Jean-René, jefe de una fábrica de chocolate, y Angélique, chocolatera de talento, son dos personas muy sensibles. Les une su pasión común por el chocolate. Se enamoran pero no se atreven a confesárselo. Su timidez enfermiza tiende a alejarles. Pero se sobrepondrán a su falta de confianza en sí mismos, con el riesgo de desvelar sus sentimientos.