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Trance cartel reducidoTranceDirigida por Danny Boyle
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1.Los antecedentes
"Después de Slumdog Millionaire, el productor Christian Colson y yo andábamos buscando una nueva obra que realizar juntos y yo le dije que había un par de ideas hacia las que siempre me había sentido atraído: la historia de Aron Ralston –que se transformó en 127 Horas– y un disparatado thriller llamado Trance", dice el director Danny Boyle.

"Siempre me dio la sensación de ser un material perfecto para el escritor John Hodge, con quien yo había trabajado en Trainspotting y Tumba Abierta. Christian pudo resolver el problema de los derechos y contratamos a John para que trabajase en el guión mientras nosotros realizábamos 127 Horas".

"Para mí estaba claro", afirma Hodge, "que la ambición de Danny para la película era la de llevar el relato hasta los extremos del comportamiento humano a través de estos tres personajes –personajes que demuestran un deseo y una conducta violenta llevados hasta el extremo, así como un ansia de supervivencia y una codicia desesperados–. Todos cuantos trabajamos con Danny sabemos que él quiere llevar sus ideas tan lejos como sea posible y eso es muy emocionante para un escritor".

Evitando la atmósfera distante y hermética de muchos thrillers clásicos del cine negro, a Boyle le entusiasmaba introducir lo que él denomina "una carga emocional" en la película, así como modernizar y renovar el concepto tradicional de mujer fatal. Aunque comienza ostensiblemente como una película de atracos, rápidamente se transforma en algo más psicodélico, más fluido y menos fiable.

"Yo quería tratar de poner al día el concepto del género negro, pero no deseaba crear algo que remitiera mucho a ello ni, evidentemente, que se le pareciese. Yo quería ocupar ese mundo, aunque haciéndolo en un contexto realmente moderno", afirma. "Cuando hablo de ponerlo al día, también me refiero al aspecto emocional. No hay nada de lo que echar mano; no hay sistemas; no existe cadena de mando ni tampoco estructuras relacionadas ni de apoyo para ningún personaje", asegura Boyle. "Todos están lisa y llanamente solos. Ésa es la razón por la que este tipo de películas está siempre vinculado al crimen, porque siempre giran en torno a actuar sin más recursos que los propios, al margen de la ley".

"Lo que queríamos hacer era que los personajes anduvieran en una especie de incertidumbre constante en lo referente a cuál era la verdad", explica Hodge. "Los tres personajes tienen que confiar casi exclusivamente en lo que otros dicen o hacen para entender lo que está pasando. Y, naturalmente, todo cuanto los otros dicen o hacen es, en gran medida, una mentira, una manipulación o indigno de confianza de alguna manera. Así, los protagonistas están atrapados en un rompecabezas creado por ellos mismos. El reto que se les plantea –y el entretenimiento que se ofrece al público— consiste en tratar de resolver ese rompecabezas".

Entre 2009 y 2011 Boyle, Hodge y Colson sometieron al guión a un minucioso e intenso proceso de desarrollo. En el verano de 2011 disponían de la financiación gracias a Fox Searchlight y Pathé, y el equipo estaba listo para empezar a hablar con actores.


2.Los actores
"Tiene tres papeles estupendos y eso siempre está muy bien en una película", dice Boyle. "Recuerdo eso desde Tumba Abierta, una de las películas que hice con John; tres papeles fantásticos en los que los actores luchan para ver quién está en el centro de la película. Es excelente disponer de la atractiva dinámica de este triángulo, ya que permite jugar con la duda de qué personaje es el central del relato. La película empieza, evidentemente, como la historia de Simon pero al final se ha convertido en algo más propio de Franck –y, naturalmente, Elizabeth ejerce su propia y fuerte atracción gravitatoria–".

James McAvoy (Simon)
Los papeles de protagonista de James McAvoy le han colocado a la cabeza de X-Men, a la derecha de IdiAmin en El Último Rey de Escocia, y en el corazón de la Cecilia interpretada por KeiraKnightley en Expiación. Más Allá de la Pasión.

McAvoy se sintió al instante atraído por el papel. "La primera vez que leí el guión, me encandiló completamente esta endiablada película psicológica de atracos que rebasa los límites del género", dice, riéndose. "Recuerdo que el guión era muy difícil y complicado. Cuando fui a someterme a una prueba para Danny, estuvo inigualable. Rara vez me han dirigido en una prueba de una forma tan interesante. Fue simplemente un verdadero placer. Y si me hubiera ido sin conseguir el trabajo, aun así habría disfrutado de verdad y valorado el tiempo que pasé con él porque fue una fantástica sesión de trabajo. Eso hizo que me muriera por conseguir el papel. Por suerte para mí, me telefoneó y me dijo: '¿Te gustaría hacerlo?'. Cada día de rodaje ha sido así: consistía simplemente en descubrir el guión, que es magnífico, audaz y supone un desafío para el intérprete".

"Creo que cada película que Danny ha realizado ha sido siempre atrevida y audaz, y no creo que él perciba que el género tenga límite alguno. De modo que si se halla dentro de un género, se empeña en forzar sus límites –digámoslo así– y en ocasiones, en traspasarlos adentrándose también en géneros diferentes. Y con Anthony (DodMantle, Director de Fotografía) a su lado, uno y otro reúnen una cantidad estrambótica de energía, y ambos son también entusiastas y verdaderamente generosos con esa energía, de modo que andar por los alrededores de esta pareja acaba siendo casi infeccioso. Algunas veces uno se sienta a pensar: '¿Va a salir bien? ¿Acaso es demasiado?' Después, naturalmente, no lo es. Lo que al cabo hace que Danny también se ponga en marcha es que dice: 'Sí, podría ser demasiando pero si no lo rodamos nunca lo sabremos'".

Habla Boyle: "Yo siempre pensé que él podría ser un poco joven para el papel, pero, en realidad, cuando nos conocimos y hablamos, resultó muy interesante porque el papel le hace parecer mayor. La forma como se transformó en el personaje fue verdaderamente fantástica, y mientras estábamos rodando le dije: Pareces mayor de como te había visto antes en la pantalla. No es éste un cumplido que los actores agradezcan a menudo. ¡Siempre es un arma de doble filo! Les gusta ser refinados y crecer pero no parecer mayores. Yo también quería que actuara con su acento escocés natural porque verdaderamente me encanta el modo de hablar de los escoceses. Me dice él que eso es algo que le piden que haga con poca frecuencia. Así que fue fantástico que James y Vincent utilizaran su acento natural. No sé si sabe que yo tengo una gran experiencia con acentos –EwanMcGregor, Cillian Murphy, James McAvoy…–. No sé a qué se debe. ¡Quizá es que tengo algo contra los actores ingleses! Toda mi familia es oriunda de Irlanda y, evidentemente, tuve la ventaja de trabajar en Escocia con un grupo de asombrosos actores escoceses en mis primeras dos películas. No hay duda de que eso me dejó marcado. De todas formas, soy un incondicional de James McAvoy, que realiza un trabajo maravilloso. Su papel es muy complicado porque nunca sabemos con certeza dónde está su conciencia".

El guionista John Hodge afirma: "Creo que es justo decir que Simon es probablemente el más complejo de los tres personajes; sin duda lo es desde el punto de vista del público. Al comienzo, Simon parece ser una víctima y opino que, probablemente al final de la historia, nuestra opinión se inclinaría más hacia la culpabilidad. Es un hombre presa de una obsesión, de una especie de obsesión física y sexual. También, en un momento dado, se ha convertido en ludópata. De modo que estas dos facetas de su personaje no son muy compatibles con la personalidad de un respetable subastador de clase media. Estas dos características son las que le arrastran a un mundo de comportamiento muy siniestro y destructivo".

Vincent Cassel (Franck)
VincentCassel es considerado por muchos el primer hijo de Francia y a lo largo de los últimos 20 años ha sido la estrella de algunas de las películas más aplaudidas de su país, como El Odio, Mesrine e Irreversible.

"Lo que me gustó de la película fue que comenzara como algo normal. Es esa especie de película que, llegados a la página 25 del guión, se transforma en algo completamente distinto. Rebasa los límites de los géneros. Realmente juega contigo", asegura Cassel. "No queda muy claro quién es el bueno y quién es el malo. Al principio, podríamos pensar una cosa que luego se convierte en otra y, más adelante, al final, es algo absolutamente distinto. Los personajes evolucionan. Cuando juzgamos a alguien, nos han pillado. De repente, nos damos cuenta de que quizá nos apresuramos un poco y que la cosa no era exactamente lo que pensábamos que era".

"Este tipo es un actor tan bueno como el mejor que podamos encontrar en este planeta", dice Boyle. "También hay que recordar que, aunque habla inglés muy bien, salta a la vista que el diálogo no se desarrolla en su propio idioma, lo que en cierta medida supone una limitación para él. Pero viéndole actuar nos olvidamos de ese inconveniente. Es raro encontrar un actor como él".

Boyle recuerda un momento durante la producción cuando el equipo técnico había ocupado el hueco de una escalera de un apartamento de South Kensington durante la tarde. "Los habitantes de uno de los apartamentos, por pura casualidad, eran una familia francesa que vivía en Londres. Tenían hijos pequeños que se sentaban en las escaleras, en pijama, para verle actuar. Recuerdo que pensé que era un momento maravilloso, porque estaban viendo a una de las leyendas de la interpretación francesa. Estamos hablando del equivalente francés de Marlon Brando o de Laurence Olivier".

"Si tiene un buen guión y cuenta con un buen director, el actor tiene mucho menos que hacer", dice Cassel. "Cuando el guión está bien escrito, tu diálogo es bueno, no hace falta reinventarlo; sólo hay que aprenderse el diálogo y cuando uno sabe que el director es el que manda –lo que sin duda ocurre en el caso de Danny– rara vez hay que ponerlo en duda. Él siempre prueba material nuevo. Lo divertido es que él realiza un tipo de cine muy moderno pero, al mismo tiempo, procede del mundo teatral, por lo que su relación con la interpretación y con los actores, incluso con el guión, es muy orgánica".

"Lo otro que he advertido en él es que su forma de dirigir es siempre muy visual y original e incluso barroca. Pero nunca lo hace sólo para conseguir un determinado estilo. Siempre tiene un significado. El marco puede ser diferente y moderno, pero siempre cuenta una historia".

La forma como Hodge capta el personaje de Cassel transmite una sensación de cómo él y Boyle trabajaron para añadir profundidad a Franck y llegar a comprenderlo bien. "Superficialmente, Franck es un gánster bastante sencillo, pero creo que lentamente nos es revelado como alguien francamente más humano; posiblemente como un personaje al que hasta podríamos comprender", dice. "A lo largo de la historia, descubre algo de sí mismo, que consiste en que él es algo más que el gángster que él mismo había dado por sentado".

La formación de la banda de Franck fue también un proceso para alejar a los personajes de la idea que el público tiene de ellos. Boyle y Hodge quisieron evitar el perfil habitual del gánster londinense de hoy en día.

"Hay muchas facetas del género que ya han sido exploradas. Necesitábamos una banda, pero no queríamos imitar a GuyRitchie ni hacer una copia de Brighton Rock", asegura Boyle. "Queríamos apartarnos de eso, por lo que una de las premisas básicas de la confección del reparto era tratar de romper ese patrón. Y una de las formas como lo logramos fue elegir a un tipo que aportara un nuevo aire. Si trabajara en una película francesa, creo que Cassel resultaría demasiado conocido como gánster. Opino que el propio Vincent lo reconocería debido a su trabajo en Mesrine y en otras películas. Pero, naturalmente, en nuestro contexto, era perfecto".

"Me siento muy orgulloso de mi banda. Creo que son unos tipos verdaderamente fríos", dice Cassel riéndose.

Rosario Dawson (Elizabeth)
Estrella de Sin City, Siete Almas y Una Mala Jugada, Rosario Dawson ha trabajado a las órdenes de muchos de los principales directores del mundo, desde Spike Lee y Quentin Tarantino, pasando por el difunto Tony Scott, hasta Chris Columbus. "Siempre tuve en mente a Rosario para el papel", dice Boyle. "Siempre había querido trabajar con ella. Nos conocimos hace unos seis o siete años para realizar una película en los EE. UU. El proyecto quedó en nada pero siempre creí que ella era asombrosa. No me dará las gracias por decirlo pero todo lo que he visto en ella me hace pensar que no ha sido utilizada al máximo; no creo que su talento de actriz haya sido explotado del todo".

"Nunca había interpretado a nadie que remotamente se pareciera a ella", dice Dawson de su personaje, Elizabeth Lamb. "He interpretado a personajes que supuestamente a nadie le gustan y me he esforzado por dotarles de un lado humano para que el público, al abandonar la sala, pueda recordarlos. En Una Mala Jugada, quienes me veían decían: ‘Pues, mire. En esa película, yo la odiaba; al final, no obstante, la comprendí"’.

"Pero Elizabeth es completamente distinta porque se lo guarda todo. Sólo nos da pistas de sus emociones cuando yo hago algo con mi pelo para mostrar su comedimiento; o cuando se suelta el pelo, porque se lo suelta de verdad. Logramos ver una faceta distinta de ella. Es algo sutil; algo que queda completamente sin expresar. Daba, pues, la sensación de ser una maravillosa presencia entre estos dos tipos".

Dice Boyle: "Uno hace un montón de películas y cuenta en ellas con grandes mujeres, pero básicamente giran en torno a los hombres: EwanMcGregor o Cillian Murphy o DevPatel; James Franco o Leonardo DiCaprio. Así que lo que me gustó de ésta es que había una mujer justamente en medio de la acción, capaz de actuar independientemente".

Boyle pensó inicialmente en ambientar la película en Nueva York y encargar a una actriz inglesa el papel de Elizabeth antes de lanzar la idea de la extranjera en Londres y transformar al personaje en norteamericano.

"Yo siempre quise que Elizabeth proviniera de fuera de una comunidad, que fuera una intrusa, y eso es muy importante para el relato: que ella no tenga a nadie a quien recurrir; ese sentimiento de aislamiento", explica Boyle. "El género negro tiene algo extraño; es parecido a una ampolla que estuviera sellada; todo está bajo llave en su interior. No hay un auténtico mundo exterior con el que uno pueda, así, de repente, conectar, por lo que ella no puede, de pronto, contar con una madre o una hermana a la que confiarse. Por ello queríamos a alguien que tuviera una presencia que impusiese: habilidad con las palabras e independencia; una cualidad de autosuficiencia".

Dawson investigó la profesión de su personaje asistiendo a clases de hipnosis y estudió minuciosamente libros de hipnoterapia y psicología. Poder observar la dinámica entre terapeuta y paciente brindó a Dawson la ocasión de moldear lo que iba a ser una gran parte de su papel; el aire de calma y superioridad de una experta hipnoterapeuta, capaz de llevar a cabo sesiones de gran profundidad con Simon, el personaje de McAvoy. "Me reuní con un par de hipnoterapeutas. Fui hipnotizada", dice. "También contábamos con un hipnotizador que nos visitaba cuando estábamos ensayando para que todos los demás pudieran pasar por esa experiencia. Cada persona que conocí irradiaba esa confianza que no se ve en cualquier profesión", observa. "Aun cuando los enfoques eran completamente diferentes, todos ellos tenían esa confianza total".

Comenta John Hodge: "Creo que Elizabeth es, sin duda, alguien que ha pasado por una época difícil y está decidida a no repetir la experiencia, por lo que emplea toda su habilidad y su talento para manipular a los hombres a fin de conseguir algún tipo de victoria".

Del director Danny Boyle, Dawson dice que "con sus niveles de energía Danny es como un volcán". "Es hermoso ver la pasión con que se toma esto. Nunca se sienta, nunca deja de moverse, moverse, moverse. Y no importaba el frío que tuviéramos ni que trabajásemos seis días a la semana ni que hiciéramos horas extra; lo que fuese, daba igual. La energía siempre estaba a tope y se podía ver el brillo en los ojos de todos, diciendo: '¡Quiero ver esta película!'".


3.La realización de Trance
En el verano de 2011, el guión estaba listo, el elenco formado y la financiación conseguida. Sin embargo, quedó claro que habría algunos problemas inhabituales de calendario. Danny Boyle ya estaba comprometido para dirigir la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos de Londres en julio de 2012: una gigantesca empresa en la que ya llevaba algún tiempo trabajando y que exigiría su exclusiva atención durante la primera parte de 2012. Aunque Boyle habría tenido tiempo de rodar Trance en el otoño de 2011, no lo habría habido para completar el montaje de la película, la grabación de la música, la mezcla de sonido y obtener la calificación antes de los Juegos Olímpicos.

Boyle recuerda que pensó: "Si todo lo que hacemos durante 2 años son las Olimpiadas, nos volveremos locos; nos convertiremos en miembros del comité. Hay que mantenerse en primera línea y tuvimos la suficiente fortuna de que el COI nos concediera un par de periodos sabáticos –yo ya me había comprometido a realizar Frankenstein en el Teatro Nacional en 2010 y nos agarramos a la ocasión de realizar Trance en 2011–. ¡Ambos proyectos dan una idea de cómo puede florecer nuestro lado oscuro cuando durante el día nuestro trabajo consiste en ensalzar a la nación!"

Colson, el productor, observa: "Podíamos habernos limitado a esperar y rodar la película después de las Olimpiadas". "Pero cuando uno está listo, está listo: teníamos nuestro guión, nuestro reparto y nuestro dinero, y cuando todo está organizado de esa manera, hace falta estar loco para poner en ámbar un semáforo que está en verde. La pausa era una pesadilla para los financiadores porque el dinero estaría inmovilizado durante más tiempo; y lo mismo para los aseguradores porque había un mayor riesgo de que personas clave fueran atropelladas por un autobús; y, además, suponía un riesgo creativo porque normalmente uno quiere que el impulso creador que genera durante el rodaje llegue directamente hasta el montaje. Pero todo nos salió verdaderamente bien; y separar el rodaje del montaje nos dio una perspectiva del relato que en condiciones normales nunca habríamos conseguido y que, probablemente, nunca se repetirá".

La Fotografía Principal dio comienzo en septiembre de 2011 en los Estudios Three Mills y en varios exteriores londinenses. Boyle se reencontró con muchos de sus colaboradores creativos clave de películas anteriores.

Diseño de Vestuario
SuttiratLarlarb ha trabajado con Danny Boyle.

Esto es lo que dice sobre Trance: "Es un mundo muy masculino, por lo que siendo Elizabeth esencialmente la única mujer de la película, toda la dinámica hombre-mujer resulta muy interesante. Trance brinda una forma diferente de contemplar a una mujer que está al mando. En cuanto al personaje, suponía un reto. No queríamos que se moviera por la película como una vampiresa. No queríamos pintarla de una forma que la convirtiese en una especie de cliché".

"Por su profesión y por su papel de hipnoterapeuta en la película, investigué bastante sobre qué sería lo que haría que un posible paciente se relajara para así poder abrirse a esta terapia. Parte de ello es la ropa que lleva la terapeuta, que ha de ser totalmente discreta, que no desconcentre, y además, neutra, para que no contenga nada que distraiga al paciente de la terapia".

"Y, con todo eso, nos encontramos a Rosario Dawson, que es, en esencia, una mujer explosiva. Fue todo un reto quitarle atractivo hasta el extremo de que sea posible creer que los personajes pueden aceptar su pericia y no caer bajo su embrujo".

Que los dos principales personajes masculinos fuesen tan peculiares supuso que el enfoque de Larlarb tuviera que ser señaladamente distinto para cada uno de ellos. "El personaje de Vincent, Franck, por ejemplo, es francés, muy tranquilo y refinado, y es también el tipo de hombre que, habiendo encontrado la camisa que le gustara, encargaría media docena confeccionadas en un tejido exactamente idéntico, y eso se convertiría en su uniforme", explica la diseñadora. "No quiere pensar en ello. Fue divertido encontrar para él esas piezas elementales que, esencialmente, nos limitamos a mezclar y combinar durante toda la película. Creo que tiene unos 15 ó 18 cambios de ropa y, aunque todas las prendas son diferentes, todas ellas forman parte de un mismo fondo de armario".

Larlarb quería describir al personaje de McAvoy como alguien que quisiera ascender en la escala social en el puesto de trabajo. "Tenía que poseer un sentido de querer ser reconocido como alguien más importante, así como contar con un guardarropa que transmitiera sus aspiraciones", afirma.

"Lo que en mi opinión hace que una película sea de Danny Boyle es su intensísima naturaleza visual. Pero creo que si descomponemos los elementos visuales de todas sus películas, el resultado no es que todo tenga un aspecto de diseño superestilizado; es, en realidad, la música, el ritmo, el montaje y todo. Así que todos nosotros contribuimos, basándonos en conversaciones que hemos mantenido con él y conservando lo que, esperamos, constituya la sinceridad de su concepto, de modo que la energía y la parte visual de ello provengan de la unión de todo, más que de un mero desfile de la moda actual que pueda asfixiar a los personajes".

Fotografía
Unidos al concepto de Boyle sobre la apariencia y las sensaciones de la película, estaban el ojo y la premiada habilidad de su antiguo colaborador, el Director de Fotografía (DDF) Anthony DodMantle, ganador de un Oscar®.

"Éste es mi trabajo número seis, o cifra parecida, con Danny", dice el fotógrafo. "Ya tenemos un método. Habitualmente hay unas pocas palabras, emociones o puntos clave que discutimos antes de que empiece el rodaje. En 127 Horas, por ejemplo, todo giraba en torno al polvo, la sequedad y a meterle a uno en la prisión en la que se encontraba James Franco. ¡Todo en Slumdog, por otra parte, se centraba en salir corriendo!".

"Fuimos a ver muchos posibles exteriores. Nos pateamos Londres hasta casi desgastar el pavimento, y fue allí donde la mayor parte de la preparación clave se llevó a cabo. Cada película que hacemos tiene una gama de colores o un alfabeto distintos. En ese sentido, ésta no es diferente. Tuvimos que meternos en esta idea de ‘trance’, pero no queríamos ser excesivamente específicos ni explicar demasiado aquello de lo que se trata o significa trance porque queríamos que la película desarrollara la definición".

"Es divertido porque nos reunimos en esta película unas pocas semanas antes. Él la llamó una peliculita, algo desternillante porque Danny llama a todas sus películas ‘peliculitas’ –supongo que lo dice en comparación con la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos, que imagino que fue una locura–".

La búsqueda del cambio de percepción por parte de Boyle se manifiesta no sólo a través del diálogo y las acciones de sus actores, sino también en las imágenes y en los ambientes en los que los personajes son colocados. Tanto DodMantle como el Diseñador de Producción Mark Tildesley facilitaron al director una amplia selección de opciones e ideas para jugar con la percepción del público.

"Rodamos mucho a través de vidrio o de plexiglás doblado para que sólo el primer par de imágenes resultasen ligeramente extrañas", explica Tildesley. "Es algo difícil de hacer porque, en realidad, lo que uno quiere lograr es hacerlo sutilmente en vez de decir: 'Alguien está en trance'. Queríamos que el público viera el mundo real ligeramente deformado, retorcido o extraño, pero de una forma que proclame a los cuatro vientos que está ocurriendo algo".

Boyle quería sugerir que la ciudad en la que está ambientado el relato pudiera ser cualquier ciudad europea importante y no fuese necesariamente representada como el Londres quintaesenciado.

"Me encanta rodar en Londres y siempre trato de hacerlo parecer nuevo, si me es posible, y de elegir exteriores que resulten un poco sorprendentes", dice Boyle sobre el proceso de elección de exteriores. "Es una ciudad que está cambiando muchísimo; especialmente, en la parte oriental. Pero no desempeña en esta película un gran papel, a diferencia de lo que hizo en 28 Días Después en la que era un elemento destacado al principio de la película. Anthony y yo siempre tratamos de hacer algo diferente. Nuestro enfoque fue ahora más clásico que el estilo arriesgado de 127 Horas o Slumdog."

Diseño de Producción
El productor Christian Colson afirma: "Mark Tildesley, nuestro diseñador de producción, realizó un trabajo simplemente fabuloso dando vida a nuestros exteriores y también a nuestros decorados, para transmitir una sensación muy deprimida y propia del cine negro a esta ciudad en la que suceden cosas malas. Evidentemente la iluminación de Anthony también es fundamental para crear todo eso, de modo que nos unimos para conseguir no sólo una apariencia, sino también un ambiente".

Trabajar con Boyle y DodMantle en Trance fue una experiencia tan retadora como gratificante para Tildesley.

"Danny quería divertirse mucho con ello, hacerlo ágil y entretenido y jugar con la idea de confundir al espectador, haciendo que no estuviera del todo seguro de si estaba viendo o no el interior de la mente de alguna otra persona en estado parecido al de trance", explica Tildesley sobre la elección de exteriores. "También quería evitar que fuera simplemente una película muy londinense. Quería convertirla en un mundo cuya contemplación fuera muy interesante. Nos dirigimos hacia el Este alejándonos del centro de Londres –del Muelle de los Canarios hacia las Dársenas de Tilbury–. Hay allí mucho territorio que el cine no ha mostrado. Nos apartamos de cualquier cosa que fuera convencional o aburrida".

Encontraron el apartamento de Simon en ElektronTowers, al Este de Londres, un edificio recién construido de pisos para ejecutivos que domina el Támesis y el muelle de los Canarios.

"Fue una elección poco corriente", reconoce Tildesley. "No es un lugar especialmente bello pero es categóricamente distinto y algo que no se ve muy a menudo. El guión especifica que Simon vive en una casa de ciudad de Londres, pero Danny dijo: 'No. Pongámosle en un lugar interesante que goce de una vista asombrosa sobre el Muelle de los Canarios, la curva del río y el O2'. Así que buscamos tan extraordinarios lugares".

"Lo pone todo patas arriba", asegura Tildesley sobre Boyle. "Uno cree que va en una dirección con algo y viene él y le da la vuelta completamente a la idea, y uno piensa: "‘¡Qué raro!"’. Después, discurriendo, dice: "‘¡Anda! A decir verdad, es fantástico’". El mundo de Elizabeth, por ejemplo, es Harley Street, es el superclásico de Harley Street. Así que pensamos que a ella le va muy bien, y que no es sólo una consulta de chicha y nabo que ella pase en su casa. Está en lo alto, pero dentro de su mundo no hay mucha vida. Cuando llegamos a su casa, ésta es muy poco corriente porque no hay fotos de nadie: ni familia ni amigos. Ella está rodeada de algo ligeramente extraño, con su leve toque de David Lynch. Danny quería que nos esforzáramos de veras para encontrar algo, un forma elegante de representar a Elizabeth. Logramos este pasillo de material acrílico amarillo, que es extraordinario. Es interesante que el amarillo, aunque en Asia es considerado el símbolo de la nobleza y la virtud, en Occidente también se percibe como un color representativo de la traición y la duplicidad".

Sonido
Inseparable de la idea que Boyle tenía de Trance era la importancia del sonido y la voz. Lo que el equipo había descubierto en el curso de sus investigaciones era que el timbre de la voz de un terapeuta era un elemento básico para llevar al paciente al terreno de la hipnosis. Era una faceta del proceso de realización que planteó un reto a todo el equipo de producción, pues exigía habilidad y paciencia.

Danny Boyle explica el razonamiento que le llevó a centrarse tan singularmente en la grabación de sonidos: "Es francamente raro en una película que las palabras se transformen en el vocabulario visual del relato pero yo le expliqué a Simon Hayes, nuestro Grabador de Sonido, que tenía que ser obsesivo y crear un espacio perfecto, herméticamente sellado en el que los personajes pudieran maniobrar el uno alrededor del otro sin poder recurrir a nada que no fueran ellos mismos".

"Queríamos crear un paisaje acústico que estuviera dentro de esa burbuja. La grabación de Simon es de tal calibre que yo he podido poner cualquier cosa en dicho paisaje. Tenemos una hermosa voz que lo recorre y podemos poner lo que queramos en él; podemos añadir cualquier clase de elemento. Nunca había hecho poner tanto detalle en la voz, pero es algo muy importante en la película".

Colson reconoce que el equipo se vio sometido a enorme presión para captar el sonido en el decorado de forma tan precisa como fuera posible. "La historia hace gran hincapié en la fuerza de la voz humana", explica. "Era un elemento que necesitábamos captar, aislar y recalcar con gran precisión ya que una de las formas como la hipnosis consigue sus efectos es por medio del lenguaje. Es una forma de lo que es conocido como programación neuro-lingüística, la manera de formular ciertas preguntas, el modo como el lenguaje que uno utiliza comienza a afectar al oyente a fin de ser de utilidad al profesional".

Simon Hayes, el Grabador de Sonido de la película conocía, por su primer encuentro con el director antes de que la producción diera comienzo, que el trabajo sería intensivo. "Cuando Danny, Christian y Bernie se dirigieron a mí para hablar de la realización del proyecto, me dejaron claro desde el principio que exigía un gran trabajo para el sonido; especialísimamente, el diálogo de la producción. Hablamos sobre el timbre de las voces; lo que Danny quería verdaderamente conseguir era un sonido rico, amplio e hipnótico, en especial en las secuencias de trance. En tales escenas, era verdaderamente importante poner el micrófono muy cerca. A menudo estaba, literalmente, en el borde del fotograma. El departamento de cámaras, y de forma muy importante el director de fotografía, fueron muy amables con nosotros. Nos permitieron colocar el micrófono literalmente a un centímetro del borde del fotograma. Tal y como ellos dicen, estábamos bailando con el diablo en cada toma".

Montaje
El director Danny Boyle es lo que el montador Jon Harris describe como alguien "locamente ocupado" durante el rodaje, así que el montador recoge el metraje tal y como llega desde el primer día y rápida y eficientemente comienza a interpretarlo a su manera, viéndolo como lo haría cualquier miembro del público para entender la estructura, el ritmo y la dirección. No es la primera vez que los dos han trabajado juntos. Harris montó 127 Horas, lo que le valió una candidatura al Oscar® en 2010.

En cuanto al proceso de montaje, Harris dice lo siguiente de Boyle: "Le gusta verse sorprendido por mi interpretación. No le gusta ser lo que él llama un "intervencionista". Acude una vez a la semana para ver cómo avanza la forma del montaje pero hasta el final del rodaje no nos sentamos y vemos todo juntos para empezar a hablar del montaje. Desde ese momento, vemos la película dos veces y mantenemos una larga discusión sobre ella".

"En cierta medida, él rueda como si se tratase de un documental", dice Harris. "Se asegura de conseguir tantas tomas como sea posible y, luego, puede reducirlas a las mejores para la escena. Incluso si alguna de las tomas pudiera, al cabo, no servir, aspira a enfocar la escena de una forma tan variada como pueda. Entonces, todo se reduce a la forma como yo responda al material. Danny busca energía, por lo que no le asusta correr riesgos al rodar con tal de hallar los elementos generados por la pura innovación. Eso significa que tenemos mucho material con el que jugar y, en última instancia, explica por qué acabamos rodando durante dos meses pero montando durante seis".

Con tres personajes impactantes peleándose para llevar al público en cualquier dirección en cualquier momento, Harris tiene que decidir cómo hallar el equilibrio. Es un proceso que va descubriendo a medida que va trabajando con el material. "No creo que sea un secreto sugerir que la mayoría de los actores, si no todos ellos, pretenden hallar simpatía en su personaje, incluso si están interpretando a alguien que es malvado. Así que comenzamos a ver al ser humano que se esconde detrás de las acciones, la posible razón por la que alguien está realizando un acto destructivo. Sin duda, con Trance, hemos visto a algunos de los personajes pasar a primer plano durante el montaje".

"Pero cuando se consigue la información más interesante es cuando se somete a la película a la prueba del público. La proyectamos y evaluamos la reacción de los espectadores, que es fundamental. Cada vez que se exhibe cambia pero la existencia de corrientes de consistencia supone que podemos centrarnos en destacar determinados aspectos".

"Es como los ingredientes de un pastel", dice. "Para lograr el éxito, son necesarios tantos ingredientes adecuados como sea posible. Si no se incluye un ingrediente, todo se echa a perder. De modo que nuestro enfoque de la fluctuación entre lo que se considera realidad y lo que, supuestamente, es un momento en el que el público se mete en el Trance, por ejemplo, consistía en disponer de varias versiones diferentes –algunas claramente diferenciadas y otras más ambiguas–. Es un proceso de avance y retroceso para hallar los ingredientes que mantiene la incertidumbre de los espectadores".

Música
El director Danny Boyle se dirigió a su antiguo colaborador Rick Smith –famoso miembro del conjunto "Underworld"– a principios de septiembre después de haber pasado los meses anteriores trabajando juntos en la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos. Los dos habían colaborado anteriormente en La Playa; en la producción teatral de Frankenstein dirigida por Boyle y candidata al premio Olivier, y, con extraordinario éxito, en Trainspotting, cuyo tema "BornSlippy" se convirtió en un contumaz himno del mundo de los clubes de mediados a finales de los noventa, después de su éxito como parte de la banda sonora de la película.

"Me envió un divertido SMS después del final de las Olimpiadas", recuerda Smith. "Decía algo así: 'Es probable que nunca quieras volver a trabajar conmigo después de la experiencia por la que has pasado pero, ¿estarías interesado en trabajar en Trance?'. Hemos trabajado juntos durante 20 años de forma intermitente, por lo que conozco a Danny tan bien como cualquiera. No fue difícil decir 'Sí'".

Smith vió inmediatamente un fragmento de la película a principios de septiembre de 2012 y comenzó a confeccionar el tejido musical de la película. No es el único colaborador del director que reconoce que a Boyle le encanta que los que trabajan con él le ofrezcan algo inesperado. "Verdaderamente desea ser sorprendido. Eso es una bendición para un socio creativo. Yo no tenía conocimiento del guión ni de la película durante su fase de producción, así que me incorporé al proyecto con un enfoque completamente nuevo".

"Danny participa mucho. También es un gran amante de la música y ambos somos grandes incondicionales del ritmo. Le interesa cada aspecto de lo que hace falta para que una historia sea un éxito. Pero como hemos trabajado juntos varias veces, existe la oportunidad de mantener con él una comunicación llamémosle taquigráfica. Yo le propongo ideas, embriones de banda sonora y notas sobre áreas en las que creo que la música sintonizará con el guión y lo apoyará. Nos reunimos con regularidad; entonces yo interpreto piezas para él y discutimos sobre ellas. Otras áreas están menos definidas".

Smith había colaborado anteriormente, durante las Olimpiadas, con la joven cantante y compositora EmeliSandé. En dicha ocasión ella cantó dos números: Heaven y Abidewith Me. Smith advirtió un vínculo entre la letra y el tono vocal de Sandé y el personaje de Rosario Dawson en Trance, por lo que estaba ansioso de incorporarla al trabajo en un par de facetas específicas de la banda sonora.

"Emeli me causó verdadera impresión cuando trabajamos juntos para la Ceremonia. Es una joven de mucho talento y cabeza fría. Vi que sin duda había algo que iba bien con algunos aspectos del personaje de Rosario. Había una pieza determinada que era originariamente instrumental y se me ocurrió que sería interesante que colaborásemos en la composición de algo. Emeli tiene una expresión verdaderamente bella y evocadora. Me pareció que encajaría de maravilla".


4.El Goya
"Goya es considerado el padre del arte moderno porque se adentró en la mente", dice Danny Boyle. "Hemos tenido durante más de un siglo pintores que, más que representar pictóricamente lo que vemos, pintan la forma como vemos el mundo. En Vuelo de Brujas vemos a un hombre que se oculta bajo una manta…y tuve una fuerte sensación de que ése era Simon, el personaje de James".

"Hay mucha violencia manifiesta en la obra de Goya", observa John Hodge. "Creo que eso era muy adecuado para esta historia. El Vuelo de Brujas transmite sin duda esa sensación de control sobrenatural que revolotea sobre el relato. Creo que había un sentido en el que los tres personajes, en distintos momentos de la historia, se descubren a sí mismos actuando al margen de su propia voluntad. Todos ellos, en diferentes momentos, se ven atrapados en situaciones en las que podríamos percibir que hay espíritus que revolotean sobre ellos, por así decirlo."

Colson añade: "En lo relativo a nuestra historia, Goya resultó también muy interesante en cuanto a ciertas innovaciones relativas a la representación del desnudo femenino y de nuestro cuerpo, que antes que él habían sido idealizados en la cima del arte y representados sin…imperfecciones. Goya fue el primero que pintó el desnudo tal y como lo vio...".

Decidido a mantener la belleza y el grano de la obra de arte original, Boyle necesitaba que su equipo de diseño le proporcionase una copia del original que diera sensación de autenticidad. El Diseñador de Producción, Mark Tildesley, lo explica: "Danny quería la riqueza del cuadro clásico. No quería a un Hockney ni a un Bacon ni nada parecido. Quería hacer algo que tuviera la riqueza de un Caravaggio, pero que también fuera extraordinario. Goya está en ese mundo. En cierta medida, pintando tan extraordinarios cuadros, está muy por delante de su época".

"Nos decidimos por Vuelo de Brujas porque es un cuadro exótico y extraño que representa a una persona que es levantada en el aire por estas tres brujas de altos sombreros, elevándose a las alturas en algo parecido a una especie de sueño y, luego, debajo de ellos están estos tres personajes. El burro, que representa la locura o la insensatez, o eso supongo; la persona que no puede ver y que corre con una capa sobre su cabeza; y otra persona que yace en agonía con las manos sobre sus orejas. Parecía que este cuadro era la elección perfecta".

El equipo había realizado extensas investigaciones para hacerse una idea de los tipos de cuadros que habían sido robados. Visitaron el Registro de Obras de Arte Perdidas de Hatton Garden (Londres), que colabora ampliamente con el FBI, la CIA y la Interpol a fin de ayudar a las personas a localizar obras de arte, joyería y objetos artísticos robados.

"Este cuadro tiene estos dos elementos de realidad e irrealidad, que es, en gran medida, de lo que trata la película", reconoce Cobb. "Es un paso importante en el intento de recrear el sentimiento que transmite el cuadro y meterse bajo su piel, del mismo modo como funcionan esos pigmentos y de manera idéntica a la que forman trazos en todo el lienzo."

"Creo que la gente, yo mismo incluido, se queda siempre ligeramente anonadada por la cantidad de dinero que cambia de manos en el mercado de arte", dice Cobb. "A menudo tiene poco que ver con el arte; más bien guarda relación con el status. Con frecuencia los cuadros valen más dinero sólo porque anteriormente habían sido vendidos por una cantidad superior y habían sido noticia. Había un Giacometti que se vendió recientemente por 100 millones de dólares, aunque no es su obra de arte más importante ni más significativa. Todo se convierte en un circo de personas que pujan más que otras debido al status".

"Nunca falta la imagen de un tipo de personaje como el Dr. No, oculto en su guarida con obras de arte robadas. Naturalmente, ése no es habitualmente el caso. Algunas veces están bajo tierra o guardadas en una caja fuerte, escondidas en algún sitio. Pero no cabe duda de que es un mundo intrigante".

"Al final", dice Boyle, "el valor del cuadro en la película es según el color del cristal con que se mira. Para Simon, que como historiador del arte reconoce su valor intrínseco, no tiene, literalmente, precio. Para Franck, es básicamente un billete de banco con muchos ceros. Para Elizabeth, representa algo completamente más personal…".


5.Hipnosis
"Cuando vemos trabajar a un gran hipnotizador, no vemos a un farsante ni un juego de prestidigitación ni un truco de luces realizado por un mago en un escenario", asegura el director Danny Boyle. "Podemos ver que estas personas no son actores y que no están actuando. Si durante un momento ciegan a los presentes, éstos están realmente ciegos. Y luego les devuelven la visión. Pensamos: '¿Cómo funciona eso?' Es muy entretenido. Como la mente es algo verdaderamente interesante para que la película la examine, queríamos dar un pequeño paseo en torno a esas ideas. Todo eso de la consciencia y la inconsciencia y qué es lo que controla el qué. Pensamos que tenemos todo bajo control, que controlamos lo que vamos a decir, pero en realidad ignoramos lo que vamos a decir a continuación".

El productor, Christian Colson, está de acuerdo: "Lo que realmente nos interesaba es cómo este mundo por el que todos nos movemos con tanta certeza y confianza es, en cierto sentido, verdaderamente ilusorio; que nuestras percepciones no son tan dignas de confianza como nos gustaría que fueran; que las distinciones que tan cómodamente realizamos entre realidad e imaginación son a menudo falsas".

La producción contrató al profesor David Oakley, psicólogo clínico e investigador del UniversityCollege London, para que actuara de asesor especializado en hipnosis y de experto. También ha realizado investigaciones en el Instituto de Psiquiatría de Birmingham utilizando Resonancias Magnéticas (MRI).

El profesor Oakley comenzó guiando al equipo en un breve recorrido de la historia de la hipnosis y los adelantos en este campo, a fin de permitirles comprender las limitaciones propias del mundo real que presentan los procesos de que se trata.

"Desde Mesmer a Elliotson, Charcot y otros, examinamos algunos fenómenos que aparecerían en la película creando impulsos, sugestiones posthipnóticas, sugestiones dentro de la hipnosis, viajes en busca de recuerdos, y viendo cómo podría eso ser llevado a cabo por un psicólogo que trabajara con hipnosis", dice Oakley. "También hablé de un estudio que realizamos y que, por casualidad, es análogo a uno de los conjuntos de escenas de la película, y que tiene que ver con el dolor sugerido hipnóticamente, cuando Simon es sometido a dolor hipnótico o a dolor sugerido siempre que ve una imagen en particular".

"Mostramos que si sometemos a una persona a un estímulo verdaderamente doloroso y grabamos sus patrones cerebrales; y si después sugerimos que van a sufrir el mismo dolor en estado de hipnosis y grabamos sus patrones cerebrales, los dos son muy semejantes. Ello indicaba que la hipnosis generaba verdaderas experiencias cerebrales y que era muy verosímil que Simon fuera capaz de experimentar dolor, tal y como se sugiere, de una forma muy auténtica".

En aras de una mejor comprensión, el profesor Oakley explica los fundamentos de este área de la medicina. "La hipnosis", dice, "se basa en la práctica en dos cosas: un estado hipnótico, un estado parecido a un trance, que tiene que ver con centrar la atención, con estar absorto en pensamientos e ideas. Es un estado de alerta. No tiene nada que ver con el sueño y no es necesario estar relajado. A veces las personas confunden la hipnosis con la relajación. No hay motivo para estar forzosamente relajado a fin de entrar en hipnosis, aunque es posible llevar a cabo relajaciones muy intensas en estado hipnótico. Y dicho estado es muy parecido al de ensoñación o a aquél en que nos encontramos cuando leemos un buen libro o vemos una buena película".

"Desde ese punto de vista, las personas que son expertas en meterse en personajes, como los actores que se identifican con los sentimientos de otros, están utilizando ellos mismos tipos de estrategias parcialmente hipnóticas para introducirse en los pensamientos, las ideas y los sentimientos de los personajes. Y luego, además de ese estado centrado y absorto, está la sugestión, que es la forma como se crea el estado de hipnosis".

"Parte importante de esta película tiene que ver con la búsqueda de recuerdos y la idea de que es posible, en estado de hipnosis, representar un recuerdo como una especie de paquete, que debe buscarse y abrirse de forma segura. Así, el uso que Simon hace del iPad, por ejemplo, que tiene la memoria almacenada en su interior, es una forma de hacer que sea más seguro acceder a los recuerdos ya que las personas sienten que están ligeramente distanciados de ellas. Ésta es una estrategia habitual en la terapia hipnótica".

El profesor Oakley explica que lo que la hipnosis ofrece es la capacidad de que el terapeuta lleve al paciente a un viaje imaginario en busca de zonas problemáticas para su bienestar mental.

"En ocasiones las personas utilizan los denominados métodos indirectos, en los que no hay procedimiento formal sino que simplemente se habla a las personas sobre temas interesantes, sobre cosas que pueden haber experimentado, que son, en sus propias vidas, algo parecido a un trance. De esa forma, es posible entablar contacto lentamente con ellos".

"Cómo se crea la sugestión posthipnótica es un aspecto especial que constituye un destacado componente de la línea argumental. Cómo trasladar las experiencias hipnóticas de individuos a grupos, por ejemplo, es otro. Las personas que utilizan hipnosis con fines terapéuticos suelen ser psicólogos, psicólogos especialistas, psicólogos asesores, psicólogos clínicos y así sucesivamente, que han recibido instrucción en psicología como parte de su formación primaria, y, más adelante, añaden la hipnosis. Es decir, que es una habilidad que suman al repertorio de habilidades. Y su formación dura muchos años".

Danny Boyle dice: "Nuestra historia es ficticia pero queríamos que estuviera basada en la realidad. Aunque los métodos de Elizabeth no siempre resultan éticos, son, pese a todo, clínicamente posibles. Para el 5% de nosotros que somos muy sugestionables –o "‘virtuosos’" como dicen los expertos– ¡eso da mucho miedo!".