Con el fin de morir dignamente, Hanshiro, un samurái sin recursos, solicita llevar a cabo un suicidio ritual en la residencia del clan Li, liderado por Kageyu. Este intenta hacerle desistir de su idea contándole la trágica historia de un joven ronin, Motome, que poco tiempo atrás había llegado a ese lugar con las mismas intenciones. A pesar del impacto que provocan en él los espeluznantes detalles del destino de Motome, Hanshiro persiste en su decisión de morir con honor. Cuando llega el momento de practicarse el hara-kiri, realiza una última petición: desea ser asistido por tres tenientes de Kageyu que, por una extraña coincidencia, se encuentran ausentes. Receloso y enfadado, Kageyu pide explicaciones a Hanshiro. Este revela su vínculo con Motome y relata la historia agridulce de sus vidas. Kageyu pronto comprende que Hanshirose se ha sometido a una prueba de fuerza. La certitud del código de caballería de los samuráis empieza a tambalearse y resurge la humanidad.