Sección Zabaltegi- Perlas de otros festivales - Festival de Cine de San Sebastián 2011.
Unas palabras de Aki Kaurismäki
El cine europeo no ha dedicado mucho tiempo a la creciente cuestión económica, política y, sobre todo, moral nacida a partir de la nunca resuelta crisis de los refugiados; unos refugiados que intentan entrar en Europa desde fuera y a los que se trata de manera irregular, y a menudo reprobable.
No tengo una solución para el problema, pero quería enfrentarme al tema en esta película nada realista.
Entrevista con Aki Kaurismäki (por Christine Masson)
P: ¿Cómo surgió la idea de EL HAVRE? ¿Se debe a la terrible situación por la que pasan las personas que dejan sus países de origen? ¿O simplemente le apetecía rodar otra película en Francia?
R: La idea me vino hace unos años, pero no sabía dónde rodar la película. En realidad, la historia podría transcurrir en cualquier país de Europa, excepto en el Vaticano, o quizá allí más que en ningún otro sitio. Por lógica, habría debido rodar en Grecia, Italia o España porque son los tres países donde la presión es mayor. Recorrí toda la costa desde Génova a Holanda, y descubrí lo que quería en la ciudad del blues, el soul y el rocknroll, en El Havre.
P: El lema de Francia es Libertad, igualdad, fraternidad. Pero me parece que de las tres palabras, solo se quedó con fraternidad.
R: Las otras dos siempre han sido demasiado optimistas. Pero la fraternidad se encuentra en cualquier parte, incluso en Francia.
P: La fraternidad existente entre los habitantes del barrio de pescadores de El Havre salva al chico, pero ya no existe en la vida real, ¿verdad?
R: Espero que exista, o si no, ya estamos viviendo en la sociedad de hormigas de que solía hablar Ingmar Bergman.
P: Tengo la sensación de que cuanto más violento se hace el mundo, más crece su fe en el ser humano. ¿Se ha vuelto desesperadamente optimista?
R: Siempre me ha gustado más la versión del cuento en la que Caperucita Roja se come al lobo, pero en la vida real prefiero los lobos a los pálidos hombres de Wall Street.
P: ¿Habló con emigrantes para escribir el guión?
R: En esta ocasión no, pero en otras, desde luego.
P: Ha escogido a un adolescente africano para simbolizar la emigración. ¿Considera a la juventud un símbolo de esperanza?
R: No hay símbolos en el cine que hago, pero en general confío en los jóvenes más de lo que suele hacer la gente de mi edad, y eso tampoco es mucho. Pero confié sin la menor duda en Blondin Miguel, el actor que interpreta al chico.
P: En esta película, ha ampliado su familia de actores. Está Jean-Pierre Darroussin, por ejemplo. Pero se tiene la sensación de que siempre ha formado parte de la familia.
R: Claro, siempre estaba, pero hasta ahora no le había dejado trabajar delante de la cámara. Se dedicaba a recoger, limpiar, esas cosas
P: ¿Fue un reto dirigir a actores franceses?
R: Únicamente un privilegio.
P: Al igual que en La vida de bohemia, parece buscar la Francia eterna e incambiable de posguerra, de los años cincuenta. ¿Siente nostalgia por esa época?
R: No, pero soy lento. La arquitectura moderna me hace daño a los ojos. Aunque los años setenta ya empiezan a parecerme elegantes
de vez en cuando. Por suerte siempre hay un ayer.
P: ¿Pasa lo mismo con algunas de sus referencias cinematográficas, Robert Bresson, Jean Becker, Jean-Pierre Melville, Jacques Tati, René Clair, Marcel Carné? Parece que hay un trocito de cada uno en sus películas.
R: Eso espero, porque yo no he aportado nada
Estudié algunas de las películas de Marcel Carné, pero no podía robar mucho sin saltar del cuento de hadas seudorealista al melodrama totalmente serio.
P: También hace trabajar en la película a un cantante francés, Little Bob. ¿Es una auténtica referencia musical para usted?
R: El Havre es como el Memphis, Tennessee, francés, y Little Bob, también llamado Roberto Piazza, es el Elvis de este reino mientras Johnny Hallyday se quede en París, e incluso si se desplazara, la lucha valdría la pena.
P: ¿Consiguió con EL HAVRE hacer la película que tenía en mente?
R: Más o menos, espero.
Críticas
THE HOLLYWOOD REPORTER Kirk Honeycutt
Esta película no toma partido ni aporta soluciones para el problema de los refugiados al que el mundo actual se enfrenta. El director y guionista se limita a dar un abrazo lleno de cariño y de ternura a los desarraigados. EL HAVRE ofrece un refugio mágico del mundo real, un albergue cinematográfico de la vida real donde basta con tener buenas intenciones.
VARIETY LESLIE FELPERIN
EL HAVRE es un placer ininterrumpido que mezcla a la perfección las notas taciturnas y alegres con una habilidad digna de lo mejor de Kaurismäki.
SCREEN INTERNATIONAL Jonathan Romney
Juntos, André Wilms y Jean-Pierre Darroussin aportan las notas más frescas al mundo de Kaurismäki. El momento en que Darroussin entra en un bar con una piña en la mano no tiene precio y es digno del mejor Tati.
La película encuentra un delicado equilibrio entre unos exteriores pertenecientes al mundo real e interiores rodados en plató.
El manejo del anacronismo sigue tan brillante como siempre, y la conocida actitud del director hacia la modernidad se hace patente cuando el único personaje que tiene un móvil es el malo de la película.
Ficha artística
Marcel Marx - André Wilms
Arletty - Katy Outinen
Monet - Jean-Pierre Darroussin
Idrissa - Blondin Miguel
Claire - Elina Salo
Yvette - Evelyne Didi
Chang - Quoc-Dung Nguyen
Laïka - Laïka
Tendero - François Monnié
Little Bob - Roberto Piazza
Doctor Becker - Pierre Étaix
Delator - Jean-Pierre Léaud