antes que yo. No tenía que olvidarse de sus experiencias anteriores.


P: ¿Esta experiencia ha cambiado su forma de ver el cine?

R: He aprendido a contenerme. Quiero seguir creando e inventando, pero aprender a no desbordarme ha sido una experiencia muy enriquecedora.


P: Vuelve a estar en la lista de películas en competición del Festival de Cannes...

R: La primera vez fue en 2006 con “El cantante” de Xavier Giannoli. Tengo muy buenos recuerdos de esa pantalla gigante, del ambiente... Me siento muy orgullosa de volver a Cannes con “El niño de la bicicleta” que es parte del género cinematográfico que más me gusta. Una película que nos ayuda a comprender el mundo en que vivimos es un auténtico regalo.