Yosuke es un parado de unos cuarenta años, a quién su mujer acaba de dejar, porque no puede llevarle un sueldo a casa. Los únicos amigos de este hombre son un mendigo y un viejo sabio, llamado Taro. Pero Taro muere, y Yosuke ha de cumplir una promesa que le hizo tiempo atrás: recobrar un tesoro que el viejo robó de un templo (un Buda de oro) y que luego escondió en una casa de madera, cerca de un puente rojo, en la ribera del río... Allí encontrará otro tesoro que jamás hubiera esperado: una extraña mujer, una joven que tiene en su vientre un manantial de agua fértil. La joven se ve obligada, por un padecimiento extraño, a expulsar mediante coitos de urgencia los litros de agua que periódicamente retiene su cuerpo. El hombre que la hace gozar recupera también su vitalidad.