"El Impostor" nos acerca una historia que ya apareció reseñada en The New Yorker de la mano del periodista David Grann. En concreto, se trata de la historia de un chaval que se hace pasar por el hijo desaparecido de una familia del Medio Oeste americano. El problema es que el hijo es rubio y él es moreno, además de francés y 10 años mayor que el desaparecido. El punto de partida de la película lo encontramos cuando dicha familia, lejos de rechazar al joven francés, lo acepta y dice que sí, que él es el hijo desaparecido.
Sinopsis larga
Un apasionante thriller sacado de la vida real. EL IMPOSTOR es una original experiencia cinematográfica que se halla en el filo entre el documental sobre crímenes reales y una elegante película de cine negro.
La historia, sorprendente y llena de giros, comienza con una perturbadora desaparición, la de Nicholas Barclay, un niño de Texas de 13 años que desaparece sin dejar rastro. Tres años y medio después se reciben noticias asombrosas sobre el caso: el niño ha sido hallado a miles de kilómetros, en España, y dice que ha sobrevivido a un calvario de secuestro y torturas de un grupo de enigmáticos secuestradores. Su familia está ilusionada y encantada de tenerlo de vuelta a pesar de lo extraño de la situación, pero las cosas se vuelven aún más extrañas una vez de vuelta a Texas.
Aunque la familia le acepta, las dudas rodean a la persona que dice ser Nicholas. ¿Cómo es posible que el hijo rubio y de ojos azules de los Barclay haya vuelto con la piel y los ojos más oscuros? ¿Cómo pueden haber cambiado de una forma tan profunda su personalidad y hasta su acento? ¿Por qué la familia parece no notar unas diferencias tan manifiestas? Y si esta persona que ha llegado a Texas no es el niño desaparecido de los Barclay... ¿quién diablos es? ¿Y qué es lo que en realidad le pasó a Nicholas?.
El director Bart Lyton mezcla entrevistas y narrativa de suspense en una película que pide al espectador que haga de detective -mientras descubre las confusas evidencias entre una familia que parece desesperada por creer, un detective privado obsesionado con resolver el caso y un ladrón solitario cuyo único botín son las identidades humanas-. Aun así, cuando parecía que el puzzle de Nicholas Barclay encajaba, otra vuelta de tuerca lo pone todo patas arriba y sumerge al espectador aún más hondo en las dolorosas preguntas de EL IMPOSTOR sobre la verdad, la percepción y el porqué a la gente le tienta tanto fingir, mentir y sobre todo, engañarse a sí misma-.