El origen de la película reside en un curiosa anécdota protagonizada por Nietzsche supuestamente el 3 de Enero de 1889, en Turín. El filósofo alemán presenció en la calle cómo el conductor de un carro maltrataba violentamente a su hermoso caballo. El animal, exhausto y sobrecargado, se negaba a moverse. Al contemplar la escena, Nietzsche se abrazó al cuello del caballo, se echó a llorar y perdió la conciencia y el habla hasta el fin de sus días.
The Turin Horse nace de preguntarse qué le sucedió al caballo. A partir de esta cuestión, Tarr construye la narración de la vida miserable del carretero, su hija y el caballo, en un granja aislada en mitad de un paraje desolador que, además, está siendo azotado por una tormenta apocalíptica.