La cocina de un apartamento. Un hombre y una mujer hablan de Caperucita Roja en voz baja, por miedo de despertar a la niña que duerme en la habitación de al lado.
Un solar en el suburbio de Bucarest, detrás de una serie de remolques abandonados, un hombre observa en silencio lo que parece ser una familia.
La misma ciudad. El mismo hombre conduce un coche. Transporta dos percutores caseros para fusiles de caza.
El hombre tiene 42 años, se llama Viorel. Enturbiado por pensamientos oscuros, atraviesa la ciudad hacia un destino que él sólo conoce.